𝒙𝒙𝒙𝒊. 𝑹𝒂𝒊𝒏.
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CAPÍTULO
TREINTA Y UNO
❝LLUVIA❞
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LIZZA DESPERTO ANCLADA EN OJOS GRISES Y TRISTES, ESE DÍA EN ESPECÍFICO PENSABA DEJAR LO QUE LA AQUEJABA. La pelliroja luego de una noche hermosa sólo por su forma más simple pero con la diferencia en la apreciativa compañía de aquel chico huffelpuff de ojos grises y nublados; pensaba por una lado disfrutar de su compañía y esperaba aquella cita mencionada que habían hablado. Realmente había podido dejar de lado por un momento a Draco fuera de sus pensamientos. Cedric aún no lo sabía, pero el se transformó en su alivio esa noche, como tomar agua fría en un día caluroso o como un medicamento natural o te de manzanilla (uno de sus favoritos). Pudo levantarse por su fuerza de voluntad después de la típica decepción amorosa, que en su vida se estaban haciendo recurrentes. Sus amigas de Beauxbâtons -si es que todavía lo eran- le dirían para reconfortarla: Hay que encontrarse sapos en tu camino, hasta llegar al indicado.
«Ella no estaba tan segura».
No, de ninguna manera, por que sacar o desprender a alguien de tu mente y corazón era difícil, y aunque aquello le doliera en el alma, era una solo un amor adolescente, por lo que se levantaría con una sonrisa y seguiría siendo amiga del Malfoy menor sin otros sentimientos de por medio. Después de todo ella lo seguiría queriendo y sacarlo precipitadamente no era algo que ella haría, aunque le pesará el alma, agregando el hecho de que luego de esa ❝humillación/decepción❞, demostrar sus sentimientos nuevamente no estaría en sus planes y encariñarse tampoco. Debería decir, que esa afirmación sólo hacia ver su mala suerte en el amor.
Se levantó demasiado temprano considerando que faltaban dos horas para el desayuno. ¡Dios odiaba no poder dormir tanto!. Salió de su cama tratando de no despertar a su hermoso felino negro y se largó directamente por una ducha caliente para que su cuerpo despertara de ese letargo. Tenía frío por lo cual el agua rozaba lo hirviendo, pero el agua nunca jamás se sentiría mal para ella, su confort siempre devenia de esta de una forma u otra. Podía apreciar las gotas relajando su cuerpo duro. Ella no pudo saber cuánto se tardaría, pero fácilmente podía estar bajo el agua una eternidad, por que se sentía tan bien que sus músculos adoloridos por la posición incomoda que tomó en la noche se relajen, juraba que todo en ella mejoraba solo con el agua cristalina.
Por un momento el confort que sintió le recordó a alguien más, pensó en su padre, Luc, y como extrañaba su indómita presencia en su vida, extrañaba su familiar gusto por las ranas de chocolate y su disgusto por su vestimenta parecida a los non-magi, ah lindos recuerdos. Extrañaba sus regaños, sus muecas y todo, la verdad era que tras su acercamiento ella sentía que tenía por fin un hogar.
Entre su mente dispersa y aquel cálido sentimiento que le daba pensar en su padre calló en cuenta que había estado demasiado tiempo. Opto por ya acabar. Apago la ducha y al salir de ésta, se cambio con su uniforme rápidamente sin preocuparse por como se le veía o si tenía arrugas en él. La verdad es que ese día no había pensado en ir. Luego pensó que sería patético faltar por ese rubio.
Notó que Cuchurrumin maullaba en busca de su atención. Se acercó a el, se sentó en la cama y procedió a ponerlo en su regazo para su cuota diaria de cariño. Su gato sucumbió ante sus caricias y como acto reflejo, luego de tocar un punto específico en su cuello empezó a mover su patita izquierda como reflejo. Podria estar todo el día así, pero debia ir a desayunar. En el baño reviso en el espejo y trato de arreglar su desabrido aspecto o al menos así se veía ella: algo derrotada y con ligeras ojeras. O podría ser que el mes de octubre y por lo tanto la fecha para Halloween estaba cerca y necesariamente, el aniversario de la desaparición de su madre también.
Sentía que cada año el mes de octubre se alargaba de más y más.
Ya lista, se dio cuenta que solo faltaba medio hora para el desayuno, y por algún motivo Hermione no estaba en su cama, por lo cual sabía que se había levantado más temprano ese día que de costumbre y probablemente fue cuando ella estaba tomando su ducha, por que en ese momento si estaba en su cama.
Se dirigió ahora ya con un mejor aspecto y pensando en ese chico huffelpuff que había sido muy amable con ella —gracias a Merlín por ello —ya que de lo contrario se ahogaría en penas. Recorría los pasillos del castillo alumbrados por la luz leve que dejaban pasar esas nubes tan negras. Parecía una pintura de óleo, en su opinión algo hermoso de pintar.
