Claudia se recostó en su silla giratoria y bebió de su caja de jugo. Varios estudiantes estaban en su salón de clases durante su pausa para el almuerzo, que ella siempre les dejaba pasar el rato si no querían ir a almorzar, quedarse para terminar el trabajo perdido o ver una película en la pizarra inteligente. La elección de hoy fue 'Los Goonies'.

Una estudiante, Emma, ​​se acercó a su escritorio para entregar el ensayo que le faltaba.

—Gracias, Em, eso aumentará tu calificación de sesenta y siete a setenta y cinco—le dijo a Emma y luego se volvió hacia su clase—¡Recuerde que las calificaciones deben entregarse! ¡Entreguen su trabajo y luego podrá preocuparse de que lo dejen en lectura!

—¡Eso pasó una vez!—Kate gritó

Claudia se rió y tiró su caja de jugo.—Bueno, tal vez querían que terminaras tus tareas pendientes primero.

Un golpe en su puerta interrumpió su conversación con su alumno. El director estaba en la puerta con un nuevo estudiante que conocía a Claudia. El director Howard le preguntó a Claudia si podían hablar afuera. La profesora de inglés asintió y caminó silenciosamente hacia el pasillo.

"Sra. Donovan, ella es Anna. Se transfirió de escuela y estará en su clase el resto del año—el director Howard explicó.

Claudia le sonrió a la adolescente queriendo hacerla sentir bienvenida. 

—Hola, soy la Sra. Donovan, espero que te guste mi clase. Puedes entrar—dijo Claudia. El director Howard murmuró un "gracias" y dejó a las dos chicas—¿Estaba siendo raro al respecto?

—Casi. No dejaba de preguntarme si yo también quería ser maestra. ¡Quiero ser médico!—Anna dijo sarcásticamente. Ambas chicas se rieron.

—No haré un gran anuncio para anunciar tu llegada, créeme, eso apesta tener que levantarte y saludar a todos. No me va bien bajo presión, así que siéntate ahí—Claudia señaló un asiento que sabía que nadie se sentaba—¿Sabe tu prima que me tienes como profesora de inglés?

Anna era prima de Garret, el profesor de al lado. Garret nunca mencionó que su primo se transfiriera de escuela, pero Anna estaba aquí y tenía a Claudia como maestra.

—No, pero cuando le diga, me aseguraré de restregarle en la cara que eres la mejor maestra—Anna se rió entre dientes.

—Oh, gracias mi dulce niña angelical—Claudia jadeó. Sonó el timbre, señalando el final del período de almuerzo. Los estudiantes gimieron, no queriendo salir del salón de clases. Claudia se sintió increíble al saber que la mayoría de los estudiantes se sentían seguros en su salón de clases, a menudo sus alumnos le decían que ella era su maestra favorita. Incluso para los estudiantes a los que ella no enseñó.

—Está bien, hijos míos, ¡Lleven sus piernitas a su próxima clase! No quiero que lleguen tarde—Claudia caminó hacia su computadora portátil y detuvo la película, luego abrió su PowerPoint para mostrarlo en la pizarra inteligente.—Nos vemos mañana, que tengan un excelente resto del día, beban agua, sean amables, manténganse a salvo y no se queden despiertos toda la noche, ¡Sí, me refiero a ti, Luke!

—¡Eso es mentira!—Luke respondió, agarrando su mochila y caminando hacia la puerta—Señorita, ¿puedo quedarme a la próxima clase? Tengo que ir a química.

Claudia agarró a Luke por el hombro y lo obligó a salir por la puerta. 

—Lo siento, tengo otra clase que enseñar, de lo contrario eres más que bienvenido. Ya casi terminas el día, solo tres clases más.

Todos los estudiantes volvieron a gemir, ganándose la risa de Claudia. La maestra regresó a su escritorio mientras esperaba que su próxima clase de estudiantes entrara a su salón de clases. Ella usó ese tiempo para revisar su teléfono. Claudia notó un mensaje de texto de Layna y una llamada perdida de su mamá.

Primero revisó el texto de Layna.

Layna

¡Chica, el chico que te gusta era Dorian Gray y el Príncipe Caspian! Papá me habló de él y luego lo busqué en Google y es el puto príncipe Caspian.

Por supuesto, de allí lo recordaba Claudia. Sabía que le resultaba familiar. Y también lucía bien con el pelo largo.