𝟎𝟏𝟎 - 𝐂𝐚𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐬𝐨𝐧𝐫𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐞𝐭𝐚
𝗔𝗖𝗧 𝗢𝗡𝗘 — 𝗣𝗔𝗦𝗧
𖤐 𝗦𝗘𝗔𝗦𝗢𝗡 𝗧𝗪𝗢 𖤐
Ya era de día. Llevaba aproximadamente unos 20 minutos observando el techo.
Pensando en todo.
¿Que pasaría si les cuento a todos que quiero que Klaus rompa la maldición?
Que lo quiero no, que lo NECESITO.
¿Cambiaría algo? No creo.
Todo se basa en Elena.
Elena, Elena, Elena. Me estaba empezando a cansar.
Llevaba meses salvándoles el culo. ¿Para qué?
Eso mismo me pregunto yo.
— Hoy hay luna llena, debemos suponer que Klaus está preparado para romper la maldición — Él hombre de traje frente a nosotros se mostraba sereno a pesar de todo lo que podía salir mal.
Yo prácticamente no le había mirado a la cara desde que entró por la dichosa puerta.
— Elena nos dijo que la del sol y la luna es falsa, la maldición solo pesa sobre Klaus.
Y sobre mí.
Pero eso ellos no deben saberlo, no aún.
— Klaus es un vampiro que pertenece a un linaje de hombres lobo — Explicó el original. — La maldición impide que la parte lobo se manifieste — Me miró por un segundo y volvió su vista a la pareja. — Pero si la rompe será un híbrido.
— ¿Y por qué vamos a dejar que la rompa? — Damon entró a la sala.
Por que si no puedo morir.
Por que así podéis matarle a él.
— Podemos matarle hoy, con Bonnie — Siguió el pelinegro.
— Damon... — Comenzó su hermano.
— No — Negó la Gilbert. — Bonnie no puede usar tanto poder sin morir. No es una maldita opción Damon.
Damon apretó la mandíbula.
— ¿Como se rompe esa maldición? — Pregunté.
— El ritual es relativamente sencillo, los ingredientes, por así decirlo. ya los sabéis.
— La piedra lunar — Dijo Stefan.
— Muy bien Stef, ponte una carita sonriente en la libreta — Estaba de peor humor que de costumbre.
— Una bruja debe canalizar el poder de la luna llena para liberar el hechizo vinculado a la piedra. Después Klaus, como hombre lobo y vampiro, sacrificará un ejemplar de cada especie.
— ¿Y donde entro yo?
— En la parte final del ritual. Klaus debe beber la sangre de la réplica... hasta matarla.
Elena se tensó notablemente, Stefan alargó la mano para entrelazarla con la suya.
— Y ahí es donde entras tú.
Elijah abrió la caja que traía en las manos.
— Eso es un elixir que conseguí hace quinientos años para Katerina. Posee propiedades místicas de resurrección.
— ¿Entonces moriré...?
— Y revivirás.
— ¿Ese es tu plan? ¿Una poción mágica sin fecha de caducidad? — Si Damon no estaba de acuerdo, ahora aún menos. — Si lo que quieres es volver a la vida, usa el anillo de Jhon.
— Solo puede usarse en humanos, la réplica es un ser sobrenatural, no funcionará — Hablé.
Necesitaba que el maldito ritual se cumpliera.
— Pues apliquemos esa lógica al elixir — Rebatió él, desvió su mirada hacia Elena. — ¿Y si no funciona Elena?
— Supongo que moriré — Se encogió de hombros, pensativa.
— ¿Qu...? — El pelinegro miró a Stefan y levantó las cejas.
Este se quedó callado y Damon salió de la sala dedicándole una última mala mirada a Elijah.
— ¿Sabemos si Klaus tiene todo lo que necesita? — Preguntó la Gilbert. — ¿Tiene un hombre lobo?
— Lleva mil años esperando para romper la maldición, si no tiene un hombre lobo ya, esta noche lo obtendrá.
Yo me levanté y salí al jardín en busca de Damon, no soportaba más estar en esa sala.
— Desayunas fuerte eh — Dije al ver que se estaba bebiendo un Bourbon.
— Con lo ineptos que son me va a hacer falta.
— No estás ayudando Damon, nada.
— Elijah es un vampiro original Alyssa, intentamos matarlo ¿De verdad te fías de él?
Ahora mismo no sabría qué decirte.
