𝟎𝟎𝟑 - 𝐄𝐥𝐢𝐣𝐚𝐡
𝗔𝗖𝗧 𝗢𝗡𝗘 — 𝗣𝗔𝗦𝗧
𖤐 𝗦𝗘𝗔𝗦𝗢𝗡 𝗧𝗪𝗢 𖤐
Llamé al timbre de casa de Elena, los hermanos Salvatore estaban a mi espalda cuando ella abrió.
— Hola — Se adelantó Stefan. — ¿Podemos hablar?
— ¿Por qué?
Stefan miró a Damon.
— Henos ido a ver a Katherine — Dijo el mayor alzando las cejas.
— Pasad.
Una vez estábamos en la cocina, yo empecé a hablar.
— Te pongo en situación Gilbert. Fuimos a ver a Katherine y nos dijo que nos entregaría la piedra lunar a cambio de que la sacáramos de la tumba — Me senté en la encimera.
— ¿No la habréis creído verdad?
— Claro que no, sólo queremos la piedra.
— Según un amigo de Rose, puede anularse el hechizo que Klaus quiere romper.
— Sin hechizo no hay sacrificio — Hablo Damon.
— Ergo, tú vives — Arrugué la nariz.
— ¿Como se anula?
— Liberándolo de la piedra lunar.
— ¿Como sabéis que va a funcionar?
— Con felicidad y amor Elena — Hablé sarcástica. — Por que tenemos una amiga brujita, por que va a ser si no.
— Habéis hablado con Bonnie.
— Din din, diez puntos.
— Ella a accedido a hacer lo que esté en su mano para ayudarnos.
— Es Katherine quien tiene la piedra, no os la dará.
— Se la quitaremos.
— Lo que quiere decir — Damon le dio un bocado a una manzana verde. — Es que se la arrancaremos de su fría mano muerta si es necesario.
— Solo hay que romper el sello el tiempo suficiente para entrar, coger la piedra y salir sin que lo restaure.
— También puedes dar tres mortales hacia atrás Stefito.
— No ayudas.
Yo levanté los brazos en señal de rendición.
— Vaya, veo que ya lo tenéis todo planeado — En los ojos de Elena podía ver que tenía una necesidad increíble de llorar.
— Si, somos lo más.
— Solo hay un problema, no quiero que lo hagáis.
Toma bomba.
Nos miramos entre nosotros x
— ¿Que dices Elena? No tenemos elección.
— ¿Que pasa con Klaus?
— Le encontraremos cuando tengamos la piedra.
— Será antes o después de que mate a todo el que me importe. Incluidos vosotros tres — Mi como Elena y Damon se miraban fijamente.
— Elena, si anulamos la piedra lunar podemos salvarte — Siguió Stefan.
— Si, no dejáis de repetirlo — Se levantó y se fue.
— Vaya racha lleváis con la chica Gilbert eh. Felicitaciones.
Me levanté y fui hacia la habitación de Elena, la encontré a punto de llorar sentada en su cama.
— Lena...
— Si vienes con tu sarcasmo a reírte por que he dicho que me importas, vete por donde te has venido.
— No estoy aquí por eso — Me senté a su lado. — Se que ahora mismo estás en una situación difícil — Le limpié las lágrimas de las mejillas, ella me miró. — Entiende que ellos y todos están igual de aterrados que tú, y solo están intentando salvarte.
— Y donde queda lo que yo quiero.
— Si piensas que ellos van a dejar que te sacrifiques, estás aún más demente que yo — Eso la hizo reír, bien. — Mira Lena, tú no has elegido nada de esto, ni ser la réplica, ni meterte en el mundo de los vampiros... pero estás siendo realmente valiente por aguantar todo esto. Las cosas saldrán bien, ya verás — Ella me abrazó, y segundos después se alejó. — Y si no es así, yo misma matare a Klaus para que deje de molestarte.
Ella carcajeó y yo también. Solo que ella no sabía que yo se como acabar con él. Tampoco pensaba decirlo, ni hacerlo. Pero me niego a tener a una Elena depresiva llorando por las esquinas. Me deprimiría a Damon y yo necesito entretenimiento.
