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꙳✧ 𝟎𝟓⌇dance, surprises and kings.

capítulo cinco. de bailes y chicos demasiado carismáticos.

TODO HABÍA SUCEDIDO TAN RÁPIDO. Su padre postizo le mandó una carta en donde le explicaba el por qué exactamente no estaría más en Beauxbâtons. Ella lo entendía, ya que aunque Lizza era muy querida por su familia nadie creería lo que ella había pasado en los últimos días. La ponía de un modo sentimental que ella odiaba.

Su ❝padre❞ le decía explícitamente en las cartas que mandó:

❝Gana es concurso, se la mejor por ti y demuestra por que sin saberlo eres la única para ese puesto❞.

Ella claramente ganaría, podría ser que ella fuera amistosa o buena persona, pero que alguien la tratara así y se saliera con la suya es algo que no podría permitir, de ninguna manera. Su orgullo no lo permita y menos su corazón hechos pedazos. La ilusión había hecho que todo fuera peor, era el primer amor fallido y sería difícil de superar, pero no imposible. En sí haría lo posible.

Era una tarde como cualquier otra. Asistió a sus clases y ahora estaba en uno de los sillones de terciopelo violeta en la sala de su casa. El lugar era envolvente a su manera con paredes blancas y flores en la única ventana que daba al bosque frondoso del exterior, que era totalmente estimulante a la vista de los estudiantes. Le encantaba la manera en aquello se podía observar con la suave luz que se filtraba desde el cristalino vidrio. Apaciguaba su espíritu.

-Hey, tú -oigo una voz que reconozco llamándome de pronto.

-¿Qué? -contesté sacando la mirada de mi libro -. Oh, son ustedes -dije cerrando el libro de animales fantásticos y donde encontrarlos. Lo amaba, probablemente era por mi vena curiosa.

-Sí, ¿quiénes seríamos? sino -me contestó una de mis mejores amigas acercándose hasta dejarse caer en el sillón de al lado. Su cara demostraba una evidente emoción.

-Yo que sé -me encogi de hombros-. Sólo decía.

-Tu -me apuntó Letticia -¿Qué haces aquí? No espera reformulo ¿Qué haces que no estás preparándote para el baile? Se supone que ya tendrías que estar al menos bañada. -Me miró estrechando sus ojos, como si hubiera hecho algo imperdonable, puede que lo sea.

Mi otra amiga, Amara, se cruzó de brazos mientras se acomodaba al lado de Letticia con su rostro contraído por algo.

-¡Maldición, chicas! -dije apretando los labios y suspirando -¿Era hoy? ¿Por qué soy tan despistada? ¡Por Merlín que imbécil que soy! -mencionó quejumbrosa.

-Si exactamente ¿cómo te olvidas de eso? -dijo irónicamente Letticia.

La fulmine ¡es que vamos! a veces parecía que nunca me enteraba de nada y sólo lo hacía de lo peor. Como mi novio engañandome con mi prima, por ejemplo.

-Bien, empecemos entonces con tu preparación bebé -me dijo con una mueca diabólica. Esa es que pone siempre antes de hacer algo malvado.

-¿Voy a sufrir? -pregunté algo asustada por mi integridad física.

-Solo lo necesario -contestó Amara secundadola acercándose para tomar mi mano. Y luego levantarme de un envión y aguantando una risita ante mi horror por la estúpida preparación, ya que por alguna razón odiaba pararme.

-Ya sabes, la belleza duele y si no duele es por que no es suficiente -dijo Letticia sonriendo también perversamente.

-Hay Merlín de mi vida ayúdame. ¡Que amigas que tengo!

-Oh callate Lizza tu tampoco eres la más cuerda -dijo Amara ¿Yo había dicho que era la más amable? pegenme por favor.

¿Temer o no temer? esa era la cuestión.

⚡️


A LAS OCHO MENOS CUARTO, ya estaba completamente lista. Mis amigas me habían arreglado con gran esmero. Se notaba muchísimo, aunque según ellas sólo necesitaría un retoque.

Tenía unas suaves sombras que acentuaban mis párpados, rímel y un labial rojo pasión, bastante fuerte que hacían mis labios ❝más apetecibles❞. Mi pelo caía en ondas suaves y repartido por todo mi cabello pelirrojo había pequeñas flores plateadas hechas con magia, todo un arte hecho por mis amigas. Era algo delicado que me gustaba muchísimo. Simple y hermoso.

Del vestido ni hablar era verde, un verde bosque que hasta parecía vivir. Era un regalo de Luc, hombre, que ahora se preocupa por mi, pues últimamente me mandaba cartas preguntándome como estaba, si todo iba bien, que cómo iba en mis clases de duelo, etc. Era un gran cambio uno lindo.

-Están hermosas -les dije a mis amigas.

-Ya lo sé -dijo Letti mirándo el resultado en el espejo de cuerpo entero junto a mi.

En cambio Amara sonrió tímida.

-Oh, gracias había pensado que era mucho -mencionó riendo suavemente.

En realidad ambas iban vestidas con los colores de su casa y aunque piensen que es por que eran demasiado entusiastas, en realidad era porque le quedaban de maravilla.

