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𝘗𝘢𝘳𝘵 𝘍𝘰𝘶𝘳: episode V

La pregunta de por qué Jungkook estaba en el club de Seokjin el domingo se disipó en el aire tan rápido como se me pasó la semana en la facultad. Uno de los exámenes que tenía me había frito el cerebro, desgraciadamente no estábamos a final de año y todavía me quedaban varios meses para las vacaciones de verano, y con ellas, el último año para ser completamente libre de exámenes tediosos y profesores que te odian.

-Quiero vacaciones – le dije a JiEun cuando nos reunimos en la salida de la universidad.

-Yo también, el último examen que tuve me ha dejado fatal.

-En estos momentos estoy pensando en lo mucho que nos queda para acabar – me quejé. - Que sea sábado para poder salir.

-Tienes tres exámenes la semana que viene – me recordó y la odié profundamente.

-No me lo recuerdes, ahora te odio. - JiEun se rió de mí.

-No podrías odiarme ni aunque quisieras – se carcajeó.

-Cosa totalmente cierta, comparto contigo un tercio de los gastos, obviamente no te puedo odiar.

-Si te odiaría te echaría veneno al café todas las mañanas – la miré horrorizada.

-Eres un monstruo – le dije.

-Mierda – dijo cuando su móvil comenzó a sonar en su bolsillo y miró los múltiples mensajes que habían.

-¿Ocurre algo? - le pregunté con curiosidad.

-Se me había olvidado que había quedado para hacer un trabajo – JiEun me miró con tristeza – Lo siento Jojo, te tendrás que ir tu sola a casa. - hice una mueca.

-No pasa nada – le dije.

- Lo peor es que me tengo que esperar a mi compañera una hora más.

-Menos mal que ya hemos comido, ¿Quieres que me quede contigo? - ella negó.

-Mejor vete a casa y descansa para tu clase de arte – JiEun se dio la vuelta en el camino de salida y se despidió de mí – Por favor hazme un retrato bonito. - Esta chica debería esperar sentada a que le hiciera un retrato.

-Obviamente – murmuré viendo como se alejaba.

Cuando JiEun estaba lo suficientemente lejos me dispuse a salir del campus, esta vez, como iba sola, me permití pensar en el domingo en el club de Seokjin donde Bae-Jun había interceptado a Jungkook en una esquina después de presentarme a su chico ideal Jaebeom. Todavía sigo sin entender la razón por la que estaría allí un domingo, la única teoría que me concuerda es que fuera con alguno de sus amigos, aunque sus únicos amigos son Eunwoo, Yugyeom, Bambam y yo; y Bambam estaba con BoAh, Eunwoo siendo una súper estrella y Yugyeom posiblemente con su novia en algún lugar, y desde luego, yo no había ido con él.

Todo ese asunto me daba mucho mal rollo, y mi estado de ánimo últimamente no ayudaba con eso. Debería de decir que Hoseok me había hecho bastante feliz por un tiempo que a penas había podido disfrutar por estar encerrada en mi propia mente diciéndome día si día no que era una persona horrible, que no merecía amor y que YoonGi me dejó por estúpida; aunque después se me pasa sabiendo que si o Jungkook o Bambam o Eunwoo me oyen decir eso serían capaces de abofetearme y llamarme estúpida por pensar eso y no por otra cosa; en cambio aquí sigo, torturándome por haber acabado una bonita amistad bastante sana en la que me hacían bastante bien, por no haber hablado más de sentimientos con Min YoonGi y por no haberle dado otra oportunidad a Jeon Jungkook. En estos momentos si Yuri supiese en lo que estoy pensando me echaría de casa.

En eso me llega un mensaje.


Karen 🐭

Como estés pensando en lo que creo que estás pensando

te tiro de casa, so inútil.


Reí.


Joohyun

Quiero saber como sabes eso, te tengo miedo.


Karen 🐭

Es fácil adivinar lo que piensas cuando pasas de largo a tu

amiga que quiere saludarte cuando te cruzas con ella en el campus.

Te odio fuerte.


Joohyun

Lo siento Yuri

No me había dado cuenta.


Karen 🐭

Ya lo sé, por eso no te voy a decir quién te espera en la puerta


Joohyun

¿Quién?


Karen 🐭

He dicho que no te lo iba a decir, sal y lo verás.

Pista: No es Min YoonGi, si fuera él ni te avisaría.


Joohyun

¿Gracias?


Karen 🐭

¿De nada?

Le diré a la señora Kim que no irás a su clase porque te sientes mal.

Agradécemelo después.

Te quiero, bai.


La curiosidad me invadió y guardando mi teléfono en los vaqueros caminé deprisa a la puerta. Cuando llegué en un momento no veía a nadie a quién reconocer salvo a Bambam y BoAh hablando de cualquier cosa juntos con Bae-Jun y Jungkook, éste último me miró y yo le saludé tenuemente con la mano, desvió la mirada.

¿Jeon Jungkook había pasado de mí?

Sí, efectivamente.

