꙳✧ 𝟎𝟗⌇diagon alley; part two.
capítulo nueve. con que la saeta de fuego es la más rápida del mercado.
AMBOS DIVISARON EN LA LEJANIA UN TUMULTO DE GENTE. Niños y niñas, más magos y brujas apiñados uno al lado del otro observando una vidriera. Luc y Lizza se abrieron paso con curiosidad para ver que era aquello que hacía que la multitud esté abarrotada y emocionada. Lizza observo una rareza que parecía llamarla y no era nada más y nada menos que la escoba más impresionante que había visto. Luc quien no era un fanático de el quidditch también estaba emocionado leyendo la descripción de la escoba que estaba en exposición. Ella en cambio no alcanzaba a ver.
—Es la escoba más rápido del mundo, ¿a que si, papá? —gritó un niño mas pequeño que ella que iba colgado que del brazo de su padre.
El propietario de la tienda Artículos de calidad para el juego del quidditch decía:
—¡La selección de Irlanda acaba de hacer un pedido de siete de estas maravillas! ¡Es la escoba favorita de los mundiales!
Cuando una bruja de gran tamaño se movió ella pudo leer al fin.
❝SAETA DE FUEGO
Este ultimísimo modelo de escoba de carreras dispone de un palo de fresno ultrafino y aerodinámico, tratado con una cera durísima, y está numerado a mano con su propia matrícula. Cada una de las ramitas de abedul de la cola ha sido especialmente seleccionada y afilada hasta conseguir la perfección aerodinámica. Todo ello otorga a la Saeta de Fuego un equilibrio insuperable y una precisión milimétrica. La Saeta de Fuego tiene una aceleración de 0 a 240 km/hora en diez segundos, e incorpora un sistema indestructible de frenado por encantamiento. Preguntar precio en el interior❞.
Se preguntaba cuántos galeones le saldría aquello sabía que se lo podrían permitir ¿Los dejaría eso en bancarrota? o ¿no? Sacudió la cabeza quitándose esas ideas de comprar una escoba que ella no necesitaba y no podía usar por más que quisiera. No jugaba al quidditch por que jamás aprendió, ya que en Beauxbâtons no era un deporte para mujeres y por ello nunca jugó. Si era raro pero si en Hogwarts se podía hacer lo haría. Sonrió.
—Vamos Lizza —dijo su padre sacándola del aturdimiento por ver la escoba más rápido del mundo.
«No, no, se llamaba saeta de fuego» se dijo para recordar lo hermosa que era desde su increíble mango hasta cada pelo en su cola.
Ambos ingresaron al boticario y compraron los materiales necesarios para pociones, el caldero, las hierbas, polvo de cuerno de unicornio etc. Y luego se dirigieron por lo último de su lista y más importante. Los libros para todas sus clases. Lizza se sorprendió al mirar el escaparate de la librería y llamo a Luc emocionada, pues los libros mágicos y non-magi eran su pasión, aparte de la música.
—Padre puedo llevar otros libros—preguntó. Lizza tenía una afición a la lectura tanto de lo obligatorio como de lo extracurricular.
—Claro, solo dos o tres más—le respondió Luc, aún recordaba que no se portó bien.
Había una gran jaula de hierro que contenía cien ejemplares de El monstruoso libro de los monstruos, libro que estaba en la lista que Lizza tenía en su bolsillo y si, la sabía de memoria. Esos libros salvajes peleaban entre sí, mordiéndose violentamente, enzarzados en furiosos combates de lucha libre. Saco del bolsillo la lista de libros y la consultó para luego dársela a su padre quien miraba el lugar con absoluta curiosidad. El libro aparecía mencionado como uno de los textos programados para la asignatura de Cuidado de Criaturas Mágicas. Al entrar junto a su padre a Flourish y Blotts, el dependiente se acercó a ellos.
—¿Hogwarts señorita y señor? —preguntó de golpe mirándolos. —¿Vienen por los nuevos libros?
—Sí —respondieron Luc y Lizza a la vez. Luc le hizo un gesto con su mano para que ella continúe con los libros que requeria. —Necesito…
—Quítense de en medio —dijo el dependiente con impaciencia haciendo que tanto Luc como ella lo vieran sorprendidos y su padre con algo de molestia.
—Ingleses. —bufo por lo bajo y Lizza soltó una risita mientras que Luc la miro mal y ella hizo como que tosia hacia un costado para disimularla.
El hombre se puso un par de guantes muy gruesos, cogió un bastón grande, con nudos y se dirigió a la jaula de los libros monstruosos que parecían bastante peligrosos.
—¡Basta ya! ¡Basta ya! —gritó el dependiente de pronto exaltandolos y metiendo el bastón entre los barrotes para separarlos. — ¡No pienso volver a pedirlos, nunca más! ¡Ha sido una locura! Pensé que no podía haber nada peor que cuando trajeron los doscientos ejemplares del Libro invisible de la invisibilidad. Costaron una fortuna y nunca los encontramos… Bueno, ¿en qué puedo servirte, algo más?
—Necesito Disipar las nieblas del futuro, de Cassandra Vablatsky —dijo Lizza luego de que el hombre tomara su ejemplar de Cuidado de las Criaturas Mágicas para entregárselo.
—Vas a comenzar Adivinación, ¿verdad? —dijo el dependiente quitándose los guantes y conduciendo a Lizza y a Luc a la parte trasera de la tienda, donde había una sección dedicada a la predicción del futuro. Había una pequeña mesa rebosante de volúmenes con títulos como Predecir lo impredecible: protégete de los fallos y accidentes y Cuando el destino es adverso.
—Aquí tienes —le dijo el dependiente, que había subido unos peldaños para bajar un grueso libro de pasta negra —: Disipar las nieblas del futuro, una guía excelente de métodos básicos de adivinación: quiromancia, bolas de cristal, entrañas de animales…
—¡Oh bien! solo faltan los libros de Aritmancia y Runas antiguas y si ese libro de augurios que esta allí dijo señañandolo y aquel de la historia de Hogwarts ¡Oh! tambien transformaciones nivel intermedio y libro intermediario de hechizos —pidió Lizza.
—De acuerdo —acuerdo respondió el dependiente llendo por los libros mencionados.
Cuando el hombre regresó Luc pagó aquellos libros con los galeones que traía en un bolsillo de su tapado y ambos se retiraron a su última parada: Florean Fortescue. Al ir ambos se pidieron unos helados mientras que sus libros descansaban apilados en una bolsa a su lado y en la caja que tenía Lizza se encontraba el nuevo integrante de su familia, también conocido como Cuchurrumin.
Su próxima parada era Hogsmeade para luego llegar por fin a Hogwarts.
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