𝘴𝘢𝘯(三); 𝘧𝘢𝘯𝘵𝘢𝘴𝘪𝘦𝘴 (releer)
Sus amigos seguían conversando con tranquilidad, lo cual le parecía estúpido después de la fuerte sacudida que le habían causado esos ojos negros, los cuales permanecían indiferentes ante el bullicio de la cafetería.
Su respiración iba y venía al igual que su lápiz, bastante pesada, como si hubiese corrido un maratón. Inhalaba profundo, porque era la única forma que conocía de calmarse y necesitaba hacerlo, para poder terminar su adorado dibujo.
A pesar de que el nerviosismo había logrado que sus mejillas se tiñeran de rosado, una pequeña sonrisa boba delataba su estado de ánimo confuso. Bailaba en medio del miedo a ser descubierto y la emoción por terminar su retrato.
Su mano seguía trazando ligeramente temblorosa, aún si él tenía ese pulso impecable por el cual su profesor de arte lo había halagado tantas veces.
Levantó su mirada, detallando aquellos ojos perfectamente rasgados, con esos párpados delgados y lo pequeños que se volvían cuando una sonrisa burlona adornaba su rostro.
Sin darse cuenta, se quedó demasiado tiempo viendo y para cuándo logró reaccionar, los mismos ojos que tanto contempló lo estaban mirando, pero no con sorna, sino con una curiosidad bien escondida. YoungJae entró en pánico cuando logró percatarse de lo que sucedía: el modelo de su obra lo observaba intimidante, preguntando con la mirada qué hacía viéndolo. Y no supo cómo responder, pero su rostro lo decía todo.
El chico, es decir, JB, le regaló una sonrisa pequeña y volvió su mirada hacia el tazón de ramen que engullía con rapidez.
YoungJae se sintió estúpido al verse descubierto, así que decidió esconder su rostro en el medio de un libro cualquiera de los tantos que había tirado sobre la mesa. En sus mejillas no cabía más sonrojo, sin embargo, logró algo.
Plasmar aquel rostro en su memoria, en especial aquella sonrisa.
Ahora su preciado dibujo podría ser terminado.
Sonrió satisfecho, admirando con una pequeña risa el boceto a medias que por fin podría ser una obra de arte. Feliz por ese lado, reanudó su labor de alimentarse de aquel ramen que olía delicioso a pesar de encontrarse un poco frío.
Su vista inquieta viajó entonces a la nariz perfilada de YuGyeom, quién sonreía tímido mientras contaba a ambos sobre cómo había tenido una escena romántica con su amor platónico.
YuGyeom recordaba todo a detalle, lo cuál se evidenció en las pequeñas muecas que hacía mientras hablaba de todo el suceso, como si aún sintiera todo a flor de piel. El pelinegro centró toda su atención en el relato de su dongsaeng.
-Estaba en la biblioteca, ayudando a YooBin noona con la verificación que hacen cuando se prestan libros... Es decir, ella me decía los que faltaban y yo verificaba en el sistema la fecha de entrega -entrelazó sus dedos por encima de sus piernas, tenía la cabeza gacha como si lo que estuviera contando fuese algo realmente vergonzoso-. Los libros que no estaban en la biblioteca y pues, que debieron haber sido entregados, los anotábamos en una lista junto al nombre de la persona a quién se los habían prestado. Mientras hacíamos eso, JinYoung entró corriendo al lugar, estaba todo sudado y agitado -YuGyeom relamió sus labios mientras jugaba con sus pulgares, BamBam alzó sus cejas ante la reacción del menor, YoungJae solo seguía comiendo, escuchando lo que el menor decía-, se apoyó contra el mostrador donde yo estaba trabajando para recuperar el aire. ¡Yo me asusté! Sólo un poco -abrió sus ojos de golpe mientras las mejillas se coloraban de un rosado tenue-, luego le pregunté si necesitaba algo. Me dijo que venía a entregar ese libro, la fecha de entrega era ese mismo día pero él decía que había ido corriendo porque lo había olvidado y la biblioteca iba a cerrar pronto puesto que ya habían acabado las clases -YuGyeom soltó una risilla, apoyando los codos sobre la mesa, para tomar los palillos y luego revolver su comida-. Yo le sonreí y le dije que estaba bien, ingresé el libro al sistema y lo puse en su lugar. Se quedó a ayudarnos un rato y luego, después de que terminamos, me acompañó hasta casa.
-¿Lo invitaste a pasar? -preguntó el extranjero del grupo en un tono pícaro, mientras alzaba las cejas con clara perversión.
YoungJae empujó a Bambam de su asiento, haciendo que este cayera de él. YuGyeom solo carcajeó ante la actitud protectora de su hyung.
-Eres un cochino Bambam. ¿No ves que YuGyeom es un bebé?
El aludido solo dejó escapar una risita mientras YoungJae apretaba su cachete.
-Ni tan bebé... Pronto debería presentarse ¿No?
Los tres chicos asintieron en sincronía, volviendo a la comida.
-¿Qué crees que sea? -preguntó el tailandés, mordiendo un muslo de pollo.
-Omega, estoy casi seguro -respondió inmediatamente el pelinegro.
-Ojalá... así ya podría gustarle a JinYoung... -dijo el menor en un suspiro.
-¿Te imaginas a YuGyeom de alfa? -BamBam soltó con sorna la pregunta, haciendo que el castaño arrugara la nariz- No podría ni hablarle a los omegas de la vergüenza.
