" 𝘍𝘢𝘯𝘵𝘢𝘴𝘮𝘢𝘴 „
Aclaración: Este shot está ambientado en un AU moderno, en el que ninguno de los personajes posee magia o poderes. Sin más que decir, espero que lo disfruten.
━━━━━━━━ DÍA 3 ━━━━━━━━
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— Bien, bien. Ahora es mi turno — Habló Ezreal. Se escuchó un quejido en coro por parte de todos los chicos presentes —. Oigan, tampoco tienen que ponerse así. Mis historias son más terroríficas que las de ustedes. Y eso que algunas las invento yo mismo.
— Eso explica porque son tan malas — Dijo Zeri y las risas llenaron el ambiente. El rubio bufó y se cruzó de brazos.
— Como sea — Fue hacia donde estaba Ekko y le arrebató la linterna que sostenía entre sus manos. El moreno se limitó a mirarlo con el ceño fruncido mientras Ezreal se sentaba en uno de los troncos y encendía la linterna para alumbrar su propio rostro —. Voy a contarles lo que me pasó en uno de mis viajes. La misión más peligrosa que he hecho en mi vida...
— Apuesto a que es sobre la tumba de Ne'Zuk, otra vez — Susurró Nilah al oído de Lux.
— Mi expedición a la tumba de Ne'Zuk — Dijo él con tono siniestro. Lux se puso de pie y le arrebató la linterna —. Oye, linda ¿Qué estas haciendo?
— Lo siento, Ez. Pero nos has contado esa historia muchas veces y nunca nos asustamos.
— Más bien, nos aburrimos — Bromeó Ekko, y todos comenzaron a reír.
— Por favor, casi muero en esa ocasión ¿Acaso no les da escalofríos la sola idea de perder a un chico tan increíble como yo? — Nadie respondió, e incluso Yasuo se puso a silbar para evitar darle una respuesta sincera —. Está bien, insensibles. ¿Alguien más tiene una historia que contar? Dudo que sea mejor que la mía.
— Ekko podría contar una historia — Taliyah señaló hacia donde estaba el chico y Lux le arrojó la linterna a él.
— Se la dejan muy fácil, ¿Cómo no va a tener una historia que contar si es el novio de esa bruja de Jinx? Todos los días deben ser como una película de terror con esa maniática a tu lado, Ekko —. La rubia le dio un codazo al ojiazul, quien se quejó por el dolor.
— Te equivocas. Jinx no es ni la mitad de las cosas que dices — Le aclaró, con voz calmada, y encendió la linterna —. Pero sí, tengo una historia que contar, y no está relacionada precisamente con ella. Fue de algo que me sucedió una noche, mientras trataba de reparar uno de mis inventos — Todos guardaron silencio y se mantuvieron atentos a sus palabras. Las historias de Ekko solían ser muy buenas y, en cierta forma, aterradoras. El de cabellos blanquecinos carraspeó un poco y la luz de la linterna recubrió su rostro desde abajo —. Esa noche, me escapé de casa y fui al laboratorio de la escuela para reparar el Z-Drive, un aparato en el que estoy trabajando para viajar en el tiempo, como ustedes saben.
— Sí, ya lo sabemos — Mencionó Ezreal con sarcasmo, y Taliyah le indicó que guardara silencio. Ekko prosiguió.
— Quería saber si, después de tantos intentos, por fin podría funcionar. Así que, luego de hacerle algunos ajustes, lo activé y empezó a brillar con mucha fuerza, pero luego se apagó. Adivinen qué fue lo que sucedió...
— ¿Lograste viajar en el tiempo? — Inquirió Lux, con entusiasmo.
— Después... escuché un extraño ruido que venía del pasillo. Eran como las 12:00 y se suponía que no había nadie en la escuela, pero pude oír claramente el sonido de unas pisadas que se aproximaban lentamente hacia el laboratorio...
— Se nota que Jinx ya te contagió sus alucinaciones — Aunque Ezreal lo dijo en tono bajo, Ekko alcanzó a escucharlo.
— ¿Podrías dejar ya de insultarla? ¿O quieres que te dé una razón para que grites de miedo? — Exclamó Ekko desde donde estaba, visiblemente molesto.
