Nadie espera que llegue el momento de separarte de los que han sido tus amigos toda la vida. En roma se quedaban solo Luca, Martino y Elina, Giulia y Eva se iban de Erasmus a Noruega durante dos años, Marco se quedaba a cuidar de su madre para que su hermana viviera su sueño.

Y Luca se quedaba con Elina, ayudándola con sus terapias y comenzando su transición. El grupo había acogido a Luca con los brazos abiertos, habían sido muy comprensibles con él y lo habían apoyado. Pero el gesto que más había llegado a su corazón era el momento en el que Iris y Remo, le habían dicho que habían estado hablando y que en cuanto comenzará todos los cambios, ellos iban a adoptarlo.

Aquella mañana, Luca estaba desayunando su croissant con jamón mientras leía en su móvil. Iris entró con India siguiendo sus pies.

—Buenos días Luca —Luca le sonrió.

—Hola Iris ¿Cómo has dormido?

—Bien gracias cariño, Remo y yo hemos estado hablando...

—Oh, estoy buscando un apartamento...

—No no —Remo entró con Arai en su espalda y negó con la cabeza— Esta es tu casa... Lo que Iris quiere decir es que cuando empieces... con la transición y los cambios, vamos a... Adoptarte

—¿A mi?

—Claro cariño, eres como un hijo más para nosotros porque no hacerlo oficial —Luca sonrió y sollozó con fuerza cuando se dio cuenta de que había encontrado una familia que lo quería.

—Oh... Gracias —Luca los abrazó con fuerza— De verdad...

Luca sentía que les debía la vida a los padres de Elina que pronto serían sus padres. En aquel momento estaban de camino al aeropuerto. Elina iba abrazada a Jacopo y a Damiano. Era impresionante como los hermanos David no se habían querido separar de ella en todo este tiempo.

Estaban frente a la terminal, Martino, Giulia y Eva estaban bajando de un coche con las maletas de las chicas. Eva corrió a abrazar a su mejor amiga y ambas estallaron en lágrimas.

—Por favor tened cuidado y llamad todos los días

—Sí... Cuéntame como van las sesiones —Elina le sonrió y se abrazó a ella.

—Gigi tranquila mamá estará bien... —Giulia era la que más le estaba costando irse, aquel año su madre había sido diagnosticada con Alzheimer temprano, y es que ella solo tenía 38 años, había tenido a sus hijos con 19 y su padre se había desentendido por lo que solo eran ellos 3 en casa.

Dejar a su madre y a su hermano, era un sufrimiento para la chica, pero su hermano le había insistido que debía vivir su sueño y que aquella era una gran oportunidad.

Elina, estaba triste por ver a sus amigos irse, en aquellos meses habían sido una locura para todos. Elina había desarrollado pesadillas de la noche donde dejaba a marco, Luca había comenzado a asistir a un psicólogo para poder comenzar el tratamiento hormonal. Eva pasaba más tiempo con Elina debido a que era la única que calmaba sus pesadillas. Marco y Giulia estaban con su madre e iban a terapias con ella para saber cómo afrontar aquella noticia.

Damiano, Victoria, Thomas y Ethan habían comenzado a tomarse enserio la banda, muchos decían que no iban a llegar lejos, pero Arai confiaba en sus amigos y sabía que llegarían tan lejos como ellos quisieran.

—¡Hey! —Vienna y Leo venían corriendo desde el coche con una sonrisa— Venimos a despedirnos también, os vamos a echar de menos

Vienna y Leo eran parte del grupo, y se lo habían ganado. Vienna y Martino tenían una química que hasta Elina que la ciencia se le escapaba la podía ver. Leo... Leo estaba apoyando a la nueva banda y se pasaba tardes también en casa de Elina, mientras los chicos ensayaban en el estudio que los padres de Elina habían construido para que su hija practicara en casa.

Alguna vez, la habían sorprendido mientras ensayaba o simplemente mientras estiraba apunto de irse. Leo siempre se quedaba embobado viendo como la chica bailaba, en realidad todos lo hacían. Elina era talento puro, cualquiera podría verlo. Thomas alguna vez había bromeado y la había imitado haciendo reir a la chica, al verlo con uno de sus tutus.

—y... Soy una bella mariposa —Thomas dio un saltito y la carcajada de Elina inundó la sala, pronto Arai se asomó a ver que era lo que hacía reir a su hermana.

—¡oh! —Arai rió con su hermana que bajó para ayudar a thomas a quitarse el tutú.

—Si quieres te enseño algún paso —Thomas le sonrió y negó con rapidez.