— ¿Que cojones quieres que te diga Damon? — Empecé a alterarme. — Aquí no se mueve un maldito dedo hasta que vuestra puta réplica lo autorice, ella a elegido confiar en Elijah así que vosotros le hacéis caso.
— ¿Por qué? Va a acabar muerta.
— Por que eligió confiar en vosotros... — Corregí. — En nosotros a pesar de lo que somos, Stefan cree que si debéis de seguir la intuición de alguien es la suya.
— Y eso le convierte en el más idiota de todos.
— También eligió confiar en ti.
— Pues no debería fiarse tanto de su intuición — Le dio un último trago al Bourbon y volvió a entrar a casa.
De repente escuché un portazo y la voz de Jenna.
Seguida de esta, la de Alaric. Automáticamente aparecí en la entrada de casa.
Estaba Jenna apuntando con una ballesta a Alaric.
— Baja esa ballesta por favor soy Alaric.
Elena, Stefan y Damon también llegaron.
— No te acerques a mi.
— Soy yo lo juro, él me ha liberado, Klaus.
— Demuéstralo — Dije poniéndome al lado de Jenna.
— Vale eh... nuestra primera noche juntos Jeremy bajo justo cuando iba a...
— Vale, basta — Habló Jenna.
Yo trate de reprimir una risa.
— Por qué te ha soltado.
— Quiere que os transmita un mensaje... El sacrificio será esta noche.
Todos se tensaron, pero yo interiormente salté de alegria como nunca.
Quedé con Elijah en mitad del bosque. Mi primera reacción al verle fue darle un empujón que le hizo retroceder.
— Por qué no me lo dijiste antes.
— No podía.
— ¿Y si podías ver como me muero lentamente? — Elijah se quedó callado. — ¿Que hubiera llegado a pasar si Elena no hubiera nacido, si hubiera muerto en ese maldito accidente? Yo estaría muerta en unos años, o como quien dice, meses — Mi respiración se empezó a acelerar y mi vista a nublarse. — ¿Tú tendrías tu sucia conciencia tranquila? ¿Klaus? Bueno, él estaría saltando de alegria de que la zorra que lleva molestándole toda la vida al fin muera ¿Cierto? — Apreté los puños con fuerza, me empezaban a arder.
— Las cosas no son así, lo sabes.
— No Elijah, no lo sé. ¿Y sabes por qué? Por que me estoy muriendo y como ese puto ritual no se haga hoy quien sabe si de aquí a una semana estaré viva — Mi respiración estaba cada vez más acelerada y mis ojos rojos
— Necesito que te calmes o...
— ¿¡O que joder!? — De repente sentí como si algo explotara dentro de mi, mis pies estaban varios metros lejos del suelo y todo mi cuerpo dolía como si me estuvieran quemando lenta mente.
Seguía ascendiendo de forma lenta y un gran viento invadió todo el bosque, mi cuerpo ya no podía más. Solté un grito que salió de lo más profundo de mí y seguido deje de levitar y caí al suelo.
Elijah me agarró.
— ¿¡Alyssa?! ¡Alyssa necesito que me respondas.
Pero ya era demasiado tarde, todo era negro.
Después de mi gran numerito de bruja sin poderes, volvíamos a estar en casa de los Salvatore.
Según Elijah había estado unos treinta minutos inconsciente en el bosque, cuando desperté varios árboles se habían caído y algunos estuvieron a punto de incendiarse. Elijah me dijo que literalmente, echaba humo por todo el cuerpo, como si quemara por dentro.
— ¿Y no recuerdas nada de los últimos tres días? — Stefan caminaba de un lado a otro mientras hablaba con Alaric.
Yo estaba tras él sentada en una silla, Elijah estaba apoyado detrás de esta. Me había tenido que traer en brazos antes de que todos llegaran, yo no podía andar.
— No, me desmayé y he despertado hoy. Katherine estaba allí.
— La estuvo obligando, Damon le dio verbena pero no puede salir hasta que Klaus se lo permita — Aclaró el menor de los Salvatore.
— ¿Donde esta Damon? — Preguntó Elena.
— Le vi arriba antes — Habló su tía, Elena se levantó y fue al segundo piso.
— ¿Y que más he hecho? — Inquirió Alaric.
La sala fue inundada por el silencio.
De repente se escuchó un grito de Elena y Stefan desapareció de la sala, yo traté de ir pero Elijah me agarró del hombro y me detuvo.
