Los días de la semana pasaban con tranquilidad para todos excepto para la oficina principal del corporativo Park.

Se decía entre voces que pasaba algo ente asistente del secretario Beomgyu y el hijo del presidente.

El sustenento a los rumores fue que, casi todos los días se encontraban juntos, yendo a comer, visitando las obras, yendo a juntas o simplemente pasando el tiempo a un lado del otro a excepción de momentos en los que ambos cumplían con sus responsabilidades.

—Jaeyunie, ¿sabes que te quiero mucho verdad?— le dice Sunoo formando un corazón con las manos.

—¿Que quieres?—le pregunta Jaeyun tratando de lucir enojado pero fallando en el intento por la ternura de Sunoo.

—Si es algo difícil, ignóralo.— le contestas Jungwon.

Jaeyun podía llegar a ser una persona muy complaciente, a veces le resultaba difícil decir que no y eso a Jungwon le molestaba mucho.

—Ya sabemos que tú y el hijo del presidente son besties, así que quisiera que me lo presentaría y hablaras lindo de mi con él y así...—un Sunoo totalmente avergonzado le comenta.

Todos en la oficina callaron y se creó un silencio demasiado incómodo para el gusto de Jaeyun que lo pensó por un momento.

—Claro, yo te ayudo.—le sonrió lo más sinceramente posible. Jungwon iba a decir algo pero se vio interrumpido por la pequeña celebración de Sunoo.

Era claro que Jaeyun estaba empezando a tener sentimiento por Sunghoon pero, no puede, no puede ser capaz de pararse orgullosamente a un lado de él y decir que es su persona más querida.

"Alguien mejor es ideal para Sunghoon, alguien como Sunoo, bonito, esbelto, con economía estable, de buena familia y una bonita personalidad, no como yo" se decía.

"Se vería mejor juntos, sin duda hacen una linda pareja, además no tengo tiempo para eso." se recalcó deprimido.

Oh no, la inseguridad estaba borrando su sonrisa.

Sunghoon estaba feliz, verlo sonreír era común hoy en día, la razón era obvia, ese pequeño y lindo ser que le alegraba el día, los pucheros que hacía cuando se tenían que alejar, sus aplausos eufóricos cuando veía comida, su risa armoniosa cuando encontraba algo gracioso, su sonrisa celestial, sus pecas como las estrellas, sus ojos como galaxias y sus labios tentadores, todo en Jaeyun lo hacía perder la cordura.

Se refrenaba a él mismo constantemente para no asustar a Jaeyun, no quería que huyera de él.

Pero hoy solo se podía divisar a un Sunghoon con el ceño frundido.

—¿Que te pasa? Ayer desbordabas miel y azúcar y ahora desbordas mierda y apeste.—le dice su hermano menor Riki recibiendo una mirada asesina del Park mayor.

—Jaeyun, eso es lo que sucede.

—¿Mmm? ¿El lindo y angelical Jaeyunie te hizo algo malo? No te lo creo.

Levantó la ceja.

—Aléjate.

Niki solo se hecho a reír.

—Tranquilo chico amante, ya cuéntame.

—Jaeyunie... él... creo que él me engaña.

Pareció llorar cuando lo dijo, mientras Riki escupía el vaso de leche que tomaba con su bungeoppang.

—Bro, no son ni amigos, ¿cómo te va a engañar?

Sunghoon toma un respiro y explica ignorando rotundamente lo dicho por Riki.

—El, actúa raro cuando le llegan mensajes o llamadas desconocidas—. Niki le dice que prosiga con la mirada. —Siempre se levanta apresurado a contestar, me deja solo por mucho tiempo cuando está al teléfono además, si ocurre algo me deja allí, se va corriendo cuando termina su horario y no me deja llevarlo a su casa, ni llamarle hasta tarde y la evidente pared que pone entre nosotros—dice con un puchero. —Tal vez no me quiere y está con otra persona. Creo que yo solito me di esperanzas.—dice con los ojos lagrimosos.

Riki escuchaba sin poder creerlo, ¿su hermano el robot sin sentimiento esta a punto de llorar por alguien? Necesitaba tomar video de esto.

—Hermano creo que te estás apresurando, tal vez estás exagerando y Jaeyun solo es tímido.

No, Sunghoon sabía que la actitud de Jaeyun era extraña, su Yunie no era tan arisco con el. Algo estaba mal, sabía que lo quería pero se restringía.

—Y bien, y si mejor echas un vistazo para que estés más tranquilo. —le propone su hermano.

Sunghoon lo pensó seriamente, no quería ser un maldito stalker, celoso, obsesivo y compulsivo, eso sería invadir la privacidad de Jaeyun, pero de verdad se estaba muriendo de curiosidad y si esto seguía así podría explotar en miles de pedazos por ansiedad.

—Si, solo serán un par de minutos.

Se dijo calmándose más a él mismos que a Riki.

Allí se encontraba su Yunie tan lindo como siempre saliendo de su última clase, si, Sunghoon partió muy temprano su recorrido en busca de respuestas.

Jaeyun despierta temprano para ir a tomar clases, lo observó entrar a su universidad y como se concentraba en su clases, ahora lo está viendo correr hacia su trabajo, llegó a la oficina e hizo su rutina.

"¿Qué desayuno? ¿No va a comer?"

—Jaeyun, ¿no trajiste almuerzo hoy?—pregunta preocupado.

—Oh, se me hizo tarde pero Beomgyu, Jungwon y Sunoo me convidarán de los suyos.—sonrió.

—Mmm... hablando de los chicos, ¿Que te parecen? ¿No crees que Sunoo es muy amable? —le pregunta Jeayun con la mirada baja.

—No lo se, sinceramente no lo conozco, no puedo opinar de él, pero parece agradable.

—Si, Sunoo es un amor, ¿no crees que te pueda llegar a gustar?

Jaeyun pregunta tratando de sonar desinteresado.

—¿Y a ti?—"¿a mi que?" pensó Jaeyun.

—¿No crees que yo te pueda llegar a gustar?.

Lo observo detenidamente, Jaeyun estaba muy sonrojado y solo asintió débilmente.

"Bro, te estoy ayudando con Sunoo, ¡no me hagas esto!" pensó Jaeyun.

Después de terminar su horario, Jaeyun salió corriendo de la oficina, Sunghoon detrás de él en incógnito en todo momento.

Ya demasiado cansado observo cómo Jaeyun después de pasar a dejar unas pequeñas plantas y unos postres a distintos domicilios se acercaba a una tienda de conveniencia.

Más que sorpresa fue su reacción. Tenía los ojos de par en par con ambas manos cubriendo su boca.

—¿Qué mierda?