Kim Sunwoo no era conocido por ser una persona muy quisquillosa, aunque muchas personas dijeran sí lo era.
No le importaba mucho en realidad, nunca le había interesado lo que hablaran de él.

Tampoco le gustaba esperar mucho tiempo, sentía que éste no volvería y las personas deseaban ganar dinero con el mismo. Era demasiado impaciente.

También era un poco torpe pero muy honesto, por lo tanto a veces pensaba que era un chico bastante genial.

Todo esto Park Sunghoon lo entendía perfectamente.

Park Sunghoon era todo lo contrario a su dongsaeng, era conocido por ser muy comprensivo, amaba la sinceridad y la vida le había enseñado desde muy temprano que la paciencia era un valor que debía ser cultivado rápidamente para poder ser cosechado.

No era muy dulce realmente pero trataba de serlo con sus seres queridos, sin embargo, Sunwoo había aprendido a distinguir los buenos y malos modales.

No es que le gustase que fuese tan dulce, eso podían comprobarlo.

Tal vez por eso Sunoo se había enamorado de Sunghoon y viceversa con el tiempo, se complementaban, no eran una decalcomanía* exacta.
Era cierto tenían sus cosas en común pero no deseaban ser una copia uno del otro, solo ser su otra mitad.

Era triste que no sabían que ese revoloteo que sentían en sus estómagos cada vez que cruzaban miradas, esa respiración y sudoración irregular que provocaban sus presencias, y aquel pulso acelerado con solo un abrazo eran correspondidos.

*decalcomanía: decalcomanía proviene de decalcomanie, la cual es una palabra originalmente francesa utilizada para referirse a la técnica de dibujo en donde se aplican imágenes y pinturas sobre un papel para que, al ser doblado, cree una obra de arte (el dibujo final termina siendo igual en ambas partes).

─Dream.