𝟎𝟎𝟗 - 𝐏𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐮𝐬𝐨
𝗔𝗖𝗧 𝗢𝗡𝗘 — 𝗣𝗔𝗦𝗧
𖤐 𝗦𝗘𝗔𝗦𝗢𝗡 𝗧𝗪𝗢 𖤐
Acababa de bajarme del coche, había pasado un rato con Caroline en el Grill.
Estoy a punto de entrar a casa cuando veo a Elijah en el portal, arrodillado y lleno de polvo.
Que.
Me puse detrás de él.
— ¿Todo bien por aquí?
Elena me miró.
— Mierda.
— Bueno, no se si esperabas que nadie se diera cuenta de que le has despertado.
Elijah se giró sobre su hombro para mirarme, luego volvio la vista a Elena e intentó entrar en casa. No estaba invitado.
Yo le hice a un lado y pasé.
— ¿Que ha pasado? — La voz del hombre contenía rabia, aún así siempre llevaba esa serenidad característica en él. Elena le hizo un gesto para que callara. — ¿Por qué?
— Te lo contaré — La replica susurraba. — Aquí no. ¿Puedo confiar en ti?
— ¿Y yo en ti?
Bueno, Elijah tenía su punto.
Elena tras pensárselo unos segundos, le tendió la daga.
Cosa que me hizo muy feliz por dentro.
Elijah me miró unos segundos, yo asentí lentamente y el por fin se decidió a agarrar la daga.
Yo les dejé irse a hablar, y rato después como era de esperar, Damon y Stefan se percataron de que su querida princesa no estaba, y Elijah tampoco.
Stefan la llamó y fue la misma conversación de siempre, es mi decisión bla, bla, bla... que Damon y Alyssa no se metan bla, bla, bla.
— ¿Te acaba de colgar? — Damon frunció el ceño.
— Pues si.
— Está loca.
— Solo ella puede ayudarnos a matar a Klaus.
— La única que puede ayudarnos es Bonnie.
— Si eso significa que la bruja muera, Elena no lo permitirá — Los dos Salvatore me miraron. — No me malinterpretéis, no me importa lo más mínimo la bruja y mucho menos la opinión de Elena. Pero lamentablemente a vosotros si, sobretodo a ti, cadazor de conejos.
Stefan puso los ojos en blanco.
— A su forma, morirá ella — Repuso Damon. — Tenemos que encontrarla y detenerla — Se levantó.
— Tenemos que quedarnos al margen — Stefan se levantó y quedaron frente a frente.
Uuhhh, pelea de gallitos.
— ¿Qué? — Damon trataba de retarle.
— Esto tampoco me gusta pero confiemos en ella que haga lo que tenga que hacer.
— Y si no nos gusta, también podemos hacer lo que nosotros queramos — Argumenté mientras me encogía de hombros.
— Ese será tu plan Stefan. El mío es mejor — Damon estaba por irse pero Stefan le agarró del brazo.
— He dicho que nos quedamos al margen.
Ya había pasado un rato y Jenna acababa de llamar preocupada por Elena y Jeremy, ya que Elena le había dejado unos mensajes "raros" diciéndole que no se acercara a Ric.
Stefan le acababa de decir que se quedara en el campus unos días más pero Jenna ya estaba en casa y había quedado con Alaric en unos minutos.
Yo le arrebaté el teléfono a Stefan.
— Jenna no se te ocurra ir al Grill con Alaric.
Stefan me quitó el teléfono.
— Voy ahora mismo y te lo explico todo — Stefan colgó.
— Oohhh Stefan me encantaría ayudarte pero no quieres que haga ninguna tontería — Damon sonrió.
— ¿De verdad te pondrás así?
— Tú y tu novia decidís, yo solo... — Levantó las manos. — Me mantengo al margen.
Stefan bufó y me miró.
— ¿Vienes?
— Si, y no hagas que me lo piense mucho.
Ambos salimos de casa.
Jenna al fin abrió la puerta.
— Hola Jenna gracias por hacerme caso y no ir al Grill.
Stefan entró apresurado y yo tras el.
— Stefan... — Habló ella.
— No, escucha, te lo puedo explicar.
— Hola chicos — Ambos nos dimos la vuelta y vimos a Alaric apoyado en el marco de la puerta. — ¿Como os va?
