En uno de esos grandes y bonitos autobuses característicos de la ciudad de Seúl se encontraba Choi Soobin, un pequeño niño de ojos pequeñitos y una sonrisa peculiar.
Casualmente, era su primer día de clases en su nueva escuela luego de haberse mudado de su ciudad natal, Ansan. ¡Cualquier niño de su edad estaría muy emocionado por aquello!

Pero él no. Sabía que no era como los demás y, conociendo ese hecho, se sentía muy incómodo en su lugar, aún cuando el autobús fuese espacioso comparado con otros.
Cuando el vehículo se detuvo, acomodó su gorra de color blanco, tomó su mochila de conejito ─poniendola en su hombro derecho─ y bajó junto con los demás niños.

"La nueva escuela es mucho más bonita que la anterior", pensó.

Siguió a los que parecían ser sus nuevos compañeros hacia su aula de clases. Al llegar, todos dieron los buenos días y se dirigieron a sus asientos exceptuando a Soobin, puesto que al ser el nuevo, la profesora Jihyo lo presentaría formalmente a los infantes.

─Buen día mis retoños, hoy tenemos un nuevo amigo, él es Choi Soobin, ¿A qué parece un conejo con esa sonrisa? ─el infante se encontraba sonriendo, avergonzado─. Bueno cariño, ve y siéntate junto a Lisa. ─señaló su lugar, él agradeció y procedió a sentarse al lado de la tailandesa.

La profesora empezó a hablar sobre la nueva clase de matemáticas así que él sacó su cuaderno y su lapicera para escribir lo que fuese de importancia. Al acabar, guardó sus pertenencias y caminó hacia el patio del receso, se sentó en uno de los pequeños bancos sacando su lonchera de su bolso para desayunar. A los pocos minutos se le acercan unos niños que, sí no mal recordaban, pertenecían a su clase.

─Hola, conejito. ─dijo el que parecía ser el mayor de todos.

─¡Hola! ─saludó animadamente Soobin, teniendo la esperanza de que ellos querían ser sus amigos, ésta no duró mucho porque un niño le arrebató su gorra, dejando expuestos dos pequeños cuernos de un tono suave de azul de los cuales estos se mofaron.

─Tiene dos cuernos, ¡Por eso parecía ser tan raro!

Desde que Soobin tenía memoria, esos cuernos habían estado en su cabeza, nadie ─ni siquiera los médicos─ sabían el porqué los tenía, por lo tanto tendía a ocultarlos, lastima que esa vez no fue suficiente para evitar las burlas.

─¡Es un fenómeno! ¿Cómo siquiera lo pueden comparar con un conejo?

─Ellos son lindos, esta cosa es fea. ─antes de que un golpe llegase a su mejilla, las lágrimas se escapaban de los orbes de Soobin.

─Al menos es mejor que cualquiera de ustedes, las únicas cosas feas son ustedes. ─dijo una voz desconocida para el niño de hoyuelos, pero parecía ser un infante también─. ¡Alejense de él! Los únicos fenómenos son ustedes, debería de darles vergüenza.

─¡Pero con solo existir es peor que nosotros!

─¡Ningún pero, fuera! ─dijo, ya harto el niño que lo defendía. Los demás se alejaron entre murmullos y quejas mientras que Soobin no dejaba de llorar─. ¡Hey, no llores! Mi madre dice que la gente buena no debería de llorar. ─el más bajo abrazó al otro, haciendo que el mayor se sintiera mejor al instante─. Me llamo Huening Kai, pero puedes decirme Hyuka, gusto en conocerte.

─Yo soy Choi Soobin, el gusto es mío. ─se separaron y estrecharon sus manos entre risas─. Gracias por ayudarme, eres mejor que cualquier superhéroe que haya visto por televisión.

─No agradezcas, sé lo que se siente ser burlado, no pude quedarme quieto al ver cómo te molestaban. ─empezó a sacudir su abundante cabellera y de la misma salieron dos cuernos aún mas pequeños que la que tenía Soobin, solo que estos eran de un amarillo tenue─. No deberías avergonzarte por ellos, mi papá siempre dice que las cosas que nos hacen feos según otras personas, realmente nos hacen únicos. ─dijo, sonriendo orgulloso de sus palabras─. Yo con el tiempo descubrí que mis cuernos no me hacen un monstruo como otros dicen, en realidad me hacen sentir distinto, como sí fueran la corona de un rey.

─Entonces, ¿Dices que tus cuernos son tan geniales como una corona?

─Correcto, son mejores que alguna otra cosa, debes de pensar igual.

─Creo que tienes razón, Hyuka.

─Ya casi acaba el receso, termina de comer y vamos hacia el aula. ─asintió, terminó de comer, guardo todo y fue junto con Kai al salón de clases.

Se sentaron juntos durante lo que quedaba de la clase, puesto que habían conectado mucho para considerar que eran amigos. Cuándo acabó, todos los niños recogieron sus pertenencias y salieron hacia la salida de la escuela a esperar a sus progenitores o representantes, incluyendo a los nuevos amigos.

Tuvieron que, tristemente, despedirse cuando llegaron los padres de Soobin a recogerlo, pero antes de irse, se abrazaron para luego el mayor ser cargado por su padre hasta el auto mientras se despedía con un movimiento de su mano. Lo sentó en uno de los asientos traseros, le colocó el cinturón de seguridad y dejó sus cosas a un lado.

Sus padres se sentaron en sus respectivos asientos y, al tanto su papá encendía el auto, su madre le preguntó.

─Dime, Soobinie, ¿Cómo te fue, aprendiste algo el día de hoy?

─Sí mami, descubrí que mis cuernitos son perfectos y lindos tal cual son, ya se convirtieron en mi propia corona. ─dijo, recordando a Huening Kai.

¡Fin!

Hola preciosuras, ¿Cómo están? Espero que se encuentren bien en casita.

Este fue un pequeño "cuento" que hice para una tarea de orientación en mi último lapso en cuanto al tema de los valores y el bullying (incluso lo recicle para un cómic en inglés de superlativos jiji), siempre quise publicarlo en algún parte pero era muy corto para hacerlo un os y muy largo para ser un drabble, así que decidí ponerlo por aquí, tenía algunos errores que corregí ^^.

Este relato es muy importante para mí puesto que recibí felicitaciones de mi docente cuando tuve que recitarlo en una de las clases presenciales que tuve, mis compañeros me dieron halagos de todo tipo y mi profesora me dió uno que me marco muchísimo.

"Tienes potencial para escribir un libro, te expresas muy lindo."

Soy insegura con respecto a todo lo que tenga que ver conmigo y mi manera de redactar y me hizo muy feliz escuchar eso, así que quise compartir esto con ustedes, perdonen sí se hizo muy largo todo.

Espero que les haya gustado y les agradezco el tiempo que se hayan tomado para leerlo, nos leemos.