— Cálmate, hombre. Sólo ignora todo lo que diga la rubia — Dijo Sett en tono burlón. Ezreal refunfuñó.
— Sí. Mejor continúa con la historia — Insistió Seraphine.
— Está bien — Ekko tomó aire y continuó con su relato —. Me acerqué con cautela hacia la puerta del laboratorio con la intención de abrirla, ¡pero alguien del otro lado se me adelantó! — Todos contuvieron el aliento —. La puerta se abrió, y pude ver quién era el que estaba deambulando a esas horas de la noche...
— ¡Un fantasma! —Se apresuró a decir Zeri.
— ¡Claro que no! Los fantasmas no pueden abrir puertas —. La contradijo Scar.
— Pues era algo parecido a un fantasma. Era un chico, pero podía ver a través de él, y cuando lo observé más detenidamente pude darme cuenta de porqué su rostro se me hacía extrañamente familiar. Ese chico era... ¡yo! — Los amigos de Ekko fruncieron el ceño ante sus palabras —. Sí, tampoco lo entendí al principio, y ese tipo estaba aun más confundido que yo. Era muy parecido a mí, pero diferente. Su cabello estaba peinado de forma distinta al mío y sus vestimentas parecían ser de una época más antigua, también. Su cuerpo pareció materializarse por completo y entonces comenzó a hablarme. Me dijo que era una versión mía, pero de otro universo.
— Espera, ¿nos estás diciendo que existe el multiverso? — Preguntó Yasuo.
— Así es. El tipo me dijo que venía de un mundo inestable que siempre estaba en conflicto. También me contó que tenía un aparato muy parecido al mío, pero que sí funcionaba, y que con él había viajado a muchas épocas del pasado y del futuro. Sin embargo, al haberlo usado tantas veces, lo estropeó; y un día, en lugar de transportarlo hacia otro tiempo, el Z-Drive terminó abriendo una grieta en el espacio-tiempo, lo cual suponía una amenaza para todas las dimensiones.
— ¿Y qué fue lo que pasó después? Dinos — Lo animó Taliyah.
— Me dijo que yo había hecho exactamente lo mismo, y que había abierto un portal hacia una dimensión desconocida, repleta de bestias peligrosas. "El peligro es inminente, ya es demasiado tarde" fueron sus palabras — Relató en tono fúnebre, Ezreal rodó los ojos —. Estábamos a punto de ir por mi Z-Drive cuando, de pronto, las luces comenzaron a parpadear y se escuchó un fuerte ruido al fondo del laboratorio. La pared comenzó a deformarse y se abrió un vórtice de luz negra del cual salió... ¡Un monstruo!
— Las luces parpadean y un monstruo sale de la pared. Suena mucho a una serie de televisión — Opinó Ezreal.
— Vamos, Ekko. ¡Termina con esto de una vez! — Exclamó Sett.
— Lo haría si dejaran de interrumpirme — Murmuró. Luego, tomó aire antes de retomar la historia —. Un horrible monstruo salió de la pared. Medía como dos metros, estaba cubierto de pelo y tenía unas afiladas garras. En cuanto nos vio, soltó un fuerte rugido e intentó atacarnos, pero afortunadamente pude huir... al menos yo pude hacerlo. No pude salvar a mi otra versión. — Ekko agachó la cabeza y prosiguió, en un tono más serio —. Tomé el Z-Drive y corrí lejos de la escuela hasta llegar a casa, no salí de allí hasta el amanecer. Cuando regresé a la escuela, para mi sorpresa, el monstruo había desaparecido, pero algo me dice que no se ha ido aún. Pudo haberse escondido y ahora está esperando el momento adecuado para volver.
— Sí, no me digas... — Comentó Ezreal con sarcasmo.
— ¿Tú crees... que esté aquí, en este bosque? — Le cuestionó Seraphine, con voz temblorosa.
— Es una posibilidad — Concordó Ekko y apagó la linterna —. Y si ese es el caso... entonces debemos tener cuidado.
El rubio estuvo a punto de decir algo más cuando, de pronto, la fogata que los calentaba se apagó súbitamente.
