Y el día de la primera nevada llegó tan esperado cómo siempre.

Taehyung y yo nos habíamos vuelto mucho más cercanos, y había decidido que podría pasar con nosotros la primera nevada en el techo del edificio en el que vivía con Yuri y JiEun. Aceptó, y aquí estaba yo, en el supermercado comprando comida para pasar la tarde y la noche.

—A ver que ha puesto JiEun en la lista— saqué de mi pantalón la lista que JiEun había escrito a mano y la desdoblé— Faltan las chuches.

Agarré el carrito y caminé hasta el pasillo de las chucherías pensando en cuál le gustaría más a cada persona con la que me encontraría.

—Joohyun.

Kim Namjoon estaba aquí. Sin ocultar mi sorpresa por verle le encaré.

—Namjoon, hola— le saludé.

—¿Cómo...?— se aclaró la garganta— ¿Cómo estás?

—Bastante bien — le di una pequeña sonrisa.

—Escucha, siento mucho lo de nuestra relación...— negué repetidamente para restarle importancia.

—Está bien, no te lo tengo en cuenta— dije —No tienes que disculparte, lo hecho, hecho está.

Namjoon no dijo nada más y sólo me miró arrepentido y triste. Cuando me iba a poner en camino a las chucherías de nuevo, me paró.

—¿Entonces todo está bien?— asentí.

—¿Y tú con la beca?— Namjoon caminó conmigo.

—Me va bastante bien, no me puedo quejar — le di la enhorabuena — Es muy diferente a Corea, pero he vuelto a ver a mis padres, en Navidad no podré estar— soltó una sonrisa triste.

Llegamos al pasillo que buscaba.

—¿Tienes planes para hoy?— pregunté añadiendo todo tipo de chuches al carrito.

Decidí hablarle a Namjoon de nuestros planes porque todos merecemos pasar página alguna vez.

—No— contestó —¿Por qué?— le sonreí.

—Vamos a hacer un picnic en la terraza del edificio del apartamento — comencé a explicarle — Y vamos a ir todos— cogí el carrito y caminé a las cajas registradoras.

— Por eso tanta comida— dedujo y asentí.

— Por eso tanta comida— comencé a colocar las cosas en la cinta transportadora y Namjoon me ayudó — Con todos me refiero a las chicas y a Jungkook, YoonGi, Seokjin, Jimin, Hoseok, JongIn y Taehyung— Namjoon asintió conociéndolos a todos — También vendrán dos de los amigos de Jungkook Yugyeom y Eunwoo, y por supuesto el novio de BoAh, Bambam.

Dejé a Namjoon depositando los productos restantes en la cinta transportadora y fui metiendo la compra en bolsas de plástico reutilizadas.

—No estoy seguro— dijo mirándome.

— Si quieres pasarte, allí estaremos, sabes dónde es.

—Serán ciento cincuenta y un mil sesenta y ocho wones— me avisó la cajera, le enseñé la tarjeta de crédito y seguí mirando a Namjoon.

—De veras que no hay problema, al menos no para mi— Namjoon se posicionó a mi lado cuando pagué.

—¿Y los demás?

—Igual no creo que pase nada, podemos pasarla todos juntos, de verdad— le miré— Si te invito es por algo.— Namjoon me miró no muy convencido.— Si cambias de opinión estaremos allí, espero verte, hasta luego— me despedí de él y le dejé allí plantado luchando sobre lo que debería o no hacer.

—¡Estate quieta de una vez!

—¡No me grites!

—¡Pues quédate quieta!

—¡No puedes obligarme!

Alguien me salve de dónde me he metido.

—Mátame ahora que puedes— le susurré a Taehyung.

Hacía unos minutos habíamos subido a la azotea todos juntos, y mientras Jungkook se había quedado esperando a Yugyeom y Eunwoo, Bae-Jun había decidido sacar a Yuri de sus casillas moviéndole las cosas de sitio. YoonGi estaba sentado en una de las sillas plegables que había traído riéndose de la discusión de mis dos amigas.

Seokjin estaba preparando la estufa a gas para poder cocinar y calentar el chocolate caliente, Hoseok le miraba atentamente y Jimin estaba con BoAh, Bambam y JiEun jugando a las cartas.

—No voy a matarte Kang Joohyun, estoy demasiado entretenido— y oímos un grito. Bambam había perdido a las cartas.

—¿¡Cómo puedes ser tan malditamente bueno?!— le gritó a Jimin, este rio y le guiñó un ojo a BoAh.

—No lo sé.

—¡Eh! ¡No coquetees con mi novia!— le gritó.

—Bambam, deja de celar a tu novia, sabes que solo tiene ojos para ti— le dije y BoAh se sonrojó un poco dándome la razón.

—¿Qué drama?— Taehyung y yo nos giramos a la puerta de salida y vimos que Jungkook entraba acompañado de Yugyeom y Eunwoo.

—¡Chicos!— exclamé y me acerqué a ellos con una sonrisa.

—¡Noona Joohyun!— sonrió Eunwoo y me dio un abrazo.

—¡Noona!— Yugyeom le siguió y cuando se fue de mi lado miré a Jungkook.

—Hola desaparecido— dije cruzándome de brazos con una sonrisa.

—Sobre eso...— Jungkook se puso nervioso.

—¿Es mi culpa?— pregunté, él negó enseguida.

— No tiene nada que ver contigo, no.

—Que raro se me hace que no te creo— le dije.

