꙳✧ 𝟎𝟒⌇luc millefeuille.
capítulo cuatro. luc millefeuille.
UN HOMBRE ASÍ NO ERA NORMAL, Luc Millefeuille, ese era él. Un hombre tan pálido que parecía que jamás le había dado el sol. Un cabello blanco puro que hacía replantearte si aquel había bajado de una nube, o si era alvino. Y por su puesto unos ojos marrones que eran llamados comunes pero eran de un café tan profundo que hacía remarcar lo que ibas a decirle debido a la rigidez de estos. A a sus cuarenta y cinco años de edad conquistaba a muchas con su frialdad característica, aunque el realmente no había tenido una relación desde que su sobrina postiza nació y quedo a su cargo.
Era un hombre de pocas palabras y en su juventud no hizo cosas muy buenas y fue conocido por ello desde su asistencia a la academie de magie Beauxbâtons. En la actualidad era conocido como un importante miembro del ministerio por su trabajo como ineffable. Nadie sabía a que se dedicaba exactamente y de cualquier manera eso era algo que conllevaba serlo y por ello una aura de misterio lo rodeaba, siempre con trajes negros y largos abrigos. El odiaba a los non magic y tenía una razón para su aversión. Esos seres habían matado a su hermana en su presencia y como resultado en su tierna infancia los había matado por el daño que habían hecho a su persona favorita en el mundo. Sí, un asesino eso era, nunca se arrepintió, se lo merecían y de lo único que se arrepentía era de no matarlos de forma más lenta y solo haberlos matado con un simple Avada kedvra. Aquellos que había lastimado a su hermana murieron y se culpó por no ser tan fuerte, por no haber podido ayudarla, por no ahorrarle un poco el sufrimiento. El se hundió en la miseria más grande, pero igualmente lo perdonaron debido a que fue en defensa propia y el no desaprovechó la oportunidad y siguió su vida. Nunca hablo con nadie jamás y nunca lo haría era un recuerdo horrible y lo tendría presente aunque quiera borrarlo. El era un sangre pura no soportaba la mezcla con seres tan horribles y desgraciados como los hombres y aquellos hechos lo comprobaban.
Sin quererlo había quedado como tutor de la hija de su mejor amiga, la niña se llamaba Lizza. El no sabía la sangre que llevaba pero por ello la rechazaba aunque muy en el fondo se preocupaba, ya que era la hija de Aretha. A ella tampoco la había perdonado por abandonarlo. La muerte se la había llevado y anteriormente habían peleado. La vida de Aretha Delacour fue una caos. Uno hermoso, pero un caos al fin y al cabo. Había vuelto a aquel colegio debido a una carta de la directora que le había llegado hace apenas un día. En ella se lo citaba por el comportamiento indebido de su aporedada. No le relataban que exactamente había echo. No lo admitiría jamás pero le preocupaba.
«Ya se enteraría» se dijo.
Había llegado por red flu, la única manera que existía, aparte de las convencionales de pisar un pie dentro de la academia.
Así que con pasos fuerte se dirigió al despacho de la directora o director, ah ¿cómo se llamaba?¿Maxime ¿Maximus?¡Oh!, se lamentaba en ese momento no haber traído esa carta consigo y no prestar atención.
Tocó la puerta, pues parecía que nadie lo esperaba y se indignó. Lo llamaban a una hora y para peor nadie lo recibía, que irresponsabilidad.
Nadie lo escuchó.
Tocó de nuevo.
Una voz grave pero identificada por sus oídos como la de una mujer lo llamó.
—Pasé. —oyó decir.
El entró y el olor a un perfume muy fuerte lo recibió. Era de jazmín o eso creía. Arrugó su nariz, no era que no le gustaba si no que se sentía ahogado por el. La mujer parecía muy alta desde donde estaba, se notaba. Su cuerpo era considerablemente grande. Ojos caídos le devolvían la mirada. Estaba seria.
—Señor Millefeuille, esta aquí por el incorrecto acto de su hija, al parecer no estaba muy enterado de su situación.
—No, por eso estoy aquí —dijo aquel hombre de mirada seria con esos ojos profundos y helados como un tímpano de hielo —¿Qué ha ocurrido? —preguntó con su usual tono frío y la voz ronca.
La mujer se aclaró la garganta. Se notaba nerviosa y era imposible no estarlo, porque Luc Millefeuille era conocido en la comunidad mágica.
—Sí, este s-señor —pronunció Olympe —Está aquí, por que la señorita Grffin desencadenó una situación en el jardín de la academia, fue de muy mal gusto y en ella terminó por empujar a una compañera que no había hecho absolutamente nada en la fuente, ¡En la fuente! ¡Es un comportamiento inaudito!
El hombre se había sorprendido, su protegida su aparente hija o bueno, el en algún punto empezó a considerar a esa pequeña lo único bueno en su vida. Aunque no lo admitiera, él ya la consideraba como tal. Pero, temía querer nuevamente.
—La verdad madam —dijo el con voz grave. —¿Usted pidió las explicaciones necesarias o solo creyó erróneamente en una versión sin saber todo? —preguntó él.
Ella no le contestó, estaba sorprendida. Normalmente siempre tenía la razón.
—Por supuesto que no. Esa muchacha es un ángel, ella no me mentiría —respondió enojada por su acusación, después de todo ella era la directora.
El azabache se mantenía serio aparentando tranquilidad.
—Sí, se supone que mi... h-hi —se puso sorprendido.
¡Iba a decirle hija! ¡Pero como!. Jamás lo había admitido en voz alta, y ese no sería el día o ¿si?. ¡Este no era el día de preguntarse si su paternidad estaba presente! por que tenia que defender a su hija o ¿no hija?.
