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"La humanidad tiene con Los Vengadores una deuda impagable, ustedes han luchado por nosotros, nos han protegido, han arriesgado su vida... pero mientras una inmensa mayoría los ve como héroes, hay quien prefiere utilizar la palabra justicieros."

"¿Cómo calificaría usted a unos individuos mejorados que sistemáticamente ignoran las fronteras soberanas de los países e imponen su voluntad allí donde les place y que, sinceramente parecen indiferentes al daño que van provocando?"

"Los Acuerdos de Sokovia, aprobados por 117 países. Establecen que a partir de ahora Los Vengadores dejarán de ser una organización privada... "

"Creanme esta es una solución definitiva."

Respiró hondo mirándose al espejo, buscando la forma de deshacerse de aquellas palabras que no habían dejado de repetirse en su cabeza durante los últimos tres días. Cuestionándose si su negativa a firmar los acuerdos era simplemente por orgullo o una especie de sexto sentido alertándolo de un posible desastre.

— Capitán, el señor Stark pregunta por usted — frunció el ceño negando con la cabeza antes de contestar.

— No es un buen momento —  optó por evitarlo y escapar de otra charla insistente en la que Tony parecía poseído por el espíritu de un vendedor de enciclopedias, recitando sin parar las numerosas ventajas de los acuerdos mientras le ofrecía una de sus exclusivas plumas como anzuelo.

Se estaba quedando sin tiempo, y sin idea de cómo salvar a ese grupo de "mejorados" al que consideraba su familia.

— Steve — escuchó la voz de Sam detrás de la puerta — es la hora — murmuró atravesando el marco de la puerta.

— Lo sé — asintió apretando la mandíbula — ¿sabes quién queda por firmar? —  preguntó ajustando las mangas de su camisa.

— De momento Natasha sigue sin firmar, con respecto a Wanda, ella ha decidido no ir a Vienna, según sus propias palabras, si permanece encerrada no podrá herir a nadie más — Steve apretó la mandíbula.

— ¿Lo sabe Tony? — la respuesta era obvia, pero aún así quiso saberla.

— Sí, está de acuerdo con ella. Cuando todo acabe hablará con Wanda sobre sus opciones, tanto dentro como fuera de Los Vengadores — Steve sonrió ácidamente.

—  Qué considerado por su parte — soltó sarcásticamente — De acuerdo, vámonos.

— ¿Por qué siento que esta será la penúltima vez que recorra este pasillo? — murmuró Sam de camino al helicarrier.

— ¿La penultima? — Steve lo miró confundido.

— La última será cuando tenga que venir a recoger todas mis cosas después de que las Naciones Unidas decidan patearme el trasero —

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. Vienna International Centre .

Se sentía absolutamente fuera de lugar, en aquel edificio acristalado en el que mirase donde mirase no encontraría a nadie que compartiese su misma opinión. Llegó a preguntarse si su postura al respecto era la correcta o solo estaba resistiéndose a aceptar lo que para muchos era la mejor opción.

La prensa se había hecho eco de la noticia, medios de todo el mundo se agrupaban rodeando las inmediaciones del lugar, compitiendo por ver quién era el primero en mostrarle al mundo el nuevo destino de Los Vengadores.

— Que te hayas vestido de funeral no significa que realmente estés en un funeral — Steve trató de poner buena cara, aunque por la expresión de Tony no lo había conseguido — Un público difícil... ¿un canapé? — deslizó una bandeja llena de comida — creo que es algo con atún crudo, solo sé que está bueno, deberías probarlo — dijo llevándose uno a la boca.

— Sigo sin entender ese fanatismo por la comida cruda... — su cara de desagrado provocó la risa de Tony.

— Deberías abrir tu mente a nuevos horizontes... sobre todo si implican mejoras... quien sabe puede que te guste —

— Supongo que ya no hablamos de atún crudo, ¿me equivoco? — habló mirando al frente.

— Vaya... tu habilidad para captar indirectas modernas cada vez es mejor, me veo en la necesidad de felicitarte — Tony palmeó su hombro cómicamente.

"Por favor tomen asiento, la sesión empezará en breve."

— Sé que piensas de todo esto, que a pesar de mis ingeniosos intentos aún sigues manteniendo tu opinión, pero es lo mejor Steve, para nosotros y para las personas que queremos ayudar — podía decirlo de mil formas distintas y ninguna lograría convencer a Steve.

— ¿Otra vez acosando a Steve? — Natasha comentó sentándose a la derecha.

— Si tú te vas alguien tendrá que entretener al viejo, por cierto, ¿cómo está el príncipe? — preguntó tratando de molestar a la pelirroja.

— Bien, sigue sin soportarte, lo cual no es nada sorprendente — sonrió descaradamente, provocando una leve carcajada en el rubio.

El rey T'Chaka se despidió de su hijo, comenzando con el discurso inaugural que marcaba el inicio de la sesión.

— ...lucharemos para mejorar el mundo al que deseamos unirnos. Y agradezco mucho a Los Vengadores que apoyen esta iniciativa. Wakanda está orgullosa de tender su mano en son de paz...  —

— ¡Todo el mundo al suelo! —

La explosión fue ensordecedora, arrasando con todo su paso, cubriendo el ambiente con una extensa nube de polvo y escombros, y respirar se convirtió en una tarea imposible.

— ¡Tony! ¡Nat! ¡Estáis bien! — gritó sintiendo como si un taladro estuviese dentro de sus oídos.