-Bueno, deberíamos bajar ya es hora -dijo Letti.

-Yo espero que no nos digan nada por no tener pareja -dijo mordiéndose el labio nerviosa Amara.

-Baaa... no creo -dije bufando -Seguro solo retarán a las chicas que se vistan con vestidos demasiados cortos. Espero. -mencioné, aunque me pareció idiota clasificar algo como inapropiado, el argumento era que máximo dos dedos por sobre el término del muslo.

-Sí, cierto -afirmó Letti dándome la razón.

Las tres completamente arregladas, hermosas y listas para matar. Ah, no tan así, solo hermosas, yo no mataría a nadie. Nos encaminamos hacía la salida y en nuestro paso por la sala común nos encontramos con algunos sujetos que estaban pasando el rato esperando a sus parejas quietos y nerviosos o sólo esperando. Bueno, naturalmente solo algunos tenían pareja de su misma casa.

Al pasar nos daban una repasada de arriba a bajo con un sentimiento que no sabía que era, solo podia notar que sus ojos se oscurecían. Había otros que brillaban con lo que parecía envidia.

Eran simples hombres y mujeres no tenía por qué sentirme rara o mal. Eramos iguales. No era tan importante, razón por lo cual me limité a seguir mi camino o traté de hacerlo porque Letticia chocaba sus hombros con mucha fuerza al pasar y ahí yo me guardaba una risa. Y luego Amara nos regañaba como si fuéramos niñas.

-Bueno ya estamos aquí -dijo Amara. -Ay, ay, ay... no quiero... ya esta nadie me va extrañar, yo me voy -dijo dándose la vuelta.

La detuve tomando sus brazos, en esta noche nadie escapaba. De ninguna manera.

-Amara, tu no te vas. Ahora nosotras tres vamos a ir allí. Vamos a bailar y será el mejor recuerdo que podría tener de nuestro primer baile juntas. -dije con fuerza.

No les quería recordar que esa era mi última noche en Beauxbatons, pero lamentablemente sí lo era, ya que en unos días me encontraría en Howarts, aunque antes tendría que comprar mis cosas ya en Inglaterra. Estaria en un lugar donde no conocía a nadie y no estarían ellas dos. Juro que me sentí lagrimar pero me contuve.

-Así se dice -dijo Letticia tomando uno de los brazos de Amara, para que yo tome el brazo derecho con cariño y así las tres con los brazos entrelazados nos dirigimos por el pasillo al comedor donde sería el aclamado baile.

La puerta blanca nos daba la bienvenida. Estaba abierta de par en par con decoraciones de flores bajando por ella. Eran rosas de hielo encantadas para que no se descongelen. Cristalinas y brillaban en un tono celeste. Se encontraban en todos los extremos de la puerta unidas como en una especie enredadera. Algunos eran pinpollos y casi podría jurar que extendiendo la mano llegaría a rozar alguno con mis dedos.

-Es hermoso. -dije mirando el lugar que antes era un comedor.

Normalmente en nuestro día a día era increíble, pero por como estaba hoy, comparándolo, era un nivel completamente diferente.

-Sí lo es, aunque todavía no entiendo como hacen para que esas estatuas de hielo duren toda la noche -dijo pensativa Amara mientras miraba la enorme estatua de unicornios de hielo en el centro de la pista de baile.

-Yo lo sé... -dijo intrigantemente Letti pausandose. -Es magia -soltó como si fuera el gran descubrimiento.

Reí sin poder evitarlo. Era estúpidamente cómico.

-Sí, Letti tiene razón.

-Este año es el mejor de todos, el mejor baile de bienvenida. -dijo mirando hacia arriba los copos de nieve que caían.

-Sí, realmente lo es -afirmé viendo todo.

Fuimos a unos asientos libres que estaban por allí cerca de la pista. El lugar estaba lleno. Las chicas estaban desplegando todos sus encantos y los hombres se comportaban galantemente con ellas, aunque algunos solo lo hacían una noche. Divise parejas riendo, grupos de amigos y amigas divertirse y me sentí inmensamente feliz.

-¡Bienvenidos! chicos y chicas de Beauxbâtons... ¡Hoy es el día! ¡El dia donde darán la bienvenida a un comienzo de año inigualable! ¡Así que con ustedes! ¡Rose Amster! -dijo al que reconocí como un estudiante excitado de emoción.

Todos saltamos entusiastas de nuestras sillas por que era nada más y nada menos que ¡Rose! ¡la famosa Rose Amster! ¡La cantante!. Era increíble que este aquí.

-Hola hermosos y hermosas ¡Un placer estar aquí esta noche con ustedes! ¡un placer estar en Beauxbatons¡ ¡ así que sin más empezamos! -Y era tan hermosa como lucía en sus discos.

Empezó con toda la banda a tocar, los acordes empezaron a sonar poco a poco y nosotras empezábamos a movernos en pequeños movimientos subconscientes. Nos miramos las tres y nos dirigimos con toda la avalancha de estudiantes, a bailar, porque esa era nuestra noche y la mejor de todas. No todos los días la mejor cantante adolescente de todo el mundo mágico iba a tu escuela a cantar y ¡como no lo disfrutaría!