Decidí restarle importancia, Jungkook no sería la persona de la que me hablaba Yuri. Justo apoyado en la puerta de un deportivo negro se encontraba Kim Seokjin con una pequeña bolsa marrón en la mano, gafas de sol y una bonita sonrisa que me atraía peligrosamente a borrarsela con besos.

-Joohyun – me llamó saludándome con la mano, me acerqué a él sonriendo.

- ¿Qué haces aquí? - pregunté, él me tendió la bolsita marrón.

- Pues creía que los universitarios saldrían a las tres, pero veo que me equivocaba – dijo – Te había traído algo para comer.

- Muchas gracias – abrí la bolsa para ver que era. Un pastelito hecho a mano dentro de una cajita transparente para no estropear la bonita decoración rosa. - ¿Lo has hecho tú? - le pregunté.

-No, en verdad lo había comprado como excusa para poder verte, pero parece ser que hoy no es mi día – hice una mueca.

-Ya he comido – admití.

-Eso me ha parecido – aún así Seokjin seguía sonriendo.

-Puedo compensarlo – dije mirándolo.

-¿Cómo Kang Joohyun?

-Puedes acompañarme a guardar este delicioso pastelito a mi piso y ya pensaré algo por el camino, Kim Seokjin. - Seokjin abrió la puerta del coche en el que estaba apoyado y me invitó a entrar.

-Por favor, señorita – dijo, reí y me quité la mochila para ponerla en mi regazo. Entré en el coche y esperé a que Seokjin diera la vuelta para entrar a la parte de conductor. - Me va a tener que indicar su estadía, señorita – bromeó.

-No será un problema señor, le prometo que sé orientarme bastante bien.

-Perfecto, yo también.

Efectivamente, Seokjin se orientaba bastante bien, de la universidad a mi apartamento no se tardaba menos de cinco minutos en coche, así que estuvimos rápidos y encontramos un buen sitio para aparcar. Ambos subimos por el ascensor, al principio se hizo un poco incómodo, yo estaba muy nerviosa ante su presencia, le conocía de hacía literalmente dos días y me daba la sensación de que le conocía pero no sabía de dónde; pero Seokjin supo dejar de lado la incomodidad cuando me preguntó si me podía contar un chiste. Un chiste malísimo, por cierto, totalmente horrible, pero a Seokjin le hacía risa, y por primera vez escuché su sonrisa peculiar, era como limpiar un cristal, tenía una risa limpia cristales. Acabé riéndome porque me contagió la risa, no por el chiste.

-Joohyun.

Ya habíamos llegado a la puerta y estaba a punto de teclear el código de seguridad así que le miré y al hacerlo sujetó mi cara con ambas manos y plantó sus labios con los míos con suavidad y cuidado, como si temiera romperme. Seokjin me atrajo más hacía él y el beso se profundizó.

Le aparté acalorada.

-Tengo que guardar eso – dije con la cara acalorada, estaba segura de que estaría tan roja como el mismísimo infierno.

-Claro – sonrió. Jin sonreía orgulloso, sin vergüenza, y seguro estaba esperando a otro descuido para volver a besarme.

Le indiqué se que quitara las zapatillas cuando entramos y que me siguiera a la cocina cuando le hube sacado un par de zapatillas peludas para ir por casa de color rosa, justo como las mías. Eran las zapatillas para invitados, y aún recuerdo como YoonGi las miró con asco cuando le dije que se las pusiera y me maldijo unas veinte veces por hacer que se pusiera esas zapatillas. Desde él no las había vuelto a sacar.

-¿En qué tanto piensas? - sin darme cuenta me había quedado embobada mirando la nevera abierta cuando había dejado el pastelito.

- En nada- le dije cerrando la puerta.

Seokjin estaba apoyado en la mesa de madera que utilizábamos para desayunar y comer, mirándome atentamente.

-Entonces ven – se puso derecho y abrió sus brazos invitándome a un abrazo.

Rodeé su cintura con mis brazos y él me rodeó los hombros con los suyos. Seokjin era cálido y su perfume era dulce y suave, si es que usaba perfume. Sin plataformas apenas podía esconder la cara en el hueco de su cuello. Seokjin pareció adivinar que quería hacer, porque me cogió de los muslos y me sentó en la mesa, luego se despegó de mí y acarició mi mejilla.

El tacto de sus dedos sobre mi cara parecía terciopelo.

-¿Somos amigos? - preguntó acercándose a mi boca.

-No sé... - dije nerviosa por su cercanía.

-¿Qué dices? - una de las manos de Seokjin viajaron a mi pierna y se quedó allí.

-Seokjin... - murmuré sintiendo su aliento sobre mi boca.

-Puedes llamarme Jin, somos amigos, ¿no? - volvió a preguntar.

Si algo tenía claro era que los amigos no se acostaban juntos, así que precisamente Seokjin y yo, amigos, amigos, no éramos.

- Si... - acabé murmurando acercándome más a él, si es que se podía.

- Entonces mandemos a la mierda esta amistad. - y me besó.

No fui al taller de arte y Yuri me excusó con la señora Kim diciéndole que no me encontraba bien.

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