— ¡Sigo entero aunque he estado mejor! — respiró aliviado al escuchar la voz de Tony.

— ¡Alguien sabe qué diantres ha pasado! — Natasha tosió levemente

— ¡Y ahora qué! ¡Nos sentamos a rellenar un formulario para poder actuar o ayudamos a toda esta gente! — la catástrofe que acababan de vivir no hacía más que reafirmar la opinión que Steve tenía sobre los acuerdos. Era una mala idea.

— ¡A veces me dan ganas de pegarte! — y Tony se acababa de dar cuenta de aquello.

— ¡Déjalo para después! ¡Vamos! —

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"Una bomba oculta en una furgoneta ha arrasado el edificio de las Naciones Unidas en Vienna, con un balance de más de 700 heridos y al menos 12 muertos, incluido el rey T'Chaka de Wakanda. Las autoridades han difundido un vídeo de un sospechoso al que han identificado como James Buchanan Barnes, el Soldado de Invierno. El infame agente de HYDRA relacionado con numerosos actos de terrorismo y asesinatos políticos. Cualquier información..."

— Deberías vigilar ese corte — Tony llegó a su lado, con una bolsa de hielo en la mano.

— Gracias — el semblante de Steve hablaba por sí mismo. No estaba siendo tarea fácil digerir la noticia, ni pensar en la forma de ayudar a su mejor amigo.

— ¿Crees que fue él? — preguntó despacio.

— Definitivamente es su cara... — contestó pasando ambas manos por su rostro.

— ¡Steve! — Sam llegó corriendo — tengo que hablar contigo, es urgente.

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— Acaba de llegar hace unos minutos, la foto es de hace un par de días — habló con rapidez, mostrándole la pantalla de su móvil a Steve.

— Es él  — murmuró observando la fotografía detenidamente — ¿Lo ha visto alguien más?

— Mi contacto es exclusivo. Steve, esa foto fue hecha en Canadá y aunque es posible, dudo mucho que esta persona sea la misma que ha explotado el edificio — las palabras de Sam azotaron la mente de Steve.

— Es una trampa... — murmuró pensativo — ¿quién es esta chica? — señaló a una esquina.

— Sin información, mi contacto no ha conseguido identificarla, pero a juzgar por la chaqueta solo puede ser una cosa —  fue fácil reconocer la organización a la que pertenecía.

— HYDRA — asintieron a la vez — Hay algo que carece de sentido, si Bucky huyó de HYDRA, ¿qué hace ahora acompañado de alguien como ella?

— Pensé que tú sabrías la respuesta. Mañana cuerpos especiales de todo el mundo recibirán la orden de atraparlo. Esta es la única ventaja que tenemos — advirtió Sam.

— Lo sé. Prepara tu traje —

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. ¿? .

— ¿Crees que ha sido una buena idea? — Jack tenía sus reservas sobre el plan de Rumlow.

— ¿Tú no? — replicó distraído, mirando por la ventana.

— Tengo mis dudas, culpar a Barnes del atentado supone más compañía de la necesaria — afirmó.

— ¿Compañía o competencia? — rió levemente — Tómalo como una carrera en el que el premio final será la cabeza del Soldado.

— ¿Qué pasa con Brianna? Es muy probable que termine expuesta ante todo el mundo — Rumlow se estaba dejando llevar por la desesperación de no tener a Brianna bajo su control y por la idea recurrente que pasaba por su cabeza desde que supo que ella se encontraba con él.

— Nadie conoce a Brianna, es más, Brianna Pierce no existe, ¿crees que buscarán a alguien que no existe estando el Soldado de Invierno de por medio? — sonrió con superioridad.

— Señor, hemos recibido una llamada — avisó un joven agente — Tenemos la ubicación exacta del Soldado — dijo nervioso.

— ¿Quién ha llamado? — preguntó ansioso, esperando que la respuesta fuese la deseada por su cabeza.

— Sin identificación — Rumlow apretó los puños — pero era una mujer joven...

— Saldremos lo antes posible — miró a Jack con una sonrisa victoriosa — ¡Recordad! — gritó captando la atención de cada agente presente — Brianna es nuestra prioridad, la quiero sana y salva. Si alguien tiene que morir no será ella.

— Pronto volverás a casa Bri... — susurró para sí mismo.

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— ¿Me has echado de menos pequeña? — habló sarcásticamente, saliendo del baño después de una ducha breve, obteniendo un suspiro cansado por parte de Brianna.

— ¿Me hablas a mi o a alguna parte de tu anatomía? — murmuró sin levantar la mirada, delineando un patrón imaginario sobre las sábanas de la cama.

— Ouch — el Soldado hizo una mueca llevándose la mano al pecho — ¿Vuelves a hacer huelga de hambre? — preguntó observando el sandwich intacto.

— Simplemente no tengo hambre — replicó con la voz apagada, una vez más, torturando al Soldado.

La observó desde el sillón, sentada sobre el colchón, cabizbaja, tranquila, puede que demasiado tranquila para ser ella. Su intuición salió a flote. 

Intuición, algo tan humano y primario que solo había podido recuperar gracias a ella. El responsable de desvanecer aquel razonamiento frío y calculador propio de una máquina sin sentimientos, dándole una ligera ventaja a su prisionera.

Una prisionera con un nudo en la garganta, que agachaba la cabeza incapaz de mirarlo a los ojos y exponer ante él el sentimiento que inundaba cada centímetro de su cuerpo:

Culpabilidad.

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Bolbi...

...Temporalmente

Je.