—¡Si! mi protegida, eso es —exclamó —hizo lo que usted anunció ¿No se supone que tendría que preguntar quién más afirma que lo que ❝afirmo❞ la niña es cierto? o que ¿quién sea que haya dicho que la tiro en una fuente, hable? o ¿si realmente fue en la fuente?, porque ahora que lo pienso siempre hay estudiantes que pueden ver si eso fue así o no —aclaró.
—¡Pero como cree usted! —exclamó. —¡La chica es una persona confiable, la que no lo es es su hija!
—Bien. —dijo Luc en un tono helado —si usted cree tanto en ella; pruebe que es cierto lo que la niña dijo.
Aquello ya lo había enojado. No creía que Lizza debiera estar en un lugar así, donde había tantas preferencias, que lograban que no creeyeran en ella. Se suponía que una directora debía investigar el asunto o por lo menos tener algo factible para culparla. Y todo este circo salió sólo por que había supuestamente empujado a alguien, y a su parecer le correspondía si es que lo hubiera hecho un castigo leve. Solo era una cosita chica, vamos después de Luc había hecho cada cosa en esa misma academia.
La mujer se levantó. tratando de intimidarlo y le dijo:
—Claro que lo haré señor Millefeuille, no piense lo contrario.
Madam Olympe se retiró, y se ausentó para traer a continuación a algunos chicos de diferentes casas. Punto que solo el pidió, pues pensaba que ellos dirían la verdad al contrario de la chica que su apoderada había ❝tirado al agua❞. Le habían informado que era Fleur Delacour, familiar de Lizza y de Aretha, quien era una delacour. Había visto a aquella niña una que otra vez.
La puerta se abrió y tras el chirrido entró la directora seguido de tres chicos que según una profesora que había estado diciendo que era imposible que su hija ¡mierda de nuevo lo dijo!. «¡Oh Merlín! no estoy preparado» para esto pensaba el de pelo blanco.
La directora como si fuera una película non-magique se sentó a paso acompasado con lento ritmo que hacia a Luc desesperarse. Lo miro directamente con gesto serio.
—Ya los traje, señora —dijo con algo parecido a sarcasmo la última palabra. Luc no se iba a dejar intimidar.
—Que hablen entonces.
Los chicos se miraban nerviosos mirándose uno a otro. Una chica de cabello caoba y gesto cohibido recibió un empujoncito de la rubia a su lado.
—Y-yo, este Madam, lo que vi fue que nadie lo hizo y la chica solo había ido a descargarse con Fleur por el conflicto. ¡Fue horrible! —Luc y la señora que se suponía era la ahora directora la miraban intrigados —aunque en su lugar yo los habría matado —eso último lo menciono tan bajito que nadie escuchó.
La directora y Luc dijeron con gesto sorprendido al mismo tiempo.
—¿Qué conflicto? —con gesto aún más sorprendido al darse cuenta de que lo dijeron a al vez. Ambos se fulminaron con la mirada, no se caían bien.
—Que Antoine la había engañado con la chica Delacour —dijo la chica tratando de hacerse más pequeña, porque no su parecer ambos adultos parecían dos leones a punto de saltar uno encima del otro y no precisamente de manera romántica.
—¡No! ¡No puede ser! ¡que chica tan mala! y ¡ese joven! ¡que vergüenza!, esos dos se la verán conmigo, ya verán —exclamó Luc con sorpresa y enojo que se iban agrandando en su pecho al pensar el sufrimiento de su joven protegida.
—Sí, sí puede— le respondió uno de ellos rotundo.
Todos miraron confundidos al único chico que habían llamado.
—Todos sabemos que es por el baile —anunció a los oyentes, mencionó el joven chico para acto seguido alborotar su cabello nervioso por su anterior actuación.
«Así que es eso lo que pasó».
—Esperen... —los silencio Luc pensando en todo el panorama —¿Qué baile? —preguntó.
La directora dio su palma contra su frente con exasperación.
—Ahora entiendo como la niña, digo Lizza tiene esa educación—afirmo Olympe.
Luc la miro y le dio la mirada de cómo te atreves, esa que lograba cosas incomparables.
—Ah con que eso piensa, bien, ahora sabemos que todo esto fue producto de su inutilidad. Mi hija, no se quedará aquí, la llevaré a otro colegio, al que tendría que haber asistido desde el principio, a donde su madre fue. Lizza irá a Hogwarts y se va luego del dichoso baile. Lo ganará y punto.
La mujer quiso hablar.
—No déjeme hablar. Un hecho que todos sabemos fue ridículo es esta conversación. La próxima -que esperemos no la haya- llámame por algo más importante. Y no un estupidez dada por su ineptitud.
La directora se acercó a el y se notaba furiosa más que eso en realidad.
—¡Uste-ed! ¡Usted no puede hacer eso! esa mocosa se tiene que ir de inmediato. —gritó con rabia.
—No, no lo hará y acuérdese de con quién habla, después de todo mis contribuciones ayudan al ministerio, me apoyarán en lo que haga y esta es mi última palabra —dijo con una mirada que haría temblar al mismísimo Hades, no por nada el hombre era más que respetado.
Se retiró dándole una mirada a los tres chicos, les dio un asentimiento con su cabeza con una mirada de agradecimiento. Ellos habían dicho la verdad y lo agradecía. Nadie absolutamentete nadie lo haría enojar y menos humillar a alguien de su familia, no sin que el se interpusiera con todo su ser.
✧Este cap queda sin gif hasta que encuentre a quien haga de Luc.
Disfrútenlo que está decente xd.
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