Algo no está bien
Eran las 6 de la mañana, mis padres aún no me hablaban para despedirse pero por alguna razón me desperté antes, al escuchar la voz de Rittha, quién al parecer había vuelto a trabajar.
Eso me llenó de alegría, me levanté ya que el sueño se había ido y me fui a bañar; Después de eso me puse mi uniforme y sin desenredar mi cabello— porque aún tenía tiempo y tenía flojera— salí a despedir a mis padres. No me habían hablado aún pero había escuchado la puerta del cuarto de mis padres cerrarse, así que corrí a despedirlos.
—¿Y eso que ya estás lista?— preguntó mi padre con una sonrisa— te caíste de la cama o el monstruo de los sueños te dejó en paz.
Yo reí ante su comentario, no sé que pasaba pero ambos estaban más felices de lo normal y eso me gustaba. Porque recibía cariño.
—No lo se, solo desperté y quise arreglarme desde ya.
—Bueno, nosotros ya nos vamos— dijo mi madre abrazándome— si todo sale bien, hoy aprueban un proyecto nuestro y tendremos más tiempo para pasarlo en familia.
Me puse muy feliz al escuchar eso y con todas mis fuerzas deseé que fuese un día increíble para mis padres, me gustaba verlos felices y deseaba que fueran felices siempre, sin estrés ni preocupaciones.
Rittha se sorprendió también al verme despierta y lista a esa hora, le sonreí como saludo y cuando mis padres salieron de la casa corrí a darle un abrazo. No quería que vieran que me habia encariñado ya con ella, podían desperdirla y para nada quería eso.
—Tú mamá me contó qué sucedió ayer— habló seria— no vuelvas a comer rápido, pudo pasar a mayores.
—Lo prometo— sonreí. Lo que menos quería en ese momento era pensar en ello.
Rittha sonrió de vuelta y me guió hasta mi habitación para peinarme. Al terminar me dijo que esperara ahí hasta que me llamara para comer.
Me aburrí así que me tumbé en la cama. No tenía sueño pero tampoco tenía nada que hacer; prendí la televisión y me puse a ver lo primero que apareció. Ni siquiera entendía que era o de qué trataba, y no logré hacerlo porque Rittha me llamó para comer.
El desayuno fue arroz blanco y huevos con tocino. Al terminar de desayunar vic el reloj marcaba las siete en punto, aún faltaba media hora para irme y me estaba aburriendo. Creo que fue mala idea despertar tan temprano.
—¿Cómo te sientes?— preguntó Rittha sacándome del aburrimiento, al menos podría hablar.
—Bien, no me duele nada ya. Estoy algo aburrida— me quejé— falta media hora y ya estoy lista.
—Se que a las nueve ya te estarás durmiendo— rio ella— mientras, ¿quieres hacer algo?
—No se me ocurre qué— respondí.
—¿Quieres un postre? Sin qué tus papás sepan— susurró y yo asentí emocionada.
Rittha se levantó del comedor y busco en el refrigerador algo para comer las dos. Saco una gelatina de fresa Y puso dos pedazos en los platos, supongo que para comer ella también. Y no voy a negar que estaba muy rica.
Ya el reloj había dado las siete y media, Rittha había arreglado ya mis cosas y me había subido al auto para irnos a la escuela.
Rittha comenzó a manejar lentamente, en la radio sonaba una canción que no logré distinguir cuál era, pero estába muy bonita.
Because I want to touch you baby
And I want to feel you too
I want to see the sun rise
On your sins just me and you
Light it up, on the run
Let's make love tonight
Make it up, fall in love
Try
-Baby, I'm right here-
But you'll never be alone
I'll be with you from dusk till dawn
I'll be with you from dusk till dawn
Baby, I'm right here
—Llegamos— habló Rittha.
Sin darme cuenta ya estába en la escuela, me centré tanto en la canción que el tiempo pasó muy rápido.
—Gracias Rittha— me despedí y salí del auto.
