1.02
No bastó mucho para que Heeseung desarmara las ataduras que mantenían presas las muñecas del rubio, y para que éste mismo empujara a un lado a su captor y saliera a toda prisa de aquella habitación.
Corrió hasta la puerta, y al intentar abrirla pudo notar que estaba cerrada con seguro.
-Oh, cierto; cariño, las puertas están cerradas, pero no te preocupes, he dejado las llaves a tu vista -sonrió dulcemente- anda, no pierdas más tiempo, contaré hasta diez para darte ventaja -hizo un ademán con sus manos, incitándolo a intentar huir de la habitación.+
Jungwon sollozó y tomó su cabeza entre sus manos, completamente desesperado.
Revisó toda la habitación con la mirada, deteniéndose encima del tocador. Había un pequeño juego de llaves.
Sin perder más tiempo, el pequeño corrió a tomar aquel llavero; eran un total de cinco llaves, así que comenzó a probar una por una.
-Tómate tu tiempo, cariño; el juego comienza en cuanto abras esa puerta -Heeseung rió al notar el desespero del menor.
Y como dicen por ahí, la tercera es la vencida. La llave entró fácilmente y así mismo se deshizo del seguro.
-Inició el juego, cariño -avisó el pelinegro con voz cantarina.
Jungwon no perdió el tiempo y corrió fuera de la habitación con lágrimas cayendo de sus lindos y rasgados ojitos.2
Su mente era únicamente ocupada por la idea de escapar de aquel lugar.
Si prestaba la suficiente atención, podía notar que la casa era linda.
El pasillo que recorría era largo y se podía apreciar un fino papel tapiz color crema cubriendo las paredes.
-Listo o no, ahí voy.
Escuchó como gritaron a sus espaldas antes de que unos pesados y apresurados pasos se hicieran presentes.
Sus delgadas piernas flaquearon y sollozó fuerte, deleitando a su perseguidor con su temor.
Pobre Jungwon. Si tan sólo hubiera notado las escaleras aproximándose.
Su pie resbaló y cayó rodando escalón por escalón, y Heeseung, desde el extremo alto de las escaleras, sonrío; nuevamente había ganado.
-Felicitaciones, cariño; has llegado más lejos que los demás -rió- lástima que esto no haya sido lo suficiente.
El rubio sólo podía llorar mientras se arrastraba por el suelo, intentando llegar a la puerta de entrada.
Heseung lo veía mientras bajaba con calma las escaleras hasta llegar al primer piso.
-Mi cielo, es inútil -caminó a paso ligero hasta el dañado cuerpo tendido en el suelo- atrapado, cariño.
Jungwon lloró, gritó y pataleó cuando sintió aquellas grandes manos tomar su cintura con fuerza y levantarlo en el aire.
Pero era inútil, había sido atrapado y ahora Heeseung debía recibir su premio.
Gracias por leer<3
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PRIS💫
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