***

Estaban de vuelta en casa y Elina suspiró mirando la hora y viendo que ya era hora de irse a su cita con el terapeuta. La semana pasada había tenido una recaída y ahora estaban intentado que la chica buscara una forma de expresarlo todo o de documentar sus progresos.

Luca y ella asistían al mismo terapeuta, era estado unidense pero se había mudado a Italia con su esposa que era de aquí. Elina decía que su acto había sido de amor puro y que a ella solo le había tocado la parte fea del amor, la que te hace sufrir. Y en cierta parte era verdad y su terapeuta no lo había negado, le había dado la razón, pero de eso iba el amor, a veces iba bien y otras veces no, otras veces te dañaba, pero teníamos que salir y buscar una nueva experiencia.

—Buenos días Elina...

—Hola doctor

—¿Cómo estas hoy?

—Triste, las chicas se han ido hoy a noruega y hasta dentro de un año o año y medio no las vamos a ver...

—¿Estas tristes por ellas?

—No, ellas están cumpliendo su sueño y me alegro de eso, pero me apena que se tengan que ir tan lejos

—Oh... Bueno ¿como ha ido esta semana las pesadillas?

—Mal... Siempre es la misma y creo que eso es lo que me frustra, ver que no puedo salir o cambiarla.

El doctor entendía su frustración, así que decidió enfocar su atención en algo nuevo.

—Te acuerdas que dijimos que buscaríamos una manera de que pudieras documentar los progresos que vas a haciendo con la comida

—Si... Creo que es una gran idea —Elina le sonrió sincera.

—he comprado un botecito y lo he llenado con las comidas que me dijiste que ahora no podías comer sin sentirte culpable —Elina asintió lentamente— y quiero que cada semana intentes sacar una y la pruebes, grábalo, haz como un journey, si quieres súbelo a internet, lo que quieras o mándalo al grupo de amigos... Haz que tus progresos sean visibles

—Oh, podría ayudar a mucha gente... —Susurra con una pequeña sonrisa.

—Exacto —Le sonríe el doctor— ¿Cómo te sientes sabiendo que pronto Marco va a salir de la cárcel?

—Nerviosa —Susurra— y si me lo encuentro y estoy sola, y si intenta pegarme de nuevo, nunca estoy sola pero... y si llega el momento y me lo encuentro

—Entonces ármate de valor o corre, siempre puedes huir y no pasara nada. —Elina asintió y miro la hora habían pasado 45 minutos que era el tiempo que solían tener de las citas— Sí... se nos acabó la cita hoy pero la semana que viene me gustaría ver ese video ¿vale?

—Claro —Elina sonrió y se colocó el bolso en el brazo— Nos vemos el miércoles, el jueves Arai tiene una prueba en un programa de cocina y quiero apoyarla, y el viernes Luca y Martino están buscando un apartamento para un amigo y los voy a ayudar...

—OH eso es genial Elina, ocupa tu mente y sigue así ¿vale? Miércoles a las 11h

Luca entró después de ella, al acabar la cita Elina estaba apoyada en la pared mirando cuando el chico salió con un papel y la sonrisa más grande del mundo. Aquello solo significaba que pronto podría empezar el tratamiento hormonal.

—¡Lo tengo! —Elina chillo emocionada y lo abrazó con fuerza, en casa iban a estar super emocionados todos.

—¡Enhorabuena Luca! Lo conseguiste... Estoy tan orgullosa de ti —Elina lo abrazó con fuerza y besó su mejilla.

Aquella tarde estaba sentada y miró su teléfono, lo medito mucho y abrió la cámara frontal.

—Hola... soy Elina y hoy es 22 de mayo de 2017, he sido diagnosticada con anorexia restrictiva. Eso quiere decir que como menos de lo que debería, existen varios tipos de anorexia, no todas son las purgativas donde te provocas el vomito...

>>Llevo un par de meses intentando recuperarme y... he tenido varias recaídas. No es nada fácil, no es un comer y ya esta todo solucionado... Es más difícil, es acomodar tu cerebro por así decirlo a que acepte de nuevo esas comidas... Mi terapeuta me ha dado esta idea, y quiero compartir con vosotros este viaje, de esta manera, si estas pasando por lo mismo, no estas solo o sola, lo hacemos juntos.  Me ha preparado este botecito con comidas que no he podido comer desde hace un tiempo... Y cada semana sacaré una o dos he intentare comer sin sentirme culpable. Estoy nerviosa la verdad, pero espero que esto nos ayude a muchas personas.

Y si tras editar un poco el video que duraba apenas unos 3 minutos. Y con aquello lo compartió con el mundo entero. Elina estaba haciendo un poco de historia para si misma, estaba compartiendo con millones de personas su caso y además estaba dispuesta a ayudar a más personas como ella y en su misma situación.