ꕤ 11
⚠️ Atención, contenido sensible más adelante, se recomienda discreción. ⚠️
Hoyeon era el pequeño más feliz del planeta tierra.
Se sentí flotar solo pensar que llegaría a casa y pronto estarían sus padres listos para darle mimos, abrazos y besitos.
Observó a un cachorro ser paseado por su dueño a unas calles.
"Me pregunto si me dejan tener un cachorrito, si les digo que yo limpiaré su caca creo que si me dejaran" pensó.
Se dirigió todo el camino a su escuela ideando un plan para poder obtener un cachorro para su próximo cumpleaños.
Cuando estuvo cerca de llegar a su salón de clases paró a unos cuantos metros de distancia y suspiro hondo.
Sin duda ya tenía una mejor reputación en su escuela, ya no era molestado desde que se supo que tenía un padre que podría hacerles la vida miserable a quien tocara a su hijo. Así es, las mamás de sus compañeros que no tenían nada más interesante que hacer en sus vidas aburridas vidas se encargaron de esparcir rumores además de procurar mencionar a sus hijos que no molestaran al hijo de una eminencia.
Ya tenía un pequeño amigo en su salón de clases, era un pequeño que era bastante tímido e inocente. Hoyeon ahora se encargaba de proteger de malos ratos al pequeño porque sabía el dolor que se sentía ser intimidado y no quería que alguien más pasará por algo así y en cambio recibió mucho amor por parte de su compañerito y amigo Joowon.
Entró, se sentó y se preparó para sus clases, las horas pasaron sin gloria ni pena a excepción del almuerzo que lo paso con su Joowon comiendo postresitos que había traído para compartir.
"Faltan casi una hora para salir de clases" se emocionó al pensar que pronto llegarían sus padres por el.
Hoy era un día especial, habían decidió dedicar un poco de tiempo para celebrar las sorpresivas buenas notas de Hoyeon, claro el era muy inteligente pero muy flojo.
—Hoyeon, vienen por ti, ¡que tengas un lindo fin de semana!
Le dice su maestra con una linda sonrisa interrumpiendo sus pensamientos.
—¿No te irías al salir de clases?, nooo, yo quería conocer a tus lindos papitos.
Le comenta Joowon con un puchero al lado de el. Bastante sospechoso pensó Hoyeon, habían hablado hace unas horas y lo último que recuerda es que irían a recogerlo cuando termine la escuela además de estar emocionados por conocer a su nuevo amiguito.
—Luego los conocerás lo prometo.
Se levantó de su asiento y alistó sus pertenencias recibiendo miradas de envidia, todos querían salir antes de la tediosa escuela.
—Nos vemos el lunes.
Sonrió cuando observó como su amigo lo despedía con la mano alzada para captar su atención.
Llegó a la puerta principal pero antes de salir de la escuela recibió una llamada de su papi Yuni, "raro" pensó, se supone que me están esperando afuera.
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No pudo contestar porque ya estaba siendo arrastrado del brazo por una persona, que cuando pudo observar palideció con completo pánico. Era Hoyang.
—¡Suéltame!
Forcejeaba lo más que podía, ¿que puedo hacer Hoyeon? tiene un pequeño cuerpecito inofensivos y débil a comparación de un adulto.
—Cállate mocoso. ¡Si no ven que te tengo conmigo no me darán el dinero!
Lo sacudió por los hombros de manera brusca logrando asustar mucho más al pequeño, causándole dolor.
El gobierno pagaba un monto grande de manutención por el cuidado del pequeño Hoyeon, su tía que no cuidaba de él recibía todos los meses sin falta el bono pero cuando hubo sospechas de parte del gobierno fue rápidamente por Hoyeon, no podía perder su dinero.
Solo lo llevaría con ellos para que pudieran observar que todo se encontraba bien y que ella seguía siendo una buena samaritana y cuidaba del pequeño niño indefenso.
—¡Suéltame! Mis papis se enojarán contigo.
Hoyeon evitaba con todas sus ganas llorar, estaba tan asustado que su cuerpecito se estaba poniendo aguado, su garganta quería gritar de terror pero no podía por la resequedad de ella, quería llorar, pero quería vomitar, quería salir corriendo de ese lugar.
