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" 𝘗𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳 𝘉𝘦𝘴𝘰 „

━━━━━━━━ DÍA 2 ━━━━━━━━



E

kko subió sigilosamente hasta la azotea. Estaba oscuro, pero aún podía ver por dónde iba. Al llegar, vio a Powder sentada en la orilla, abrazando sus piernas. Él estaba entrando en el bar para ver a los chicos cuando ella pasó corriendo al lado suyo, con la cabeza gacha. Supuso que algo había pasado, por lo que la siguió y fue a parar en aquel solitario lugar. Ekko sabía que la peliazul solía ir allí para estar sola cuando se sentía mal.

Se acercó hasta quedar detrás de ella.

- Ya sé lo que vas a decirme, Vi - Habló la chica, con voz entrecortada.

- No soy Vi - Respondió el peliblanco, Powder se giró para mirarlo -. Oye, ¿Qué te sucede?

- Nada.

- Por favor, dime. ¿Uno de tus inventos no funcionó otra vez o es por Mylo? - Ella lo miró en silencio por unos segundos - Es por Mylo - Concluyó - ¿Qué fue lo que te dijo esta vez?

- Me dijo que no tenía amigos, y que eso estaba bien porque así no les contagiaré mi mala suerte - Respondió Powder entre gimoteos para echarse a llorar otra vez. Ekko le dio unas palmadas en la espalda.

- No das mala suerte, Powder.

- ¡Claro que sí! - Exclamó al instante -. Siempre arruinó todo. Las misiones, mis bombas... ¡Todo!

- Sólo son pequeños errores. Las bombas se pueden arreglar y las misiones se pueden repetir. No puedes evitar equivocarte, así como yo o cualquiera, y eso no te hace de mala suerte - Powder dejó de sollozar y alzó un poco su cabeza.

- ¿Lo crees?

- Estoy seguro. Siempre habrá una oportunidad para hacer las cosas mejor Pow-Pow - La mencionada le sonrió.

- Ya te dije que no me digas Pow-Pow. Voy a hacerte pagar si sigues llamándome así.

- Inténtalo entonces - Dijo él poniéndose de pie, ella lo imitó.

Ekko tuvo una idea para animar a su amiga. Se dirigió a un rincón de la azotea de donde sacó una especie de peto hecho de cartón, el cual se puso. Inmediatamente después se paró en el centro del área, sacó su reloj y comenzó a balancearlo en el aire. Powder rodó los ojos.

- Si es que quieres perder... - Murmuró la peliazul mientras se dirigía a la otra esquina de la azotea, de ahí sacó un casco improvisado y una pistola que disparaba balas de pintura. Se paró a unos metros de distancia de donde estaba Ekko y le hizo un pequeño gesto burlón con sus dedos para luego reír.

Los segundos pasaron y el peliblanco detuvo el reloj. El juego comenzó.

Powder empezó a disparar mientras Ekko intentaba esquivar sus balas. Él saltaba y se agachaba con bastante agilidad, por lo que Powder no la tenía del todo fácil.

Pero ella también tenía algo a su favor: su excelente puntería.

Y eso mismo hizo que el peto del chico, quien estaba a unos cuantos centímetros de alcanzarla, fuera manchado con pintura púrpura justo en el centro.

- ¡Sí! - Exclamó Powder en tono triunfal, Ekko se limitó a soltar un quejido.

- Siempre ganas - Refunfuñó él, al tiempo que volvía a dejar las cosas en su lugar. La peliazul hizo lo mismo.

- No me culpes, tú fuiste el que quiso retarme - Ella se encogió de hombros, con burla -. Además no lo entiendo, siempre disparo en el mismo patrón y tú nunca lo recuerdas.

- Algún día lo haré, y te ganaré - Afirmó el moreno.

- Ya veremos - Ambos se acercaron a la orilla de la azotea y se sentaron, con los pies balanceándose en el aire. Admiraron el paisaje nocturno que se desplegaba frente a ellos -. Aunque dudo que eso vaya a pasar algún día.

- ¿Lo ves? Eso demuestra mi punto. Eres muy buena disparando y haciendo muchas otras cosas.

- Y tú eres muy bueno esquivando, hombrecito - Ambos rieron para después quedar en silencio.

- Ekko - Dijo Powder después de un rato -. Tú eres mi amigo, ¿verdad?

- Por supuesto - Le aseguró, con una sonrisa cálida en su rostro -. Siempre vamos a ser amigos, Powder.

Esa respuesta fue suficiente para hacerla sentir tranquila. El lugar fue nuevamente invadido por el silencio, hasta que la ojiazul decidió hablar.

- El tonto de Mylo se equivoca.

- En verdad sí, cualquiera tendría suerte de ser tu amigo, eres muy divertida e inteligente y además eres bonita - Soltó sin pensar. Se paralizó en cuanto se dio cuenta de sus propias palabras. Ella arqueó una ceja mientras sentía un ligero rubor en sus mejillas. ¿Por qué había dicho eso?

- Creo que... debo irme. Nos vemos después - Se despidió ella con voz nerviosa.

- Nos vemos luego - Respondió Ekko mientras desviaba su mirada hacia otro lado.

Se veía muy tierno en su intento fallido de disimular. Powder dudó un poco de su siguiente acción, pero verlo así la convenció por completo. Quiso aprovechar que él estaba distraído, pero sus movimientos no fueron lo suficientemente rápidos, por lo que sus planes se vieron alterados.

Él giró la cabeza en un instante, algo que ella no esperaba. Powder no atinó a darle un beso en su mejilla, como quería, pero en cambio terminó cediéndole su primer beso al chico de hebras blanquecinas, uno que, por cierto, fue bastante corto e inocente.

No pasó ni un segundo cuando Powder se separó de él con una expresión de pánico en su cara. Ella se llevó una mano a la boca, casi dando un pequeño grito. Ekko también estaba bastante sorprendido como para reaccionar.

La peliazul se levantó rápidamente y huyó a paso veloz sin siquiera voltear a ver al moreno. Se detuvo hasta estar en su habitación. Para su suerte no había nadie, así que pudo encogerse en su litera sin que nadie la molestara.

Aún estaba un poco asustada. Eso había sido muy raro y de alguna manera... muy lindo.

Se calmó después de unos instantes y se llevó las manos a su cara, que aún ardía. Luego, esbozó una sonrisa involuntaria. Pensó en contárselo a Vi, pero descartó la idea casi al instante. Sabía lo sobreprotectora que podía llegar a ser su hermana mayor, así que prefirió guardar aquello como un secreto, uno que quedaría sólo entre Ekko y ella.

"Tal vez cuando sea grande... pueda darle otro de esos" pensó Powder.

Mientras tanto, Ekko estaba radiante de alegría. Powder, su Powder ¡Le había dado un beso! "¡Ja! Sabía que era cuestión de tiempo para que se diera cuenta lo que sentía por mí" pensó.

Ahora, lo único que le quedaba por hacer era ir con Benzo para contarle todo. Claro, siempre y cuando él prometiera guardar el secreto de Vander y, especialmente, de Vi.



Uff, definitivamente no estoy acostumbrada a esto, pero ¡es bueno hacer algo diferente de vez en cuando!

Tenía este concepto desde hace tiempo, pero no pude publicarlo como un shot por azares del destino.

Espero que les guste, de todo corazón.

¡Hasta la próxima!

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