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CAPÍTULO TREINTA
Y CINCO
❝CONEXIÓN❞
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Sirius Black, el pequeño, pero peligroso Catos y el gato atrigado horas después del papelón.

     —Teníamos un plan ¡imbécil! sólo teníamos que seguir las instrucciones.

     —¡Oye háblame con respeto niño! respeta a tus mayores. —le contestó el perro negro.

     El gato atrigado que caminaba al frente con un cuidado extremo y casi balanceándose de un lado a otro miro hacia los dos y con una mirada intimidante dijo:

     —Arruinaste el plan, ¿cómo haremos para deshacernos de la rata? —preguntó con una molestia interna alta.

     Catos retomó la palabra con un chasquido de lengua.

     —Oye viejo, Croksbanks se encargo de la contraseña y yo de saber si la rata, era la rata. Yo confirme el dato. ¿Qué harás tu aliento de muerto?

     Sirius es su forma perruna fingió pensar mientras sin quererlo su cola se movía de una lado al otro.

     —Haré que ella me ayude, le diré la verdad de lo que sucedió ese Halloween.
—contestó totalmente serio.

（...）

     LA NOCHE había continuado su rumbo y a partir de la entrada del fugitivo Sirius Black a Hogwarts, la seguridad y el patrullaje estaba en auge. Todos los profesores estaban totalmente anonadados y preocupados de que ese ❝asesino❞ hubiera podido entrar y haber querido lastimar a alguien. El director, si bien sabía desde el momento en que Harry había nacido que había gato encerrado en toda esa maraña de información, siempre se mantuvo expectante y pues tampoco había información que recaudar o una manera de hacerlo, después de todo, era un crimen tan atroz que el hombre que era el jefe del ministerio en ese momento, no llevó a cabo un juicio, simplemente fue llevado a la cárcel. Por qué esa noche los Potter habían muerto y nadie sabía nada, ni tampoco que era lo que había salido mal realmente y la madre de Lizza a quien nunca habían vuelto a ver nuevamente que también era cercana a todo el grupo de amigos, desapareció. Nadie supo nada más, solo que Sirius Black era un traidor y que había vendido a sus amigos a Voldemort.

     Retomando en cuanto a la madre de Lizza y su ubicación, está era un misterio o así lo creyó Dumbledore hasta que cierta información cayó en sus manos. Obviamente él nunca debió saber nada, por que la naturaleza de esa carta confirmaba el destino que ella tenía y el sospechaba, por lo pronto esperaría. Convenía que así sea, además de que Luc Millefeui era un hombre muy protector y más con su única hija. Ese hombre era peligroso y más cuando una persona preciada para el correría un peligro alarmante en el futuro.

（...）

     SIRIUS BLACK en su forma humana se encontraba sentado en la casa de los gritos, el cuadro era de lo más lamentable, ya que la vida que el exudaba en su juventud parecía que había sido absorbida en su estancia en la cárcel más peligrosa de todos los tiempos y así había pasado, eso era lo que justamente había ocurrido sólo que el hombre había sobrevivido a ese horrible lugar sacado de las peores pesadillas. Lo que lo había incentivado a escapar era uno de los sentimientos más antiguos y negativos que había existido; la venganza.

     El decidió enfrentar a Celine, buscar su apoyo y contarle sus sospechas, por que quería poder estar nuevamente con los hijos de las personas que más amo; Lizza era una y Harry otra. Además, pensó el hombre, obviamente  iba a regañar a la niña por haber besado a ese jovenzuelo desvergonzado con sonrisa coqueta.

     «Ugh, ya sonaba como su madre regañando, y jamás pensó que terminaría de esa manera cuando era joven.»

（...）

     LA NOCHE EN HOGWARTS había caído, todos los jóvenes estaban durmiendo tranquilamente, todos excepto dos chicos pensantes, que tenían la cabeza llena de pensamientos que podían llegar a ser lastimeros para ellos. El pelinegro de ojos verdes brillantes y la joven de cabello rojo daban vueltas en sus camas improvisadas en medio del Gran comedor, sus extremidades se movían inconformes con la posición u alguna otra excusa.

     Cuando Harry miró hacia un costado notó a su amiga, que estaba a su lado, no poder dormir.

     —Lizza; ¿todo bien?

     —Estoy preocupada, siento que algo no está bien, y desde que llegué aquí no veo a Luc, aveces extraño mi hogar.

     Harry entendió eso, le pasaba lo mismo con Hogwarts, por que no había una familia que lo apreciará realmente.

     —Yo lo entiendo, el extrañar a tu familia, pero, ¿sabes que cuentas conmigo, no?. No estás sola. —le dijo.

     —Sí, lo sé. Tú también Harry, siempre. —Le contestó mirándolo a los ojos.

     Ambos en la oscuridad, y todavía escuchándose algunos susurros de los estudiantes que no habían caído en un letargo, se miraron con esa conexión que sintieron desde que se conocieron y se sonrieron, pensando en la suerte de tener amigos que te apoyaran en los momentos más vulnerables que uno podía tener.

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     »Chicos acabo de morir tratando de terminar este capítulo, entre ayer y hoy estuve con mucha tarea suertebque terminé xd

     wey amo que hayan estado apoyando tanto esta historia, se que tiene fallas xd pero gracias de corazón♡. Así que tenganme paciencia.