-Lo imagino y es taaaaan tierno... -añadió el mayor de los tres.
YuGyeom solo se cruzó de brazos, como un niño regañado. El sonrojo no le cabía en las mejillas.
En ese momento, mientras sus hyungs imaginaban miles de situaciones hipotéticas donde él se vería potencialmente adorable, volteó hacia la mesa donde estaba JinYoung, sólo para comprobar que él estaba ahí, siendo perfecto incluso mientras comía su almuerzo.
YuGyeom se permitió mirarlo un poco. Las cejas pobladas y oscuras llamaban su atención, específicamente el hecho de que apenas se movían cuando reía o hacía una mueca, como si fuera un muñeco que no pudiera mover los músculos de la cara. Le gustaba eso: la fachada de príncipe azul: lo amable y respetuoso que era y lo etéreo de su rostro y sus brazos. Su altura, y su sonrisa, todo eso hacía latir aquel corazón inocente que había estado durante toda su vida esperando a esa persona de la que sus padres le hablaron desde pequeño. La persona indicada, la persona ideal, su pareja predestinada.
Algo, muy en el fondo, le inquietaba sobre JinYoung, pero ignoraba eso cuando los ojos de aquel alfa se arrugaban cuando sonreía. Si, algo le estaba diciendo que estaba por cometer un error, pero de todas formas estaba dispuesto a probarse a sí mismo que por primera vez su instinto animal estaba errado.
-¡YuGyeom!
-Tierra llamando a YuGyeom... -BamBam imitó con ayuda de sus manos el tono utilizado por los agentes cuando hablaban por radio, haciendo reír a YoungJae- Al parecer el astronauta Kim YuGyeom ha aterrizado exitosamente en el planeta del amor.
YuGyeom, quien apenas hacía unos segundos que comenzó a prestarle atención al peliblanco, lo golpeó en la cabeza. Sus dos amigos solo siguieron burlándose, él solo alcanzaba a sonreír, puesto que en su cabeza estaba mareada de aquella duda que nació en la boca de su estómago.
Miró una última vez a la mesa de los alfas, buscando al causante de las mofas de sus acompañantes, pero sólo se encontró con la mirada curiosa de Mark.
-Chicos, me llamaron del club. Necesitan ayuda para escoger la escenografía, nos vemos en clase -el tailandés corrió lejos de la mesa con un bollo de pan en la mano, despidiéndose de ambos.
El americano saludó a YuGyeom con la mano, la misma en la que sostenía los palillos. Estaba comiendo, al igual que todos.
Ver a Mark le inspiró algo de calma. Volvió su vista al frente, para notar que no había tocado su comida. Su estómago ardió al verla, clamando por el alimento.
-YuGyeomnie... Come esto. Es tu favorito -Notó que YoungJae parecía tener algo de rato tratando de llamar su atención.
Miró lo que YoungJae tenía en sus manos: sushi. Sonrió y comió el roll de una vez.
-Grafiaf.
-¿Hasta cuando te digo que no hables con la boca llena?
YuGyeom se avergonzó ante la pregunta como un niño pequeño.
Ambos omegas miraron al mismo sitio, notando el espacio vacío que cierto tailandés había dejado.
-BamBam tuvo que ir a cumplir su deber en el club de drama ¿No escuchaste cuando se despidió?
-No... Pero, ¿Por qué?
-Sabes que el productor de una obra no tiene descanso.
YuGyeom asintió, robando otro roll de sushi de la bandeja ajena. Ambos comieron en silencio, disfrutando de los diversos sabores mal combinados que la comida del cafetín poseía.
-Entonces YoungJae... El chico de tu dibujo es JB ¿O no?
YoungJae se encontró estupefacto ante tal duda.
Sin duda alguna, su dongsaeng era muy observador. YoungJae mordió su labio e hizo un puchero, mirando a YuGyeom.
-Eres muy chismoso. No se vale.
El aludido solo soltó una carcajada y siguió comiendo.
-Es que eres muy obvio. Es imposible no verte.
El omega torció los labios. De nuevo miró su blog, rodeado de otros libros que también había tirado sobre la mesa junto con su bolso. Veía el boceto, mientras masticaba los fideos imaginándose las miles de cosas que podría hacerle al dibujo, para luego descartarlas automáticamente porque se alejaban de la esencia de su modelo.
JaeBum era estéticamente simple y solo con eso, era lo más hermoso que sus pobres ojos de nutria habían visto en años. Aunque él no fuera un conocedor de alfas o algo por el estilo.
-¿Lo terminarás ahorita?
-Lo terminaré en casa.
La campana sonó, avisando que ya era hora de volver a clases.
-Y más vale que los profesores hablen rápido.
-Y tú asegúrate de que JB no se entere.
YoungJae se sonrojó, al notar que el dibujo estaba completamente descubierto entre sus cosas. Lo guardó bien en su bolso, mirando a ambos lados con la risa de YuGyeom de fondo y se cercioró de que JB no hubiese visto nada, para luego salir corriendo a su salón.
Esperaba que esa tarde no fuera tan larga como el día anterior. Con esa premisa, corrió con un pedazo de pan en la boca por los pasillos, pues si no lo hacía llegaría tarde.
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Disculpen si tardo mucho, es que tengo ✨ responsabilidades✨ .
¿les gustó el canon jingyeom? Si no les gusta pues se lo tendrán que leer igual porque jingyeom mis papis. Cuídense mucho por favor, usen mascarilla.
-アヴリル
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