Por alguna razón sentía que hoy sería un buen día. Un Lunes lleno de alegría.
Hoy Yuzbeth llegó tarde, me dijo que se quedó dormida. Diez minutos después del inicio de clase de Ética.
—Entonces si en estos días la imagen de una persona es muy valorada en la sociedad— hablaba la maestra del tema— muchas veces esa idea puede generar frustración en las personas.
—Eso es cierto— habló una compañera— mi hermano tiene dieciséis años y hace mucho ejercicio para verse bien.
—Bueno, la actividad de esta clase es justamente eso— habló la maestra— van a escribir en su libreta para ustedes, ¿qué consideran que es tener una buena imágen en la sociedad?
Yo no solía participar mucho en clase, me daba mucha pena, pero me esforzaba mucho para obtener notas altas.
Comencé a escribir lo que para mi significaba una buena imágen en la sociedad.
Principalmente considero que eso de "la imágen perfecta" daña mucho a las personas. Siempre se basan a lo físico y la reputación, y eso puede estar bien ya que si es un criminal no podría ser contratado, pero; ¿Y si esa persona ya pagó por ello y está arrepentida?
¿Y si esa persona es odiada por la sociedad en la que se desenvuelve y hablan cosas que no son? Eso la perjudicaría mucho, no es justo.
Es por ello que, opino que, considerar a alguien para un trabajo o un grupo social, deberían de conocer a la persona por sí mismos, sin que influya su pasado o las opiniones de los demás.
Claro, tampoco podemos confiar en alguien que no conocemos pero, ¿por qué siempre tomamos en cuenta las opiniones externas y evitamos conocer y deducir sí esa persona es mala o no.
Por ello pienso que la "imágen perfecta" no debería existir.
Al poco rato comenzamos a debatir el tema, me tocó leer mi opinión y a partir de ahí defender mi punto de vista, lo cual hice muy bien— creo, porque la profesora al final dijo que cada quien pensaba diferente y que eso no estába mal— y lo demás fue clase de Artes, matemáticas, ciencias y luego tuvimos horas libres.
Llegó la hora de la salida, me despedí de mi amiga y me asombré al no ver a Rittha esperándome en la puerta, si no que estába mi mamá sonriendo. Me puse muy feliz y corrí a abrazarla.
—¿Qué pasó mamá? Saliste temprano hoy— dije feliz.
—Vamos a casa Dani, te explico allá— susurró abrazándome.
Subimos al auto, mi madre no manejaba como Rittha, pero tampoco manejaba como mi padre, manejaba lento. Llegamos a la casa y al entrar estába mi padre sentado en la sala. Corrí a abrazarlo pero este se notaba triste y no me recibió igual.
—¿Qué pasó?— pregunté.
—Nos rechazaron el proyecto, nos acusaron de haberlo robado— explicó mi mamá.
—Fue una total mentira, nos despidieron y nos van a demandar.
—Podemos poner una contrademanda de difamación— opinó mamá.
—¿Qué es difamación?— pregunté confundida.
—Es lo que están haciendo con nosotros— explicó mi padre— decir algo falso para dañar la reputación de otra persona.
—Lo mejor será irnos— suspiró mi padre levantándose y dirigiéndose a la habitación— en Ciudad de México podremos encontrar trabajo, después de todo ahí nací.
—¿Irnos?, ¿habla de mudarnos mamá?— pregunté con miedo.
—Será lo mejor hija— suspiró ella triste— mañana iré a darte de baja.
—Pero mamá yo no quiero irme— protesté— aquí tengo amigos, esta Rittha, esta mi casa.
—No tenemos opción hija, es eso o que te quedes sin padres porque irémos a la cárcel. Nuestros patrones tienen muchas influencias y pueden hacer que eso suceda.
Yo no quería irme, dejar a Yuzbeth, a Rittha. A Gael. Y toda mi vida había vivido aquí, no quería irme.
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