— Oye ¿Por qué la apagaste? — Se quejó Sett —. Aún nos faltaba asar malvaviscos.
— Yo no fui el que la apagó — Dijo Ekko, y una sensación de miedo se apoderó de los chicos. Un ruido se escuchó entre los árboles, pero nadie podía ver nada porque estaba muy oscuro.
— ¿Qué fue eso? — Preguntó Lux, asustada.
— Ekko, no más juegos. Enciende la lámpara — Ordenó Yasuo.
— Lo intento, pero creo que las baterías ya no funcionan — Respondió él. Otro ruido se escuchó, esta vez más cerca. Era como si algo estuviese acechándolos desde lo profundo del bosque.
De repente, se escuchó un feroz rugido y todos gritaron, llenos de terror. Ekko entonces encendió la linterna y los chicos pudieron ver de quién se trataba.
Jinx soltó una estruendosa carcajada, al tiempo que apagaba su teléfono —. ¿Sabían que pueden encontrar sonidos aterradores como este en internet? Debieron haber visto sus caras, ¡fue tan divertido! — Exclamó la peliazul y se echó a reír nuevamente, esta vez siendo acompañada por Ekko, quien se apresuró a encender la fogata.
— Tranquilos chicos, no pasa nada — Explicó el moreno, entre risas —. Sólo es Jinx.
— ¿Que no pasa nada? — Ezreal rompió el abrazo que sostenía con Lux y caminó hacia donde estaba Ekko —. Hubiera preferido que viniera un oso salvaje y nos comiera, a que nos asustara la loquita de tu novia. Ella es mil veces más aterradora y sé que puede hacernos cosas peores de las que nos haría un monstruo.
— No me tientes — Amenazó Jinx y le sacó la lengua al rubio, con burla —. Como sea, rubiecita, nunca voy a olvidarlo. Tu grito de niñita asustada fue el mejor de todos.
— En eso estoy de acuerdo. Pero que quede claro que yo no grité en absoluto, no soy un cobarde — Afirmó Sett, y todos se rieron.
— Bueno, ya hicieron su broma, ahora me voy a dormir — Dijo Scar, no muy contento por lo que había sucedido.
— Sí. Ya es tarde y debemos descansar si queremos seguir explorando el bosque por la mañana — Agregó Taliyah y todos asintieron.
Uno a uno fueron retirándose a sus respectivas tiendas para dormir, hasta que sólo quedaron Ekko y Jinx. El moreno le sonrió a su novia con complicidad y la rodeó con su brazo.
— ¿En serio tenías que asustarlos así? Pobre Ezreal, estoy seguro de que no podrá dormir esta noche.
— Pues se lo merece — Aseguró Jinx.
— No sé cómo siempre logras convencerme para que te ayude a hacer este tipo de cosas — Se rio Ekko. Jinx se paró enfrente suyo, lo tomó de la camiseta y le dio un suave beso, al que él correspondió.
— Así es como lo hago — Respondió ella, al separarse de Ekko.
— Sí, ya lo recuerdo — Dijo el moreno en tono pícaro.
— Oye, y.., ¿ya tienes ganas de ir a dormir? — Le preguntó ella.
— Adivinaré. Tú no — La peliazul asintió con la cabeza —. Bueno, podríamos quedarnos y contar otra historia, si quieres.
Jinx volvió a asentir con la cabeza, emocionada. Ambos se sentaron en el pasto, cerca de la fogata —. No sé cómo te inventas esas historias, si tú ni siquiera crees en ninguna de esas cosas.
— Tú tampoco ¿o sí? — Le cuestionó Ekko.
— Neh, sólo es divertido ver cómo los demás se mueren de miedo. Aunque no es lo mismo contigo, nunca te asustas con nada — Dijo ella mientras hacía un pequeño puchero.
— ¿No se supone que eres la mejor para asustar a los demás, Jinx?
— ¿Me estás retando? — Inquirió la peliazul.
Ekko se encogió de hombros — Tal vez — Jinx arqueó una ceja.
— Está bien, sólo no digas que no te lo advertí.
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Está medio raro, pero simplemente empecé a escribirlo y me gustó mucho el resultado.
Espero que a ustedes les guste también ♡
¡Hasta la próxima!
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