Por alguna razón el recuerdo de la noche y lo sucedido sacó una sonrisa en ella, una pequeña mueca que le diría que su decepción pasaría pronto. Ya terminado su recorrido habitual, paso al Gran comedor donde vio a su amiga leyendo un libro bastante concentrada, ella no cambiaría y la amaba así.
Se le acercó con una sonrisa, que sin que ella pudiera apreciar se veía desanimada, pero relativamente bien en comparación al día anterior.
—Hola, Hermione. Buen día. —saludó para luego tomar asiento en el lugar vacío frente a ella.
La mesa estaba bastante vacía, por que lamentablemente era un día nublado y parecía que estaba por llover «eso calificaba automaticamente como un hermoso día para no asistir a clases» pensó Celine mirando a su alrededor notando la poca abastecida mesa de Gryffindor. Esperaba que pronto el leve rocío de la mañana se transformara en gotas de agua que mojen la tierra y produzca esa melodía única que amaba.
—Ayer note que llegaste tarde ¿pasó algo?, por qué no te veo muy bien. —dijo la castaña mirando de reojo a su amiga que ya que estaba a su lado, notaba como su corbata roja y dorada estaba levemente desarreglada y su pollera arrugada, parecía un día cualquiera, pero la astucia de los ojos marrones que portaba Hermione decía que su estado de ánimo flaqueaba. Ella había observado que desde ayer se notaba decaída, sus evidentes acciones anormales la delataban, como por ejemplo no tomar su pastel favorito o esquivar su mirada contemplativa.
—Humm, no lo sé; paso algo bueno si es lo que quieres decir. —mencionó la pelirroja en una sonrisa algo espontánea, ya que pensaba en el castaño alto y realmente lindo que conoció ayer en esa fria noche.
—Oh es así. —dijo Hermione más entusiasmada —¿Qué es? ¿tiene que ver con el renombrado Cedric Diggori?, por qué si es así, esta mirándote directamente junto con sus amigos.
Lizza se sonrojo ante las palabras de su amiga y pronto se vio dándose la vuelta tan discreta y disimuladamente como podía.
Cedric desde la otra mesa sonrió cuando ambas miradas se encontraron y sus amigos burlones comenzaron a reír, provocando que Lizza se de rápidamente la vuelta nuevamente. Ella tomó sus mejillas tratando de que dejaran de estar sonrojadas con un color melocotón.
—¡Oh por dios! ¡El te gusta! —mencionó entusiasmada ya dejando de lado sus especulaciones sobre su amiga, pensando en que era obvio que alguien le gustaba, por que si no, no había manera que ese aire apesadumbrado fuera por otra cosa. Claramente todavía no conocía a la chica de cabello rojo tanto, por que Lizza era alguien que aveces parecía portar un aire de misterio.
—¡No! —exclamó la pelliroja exaltada, sin querer negarlo tan mal, digamos.
—Oh... tan extraño, mira quién viene por allí. —mencionó Hermione mirando un punto en específico.
Lizza miró hacia donde estaba dirigiendo la mirada su amiga y vio Cedric acercandose con esa hermosa sonrisa natural encantadora.
«Ufff notaba que el calor subía» pensó la pelliroja.
—¡Oh por Merlín! —dijo con sus labios cereza entre abiertos.
—Hey —saludó el castaño con una mano sobre su cabello, signo de sus nervios.
—Hey —respondió sonriente.
—¿Me puedo sentar? —preguntó señalando hacia el lugar vacío a su lado.
—Claro.
El tomo asiento y en los próximos minutos ambos se embarcaron en una discusión llena de risas y anécdotas extrañas de ambas, como por ejemplo: como jugaba de niño Cedric queriendo ser un jugador del deporte mágico más conocido y aclamado, saliendo con su propia escoba. O como Lizza se disfrazaba de cantante de rock, cuando su madre estaba con ella (recuerdos que quedaron grabados aunque ella tenía unos cuatro años) y la lista seguía. Así por el tiempo que quedaba charlaron antes de que cada uno tomará su rumbo concordando en que debían estudiar juntos.
Claramente ninguno se enteró cuando Harry y Ron se acercaron. Uno con ojos tristes y otro demasiado enojado. Hermione se hizo cargo y los mando con Fred y George que estaban un poco más alejados, quería facilitar las cosas para Lizza.
Todo había salido de maravilla.
(...)
