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𝙽𝚘𝚟𝚎

Esa semana, era la numero 7 de Måneskin en XFactor y a poco tiempo de la entrega del trabajo, Elina y Leo estaban practicando los últimos pasos de ballet. Empezando que la próxima semana Jacopo, Elina y el padre de Damiano irían a visitarlos lo que tenía emocionada a Elina.

En aquel momento, Elina y Leo estaban ensayando generalmente, el baile un par de veces y grabando para ver sus posibles fallos.

—Eres un gran bailarín Leo

—Creo que he tenido una buena profesora

—¿Desde el principio? —Leo le sonríe y asiente antes de ver como Elina corre a ponerse en su posición y Leo desde el centro la esperaba con un brazo extendido.

Durante los 2 minutos de canción ambos compartían una pequeña pasión y un momento de emoción, casi acabando el baile, Elina y Leo se miraban fijamente con la respiración un poco entrecortada.

Los labios de ambos se encontraron compartiendo un beso largo mientras las manos de Elina se enredaban en el pelo de Leo y juntaban sus miradas.

—Yo... —Las palabras de Elina fueron cortadas de nuevo con los labios de Leo sobre los suyos.

Ambos se dejaron llevar, Elina enrolló sus piernas en las caderas de Leo y gimoteo cuando sintió sus labios descender por su cuello. Ninguno había pensado alguna vez esa situación pero Elina no podía pensar en otra cosa que no fuera realmente lo que Leo la estaba haciendo sentir.

—Leo...

—Parare si tu quieres...

—No lo hagas —Elina junto sus labios de nuevo y ambos salieron de la sala que Elina usaba para practicar y corrieron hacia la habitación. Elina rió cuando Leo la subió para entrar en la habitación.

Elina cayó en su cama y soltó sus zapatos bajo la atenta mirada de Leo que se había quitado la camiseta, el cuerpo de Leo estaba ejercitado y realmente a Elina le parecía atractivo.

Leo besó suavemente los labios de la bailarina, mientras acariciaba su mejilla, Elina en ese momento no pensaba mucho, simplemente se dejo llevar y la verdad que se sintió como algo que tenía que pasar. Ninguno pensó mucho, pero cuando ambos estaban tumbados mirando el techo lleno de constelaciones de Elina, la culpa vino a la frágil bailarina.

—Yo...

—Debería... Irme —Leo la miró y al no recibir una mirada de Elina, suspiró— Te... veo mañana

—Sí... —Elina se envolvió en su sabana y miró al suelo— Adiós Leo...

—Adiós pequeña

***

La mente de Elina, aquella noche se volvió una pesadilla. Y las lágrimas inundaron sus ojos.

Luca entró al oírla llorar y se sentó con ella, no necesito palabras solo una mirada para acercarse y abrazarla con suavidad. Era como si sus brazos la estuvieran manteniendo unida en ese momento y si la soltaran se rompería en más pedazos.

Por la mente de Elina corrían imágenes de Marco y como su voz le decía que se había vuelto una zorra y que se acostaba con el primero que le demostraba un poco de atención. Y para desgracia de todos los que estaban siguiendo la recuperación de Elina y para la de su familia y amigos Elina tuvo una recaída severa.

—Luca... ¿Soy una zorra?

—No, ¿Por qué dices eso?

—Me acosté con Leo... y...

—Oh wow, ¿no querías? ¿Te forzó?

—No ¡no!, pero luego me sentí mal... Como alguien como Leo quería estar con alguien como yo...

—¿Por qué eres preciosa?

—No lo soy...

—Lo eres, ¿Sabes...? Durante mucho tiempo no me he querido a mi mismo... pero ahora lo hago y todo gracias a ti y a las chicas que me estáis apoyando con mi cambio, así que tu y yo vamos a trabajar en tu autoestima...

—¿Qué tal tu salida con Tyra?

—Bien, ella es... especial

—¿Te gusta?

—No estoy seguro...

—Ella se esta llevando a un chico especial, ella es la afortunada ¿sabes?

***

Por otro lado Vienna y Martino habían salido a una cita, ellos dos eran una pareja que derramaba locura, amor y sobre todo respeto. Martino respetaba las decisiones de su novia como Vienna respetaba a las de él.

En unos días, Martino iba a conocer a los padres de Vienna y estaba nervioso. No solo eso, el medico de su madre había comenzado a hacerle estudios a él, ya que cabía la posibilidad de que él y su hermana padecieran también alzhéimer. Aquello tenía angustiado a Martino de sobremanera.

—¿Qué te pasa, cabeza hueca?

—No es nada, cielo —Martino besó su mejilla, dejando un poco preocupada a su novia.

—¿Seguro? ¿Sabes que puedes contármelo verdad?