Active mi oído vampírico, Damon le había dado a Elena sangre de vampiro y Stefan le había dado una paliza, luego Damon le clavó un trozo de madera en el abdomen.
Yo hundí la cabeza entre mis manos, los mechones pelirrojos cayeron a ambos lados de mi cara.
Iba a matar a Damon. A todos.
Escuché como Elijah se alejó lentamente y comenzó a guardar el elixir en la caja.
— Creo que ya no lo necesitareis — Habló él. Damon entró en la sala. — Dile a Elena que volveré antes de que anochezca y haremos lo planeado.
— Sabes que ese elixir no hubiera funcionado.
— Tú problema, Damon, es que hablas mucho y en realidad no sabes nada — Las palabras de Elijah me hicieron levantar la cabeza. — Nunca te perdonará. Y nunca para un vampiro... es mucho tiempo.
Elijah abandonó la sala y tanto yo como Damon nos quedamos en completo silencio.
Damon se acercó a mi a pasos lentos y se agachó para quedar a mi altura, seguidamente me dejó un beso en la frente.
— Te ha pasado de nuevo — No era una pregunta. Yo cerré los ojos por unos segundos, luego asenti lentamente. — ¿Quieres que vayamos al Grill un rato?
Sonreí levemente.
— Claro.
Damon me guiñó un ojo, yo traté de levantarme pero tropecé y casi caigo, solo que Damon me agarró y me ayudó a llegar hasta el coche.
Estábamos bebiendo en completo silencio, esto empezaba a parecer deprimente. Volvía a sentir esta familiar sensación de tensión.
De un momento a otro Alaric apareció a mi lado.
— La he cagado verdad.
— Si, así es — Dijo Alaric.
— Ya...
De nuevo silencio.
— Caballeros — De repente todo mi cuerpo se puso en alerta, esa voz. — ¿A que se deben esas caras?
Damon giró la cabeza hacia la izquierda al igual que yo.
No, no podía ser él. Tenía que ser una puta alucinación.
Klaus.
El desvió la vista de Damon hacia mi, sentí como su expresión se suavizaba tan sólo un poco.
Damon volvió la vista al vaso con un suspiro.
— Klaus supongo.
El rubio sonrió.
— El mismo — Luego miró a Alaric. — Gracias por el préstamo.
Yo le observé, ahora llevaba el pelo mucho más corto, continuaba con ese rubio que antaño adoraba. Su cuerpo seguía siendo atlético, llevaba una chaqueta negra y una camisa color vino que y aún así era capaz de notar sus músculos.
O quizá yo le conocía demasiado bien como para saber que no había cambiado nada.
— ¿Has venido a saludar por algo? — El pelinegro se levantó de la silla.
— Me han dicho que a tu hermano y a ti os gusta mi réplica — ¿Cuando habrá tardado en darse cuenta? — Vengo a recordaros que no hagáis ninguna tontería.
Me parece un poco tarde.
Damon sonrió, pero no era una de esas sonrisas amistosas. Se acababa de dar cuenta de que la había cagado pero bien.
— Gracias por el consejo — Pensó durante un momento. — Supongo que no puedo pedirte un aplazamiento ¿verdad?
Klaus sonrió, riendo por lo bajo.
— Bromeas — Luego tanto la cara como su tono de voz cambió a uno más serio. — ¿Bromea verdad?
Pero no me miraba a mi, miraba a Alaric.
No lo había vuelto a hacer desde que había llegado.
— No, lo dice enserio.
— Vamos hombre que es un mes en el gran esquema de las cosas — Trató de restarle importancia el Salvatore.
Puede ser mi muerte, tal vez.
— Hablemos claro — Dijo Klaus. — Tengo a mi vampiro, a mi hombre lobo — Me miró un segundo. — A mi bruja y cuanto necesito. El ritual será esta noche, y si quieres llegar vivo a mañana... no lo estropees.
Luego se fue y Damon volvió a sentarse en la silla.
— Que bien.
— Lo vas a estropear ¿no? — Dije, apretando los labios.
— Si borro a su hombre lobo de la ecuación... ¿Crees que pasará por algo que he tratado de convertir en vampiro a su réplica?
Klaus tendrá un repuesto.
— Creo que no estarás vivo para saberlo.
— Pero sin el hombre lobo no podrá hacer el ritual esta noche y habré ganado un mes hasta la siguiente luna llena...
— Seguirás muerto — Alaric le dio un trago al Bourbon.
— ¿Vas a ayudarme o qué?
