-Hoy tengo una cita.

-¿Sí? ¿Con quién?.

Jungkook y yo nos encontrábamos sentados debajo de uno de los árboles del campus, comíamos juntos el sushi que habíamos podido comprar en él veinticuatro horas de al lado y bebíamos batidos, yo de chocolate, y él obviamente de plátano. Había decidido contarle que tenía una cita porque tenía la sensación de que él merecía más que nadie saber que ocurría con mi vida.

-Con YoonGi- le dije- El chico grosero que conocí en julio en aquella tienda de música- Jungkook asintió entendiendo.

-El del altavoz- acabó diciendo y bebió de su batido a través de la pajita.

-Ese mismo- Agarré los palillos y cogí un trozo de sushi y lo llevé a mi boca.

-¿Te gusta mucho?- preguntó sin mirarme.

-Si- dije aún masticando el pescado- No sé, es diferente, no es como JongIn o como tú, ¿Sabes? Y eso me atrae de él.- Jungkook me miró.

-Estás saliendo de tu zona de confort- se burló.

-Pues si- dije dándole un golpe en el hombro- Ya no me gustan los idiotas- el rió.

-Entonces me parece bien, Noona- le acaricié el pelo rubio.

-Rubio estás muy guapo, ¿Te lo habían dicho?- asintió.

-Si, pero si me lo dices tú, me gusta más.

Finalmente las clases acabaron.

Caminé a casa sola, y me preparaba mentalmente para la cita que iba a tener con YoonGi. Nada más llegar a casa me pondría música a todo volumen y me prepararía para la cita, estaba nerviosa.

Eso hice.

El canto salvaje y explícito de Machine Gun Kelly inundó mis oídos y comencé a menear la cabeza con el ritmo de Bloody Valentine, me puse manos a la obra.

-In my head, in my head- canté creyéndome Megan Fox en el videoclip.

Me desvestí en el baño con la puerta abierta para escuchar mejor la música y me di una ducha rápida.

- I can't stay forever, let's play pretend and treat this night like it'll happen again. You'll be my bloody Valentine tonight.- volví a cantar motivándome todavía más.

Una vez en mi habitación decidí ponerme una camiseta blanca de manga corta y una falta negra y azul junto con unas medias de rejilla y las botas negras que tenía guardadas para cuando solía salir de fiesta.

Volví al cuarto de baño para maquillar un poco mis ojos con una sobra tenue de color naranja y alisarme el pelo. Debería hacerme rubia.

El altavoz de colores de YoonGi no dejaba de reproducir a Machine Gun Kelly y yo me emocionaba cada vez más, pondré una vez más Bloody Valentine antes de que YoonGi aparezca.

Recogí la ropa del cuarto de baño y puse una lavadora que mis maravillosas compañeras de piso se encargarían de poner a tender para que se secase y les escribí una nota en un post-it para que no me esperasen despiertas. ¿Quién sabe lo que podría pasar esta tarde? Entonces recibí un mensaje de YoonGi diciendo que me esperaba en la puerta de mi edificio para irnos.

Apagué el altavoz y me senté en escalón de la entrada para ponerme las botas, una vez puestas agarré mi bolso y mi chaqueta y salí de casa.

Bajé por las escaleras y finalmente llegué al patio, abrí la puerta y sentí el suave viento fresco de verano, miré a mi alrededor buscando a YoonGi con la mirada, pero no estaba, cosa rara porque me había dicho que estaba aquí.

Cogí la correa del bolso para buscar mi teléfono y llamarle hasta que una mano se posó en mi hombro, asustada, cogí fuertemente el bolso y me di la vuelta pegándole a la persona que me había cogido con todas mis fuerzas.

-¡Joohyun!- se quejó YoonGi, yo le miré asustada, le había dado a él.

-¡Cómo se te ocurre darme ese susto!- le regañé, él se acariciaba el hombro con una mueca de dolor. - ¿Te he hecho mucho daño?- él no me dijo nada, solo siguió tocando su hombro.-¿Te has enfadado?- pregunté con preocupación ya que no me decía nada. Él me miró mal con sus ojos felinos y comenzó a caminar hacia su casa- ¡YoonGi!- exclamé- ¡No puedes enfadarte!- fui detrás de él- ¡Y menos del susto que me has dado!- Se paró de golpe y yo me estrellé contra su espalda.

-Tienes razón- dijo y se dio la vuelta- Te perdono si me das un beso- Entonces puso sus labios en forma de piquito y se acercó a mí, ahora era yo la que le miraba mal.

-Ahora no quiero, por darme el susto de mi vida- me crucé de brazos y me negué ante su pedido, entonces él sonrió enseñando sus pequeños dientes y me abrazó con uno de sus brazos, más concretamente con el que le había dado el golpe.

-Está bien, no pasa nada, vayamos a mi apartamento- me indigné ante el hecho de que el hombro no le dolía.

-¡No te duele el hombro!- exclamé- ¡Encima de un susto me mientes! ¡Eres un grosero Min YoonGi!- me zafé de su agarre y me di la vuelta para volver a mi casa.

-No te enfades, Chica Que No Sabe De Música- YoonGi se puso enfrente de mí y sonrió- Vayamos a nuestra cita, prometo que te va a gustar mucho- agarró mi mentón e hizo que le mirase.

