capítulo tres. beauxbâtons.

     LA NOCHE HABÍA PASADO A BORRONES. El aura de aconticidio bañaba el castillo. La casa Doué estaba en un impenetrable silencio. Esta era la casa fundada por la bruja Dominique Doué y a la que Lizza Celine Griffin pertenecía. En ella personas con gran valentía, justos y de grandes poderes para el duelo y los encantamientos asistían. El morado era el color de esta casa y su animal representativo era el caballo. En Beauxbâtons existían dos casas más: Vantard y Souple.

     Viktoria Vandard fue la fundadora de la primera y por ella recibe su apellido como nombre. Ella tenía una aficción por las artes oscuras, por que creía que de esa manera podría llegar a controlarla, ya que la veía como una amenaza. Es la casa de los astutos y de aquellos con potencial para las artes oscuras. El color de esta era el amarillo y su animal representativo el águila.

     La tercera casa recibe el nombre por Sivillino Souple, el siempre fiel. Era tan poderoso como las demás fundadoras amigas suyas. Pertenecía a una importante familia de sangre limpia. También era el más reservado y recatado y dulce de corazón, por esa razón su animal representativo es un conejo y su color el verde, que tenía el significado de la esperanza.

     Podía cerrar los ojos pero no podía conciliar el sueño. Su prima probablemente hablaría con Madam Olympe, la directora, quien favorecía notablemente a su prima.

     «Basta» se dijo.

     Envuelta en sábanas moradas se dirigió hacia la ventana de cristal. En ella divisó el bosque que había cercanamente al castillo, como se ubicaba en el pirineo Francés tenían gran belleza y por supuesto aceptaba estudiantes de Francia, Luxemburgo, España, Portugal, Belgica y los Países Bajos. Había muchos estudiantes, y todos se enteraron de ella. Estaba avergonzada, era imposible no estarlo, no se sentía suficiente para nadie; aunque le dijieran lo contrario.

     El miedo la carcomía temía una expulsión y a su tutor. Eso sí le helaba la sangre. Luc Millefeuille así se llamaba y el porque su madre lo había puesto como su tutor era un misterio. Temía su reacción él si era un purista, aunque ella fuera una tercera parte veela, y además para complicar el asunto, ella todavía tenía un abuelo todavía y una tía, Apolline Delacour madre de Fleur y Grabielle, quienes continuamente demandaban que ella fuera con ellos. Y también otra tía que no veía casi nunca. No confiaban en alguien quien en su pasado mataba a los non-magique.

     En fin Celine como sus tíos le decían, ya que según ellos preferían su nombre francés. Temía las represalias, porque que su prima intentaría algo contra ella debido a que todo su plan fue descubierto por sus amigas: Letticia y Amara.

     Letticia era la amiga a quien siempre recurría y esa persona que en ese momento se encontraba en su cama, pues no había querido dejarla sola durante su primer corazón roto. Ella era una bruja de otra casa, Vandard. Y probablemente la expulsarian, si la vieran en su cuarto. No la perdonarían y menos siendo de Vandard, por que eran sus enemigos. Nadie confiaba en aquellos que eran buenos en la magia negra y menos en aquellos astutos, pero Lizza no juzgaba eso en sus amigos. Nadie debería hacerlo. En cambio Amara era todo lo contrario a ellas, era dulce y más cariñosa que cualquiera. Ella pertenecía a Souple. Ella si no había querido por esta vez meterse en problemas, su madre la mataría de lo contrario había comentado. Pero normalmente si lo hubiera hecho, solo que había tenido demasiados castigos el año anterior. Esta vez se conformó mandándole una carta, solo para decirle que se vengaría de Antoine.

     El cielo se encontraba estrellado. De un azul profundo que ocultaba con la serenidad de inconmensurables secretos. Eso enternecia su alma, le recordaba las noches en que su madre en su niñez más tierna le explicaba las constelaciones y estrellas.

     ❝Sabes ternura mía Sirius es el nombre propio de la estrella Alfa Canis Maioris. Es la más brillante de todo el cielo nocturno vista desde la tierra situada en la constelación del hemisferio celeste sur Canis Maior❞.

     Luego reía retandoce por decir datos que a una niña no le deberían importar. Aunque ella le seguía pidiendo siempre más información y por que fue pocas de las veces que estuvieron juntas compartiendo momentos y por eso aquel recuerdo quedo grabado en Celine.

     Extrañaba a su madre y al padre que nunca había conocido, su madre sólo le dijo que aunque ella la había tenido en un amor extramatrimonial. Juro que nunca se arrepentio de tenerla, que la amaba, aunque su padre hubiera desaparecido. Era el resultado de una aventura y por lo tanto que incluso sus abuelos anteriormente la habían rechazado, pero luego la terminaron amando. Era idéntica a su madre.

     En la penumbra idónea de esa noche se dirijio a fuera de aquel cuarto. No hizo ruido, paso rápidamente pero con cuidado la sala común y se fue de los dormitorios de su casa. Se dirigió a los jardines. Eran de una extensión considerable se dirigió hacia la fuente donde había descubierto la infidelidad. No era por que quisiera provocar recuerdos, sino que por la historia de ella. Se cuenta en los rumores que corren en la academia que allí se conocieron Nicolás Flamel y su esposa Parenell, quienes viven en la eternidad ahora. Imperturvables y etéreos.

     Al llegar divisó la escultura que había en su centro. Eran caballos alados. No sabía bien que querían decir de una forma artística, pero podia decir que eran de cristal. El agua se disparaba hacía arriba y se disipaba a su alrededor en pequeñas gotas. La amaba.

    Se sentó y disfrutó de aquel paisaje. La noche era fría y ella la enfrentaba con sus sábanas moradas que eran suponía de seda.

     Un ruido la desconcertó notablemente.

     Movió su cabeza buscando aquel ruido. Se alivió al pensar que era una rama que se había quebrado. Esperen ¡como!

     Se levantó de la fuente y se acercó hacía el inicio del bosque donde suponía había venido el sonido. En la penumbra de la noche divisó a alguien. Era una mujer de hermosas facciones, era una ninfa. No era anormal encontrarlas en beauxbâtons ellas cantaban en las comidas serenatas.

     —Eres uno de ellos —dijo con su suave voz.

     —¿De quién?. —preguntó.

     —Eres hija de uno de ellos, es uno de los designios más extraños, el encontrar a uno en el mundo mágico, se suponía que estaba prohibido. Vine a visitar este lugar un viejo amigo me lo recomendó, no sabía el por qué pero ahora... se suponía que ninguno de ustedes debería existir aquí... —se dirigía lentamente hacía atrás. Parecía que estaba aterrada —no se supone que estés aquí, los atraerás...

     Lizza se encontraba confundida no sabía de que hablaba, pero aquella mujer la miro una última vez. No sé había dado cuenta de que ella se alejaba.

     Ante ello dijo:

     —¡Oye! —gritó —no te vayas... —dime al menos tu nombre ¡por favor! —¡Hey! —volvió a gritar Lizza al ver que no le dio importancia a sus llamados semi-desesperados.

     Aquello no había dado resultado.

     La ninfa se había ido y nuevamente sólo el graznido de lechuzas se escuchó. No quería saber nada. Su día estaba siendo una mierda y todo lo que sucedió en la noche solo logro confundirla, por lo que sin ningún reparo decidió irse a dormir. En su cuarto la conversación le daba vueltas una y otra vez por su mente.

Okis tercer cap editado, o semi editado, la verdad xd. Espero lo hayan disfrutado♡.