" 𝘜𝘯𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘮𝘢́𝘴 „
Nota: Este shot está ambientado en un "Genderbend AU", es decir, un cambio de género a la inversa. Jinx será un chico y Ekko será una chica. He ahí que los nombres cambien.
━━━━━━━━ DÍA 6 ━━━━━━━━
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Una noche más en la que se encontraban a escondidas, una noche más en la que solamente iban a sentarse y hablar. Como si sus vidas fueran otras, como si en realidad no fueran enemigos.
Todas las noches se repetía la misma rutina. Ella salía de la base y él abandonaba "La Última Gota" para salir a deambular hasta que se encontraban en un punto lejano, ya fuera por casualidad o por haberlo deseado. Hacía tiempo que ya no se cuestionaban siquiera el porqué de sus encuentros nocturnos.
Se había vuelto como un vicio para ambos frecuentarse así, aunque sabían que estaba prohibido. Rebekka era la líder de los Firelights, y quería derrumbar el imperio que aquella malvada mujer, Sila, había creado para condenar aún más a la gente del Distrito Suburbano. Jinx, por su parte, era casi como la mano derecha de Sila, quien lo había tomado como hijo adoptivo luego de que él se quedara sin familia al haber provocado un accidente, cuando era tan sólo un niño.
Jinx le era incondicional a Sila y la obedecía en casi todo, excepto en algo.
"Adiós". La morena siempre lo decía como si no fueran a verse otra vez, como si cada encuentro fuera el último, pero nunca era así. Ellos volvían a encontrarse, y pasaban otra noche más en compañía del otro, sin involucrarse románticamente aún. Se sentaban juntos en la cima de algún edificio viejo y se quedaban ahí, a veces sin siquiera iniciar una conversación.
Aunque él se engañaba a sí mismo diciendo que la asesinaría - misma razón por la que siempre llevaba su arma consigo - al final terminaba dejándola ir. Con ella no era muy diferente, pues también tenía deseos de lastimarlo e iba a cada encuentro preparada para luchar, pero igualmente parecía olvidar su objetivo inicial cada vez que veía a aquel chico maniático acercarse hacia donde estaba.
"No debes involucrarte con ella" Jinx recordaba con frecuencia las palabras que Sila le había dicho. La mujer sabía en cierta forma lo que en realidad estaba pasando, pudo intuirlo en su reciente forma de actuar, pues de repente el chico rechazaba las misiones que ella le encomendaba y parecía no querer seguir trabajando en el arma que usarían contra Piltóver. Él estaba cambiando, y estaba haciéndolo por esa joven. Temía que su hijo terminara alejándose para unirse al bando contrario, por lo que intentaba persuadirlo diciéndole que Rebekka, como todos en el pasado, iba a abandonarlo.
Jinx en parte consideraba ésta como una fuerte posibilidad. Las incesantes voces en su cabeza no ponían reparo en recordárselo pero, de alguna manera, lograba ignorarlas y terminaba yendo en la misma dirección que la chica, de manera inconsciente.
No, no sabía porqué lo hacía, pero sí sabía que había algo que quería.
Aun con todo encima: las palabras de desprecio que sus hermanas muertas le gritaban, las advertencias de Sila, lo que el mismo sentido común dictaba, a todo eso pareció darle la espalda en el momento en que decidió encaminarse hacia la base secreta de los Firelights, con una sola idea en mente. Fue una verdadera sorpresa para Rebekka encontrarlo allí, en su terraza, a mitad de la noche. Por instinto, ella adoptó una postura defensiva. Pensaba que Jinx por fin había tomado una decisión y entonces pelearían como debieron haberlo hecho hacía años, aun cuando las acciones recientes de él le habían dado la esperanza de poder recuperarlo.
Sin embargo, las cosas sucedieron de forma distinta. Jinx trajo su arma, sí, pero la dejó afuera de la terraza, justo frente a sus ojos.
Él se acercó en silencio, con pasos lentos —Ya me cansé de esto— fue lo único que murmuró. Y era cierto: estaba cansado de perseguirla a donde quiera que ella fuera, estaba cansado de evitar ir a misiones con Sévik sólo para no tener que pelear con ella, estaba cansado de que su voz también se colara entre sus alucinaciones de manera molesta y reconfortante a la vez; pero estaba más cansado aún de tener que verla todas las noches y solamente permanecer casi en silencio en su compañía.
La distancia entre ellos se acortaba al tiempo que la chica retrocedía. Jinx era impredecible, y bien podía asesinarla en ese momento si es que esas eran sus intenciones. Pudo ver bien sus cansados ojos azules, con una profunda e indescifrable emoción grabada en ellos. Tenerlo tan cerca le hacía imposible la tarea de mirarlo de manera diferente: como un enemigo o como un desconocido. Sabía bien lo que su corazón sentía por ese peliazul y odiaba el hecho de no poder reprimir esas absurdas emociones.
Su espalda chocó contra la pared y el chico recargó sus manos en ésta, acorralándola, con lo que no le quedó una oportunidad para huir. O al menos, ella no quería hacerlo.
Las voces en la cabeza de Jinx parecieron darle su espacio y guardaron silencio. Las dudas que ella tenía se desvanecieron repentinamente en tan sólo un segundo. Era como si la vida misma les regalara ese momento, para hacer lo que ambos sabían que iban a hacer.
La morena seguía mirándolo, estática, aun cuando él se acercaba peligrosamente a su rostro. En el momento en que ya no quedó distancia alguna que los separara, tanto ella como él cerraron los ojos, dejándose llevar por lo inefable del momento.
Al separarse, Rebekka lo observó detenidamente por una fracción de segundo. La sangre que formaba un sonrojo en sus pálidos pómulos le daba el aspecto de una persona viva. El sombrío rostro de Jinx pareció tornarse en uno más cálido, más humano, con aquel beso. No pudo detenerse a mirarlo por mucho más tiempo ya que ella misma se inclinó hacia él y sus labios se unieron por segunda vez.
Jinx la estrechó con fuerza, como temiendo que ella fuera a abandonarlo en ese preciso momento. Su inquietud encontró alivio una vez que la chica lo rodeó con sus brazos y recargó la cabeza en el pecho de él.
—¿Y ahora qué vas a hacer?— Le preguntó.
—Quedarme contigo— Contestó ella.
Pasarían juntos una noche más, aunque esta vez, no como amigos y mucho menos como enemigos.
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No sé en qué momento se me pasó por la cabeza escribir esto, la verdad.
Jamás había escrito un Genderbend antes, así que no estoy segura de haberlo hecho bien. Me gustó la idea y simplemente decidí escribirla, aunque originalmente iba a ser más larga.
Ah, y por si se lo preguntan este, creo, sería el aspecto que Jinx tendría si fuera un chico. Créditos a quien haya hecho este bello fanart ♡
¡Espero que les guste!
Los quiero.
¡Hasta la próxima!
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