-¿SÍ?- pregunté haciendo un puchero.

-Te lo aseguro- me besó.

-Bien, te creo- le dije- ¿A dónde me vas a llevar?

-A mi apartamento.

Resulta que la cita en la que YoonGi estaba pensando, se basaba en una pequeña cena con comida del McDonald 's en el salón de su apartamento junto con una pequeña velita blanca asegurada para que no quemase nada por si ocurría algún incidente.

Durante toda la cena YoonGi se preocupó de darme casi todas sus patatas aunque yo le decía que comiera él también patatas, prefería dármelas a mí.

-Vuelve a darme una sola patata y te las meteré por la nariz- le amenacé comiéndome uno de los nuggets que habíamos pedido, YoonGi me miró totalmente serio con dos patatas en la mano y las metió en mi boca cuando fui a comerme otro nugget. Le miré sorprendida.

-Ahora no puedes meterlas por ningún lado porque no quedan- casi me ahogo con la comida al escuchar lo que dijo, esperé a que se diera cuenta de sus propias palabras- ¡Ah!- se quejó- ¡No pienses así!- tragué mi comida y reí.

-Deberías pensar en lo que dices- dije- así todo el mundo mal piensa lo que dices- me tapé la boca para acabar de masticar y me reí.

-Si lo dices por la publicación de instagram, fue totalmente a propósito- admitió.

Dado a que estábamos sentados en el suelo de su salón comiendo de la mesita de café, se acercó a mí y apoyó su espalda en el sofá.

-Eres un sucio- dije y le miré, él me devolvió la mirada con gracia.

-No, Joohyun, aquí la sucia eres tú, eres tú la que sabe como mover las caderas, y no hablo de tus habilidades para el baile- sentí mis mejillas calentarse.

-No sé como tomarme ese comentario.- YoonGi esbozó una pequeña sonrisa ante mi vergüenza.

-Pues puedes comenzar por mover tu bonito culo hasta mi lado y darme un buen beso- dijo, y le hice caso.

Algo tenía Min YoonGi que me atraía mucho, quizá fueran sus ojos felinos que perforaban mi alma y que a veces me miraban con cariño, o quizá fuera su profunda voz que hacía que me estremeciera cada vez que decía mi nombre, o quizá toda su persona que aunque no brindaba seguridad y calor, te hacía ver como que ahí, con él, estabas bien.

YoonGi me miró a los ojos totalmente serio, y yo también, entonces se puso de lado y su mano izquierda acabó en mi mejilla, acarició mi cara con delicadeza.

-Me gustas- dijo mirándome a los ojos.

La confesión me pilló un poco de sorpresa, conocía a YoonGi desde hacía unos cuantos meses, habíamos estado juntos un par de veces y le había llevado a mi restaurante favorito, cosa que nunca había hecho con JongIn y pude hacer con Jungkook.

Min YoonGi también me gustabas.

-Si yo no te gusto puedes decirlo, tengo paciencia- dijo con una pizca de tristeza.

-No es eso- contesté rápidamente- Tú también me gustas Min YoonGi el grosero- me acerqué a él y le besé.

YoonGi me agarró de la cintura y me obligó sin separarme de él a sentarme encima suya; cuando nos separamos volvió a agarrar mi cara con cariño y me miró a los ojos. Vi en su mirada un atisbo de alegría y tristeza a la vez, sus ojitos brillaban con ilusión, pero a la vez esas pequeñas luces se oscurecían pensando en algo, y yo quería saber qué pasaba, aunque tampoco me importaba no saberlo en estos momentos, y menos sabiendo que le gusto al chico grosero de la tienda de música.

-Debo decir que me alegro de haber sido un grosero el día que nos conocimos- puso sus manos en mi cintura.

-Yo no me alegro- dije- Estuve mal diciéndote una semana entera porque me habías hablado mal.

-Si, pero tu comentario hizo que me fijara en ti, y yo no suelo fijarme en la gente- dijo tratando de meter la mano por debajo de mi camiseta.

-Deja esa mano quieta, YoonGi, estamos teniendo una conversación seria- le regañé y él hizo un puchero.

-Pero yo no quiero hablar- se quejó- Yo quiero tocarte- se inclinó hacía mi cuello y lo besó.

-A ver- comencé- yo no te digo que yo no, pero la conversación era interesante- se separó de mi cuello y me miró.

-La única y verdadera verdad- explicó.- Es que si no hubieras hecho ese comentario, no te habría reconocido en la librería, y si no te hubiera reconocido no habríamos tomado un café, no me habrías interesado más y no habría utilizado mi descuento de empleado para pagarte el altavoz caro que espero que cuides con tu vida, y después no me habrías invitado a comer y yo no podría hacer esas bromas sobre como meneas la cadera porque no me habrías visto tocar el piano y tampoco te habría sentado encima de él para hacer todo lo qu- le corté poniendo una mano encima de su boca.

-Lo pillo- dije- Te atraje desde el primer día y te gusta como muevo la cadera- asintió y luego sonrió perversamente.

-Si, y estoy deseando saber si sabes hacer menear otras cosas.

-¡YoonGi!

YoonGi insinuándose a Joohyun:

YoonGi haciéndose el inocente:

YoonGi cuando Joohyun le pegó con el bolso:

-DINOSAURIO