—¿Se encuentra mejor? — abrí los ojos y me encontré con una doncella que parece ser carismática.

—Eso creo— murmuré. —¿Cuánto tiempo...?

—Ha transcurrido una semana desde que perdió el conocimiento.

"¿Una maldita semana he estado durmiendo? ¿Qué clase de persona soy, si ni siquiera pude defenderme de aquel bastardo?", me quejé en silencio.

Miré hacia mi abdomen descubierto e hice una mueca de asco al encontrarme con la cicatriz que me ha dejado aquel hombre.

—Debería de descansar un poco más...

Ignoré por completo a la chica y me levanté de la cama; no puedo continuar acostado otra semana, necesito salir de este lugar para tomar un poco de aire fresco para poder pensar con claridad cuál será el siguiente movimiento que no me lleve directamente a la muerte.

—Lee, ¿piensa salir?

—Así es.

—Es muy tarde.

—No importa, necesito tomar un poco de aire fresco.

Salí directamente al bosque en un intento de buscar aclarar mis pensamientos, sin embargo, no tenía planeado encontrarme con una persona que no es para nada grata.

—¿Al fin te has dignado a despertar? — se burló el hombre tras recargarse en el tronco de un árbol.

—No fue por decisión propia perder la conciencia, ¿O sí?

—Eres tan débil, claramente, no mereces ocupar este lugar— soltó con burla.

—¿Realmente quieres hacerme perder los estribos?

—¿Qué podrías hacerme? No fuiste capaz de defenderte, por ende, no eres capaz para luchar contra una persona que realmente tiene la habilidad de asesinarte de un solo golpe.

—Detesto las personas que se creen superiores a otras— rodé los ojos —, eres demasiado patético.

—Mide tus palabras— me advirtió.

—¿Por qué debería hacerlo?

—¡Soy tu líder!

El inmenso deseo de hacer uso de aquella oscuridad que me ha sido transferida por aquel hombre desconocido no tardó en aparecer, sin embargo, estoy muy seguro de que podría perder por completo el control y al hacerlo, dejaría al bastardo hecho polvo con tan solo chasquear los dedos, lamentablemente, no puedo hacerlo porque debo jugar a ser la víctima para obtener lo que deseo.

—¿Y?

—Maldito bastardo, ¡Te haré pagar por ser tan imbécil! — el hombre se acercó a pasos rápidos hacia mí y desenvainó su espada, con la clara intención de partirme en dos y eso, lo estaba esperando con ansias.

Estaba dispuesto a aceptar gustosamente la herida que podría llevarme directamente a la muerte, sin embargo, una figura atractiva se posó frente a mí con la espada desenvainada y retuvo el ataque por parte del líder.

—¿Qué cree que está haciendo, líder de la tropa elite? — preguntó el hombre con tono gélido.

Un escalofrío recorrió por completo mi cuerpo tras escuchar esa magnífica voz que me hace sentir en el cielo; claramente, puedo identificar ese porte de elegancia, seguridad y valentía que rodea al chico que se encuentra frente a mí. Inexplicablemente, me sentí extremadamente feliz y satisfecho al tener a ese chico conmigo, pero no debería de ser así porque estaría dándole la espalda a mi venganza.

—Príncipe Hwang... yo... él... nosotros...— el hombre balbuceó palabras aleatorias sin sentido.

—Contaré hasta tres, si no te vas al llegar al tres, te asesinaré.

El líder de la tropa rápidamente salió corriendo hacia el otro lado del bosque.