Todos observábamos a Alaric/Klaus cortar una zanahoria en la cocina. Solo que, claro, Jenna no sabía por qué estábamos tan antentos.
— Cortar me resulta... relajante — Habló el supuesto Alaric mientras observaba el cuchillo. — Sentir la hoja afilada en la mano — Sonrió.
Él es más de arrancar corazones, lo sé por experiencia.
Miré a Jenna, ella estaba claramente confundida.
— Sigo esperando que alguien me explique que está pasando.
— Se lo cuentas tú Stefan... ¿O lo hago yo?
— Contarme que.
Stefan seguía callado, con la mandíbula apretada y mirando a Alaric fijamente, así que él decidió hablar;
— ¿Crees en los vampiros Jenna? — La humana frunció el ceño. — ¿No? — El rió levemente. — Ni tú ni nadie pero lo creas o no forman parte de nuestra historia. Y como profesor de historia... — Me miró. — Los encuentro fascinantes.
Jenna suspiró.
— ¿Por qué me hablas de eso?
— Te has enfadado conmigo por tener secretos... Y ese, es uno de mis secretos, me obsesionan los vampiros — Suspiró. — Ya está, ya lo he dicho — Carcajeó. Luego continuo cocinando.
— ¿Es una broma?
— En lo absoluto, ¿Y a ti Alyssa?
Yo me quedé callada unos segundos.
— En literatura, quizá.
— ¿Sabias que los vampiros son las criaturas más antiguas de la noche? — Está vez le habló a Stefan, aún que luego miró a Jenna. — Salvo los hombres lobo por supuesto — Lo aclara como si Jenna tuviera la más mínima idea de algo.
— ¿Hombres lobo? — Preguntó. — Hombres lobo, vale, estas de broma.
— He leído que hay una maldición azteca sobre las especies. Hace a los hombres lobo esclavos de la noche... Y somete a los vampiros al sol — Se giró a mirarnos a mi y al Salvatore a mi izquierda. — ¿No es cierto? — Stefan y yo guardamos silencio. — Ambas especies harían lo que fuera para romper la maldición. Sin importarles... — Su tono de voz cambió. — A quien tuvieran que matar.
Estábamos los cuatro en la mesa comiendo la comida que había preparado, Jenna y Stefan estaban cada uno a un lado de la mesa mientras a mí me tocó al lado de Alaric/Klaus.
El sitio de oro vamos.
— Ya se que suena un poco disparatado — Empezó a hablar Klaus. — Pero... los vampiros existen — Alternó su vista entre Stefan y yo, pero se quedó quieto cuando yo también le miré. — Y algunos... son realmente hermosos — Hubo silencio, yo no pude más con la presión y aparté la mirada, el hombre a mi lado negó con la cabeza y se levantó. — ¿Os apetece un poco de vino?
Jenna soltó los cubiertos de repente.
— Vete.
Stefan y yo nos miramos entre nosotros.
— ¿Como dices?
— No se que intentas decirme ni qué pretendes con todo esto pero...
— Jenna...
— He dicho que te vayas — La voz de la mujer era firme.
Yo me levanté de la silla y di un par de pasos hacia Alaric.
— Ya la has oído, Alaric — Marqué la última palabra.
Stefan se levantó y se puso tras de mi, me colocó una mano en el hombro.
— Me temo que no quiero.
Jenna se levantó arta de la situación.
— Bien, me iré yo.
Alaric agarró un cuchillo que tenía al lado. La verdadera voz de Klaus salió a la luz.
— No irás a ningún sitio.
Stefan a velocidad vampírica le agarró y lo estampó contra la pared, le arrebató el cuchillo y se lo puso en el cuello.
— Jenna vete ahora mismo — Le ordené.
— No puedes matarme Stefan... — Susurró Klaus.
— Mírame.
— ¡Stefan! — Habló Jenna, estaba dispuesta a ir a por él pero yo me antepuse.
— Hoy no tengo ningún hechizo protector, pero si matas este cuerpo que me impide escoger el de Jenna como el siguiente.
— Jenna vete — La voz de Stefan sonaba más cabreada.
— Pero...
Ya me había cabreado, mis ojos se pusieron rojos y las venas se hicieron notorias bajo mis ojos.
— ¡Ya le has oído!