En todo el gentío de parejas y adolescentes estábamos nosotras tres bailando, saltando y algunas veces asiendo el ridículo. En un momento específico pude divisar a Fleur por ahí con Antoine, pero estaba tan feliz moviendome de un lado a otro que no me importó, ellos podían romper en vivo y directo que yo no les prestaría atención.

La noche pasó tan rápidamente que eran borrones en mi memoria. Tenía la garganta irremediablemente seca y parecía que había corrido por horas en un desierto.

-¡Chicas! -dije gritándole a mis amigas que se encontraban bailando. Letticia con un chico cerca de mi y Amara también y yo también. Eso no importaba tenía sed y el chico pelinegro hermoso tampoco importaba. -¡Voy por ponche! -les informé casi gritando a ellas y al joven con el que bailaba.

-¡Vamos todos! -y nos dirigimos tres chicos y tres chicas por bebidas. Ellos también estaban cansados con pequeñas gotas de transpiración en su frente para demostrarlo y nosotras también, por lo cual ¿Por qué no ir juntos?

El pelinegro tomó mi mano para dirigirme hacía donde estaba el ponche, ese pequeño gesto me paso desapercibido. Pero, cuando soltó mi mano caí caí cuenta de que en algún momento estaban unidas. Sacudí la cabeza pensando en que estaba siendo estúpida.

-Entonces, ¿Lizza no? -dijo mirándome con sus ojos celestes, aunque yo prefería los verdes.

Yo sonreí por cortesía y porque el chico era irremediablemente atractivo y carismático.

-Sí ¿y tú Andrew, no? -le pregunté.

El asintió mientres tomaba la jarra de ponche de la mesa con su mano y servía en un vaso el líquido rojo, tomo de él y yo me aguente una risita, por que en menos de un minuto tomo la mitad. Sí, que estaba sediento.

-¿Quieres un poco? -preguntó ofreciéndome su vaso. Me enterneci porque ¡Vamos! dejo eso para mi.

-¿Para eso vinimos o no? -dije con una risita disimulada aceptando el vaso.

El dirigió sus ojos azulados hacia el escenario donde Rose había dejado de tocar hace pocos minutos, dándole paso al estudiante que la había presentado anteriormente.

-Aquí está. Los votos contados y analizados para decir lo que todos esperábamos ¡La reina y el rey de Beauxbâtons! ¡quienes nos representaran en un futuro! -el tomó el sobre que tenía en sus manos y todos absolutamente todos se quedaron callados. La expectación se sentía en el aire; y yo seguía tomando de a sorbos el ponche -y ¡Ellos son!... redoble por favor -le dijo al muchacho que acompañaba a Rose en la banda. - Lizza Celine Griffin y Andrew Waldorf...

-¡No! -se escuchó una voz con un acento irremediablemente conocido, pero nadie le dio importancia, por su puesto que eran Fleur y Antoine. El horrible tono de voz era reconocido inmediatamente.

Los aplausos llenaron el comedor y yo escupí el sorbito que había tomado en el vaso. Mire a mi alrededor y todos nos, aplaudían, si -Nos aplaudían -, porque Andrew era quien había bailado durante toda la noche conmigo.

El con una risa disimulada por la acción pasada, me tendió su mano, arqueo sus cejas esperando una respuesta. ¡Oh, mi mano!

Tome su mano y juntos nos dirigimos al escenario en pasos firmes según los que nos veían, yo temblaba como un flan non-magique.

-Y, ¡Aquí los tenemos! ¡La reina y el rey! -unas chicas nos pusieron unos coronas, la mía plateada y delicada, la de el también plateada pero más grande. -¡De Beauxbâtons!

-¡Esa es nuestra amiga perras!-gritaron dos voces que bien yo reconocida. -¡Tomate esa Flema!

Yo me mire con Andrew y nos reímos de las ocurrencias gritado ante todo el instituto, y por que ellas solas no habían gritado, sino que sus amigos decían ❝Ese es nuestro Andrew hijos de puta❞, adorables.

-Ahora los reyes cerrarán el baile con la última canción de hoy: ❝amore per la mia vita❞.

Ambos fuimos al centro de la pista junto a quella estatua de hielo y bailamos esa canción lenta y estimulante para florecer un momento de paz interior. Realmente fue como el momento más tranquilo de toda la noche.

Anche se non ti vedo, ti amo ancora.
Anche se non ti vedo, ti amo ancora.
Anche se non ti vedo, ti amo ancora.

Yo apoyé la cabeza contra su cálido hombro y susurre: -la mejor noche de mi vida...

En mi vista cruzaron unos ojos azules que me miraban con resentimiento y sonreí aún más por que demostré mi valor y cerré mis ojos disfrutando el momento.

-La mía también. -el joven francés era irremediablemente irresistible, ¿pero ya lo notamos, no es así?

꙳✧wenas dejo la edición y también a Andrew.

andrew waldorf.

vestido y zapatos, inspiración.

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