Un chico de la renombrada mesa de Slytherin sentía rechinar sus dientes mientras miraba algo interesante y horrible en la mesa de Gryffindor. A su lado estaba la pesadisima Pansy Parkinson tratando de llamar su atención tomando incómodamente su brazo para tratar de resfregar su cuerpo en ella. Blaise Zabini estaba enfrente suyo admirando la mueca extraña en su rostro y riéndose silenciosamente de su tortura. Theodore Nott estaba al lado de la incomoda situación que se formaba. Crabbe y Goyle, estaban ocupados en el desayuno comiendo todo lo que tenían enfrente. No estaban atentos.
—Uhh sabes mi compañera de pociones últimamente se ve menos energética que de costumbre. Ayer la cruze por el pasillo, sabes —soltó el ojiverde mirando de reojo como Draco se desprendía bruscamente del atosigamiento provocado por Parkinson.
—Pero Draquito... —dijo en respuesta la joven chica en berrinche.
—Solo no Parkinson, hoy y siempre, no. —Respondió mirando hacía ese lugar que llamaba su atención.
Había recibido el comentario de Nott, pero sabía exactamente de quién hablaba y no quería informarse más. O de lo contrario soltaría todo y la besaría hasta artarse, saldría a la luz su yo meloso y probablemente le diera esas horribles rosas celestes/azules de las que hablaban siempre (aunque no se hablaran hace poco menos de dos días). Ese comportamiento estaba terminantemente prohibido. Su madre la pasaría realmente mal y el no podía ponerla en esa situación, ya bastante tenía con los problemas en la mansión y su padre.
—Eres mi novio —Parkinson rebatió ya molesta por su indiferencia achinando los ojos. Reprobaba el comportamiento brusco de su novio y sabia que sus padres sí los veían juntos aprobarían esa relación. Bueno costaría por que no le agradaba a la madre del chico en cuestión, pero su opinión no era importante.
—Sí, no me lo recuerdes. —contestó de forma molesta rodando sus ojos. Como si necesitara que le recordaba esa tortura.
Lo próximo que Draco supo es que tenía los labios de la chica en él. Sintió la lengua tratando de introducirse en su cavidad bocal. Sin siquiera quererlo la empujó como acto de reflejo y la chica cayó en el piso con un fuerte golpe que llamó la atención de todos a su alrededor. Pronto toda la mesa de Slytherin quedo en sumo silencio, por que para nadie era un misterio la relación "amorosa" de ambos y el comportamiento del príncipe de slytherin era sumamente insólito.
La chica lo miro con lágrimas, pero una expresión rabiosa en sus ojos se presentó. La furia habitaba en ellos. No le sorprendería que de estar solo su asesinato fuera lo que seguiría a toda esta sucesión de hechos.
—¡Draco eres un imbecil! ¡hacemos esto todos los días desde hace años! ¡cual es tu problema! .—ella dijo levantándose y sacudiendo su trasero en busca de sacar el polvo de su corta pollera.
Ante los gritos el reaccionó en consecuencia.
—¡Yo no lo sé! ¡No lo sé, okey!
—Que te coma un dragón, idiota —pronunció furiosa la chica se dio la vuelta luego de pronunciar esas palabras. Se arrepintió en menos de un segundo. Dio media vuelta nuevamente para mirar directamente esos ojos grises tormentosos que le gustaban con desesperación y tomó a Draco bruscamente de su camisa.
—Tu eres mío y no me importa si piensas en otra mientras estás conmigo ¡me oyes!
No contestó, por que por su mente pasaban reacciones demasiado agresivas.
—De acuerdo, ¿tampoco que diga otro nombre, no? o ¿no está permitido?. —preguntó casi sarcástico tratando de controlarse, por que sin quererlo estaban dando un espectáculo.
Una cachetada fue lo próximo que sintió—No te libraras de mi —,dijo para luego retirarse con furiosas pisadas.
Draco quedó mirando desde su lugar la caminata furiosa de Pansy. Sacudio su cabeza disconforme con lo que había hecho: estaba en problemas.
Blaise empezó a aplaudir lentamente.
—Callate imbécil —soltó el rubio llendo por su "novia", dedicando una última mirada hacía la chica que hacía que cientos de hipogrifos estén en su estómago. Lo triste, era que él la veía reír con alguien más.
» Heeeeey volvi. Después de dos siglos. Bueno la verdad me costó un poco este capítulo, pero espero que les guste. Tiene unas dos mil palabras en recompensación al anterior que era algo corto. Ahora, ¿qué les pareció nuestro Draco en su drama? ¿se lo merece? ¿tiene que ponerse las pilas?. Y ¿Lizza con Cedric? Estuve leyendo comentarios y hay opiniones variadas de con quien va a estar.
Espero sus opiniones ;)
Por cierto se que esto tiene falta de ortografías, la idea es poder editarlo cuando este libro termine.
Nos vemos en el próximo y lamento que la nota se me alargue♡.
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