— Deberías y a clase.
— Pero...
— Yo me encargo de tus guardaespaldas vampíricos.
Ella sonrió.
Ya estábamos de nuevo en la casa Salvatore, solo que esta vez nos acompañaban el pequeño Gilbert y la brujita Bennet.
— Puedo romper el sello el tiempo suficiente para que entréis y os llevéis la piedra lunar.
— La otra vez hicisteis falta tú y tu abuela y mira lo que le pasó — Habló el Gilbert.
— Se bien lo que le pasó, pero he aprendido cosas.
— Bonnie...
— ¿Como se la quitareis? — La cara de fastidio del Gilbert era obvia al ver que Bonnie le había ignorado.
— No ha comido, esta débil — Comentó Stef. Nos señaló a mi y a Damon con la cabeza. — Nosotros no.
El único motivo por el que les ayudaba, era que no sabía por qué Klaus quería romper la maldición del sol y la luna. Básicamente ellos no me lo habían contado y yo no había preguntado, aún que viniendo de él, no tenía pinta de ser algo bueno.
A parte, haría cualquier cosa para joderlo.
— No la estaréis subestimando.
— Es un plan, no es perfecto, ¿pero que plan lo es?
— Dejadme hacerlo, tengo el anillo. Puedo entrar y salir sin hechizos.
— Gracias — Ya empezaba Damon con su sarcasmo. — Crio de dieciséis años, ¿Como no se nos había ocurrido? Que coño haces aquí.
— Creo que hay algo que puede mejorar el plan. ¿Tenéis algo que pertenezca a Katherine?
Stefan, Damon y yo nos miramos.
El menor Salvatore, salió de la habitación y minutos después volvió con una foto.
— Esto era de ella, lo saqué de entre sus cosas cuando la di por muerta.
Damon apretaba la mandíbula mientras Bonnie agarraba la foto. Bonnie dejó la foto en un cuenco, luego mojó dos de sus dedos en un líquido extraño y salpicó la foto, esta se prendió. Bonnie cerró los ojos. Empezó a murmurar uno de sus hechizos.
— ¿Que haces?
— Convertir el metal en cenizas. Esparcirlas sobre ella, eso la inmovilizará un minuto o dos. Suficiente para agarrar la piedra y salir.
A la bruja le empezó a sangrar la nariz.
Una vez el hechizo fue finalizado, Bonnie vertió las cenizas en la mesa. Damon y Stefan se preparaban para ir a por la piedra.
— Íd yendo, ya casi está.
Los Salvatore y yo salimos de la casa.
Ya llevábamos bastante tiempo esperando a la bruja Bennet.
— Quizá hizo un hechizo y se fue a Hogwarts — Dije yo con un tono de broma.
— Adivino, ¿Slytherin? — Supuso Stefan.
— Tú tienes toda la cara de un Slytherin atrapado en el cuerpo de un Gryffindor.
Stefan carcajeó.
Por fin llego Bonnie.
— Siento llegar tarde, he ido a casa a por el grimorio.
— Jeremy no ha aguantado la presión — El pelinegro alzó las cejas. — Todos seguíamos a Bonnie, hasta que Damon se detuvo, le llamaron. — No es buen momento Rose.
Rápidamente activé mi oído vampírico.
— No te enfades conmigo.
— Que ha pasado.
— Tienes que venir a Richmond inmediatamente.
Damon y yo nos miramos.
— Ya voy yo Rose.
Damon colgó y me puse en marcha.
Ya estaba en la ubicación que me había mandado Rose, en frente, tenía a mi querida réplica de espaldas. Cuando se giró y me vio tan cerca dio un salto del susto.
— ¿Que haces aquí?
— ¿La has llamado? — Se giró a mirar a Rose.
— Exactamente no a mi, a Damon.
— Lo siento, Elena.
— Dijiste que lo entendías.
— Mintió — También apareció Damon.
— Damon Salvatore — Apareció una chica de cabello negro.
— Deshazte de ella.