Los escalofríos recorrieron su piel cuando Hoyang se paró y lo observó con ojos enloquecidos.
—¿Papis? Ja, de seguro te odian tanto como yo, ¿debería hacerles un favor y desacerme de ti?
Quiso desmayarse al escuchar esas palabras, ¿porque esta persona era tan mala?
—¡Mis papis no piensan eso, ellos me quieren, no son unos locos como tú!
—¡Cállate! ¡Solo eres un estorbo! ¡Solo atraes a la miseria!
Levanto la mano para poder golpear al pequeño.
—¡Ayuda!
Le dio una bofetada, causando que su labio sangrará.
—¡Ayuda, alguien, papis! -gritaba alto.
Lastima que la calle por donde caminaban estaba tan desolada que no podía observar ni un alma pasar.
—¡QUE TE CALLES!
Lo golpeo con un puño en su pequeño estómago haciendo que el pequeño se desplomara en el piso, continuo por pisarlo de manera precipitada causando que vomitara todos los bocadillos que había comido en el receso.
Hoyeon solo gritaba por auxilio a sus papis mientras lloraba y tosía. Estaba empezando a ser difícil respirar.
Se escuchó un ruido cerca de ellos, era el cachorro que observó por la mañana ladrando desde el patio de una casa.
Aprovecho y corrió con las pocas fuerzas que tenia cuando Hoyang dejó de patearlo y observaba al cachorro asustada.
Tan solo una cuadra más, ya se podía divisar el edificio que tanto ansiaba por estar.
Ya tenía en su campo de visión a la tienda de conveniencia, suspiró aliviado, solo un poco más, no puede evitar pensar en sus papás, en estar en los brazos confortantes de su papi Yuni y ser arropado por su papá Hoon.
No logro dar un paso más porque ya era tomado por el cabello y arrojado al duro pavimento.
Se quejó del dolor, ya tenía raspones por todas sus piernitas y sus brazos.
—¡Maldito mocoso! ¿Cómo te atreves?
Lo levanto tomándolo por el cabello a punto de golpearlo de nuevo pero su salvador salió de la tienda de conveniencia provocando el sonido del timbre característico de la puerta de la tienda.
El trabajador de la tienda de conveniencia no entendía que pasaba pero con observar la situación dedujo que algo muy malo estaba pasando.
—Disculpe, ¿que le hace al niño?
Ya lo conocía, casi todos los días pasaba sentado en la tienda leyendo cómics y comiendo esperando a sus papis.
Hoyeon intentó zafarse rápidamente del agarre pero fue aventado con fuerza al pavimento.
El pequeño ya no se levanto más.
El golpe fue tan duro que Hoyeon quedó inconsciente.
La mujer al observar al pequeño tirado en el suelo con sangre lentamente saliendo de su cabecita corrió.
Huyó como la cobarde que era.
El trabajador de la tienda intentó perseguirla pero el pequeño era más importante, rápidamente llamó a una ambulancia observando a las personas que ya se habían aglomerado al rededor.
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¡Florecitas!
Despertó sintiendo el cuerpo pesado y un ligero dolor de cabeza.
Cuando sus sentidos llegaron a el pudo observar la amplia habitación blanca en la que se encontraba, todo el lugar olía a alcohol y desinfectantes, observó su brazo conectado a unas máquinas.
Ya conocía esta vista, ya lo había vivido antes.
Entro en pánico cuando recordó lo que pasó, pero sus padres que estaban a un lado de su cama dormidos se levantaron rápidamente.
Lo abrazaron y besaron por todas partes, ambos estaban arriba de la camilla junto con Hoyeon llorando de alivio, asiendo que poco a poco sus ojitos se humedecieran.
—Ya amor, tranquilo.
— Cariño, ya estás a salvo, nunca volverá a pasarte nada así que sonríe, ¿si?
Ambos adultos acariciaban su carita y consolaban a la pequeña y desconcertada alma de Hoyeon con mimos y cálidos abrazos que duraron todo el día.
Hoyeon lo supo, todo estaría bien ahora.
Uy escribir esto fue todo un reto, quería llorar cada dos renglones, pero ya se acabo el mal trago 🥳
Espero que les esté gustando la historia 💕
Ya solo quedan 3 capítulos y un extra, ya los tengo listos jeje
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