Ella se asustó y salió corriendo de la casa.
Por un momento Klaus me miró de una forma diferente, como si no se creyera lo que estaba viendo.
— Mátame, recuérdale a Elena lo fácil que me resulta vengarme si intenta impedir que rompa la maldición.
Stefan le dio tal puñetazo que Alaric cayó al suelo seguido de un quejido de dolor, luego le dio un par de patadas.
— Debemos irnos Stefan — O le sacaba de aquí ya o iba a salirse de control.
Le agarré del brazo y a velocidad vampírica le obligué a salir de casa de los Gilbert.
Stefan estaba devastado, había estado escuchando la conversación de Jenna y Elena él creía que todo era su culpa.
Ahora mismo estábamos en mi habitación, él tenía los ojos llorosos.
Él estaba sentado en mi cama y yo me puse en frente suya parada.
— No es tu culpa Stefan.
— Si lo es, si tan solo lo hubiera evitado...
— No podías Stefan — Le acaricié la mejilla. — Jenna vive en un pueblo rodeada de gente sobrenatural, su propia sobrina es una réplica, tarde o temprano se iba a enterar.
— Pero si yo...
— No hay peros Stefan, no ha sido tu culpa. Lo has intentado más que nadie, yo te he visto. Intentas hacer las cosas bien pero no siempre salen como uno quiere, Jenna ahora estará en shock, pero lo va a superar. Al igual que lo hicieron Elena, Caroline, Bonnie, Jeremy... va a estar bien, no te martirices por esto. Solo a sido un accidente.
Espera a que Stefan rechistara y me llevara la contraria, pero solo se limitó a pararse y darme un abrazo.
Tardé en corresponderlo unos segundos, pero cuando al fin lo hice simplemente le acaricié la espalda y bastó con unos minutos para que se calmara, se separó pero se quedó cerca, muy cerca.
Esto no estaba bien, si seguíamos así sabía lo que iba a pasar, él estaba por decir algo pero me adelanté;
— Elena ya a terminado de hablar con Jenna, deberías ir.
El apoyo su frente en la mia por unos segundos, suspiró y salió de la habitación.
El ambiente estaba... tenso, por así decirlo.
Damon estaba sentado en el sofá mientras Andy le servía un Bourbon y Stefan daba vueltas por la habitación frenéticamente.
O paraba o yo misma le cortaría las piernas.
— No tienes que enfadarte con tu hermano — Andy le tendía el Bourbon a Damon. — Está preocupado por Elena.
— Márchate— La voz de Damon era pesada.
— Y tú también estás preo...
— Andy. Largo.
— Vale... — Susurró ella mientras se iba.
— ¿Ya te has cansado de tu juguete? — Habló Stefan.
Y aquí íbamos de nuevo. Estoy a punto de rajarle la garganta, a los dos.
— No empieces Stefan, es solo mi distracción.
— Es una persona y la has anulado.
— Da gracias por que esté aquí. Me mantiene alejado de a quién realidad deseo.
Toma golpe bajo.
— Tienes razón... Gracias por estar enamorado de mi novia — El tono del menor Salvatore era sarcástico.
Damon dejó el Bourbon con bastante fuerza en la mesa y se levantó.
Me huele a que en breves me tocará meterme, como siempre.
— Eso, sácalo.
— De acuerdo — Stefan fue hacia Damon. — Puedes estar enamorado de Elena si quieres — Damon apretó la mandíbula. — Si eso te lleva a protegerla... Pero yo tengo lo único que tú nunca tendrás.
— ¿Ah si? ¿Y que es? — La voz del pelinegro era retadora.
— Su respeto.
Damon le propinó tal puñetazo a Stefan que lo estampó contra la librería que estaba a la otra mitad del salón, está se rompió.
Stefan se iba a lanzar a por Damon pero yo inmediatamente me metí en medio. Este inmediatamente cesó.
— Che che che — Empecé a negar con la cabeza. — Nos vamos tranquilizando — Les mire a ambos. — Los dos.
De repente Elijah y Elena entraron por la puerta.
Yo me quedé mirando a Elijah, quien parecía sorprendido. Le recordó a algo, no tengo dudas.
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Estaba sentada con Elijah tranquilamente mientras tomábamos un té y charlábamos.
Cuando de repente, un Klaus muy cabreado irrumpió en la habitación.
