꧁𝚑𝚊𝚜 𝚕𝚕𝚎𝚐𝚊𝚍𝚘 𝚊𝚕 𝚏𝚒𝚗𝚊𝚕, 𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚎𝚕 𝚐𝚊𝚗𝚊𝚍𝚘𝚛...꧂
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-Te amamos, seungie.

-No, no me hagas ésto.

Estrechó el cuerpo contra su pecho mientras lloraba desconsolado.

-Wonie, no me dejes -sollozó- te amo, te amo, te amo.

Mantenía su mente en blanco, escuchaba el molesto pitido perturbar el silencio del lugar.

Quiso moverse, pero sus muñecas atadas se lo impidieron.

Abrió suavemente los ojos, siendo cegado momentáneamente por una luz que daba directo a su rostro.

-Despertaste.

Esa voz. Frunció el ceño y volteó la cabeza a las figuras altas que se apoyaban en una esquina de la habitación.

-¿Q-Qué? ¿Dónde estoy? ¿Quienes son ustedes? -un doloroso recuerdo asaltó sus recuerdos. Su abdomen dolió cuando intentó ponerse de pie abruptamente- ¡¿Dónde está--

-¿Yang Jungwon? -lo interrumpieron- De verdad lograste engañarnos a todos nosotros, estoy genuinamente asombrado de que te hayas podido burlar en nuestras caras. Nos hiciste quedar como idiotas.

-¿Dónde está jungwon? Tengo que verlo, ¿dónde está?

-¿Por qué te importa saberlo?

Ahora recordaba al hombre de ojos afilados. Fue uno de los detectives que visitó su hogar aquel día.

-Detective Choi -murmuró lo suficientemente alto.

-Lee ethan,Lee Heeseung; alias el asesino del estacionamiento.

El mencionado palideció aún más.

-Yang Jungwon, ¿Dónde está? ¡¿En dónde está mi Jungwon?¡

-Muerto -La voz filosa del otro hombre presente en la habitación cayó como un balde de agua fría sobre si- al igual que los otros cinco donceles que asesinaste. Si pudiera me encargaría de hacerte sufrir el dolor que pasaron esos inocentes por culpa tuya, la inyección es tenerte demasiada consideración.

Sim abrió los ojos a más no poder.

-¿Q-Qué? No, no, no, no.

Choi Yeonjun sonrió sin un atisbo de humor.

-¿Quieres redención, Lee Heeseung? Pideselo a Yang jungwon y al bebé que cargaba en su vientre.

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Ni siquiera fueron necesarios más de diez minutos de juicio para dictaminar la sentencia de Lee Heeseung.

Las seis familias de las víctimas se encontraban dentro de la corte, lloraban y maldecían al bastardo que les había arrebatado a sus seres queridos.

-Caso número 186, Lee Heeseung contra la comunidad de Seúl.

-Por los cargos de secuestro, homicidio en primer grado, canibalismo, violación y abuso infantil, se encuentra al acusado culpable.

-Lee Heeseung, sin derecho a fianza, será condenado a recibir la inyección letal el nueve de diciembre a primera hora.

Era todo, hasta ahí había llegado.

Fue retirado por lo policías y lo escoltaron todo el camino de vuelta a la prisión de alta seguridad donde pasaría sus últimas horas.

-Alguien quiere verte -informó un guardia antes de abrir sus celda y sacarlo a la fuerza.

Heeseung caminó cabizbajo hasta la zona de visitas, que se encontraba vacía, a excepción de una bonita muchacha y un pequeño chico.

Ambos lucían tan mal.

Tomó asiento frente a los desconocidos y éstos levantaron la mirada para confrontarlo.

-Y-Yo...

-Mi nombre es Yang Eunbi, madre de Yang Jungwon.

Heeseung sintió su mundo caer.

-Mi hijo, mi pequeño Jungwon, no pude estar con él sus últimos momentos de vida, no pude llorar junto a él cuando se enteró de la existencia de mi nieto, no pude abrazarlo ni felicitarlo.

Sim lloraba junto a la mujer.

-Los policías me contaron todo. Me contaron sobre la bala que recibió por ti, me contaron sobre como confesó amarte en su último aliento, me contaron como lloraste sobre su cuerpo y como le dijiste "te amo" de vuelta.

-Lo siento, lo lamento tanto.

-¿Él fue felíz?

La pregunta lo desconcertó lo suficiente como para parar su llanto.

-¿Q-Qué?

-Si el dio su vida y la de su hijo por ti, entonces debiste hacer algo lo suficientemente bueno para que te amará, ¿qué hiciste?

-Lo amé desde el primer momento. Me enamoré de su hijo, él fue mi reina, la madre de mi hijo y moriría para estar con él de vuelta.

La mujer asintió y se puso de pie junto al muchacho, el hermano de su amado Jungwon.

-Espero que encuentres redención, Lee Heeseung. Te perdono, porque ya sabes lo que se siente perder una parte de tu corazón, porque ya conoces el dolor que le has hecho pasar a muchos, aprendiste tu lección, aunque me duele que haya sido a costillas de mi hijo y tu hijo.

Redención, esa maldita palabra que lo atormentó las siguientes horas.

No comió su última cena, no bebió, no lloró.

Cuando su último hora llegó, ató la sábana al techo y el otro extremo a su cuello.

Luego de saltar logró verlo.

Jungwon sonreía tan bello como siempre, su cabello largo enmarcando su fino rostro, sus ojos miel lo miraban con amor y su vestido rosado se ajustaba a su delgado cuerpo. En sus brazos descansaba un bulto envuelto en una manta blanca.

Lucía como un ángel.

-Lo siento, ¿los hice esperar mucho?

-No lo hiciste, nosotros te esperamos ansiosos.

Heeseung sonrió y se acercó a su lindo chico, a su pequeña princesa.

-Te amo, los amo -corrigió, adorando el rostro dormido del pequeño bebé de cabellos negros que cargaba su amado.

-También te amo, Heeseungie.

Heeseung besó los labios del azabache una vez más antes de desaparecer los tres juntos.

A la mañana la noticia corrió en todos lados de Corea del Sur.

Lee Heeseung, más conocido como el asesino del estacionamiento, ha sido encontrado muerto en su celda minutos antes de su ejecución. Se rumorea que ha decidido colgarse del techo de su celda con una sábana.







                                                                                                ///THE END ///

ESTOY ROTAAAA💔💔💔💔💔💔💔😥

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Gracias por leer y disculpen la tardanza ajja.

PRIS💫