No me preguntaba a mi, le preguntaba a Alaric. Y menos mal.
Habrá supuesto que estoy demasiado débil como para entrar en planes conspiranoicos para proteger a su chica.
— ¿Que quieres que haga?
Estaba tirada en el sofá de casa,Stefan y Elena se habían ido de escapada romántica antes de su
no-muerte y Damon y Alaric estaban con sus planes conspiranoicos en los cuales me encantaría participar.
— Hola Elijah.
Pude sentir como el original entraba en la sala.
— ¿Como estás?
Yo estaba ocupando un sofá entero ya que estaba tirada, así que Elijah se vio obligado a sentarse en el de enfrente.
— Es la primera vez que me pasa algo así — Elijah frunció el ceño. — Lo de levitar digo, también es la primera vez que la sensación de dolor de después me dura tanto.
Aún que algo me dice que no se irá.
— ¿Sigues enfadada conmigo?
— Hasta que toda esta mierda no se arregle y Klaus me cuente la verdad, si.
Chasqueó la lengua.
— Ya.
— Hoy le he visto.
— ¿Qué?
— Si, en su cuerpo de siempre, en el Grill. Le ha dicho a Damon que más le vale no estropear sus planes.
— Me parece que ya es un poco tarde.
— Exactamente lo mismo he pensado yo.
— ¿Te ha dicho algo?
— Nah, me habrá mirado unos ¿3 segundos? — Ante el silencio de Elijah, decidí seguir hablarlo. — ¿Lo sabe?
— ¿Lo tuyo? Si.
— No habló de eso, hablo de que ahora soy "hermana" de los Salvatore.
— Por supuesto que no, les habria gritado a todos a la cara que eres una Mikaelson, su hermana.
Hermana. Me pone los pelos de punta. No me gustaba que usaran el término "Hermana conmigo, y menos si se trataba de Klaus.
Quizá por eso huyo tanto del apellido Mikaelson, Mikael se encargó a lo largo de los años de dejármelo bien claro.
Era su obra de caridad, nada más.
— No.
Elijah pareció darse cuenta del error en sus palabras.
— No sois hermanos, pero ya me entiendes.
— Él es un bastardo y yo una pobre huerfanita a la que adoptaron, si te refieres a eso, si, te entiendo.
Elijah suspiró.
— Vuestra historia fue... complicada.
— Vamos no me jodas, le clavó una daga a Kol por acostarse conmigo cuando Klaus y yo no éramos nada, encima fue él el que me dejó.
— Niklaus es un poco... celoso.
— No es necesario que me lo jures.
— Te quiere.
— Me quería.
Ni si quiera se si eso era amor.
Reconozco que, siempre que sale el tema de mi pasado con Klaus, me vuelvo muy hostil y me cierro en banda, fuimos el primer amor del otro, lo dejamos y volvimos muchísimas veces por razones absurdas y sin sentido. No es un tema fácil de hablar para mi.
— Hoy van a saber la verdad, ¿Estas preparada?
— ¿Para que sepan que todo lo que les he contado es una puta mentira? Pues no mucho, la verdad.
— ¿Siempre fuiste tan mal hablada? — Elijah rió.
Yo arrugué la nariz y sonreí.
— Es que hoy está siendo un día difícil, si hubieras escuchado todo lo que le he dicho hoy a Damon...
Elijah volvió a reír.
— Me lo puedo imaginar. ¿Que harás después de hoy?
— Puueeesss... Si mis únicos amigos no me odian, me quedare aquí y si no... he escuchado que Nueva Orleans está precioso en esta época — Reí.
Acaba de escuchar el coche de Stefan fuera así que decidí salir, ya era de noche y habían tratado mucho, temía aue hubiera pasado algo.
— ¿Como os ha ido la pequeña escapada? — Vi a Elena bastante nerviosa así que me acerqué y le di un abrazo que fue correspondido.
— Ya estaba nervioso — Los tres nos volteamos y vimos a Klaus parado unos metros lejos del coche. — Pensaba que habíais hecho alguna estupidez ¿Lista querida?
— Estoy lista — Elena comenzó a andar pero Stefan la detuvo.
— No.
Klaus se puso serio inmediatamente.
— Yo de ti no lo haría. No hay razón para que mueras también.
Elena se soltó del agarre.
— Tranquilo ¿vale? No quiero que haga daño a nadie. No hay razón para que te haga daño.
Elena le depositó un beso en los labios a su novio y luego fue con Klaus.
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