— ¿¡Que has echo?! — Iba directo hacia Elijah, este cerró el libro que llevaba.
— No te entiendo hermano.
— Katerina no está, ha escapado.
Elijah se levantó de su silla con los ojos abiertos como platos.
— No — Negó.
— ¿Que le has dicho?
— No le...
No le dio tiempo a acabar la frase ya que Klaus agarró a Elijah por la camiseta y lo estampó contra una de las librerías mientras le sujetaba.
— ¡NO ME MIENTAS!
— La encontraré, te doy mi palabra.
— Si no lo haces... Te doy la mia de que te mataré yo mismo.
Klaus estaba a punto de darle otro puñetazo a Elijah cuando yo le empuje por el lado, él se obligó a soltarlo y mirarme.
— Basta ya de estupideces Niklaus.
𝐅𝐈𝐍 𝐃𝐄𝐋 𝐅𝐋𝐀𝐒𝐇𝐁𝐀𝐂𝐊
— ¿Le has invitado a pasar? — Damon estaba que no se lo creía.
— Hemos renovado los términos de nuestro acuerdo.
— ¿De verdad?
— No sufriréis ningún daño por mi parte — Habló Elijah. — Solo he pedido una cosa a cambio.
— ¿Cúal? — Pregunté yo antes que los Salvatore, no tenían mucha cara de hacer amigos.
— Una disculpa.
— ¿Una que? — Damon estaba aún peor.
Stefan dio unos pasos hacia delante.
— Te pido disculpas por haber participado en tu muerte, lo hice para proteger a Elena. Siempre protegeré a Elena.
Siempre el héroe nunca el villano, ¿Verdad Stefan?
— Lo entiendo — La seriedad de Elijah a veces me daba miedo.
Los tres se giraron a mirar a Damon, este negó con la cabeza.
— El sacrificio tendrá lugar Damon, Bonnie podrá matar a Klaus sin sufrir daños y Elijah sabe como salvarme la vida — Trató de convencerle. — Te dije que encontraría otra forma y así es.
— ¿Es cierto? — El pelinegro no se fiaba.
— Por supuesto.
— ¿Confías en el? — La pregunta era para Elena.
— Si.
— Iros al infierno — Damon abandonó la sala.
Stefan se giró a ver a Elijah, aún que él me estaba viendo a mi. Quería hablar conmigo.
— Está furioso conmigo ahora, pero él entrará en razón.
— Es posible.
Unos minutos después, me encontraba el la plaza del pueblo junto a Elijah.
— ¿Que querías hablar? — Dije mientras me sentaba en el banco a su lado.
— Se lo he contado — El miraba al frente. — A Elena, le he contado que Niklaus es un híbrido — Yo abrí los ojos como platos. — Pero tú eso ya lo sabías.
— Si, bueno, no estaba segura de que fuera cierto.
— Lo es — Unos segundos de silencio. — Pero estoy aquí por otro motivo.
— Cuéntamelo.
— Preocupación — Eso me sorprendió más de lo que me gustaría admitir. — El otro día, cuando me colgaste antes de la sociedad histórica, ¿Que pasó?
— No fue nada.
El se giró a mirarme.
— Lo fue. Dímelo.
Trague saliva. Esto podía acabar en que él me ayudara a salvarme la vida, o en que encontrara un arma para matarme al igual que con Klaus.
— Desde hace algunos... años, me he sentido extraña ¿Sabes? Como si estuviera perdiendo poder, muriéndome.
Pude ver como le provocó unos escalofríos.
— ¿En que te basas para decir eso?
— Pues... me desmayo continuamente, hay oleadas de magia por todo mi cuerpo que me hacen creer que voy a explotar en cualquier momento, hay veces, en las que mi cuerpo arde de tal manera que me sale humo por las manos, y últimamente mis ojos en vez de ponerse dorados, son rojos. Siento que estoy a punto de explotar continuamente, y una sensación horrible de que alguien o algo está tirando de mi, y todo mi cuerpo me pide que la siga sin parar.
Elijah se quedó completamente quieto y callado, como si estuviera pensando en que decir.
— Creo que deberías de saber la verdad.
Fruncí el ceño.
— ¿Qué?
— Sobre tus padres, tu vida, todo.