—Sí... pero...

—No hay peros, no te presiones, solo no cargues con ello tu solo sí

—Te lo contaré pero... Aún no sé si es algo seguro...

—Okay... Te quiero cabeza hueca

—Y yo a ti Loca

***

Leo había pasado unos días sin noticias de Elina, algo que lo tenía preocupado. Quizás ella se arrepentía de aquello y no quería hablar con el jamás. Leo no quería perder a su amiga.

Dispuesto a pedir disculpas, fue a comprar flores, como una vez había dicho su madre, regala flores a una chica, no hay forma más bonita de tener un detalle con una chica.

Al entrar en la floristería, se quedó mirando un ramo de flores naranjas, la chica que allí atendía se quedó mirando a Leo.

—Las fresias son una flor preciosa

—Son bonitas

—Simbolizan muchas cosas

—Yo... quiero pedir perdón... o algo así

—¿Ella es especial?

—Es una de mis mejores amigas y no quisiera perderla

—Entonces es tu ramo perfecto...

—¿De verdad?

—Sí —La chica le acercó el ramo y Leo se lo pagó con una amplia sonrisa y salió rápido hacia casa de Elina. Ella hoy iba a ir a ver a los chicos a la casa de Xfactor.

Cuando Leo toco a la puerta, Elina estaba en el salón leyendo, así que se acercó a la puerta y vio la figura de Leo.

—Oh... Leo...

—Hey... yo te traje esto —Le extendió las flores haciendo que la chica jadeará sorprendida— Perdóname

—Oh Leo... —La chica se largó a llorar.

—Hey no... no llores, Elina, si lo que paso estuvo mal...

—No no, estuvo bien de verdad pero...

—¿Hicimos algo que tu no querías?

—N-no... Solo... me sentí mal después por que recordé algo que me dijo Marco...

—Ese idiota... ¿No hagas caso a esos recuerdos vale?

—Es que, ¿tu me encuentras bonita?

—Eres preciosa y no dejes que sea mi comentario el que influya, ven —ambos se pararon frente al espejo y se miraron— ¿que ves?

—A ti y a mi...

—Sabes que veo yo, ¿y que vemos todos los que te conocemos y queremos? —Elina negó suavemente— Vemos a una chica fuerte, que esta pasando por una batalla con fuerza peleando con todo lo malo. Una chica con talento que a pesar de todo se preocupa por los demás...

Elina se giró y abrazó a Leo con fuerza. Leo siempre la animaba y la ayudaba a que se sintiera mejor.

***

Elina estaba emocionada, por fin podría ver a sus gremlins. Jacopo a su lado iba con su mano entrelazada. Elina llevaba consigo una bolsa con algunos regalos para los chicos. Elina fue la primera en entrar en los pisos con una pequeña sonrisa.

—¿Hola? Traigo una pizza —El primero en asomarse fue Ethan que soltó una exclamación.

—ELINA

—Hola... —Detrás de Ethan, se asomaron los demás integrantes de Måneskin que chillaron y la abrazaron con fuerza.

Detrás de ella entraron más familiares haciendo que todos se emocionaran. Jacopo y Damiano se abrazaron con fuerza. Victoria abrazó a su padre y Thomas a su madre y Ethan se vio envuelto por los brazos de su madre.

—¿Cómo estaís?

—Bien os extrañamos

—Ya queda poco...

—Sí... ¿Cómo estás tú?

—Tuve una recaída... Os he traído regalos

—Eh... ¿Qué ocurrió?

—No fue nada... ya esta arreglado —Les extendió las bolsas, dentro había una carta, galletas y alguna chorrada que Elina había encontrado.

—OH GALLETAS —Thomas la abrazó con fuerza y besó su mejilla con fuerza— Maldita sea por fin, te echábamos de menos

—Lo estáis haciendo muy bien, estoy muy orgullosa de vosotros

—¿Como están en casa?

—Todos bien, Arai te echa muchísimo de menos...

—Yo también a ella

—¿Cómo llevas el proyecto de final de curso?

—Casi acabado, Leo y yo nos hemos inspirado en una canción de la novia cadáver

—Oh —Damiano se acercó y la abrazó— Estas helada, ¿Cómo...?

Todos se quedaron expectantes por saber como iba la recuperación de Elina y como estaba ella. Elina solo bajo la mirada y negó levemente, ella no se estaba recuperando, lo hacía pero con los baches que caracterizaban una recuperación, con sus recaídas y con sus cosas. Damiano fue a por uno de sus jersey y se lo entregó para que ella estuviera más calentita. Los chicos la abrazaron con fuerza antes de que se pusieran a hablar de trivialidades compartiendo las galletas y viendo los regalos que les habían hecho desde casa.

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