—Ven— me agarró de la mano y me llevó a una esquina alejada de toda la gente— Verás, esque, me gusta alguien...— dijo apenado.

—¡Pero eso es genial!— dije.

—Pero no puedo evitar sentirme mal— contestó.

—¿Por qué?

—Porque estuve contigo, no quiero que te sientas mal.

— A ver Jungkook — le agarré de los hombros — ¿Por qué iba a sentirme mal por tu propia felicidad? Pregunto— dije sin entender.

— No lo sé, quizás porque eres mi primer amor, y... no sé— suspiró.

—Jungkookie— le llamé, levanté su muñeca en la que llevaba la pulserita de la jota con mi mano que también llevaba la pulserita — Recuerda, Jota de Joohyun— señalé su pulsera — Jota de Jungkook— señalé la mía— Por muchas novias, novios o líos que tengas, nada va a cambiar eso— él me miró y sonrió.

— Gracias Noona.

— Cambiando de tema, ¿Quién te ha dado permiso para hacerte un piercing en la ceja?— Jungkook rio — No, yo no me río, payaso.

—Me queda muy bien, Noona, no puedes quejarte.

— Y no me quejo, pero con tus añitos recién cumpliditos te estás haciendo todo un rebelde— le regañé a broma.

— Qué se le va a hacer— dijo y volvimos a dónde estaba la gente.

—¡Jojo!— Gritó Seokjin — ¿Quieres un poco de chocolate?— preguntó y asentí.

—Si, muchas gracias— me lo tendió y vi a YoonGi sonreír en la silla— Pareces un señor mayor así— me reí y él se indignó.

— No soy más viejo que Seokjin, así que ese comentario no me afecta— se cruzó de brazos y se acomodó en la silla.

—¡Oye!— se quejó Jin.

—¡Jojo!— Hoseok saltó a mi lado—¡He traído nubes para el chocolate!— exclamó.

— Yo he comprado mucha variedad de chucherías— le dije.

—¡Vamos a jugar a las cartas con Jimin y Bambam!— dijo— Es divertido ver cómo uno se frustra cuando el otro gana— se rió.

—Joohyun— entonces Bae-Jun apareció totalmente seria señalándome la puerta— ¿Qué hace él aquí?

Se refería a Kim Namjoon, quién había reunido el coraje suficiente para venir.

—Le he invitado yo— contesté y antes de acercarme a él, YoonGi habló.

—Bien Joohyun, tiene pinta de que si se acerca mucho a mí le va a caer un puñetazo en la cara— le ignoré y fui hasta Namjoon.

—Hola Namjoon— le sonreí.

—Hola Joohyun, espero que no sea muy incómodo que esté aquí— negué— sobre todo porque todos aquí me están mirando muy mal.

—No te preocupes, ven, tómate un chocolate caliente— le arrastré de la manga de su suéter hasta donde estaba Seokjin con el chocolate.

YoonGi no pudo quitar su cara de disgusto al verle.

—¿Un chocolate?— preguntó Seokjin.

—Por favor— contestó Namjoon.

—Por lo que veo, Joohyun no te tiene rencor— asentí— Joohyun te perdona como Dios perdona tus pecados— dijo levantando la mano, YoonGi puso los ojos en blanco y Taehyung me miró confuso, le hice una seña para contarle el drama después, él asintió entendiéndome.

—¿Tú desde cuando eres religioso?— le preguntó YoonGi a su amigo.

—No lo soy, pero es una buena frase— contestó, luego nos señaló a mí y a Namjoon— Joohyun le ha perdonado sus pecados cómo Dios perdona también los nuestros.

—Mira, deja de tocarme los cojones— YoonGi se levantó del asiento y miró mal a Namjoon— Joohyun no tiene que perdonar sus pecados, tengo que perdonarlos yo.

Y así, cómo una escena épica de un anime, YoonGi se acercó a Namjoon y le propinó un puñetazo en la mejilla con toda su fuerza. Me asusté. Los demás se acercaron para saber qué estaba pasando y Jungkook se emocionó al ver que había pelea.

—Eso es por mi arte y por Joohyun— escupió YoonGi.

—Me lo merecía— dijo Namjoon recomponiéndose del golpe y mirándome.

—¿Puedo darle yo también, Noona?— Jungkook se veía demasiado entusiasmado.

—No, no puedes— dije horrorizada.

—Ya le he dado yo por los dos, niño, creo que es suficiente— entonces extendió una mano a Namjoon y éste se la estrechó— Min YoonGi— se presentó.

—Kim Namjoon.

—Sorpresa, dos cabrones en un mismo sitio— dijo Bae-Jun— Joohyun, querida, tienes un don para los imbéciles.

Bae tenía razón, son hombres. Y así, todos se presentaron a Namjoon.

—Me siento un poco perdido— susurró Taehyung a mi lado.

—Es una historia muy larga— susurré de vuelta.

—Ya tendrás tiempo para contarla— le miré.

Si, ya tendría tiempo, no era el momento. Miré al cielo y en ese momento vi una pequeña motita blanca caer con delicadeza sobre mí.

—¡Mirad!— exclamé contenta. --¡Está nevando!

Y aquel sueño se hizo realidad, todos debajo de la primera nevada compartiendo el momento, con nuestros chocolates calientes en la mano. Felices. Sin preocupaciones. Totalmente etéreos en un momento etéreo, casi irreal.

Nos gusta el drama

-DINOSAURIO