— No puede ser — Volvió a hablar la chica antes de que Rose se la llevara.
Damon agarró a Elena del brazo.
— Nos vamos.
— No.
— He dicho que nos vamos
— No voy a ir contigo.
— Tú no vas a tomar ninguna decisión.
— ¿Cuando decido yo algo? Siempre lo hacen vosotros por mi. Pero esta es mi decisión.
— ¿Y quien te salvará mientras tomas decisiones?
— No estás escuchándome Damon. No quiero que me salvéis — Silencio. — No si eso implica que Klaus mate a todo el que quiero.
— Sal por esa maldita puerta antes de que te coja a hombros y te saque yo mismo.
Damon agarró a Elena del brazo y está se soltó.
— No.
Elena trató de lanzarle un puñetazo y como era obvio, Damon la detuvo. Se fue acercando lentamente, aún agarrando el puño de Elena.
— No vuelvas a hacer eso.
— Nos largamos — Dijo Damon saliendo de una de las habitaciones. — Alice se ha dormido y no recordará ni un segundo de este día.
De repente alguien abrió la puerta bruscamente y todos nos levantamos, poniéndonos en alerta. Yo me puse delante de Elena.
— Venimos a ver a la réplica.
— Gracias por venir.
De repente una oleada de poder empezó a subirme por la columna vertebral, sentía que era puro fuego. Un gran poder. Una bomba a punto de explotar.
Elena se intentó adelantar pero la detuve.
— Como te muevas te parto el brazo, Gilbert.
— Aquí no hay nada para vosotros — Intervino Damon.
De repente, uno de los tres hombres estaba en el suelo, con el cuello girando en una dirección prácticamente imposible.
Levanté la vista.
Elijah.
A velocidad vampírica, Elijah se puso frente a los otros dos hombres. Rose salió corriendo.
— Te maté, estas muerto — Damon no se lo creía.
Si tan solo supieras.
— Desde hace siglos.
Elijah por un momento me miró, el no parecía creerse que yo realmente estuviera ahí. Antes de que gesticulara palabra, negué lentamente con la cabeza.
El pareció entenderlo, ya que miró a uno de los hombres que habían venido a hablar con Elena.
— ¿Quién eres?
— ¿Quién eres tú?
— Soy Elijah.
— Íbamos a llevártela a ti — Se apresuró a decir el hombre. — Para Klaus. Es la réplica. No se como existe, pero existe. Klaus querrá verla.
Elijah miró a Elena.
— ¿Sabe alguien más que estáis aquí?
— No — Habló el hombre.
— Entonces habéis sido de mucha ayuda.
Con un rápido movimiento, Elijah le arrancó el corazón a los dos hombres, que se desplomaron en el suelo. Elena emitió un sonido por la impresión. Elijah dejó caer ambos corazones al suelo.
Damon dio unos pasos hacia delante, dispuesto a pelear.
Elijah me miró por un segundo, asintió con la cabeza y a velocidad vampírica se marchó.
Damon y Elena se miraron, ambos con el ceño fruncido, sin entender la situación.
Si supieran que estoy en la misma que ellos.
Todo el viaje de vuelta a casa fue un horror para mi.
Hacia años que no veía a Elijah. Él estaba interesado en Elena, por lo que significaba que Niklaus no andaría muy lejos. Los nervios empezaron a amontonarse en mi interior. Ahora que había visto a Elijah, sentía como si algo de mi tirara hacia el, hacia Klaus. No se si sería capaz de enfrentarle. No se como reaccionarían los Salvatore si se enteran de mi verdadero pasado, si se enteran de mi apellido. De con quien he estado toda mi vida. De donde viene tanto poder.
Aún que una cosa tenía clara, si los originales aparecían en Mystic Falls, estaba dispuesta a torturarlos si fuera necesario a cambio de respuestas. O al menos que me ayuden para encontrarlas. No hay vampiro con tantos contactos como alguno de ellos. Después de todo, somos los más antiguos. Los primeros.
Por fin me puse a chambear amigos 💪🏼
Agradecería que le dieran votos a la historia 🫶🏻
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