capítulo once. thestral.

     ME MORDÍA LAS UÑAS CONNERVIOSISMO MIENTRAS esperaba a la persona que me recogería para llegar a Hogwarts. Mi pie se movía siguiendo el ritmo de la canción que sonaba en mi mente. Estaba con los mayores nervios a los que me había enfrentado en mi vida. La espera lo hacía peor de lo que en realidad era. Alguien me llevaría allá y no sabía quién ni tampoco como sabía si sobreviviría un año en Londres. ¡Ay por merlin esto era horrible!¡No podrían haber llegado ya!

    Lo peor es que un leve acento se me notaba, sabrían que venía de Francia y empezarían la preguntas y... Ugh.

     «Ya ya tranquila» me dije «exhala y inhala».

     En la lejanía vimos a la persona encargada de llevarme. Yo francamente en este momento trataría de no considerar huir o practicar con desaparecerme, aunque este en riesgo con esa última opción.

    —Bien Lizza escucha. El es Severus Snape es uno de los profesores de Hogwarts, te llevará hasta Hogwarts. Ten cuidado y no te separes los dementores no discriminan a quien ataca. —me dijo con una mano en mi espalda explicándole quien era el hombre pálido con túnica negra.

     —Tendré cuidado, te extrañaré mucho aunque se que antes no, nos llevábamos tan bien. —se que el realmente no me apreciaba, pero estaba cambiando y eso es algo que aprecio. Las cartas enviadas, el cuidado que tenia conmigo al llevarme a algún lugar, como también se que me defendió de bruja que tenía de directora y...

     Definitivamente el había cambiado. Yo más que nadie lo sabía.

     —Lizza, se que me equivoque contigo. Pero, es solo que culpe a quien no debía, eres mi hija a pesar de todo y siempre te he considerado mi niña peliroja —el me abrazó y la calidez me atravesó el pecho.

     —Yo te considero mi padre, Luc. Siempre lo has sido.

     Un carraspeo sonó de pronto interrumpiendonos y un hombre alto de tez blanca, cabello negro graso y nariz ganchuda me devolvió la mirada. Me veía fijamente. Demasiado, me cohibio de alguna manera.

     —Eh, ¿hola? —dije dudosa a aquel hombre, ya que no lo conocía de nada.

     —Señorita Griffin, yo la acompañaré a Hogwarts, por favor muestreme sus pertenencias. Las alcanzaremos al carruaje. —contestó en un tono alto con una voz fuerte. Estaba serio y dijo todo aquello de manera imprenetable. El hombre me miraba demasiado atento como si le recordara a alguien. 

      ¿Severus Snape se llamaba, no? juro que conocía aquel nombre, de algo me sonaba.

     —Sí, eh Luc las llevará —mencionó yo algo intimidada.

     —De acuerdo —, y se dio la vuelta dejando ondear su túnica negra. El se dirigía hacia el carruaje. Ambos estábamos en el punto de extracción que nos mencionaron en las cartas.

     —Espérame Lizza, dos segundos. —dijo y con su varita solamente hizo que se movieran mientras nos dirigiamos al carruaje que me esperaba.

     —Hasta aquí llego. —aclaró mi padre dejando mi equipaje dentro, ya que el se había adelantado.

     Me abrí paso dentro pero antes mire extrañamente como nadie tiraría de él carruaje. Supongo que será magia pensé y me encogí de hombros sin preocuparme pero aun guardaba la curiosidad de aquello.

     —Cuídate y mándame cartas Lizza —dijo Luc antes de que entre.

     Lo mire de costado y sonreí —Claro que sí padre.

     Al entrar el carruaje instantáneamente comenzó a moverse. Sin poder evitarlo pregunte.

     —¿Cómo se mueve?

     El profesor Snape sacó su atención del camino y contesto. —Son thestrals, animales que no pueden ser vistos por todos sólo los ven aquellos que han visto la muerte —explicó brevemente sin querer extenderse.

    ¡Oh! ya sabía yo que los había oído nombrar en algún lado, aparecen en el libro de Newt Scammander. El thestral es considerado un mal augurio por aquella habilidad que tenían y debido a su apariencia esquelética y alas curtidas que asemejan a las de un murciélago, eran realmente consideradas criaturas altamente peligrosas y debido a su clasificación XXXX solo magos experimentados podrían manejarlos, aunque yo no lo consideraba así, discrepaba sobre eso. Solo eran criaturas, nada más. Merecían un mínimo de comprensión al menos.

     —Usted ¿ha visto la muerte? —pregunte curiosa al hombre.

     Me fulminó con sus ojos negros —Yo espero que preste la misma atención a mis clases y no sea otro alcornoque más —dijo seriamente sin contestar a mi pregunta.

     Pronto escuché otro comentario pero muy bajo ❝seguro será otro gryffindor incopetente❞.

     Los siguientes minutos pasaron en un incómodo silencio. Si había otros que te aplastaba este seguramente te atropellaría y congelaría si se pudiera. Uy la incomodidad y el ambiente tenso se podía palpar y si se preguntan si me enojaba lo que el dijo, si afirmo que me molestaba. Rode los ojos ante eso ¿Por qué prejuzgaba sin conocer?