— Elijah si me vas a decir alguna mentir...
— Tú madre era una bruja, y tú padre un lobo.
— Pero...
Me interrumpió.
— Déjame hablar. Cuando ellos murieron, nuestra madre se hizo cargo de ti, como bien sabes no fuiste muy bien recibida por Mikael, al igual que Niklaus. Vosotros teníais una relación especial... cosa que a él le molestaba sobremanera.Llego el día en que Henrik murió a causa de los lobos y nuestra madre nos hizo vampiros, pues, tú empezaste a manifestar... cosas distintas, magia — Yo prácticamente no podía ni hablar. — Madre lo dejo pasar, ya que ella pensaba que lograría enseñarte al igual que lo hicieron con ella, pero llegó el momento, llegó el día en el que tú y Niklaus matasteis a vuestra primera persona. El día en el que vuestra condición de lobos se activó. Llegó la luna llena y os transformasteis, matasteis a un pueblo entero. Padre y madre no podían permitir tales abominaciones como hijos, así que Esther os lanzó un hechizo en el cual encerraba vuestra condición de lobo, y en tu caso también la de bruja. Tú no tienes esos recuerdos, pero Niklaus si. Y lleva años tratando de romper la maldición.
Estaba literalmente con la boca abierta, no podía ser posible.
— ¿Y por qué yo estoy así y Klaus no?
— Querida tú albergas muchísimo más poder que él. Y tú tipo de bruja es muy poco común a la vez que poderoso. Cuando Klaus rompa la maldición, tú serás libre.
Mi cabeza empezó a formular demasiadas preguntas y ninguna tenía una maldita respuesta. Empezaba a cortocircuitar.
— ¿Y por qué debe romperla Klaus y yo no? ¿Por que a mi me basta con que él lo haga? ¿Por que lo vas a matar a él y a mi no? ¿Por que sabes todo mi maldito pasado y yo no? — La última pregunta la formulé con la voz rota, todo esto me estaba sobrepasando.
Elijah se levantó del banco y se acomodó la chaqueta del traje.
— Eso no me corresponde a mí contártelo. Buenas noches querida.
Y sin previo aviso, desapareció.
Estuve todo el camino vuelta a casa dándole vueltas, si, sabía que mi madre era una bruja, pero de mi parte licántropo no tenía ni la más mínima idea.
Toda la vida creí que yo simplemente no había heredado la condición de mi madre y era solo eso, una humana convertida en vampiro.
Pero resulta que no, mi pasado y presente es más complicado de lo que se ve a simple vista.
Y según Elijah, aún no lo sé todo.
Al llegar a casa, fui directa a mi habitación sin hablar con ninguno de los hermanos Salvatore. A veces se comportaban como adolescentes.
Pero bueno, en realidad sólo tienen poco más de 140 años.
Agarré una de las almohadas para colocarla bien pero me llevé una sorpresa. Había una nota debajo de esta.
« 𝒩ℴ 𝓅ℴ𝒹𝒾𝒶 𝓈ℯ𝑔𝓊𝒾𝓇 𝓋𝒾ℯ𝓃𝒹ℴ 𝒸ℴ𝓂ℴ 𝓉ℯ 𝓉ℴ𝓇𝓉𝓊𝓇𝒶𝒷𝒶𝓈 𝓅ℴ𝓇 𝓊𝓃𝒶𝓈 𝓇ℯ𝓈𝓅𝓊ℯ𝓈𝓉𝒶𝓈 𝓆𝓊ℯ 𝓈ℴ𝓁ℴ ℯ́𝓁 𝓎 𝓎ℴ 𝓉ℯ𝓃ℯ𝓂ℴ𝓈.
ℰ.ℳ.»
Espero que os haya gustado este cap, ya sabéis un poquito más de él pasado de Alyssa pero aún queda una de las cosas más importantes jeje 🤐
Os recuerdo que votéis la historia ya que me anima mucho a seguir y aprovecho para decir que las actualizaciones en este fanfic puede que sean más lentas ya que quiero centrarme en mi otro fanfic ( 𝐑𝐈𝐃𝐄 𝐎𝐑 𝐃𝐈𝐄 — 𝐍𝐞𝐰𝐭 ) por que me queda poquito para acabarlo.
Si tenéis opiniones siempre son bienvenidas, os leo 💗
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