Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

『10』

Aidan

— ¿Estamos listos? —preguntó tomando su bolsa de playa. Asentí y nos encaminamos fuera del departamento.

Hoy iba a ser un buen día.

Mis amigos me habían propuesto una salida a la playa, dijeron que querían distraerse un poco y además el calor estaba en su mayor punto. Así que no pude negarme.

La mejor parte fue cuando dijeron que podía invitar a quien yo quisiera y fue aún mejor cuando no salió de mi ese comentario; "puedes llevar a tu compañera de departamento"
Clarissa me había leído la mente.

Por supuesto que la invité y ella no se negó, dijo que no tenía nada mejor que hacer y que salir conmigo le alegraba. Fue un problema cuando le dije que no solo iríamos ella y yo, pues ella no conocía a mis amigos y al parecer sentía que no encajaría pues era salida entre nosotros y a ella ni siquiera la conocían.

Por suerte logre convencerla y aceptó ir.
Justo ahora estábamos en el patio, esperando a mis amigos.

¿Estás bien? —pregunté al notar como jugueteaba mucho con sus dedos.

— Es solo que, voy de colada —negué y ella rió.

— Clarissa te conoce, y ella misma fue la que me propuso invitarte enfrente de mis amigos, todos accedieron a que te llevara. Tranquila Maya. Piensa en que nos la pasaremos bien —la abrace de lado.

— ¿Te gusta la playa? —hice una mueca.

— Te soy honesto, nunca hago nada interesante.

— No entiendo —levantó un poco su vista hacia mi sin despegarse del abrazo.

— Hemos ido un par de veces solamente y yo siempre me quedo debajo de la sombrilla mientras bebo algo. No soy de meterme al agua.

— ¿Hablas enserio? —asentí.

Ella se quedó pensativa y yo reí en mi interior, no sabía que tanto le costaba carburar lo que acababa de decir pero se veía linda pensando.
Bastaron tan solo unos minutos en silencio para luego notar como mis amigos llegaban en la camioneta.

Oh, Maya, por cierto.., mis amigos son un tanto... intensos

— ¿En que aspecto?

— Soy muy energéticos, así que.. espero los toleres —reí nervioso.

Rió y asintió para luego apachurrarse un poco más contra mi abrazo.

Ya llegaron. Ven —la tome de la mano y nos acercamos.

— ¡Arriba, arriba! —gritó el conductor totalmente emocionado— Ustedes dos, pásense a la cajuela —se volteó al interior del carro y ordenó.

Abrí la puerta para que ella se adentrara al auto y posteriormente sentarme a su lado. Mis amigos saludaron al unísono y evite reír por la reacción que tuvo Maya al escucharlos.

Que gusto que nos acompañes, Amaya —habló Clarissa. Ella asintió nerviosa.

— Chicos, no sean groseros y preséntense.

— Yo pensaba esperar a que llegáramos, pero esta bien. Soy Zack —se asomó por la cajuela y le extendió la mano. Ella tuvo que voltear para poder verlo.

— Yo soy Daniel, pero dime Dani, ya estoy acostumbrado —estrecharon las manos.

— Kate, un gusto conocerte por fin, Amaya —le sonrió amable y estrecharon las manos.

— Si, Aidan nos ha hablado sobre ti.

— Vaya, pues.., me alegra conocerlos también —dijo riendo un poco. Ellos le regalaron una sonrisa amable.

Pude notar como su pierna se movía rápidamente, al igual que como jugaba con sus dedos.

Pose mi mano sobre la suya para calmarla un poco.

Tranquila, peque —susurré cerca de su oído.

— ¿No piensas presentarte? —noté como Clarissa golpeó a mi amigo. Pues iba de copiloto.

— Si, pero cuando lleguemos. Quiero presentarme debidamente —entrecerré los ojos.

El transcurso del camino estuvo tranquilo. Logré tranquilizar los nervios de Amaya, mis amigos como mencioné antes, eran muy enérgicos así que no fue complicado empezar un buen ambiente en el auto. Llevábamos música y Zack junto con Daniel quienes iban en la cajuela se dedicaban a decir cualquier tontería que se les cruzara por la cabeza.
Habíamos llegado por fin a la playa. Todos bajamos rápidamente y nos instalamos debajo de unas palmeras.

No hay tanta gente, esas son increíbles noticias —dijo Kate.

— ¡A disfrutar! —gritó Zack antes de quitarse la playera y correr hacia el agua.

Amaya se asombró pero rápidamente su sorpresa se transformó en una sonora carcajada.

Sonreí al escucharla.

Mis amigos empezaron a hacer la cosas que normalmente hacían dándome la oportunidad perfecta para presentarlos detalladamente a ella.

Bueno, ese es Zack; el impulsivo. —ella asintió obvia.

— Ella es Kate; la precavida.

— Clarissa, la... —interrumpió.

— ¿La bonita? —la miré irónico.

— Más bien; la despistada —rió.

— Dani; el gracioso

— Y yo soy Evan; el guapo del grupo —escuché detrás de nosotros.

Volteamos y ella rió un poco.
Me cruce de brazos.

Amaya, ¿cierto?

— Si, mucho gusto, Evan —extendió la mano y este la tomó pero no la estrechó, si no que besó sus nudillos sin despegar su mirada de la de ella.

Si, ese es Evan; el coqueto del grupo.
Es impresionante la seguridad con la que maneja las cosas. Temía que llegara a ser así con Amaya cuando la conociera, pero sabía que así era él siempre y que iba a ser imposible que no aprovechara la oportunidad para intentar quedar bien con ella; y así fue. Además de que a nadie le había contado los pensamientos que había tenido estas últimas semanas respecto a ella, ni tampoco les conté de aquel beso...
De alguna manera me molesto el como se sonrieron pero intente sonreír un poco para ocultarlo.

No debería molestarme.
Amaya tiene novio.

El gusto es mío —le guiño el ojo.

— Bueno, creo que fue suficiente presentación —dijo Clarissa poniéndose a mi lado. Amaya rió.

— ¿Ss meterán al agua?

— Claro, pero primero iré por algo de beber —dijo Kate.

— Te acompaño —Dani y ella se alejaron.

— ¿Sabes nadar, Amaya? —preguntó mientras se quitaba la playera.

Mi semblante no podía estar más serio.

Si, de echo si —aprobó ella.

— ¿Te enseñó tu novio? —preguntó Clarissa. Evan la volteó a ver con confusión y yo evite reír.

Gracias Clarissa.

No, yo nunca he ido con él a nadar —entendió la broma de Clarissa para que Evan se enterara que tenía novio.

— ¿Novio?

— Pero claro —dije sonriente.

— Bueno, no está aquí, ¿oh si? —tocó la punta de su nariz y se encaminó a la orilla del mar.

Que gracioso.

Ignóralo —dijo Clarissa.

— Si, es un idiota —hablé viéndolo enojado. Sentí las manos de Amaya en mi mejilla e hizo que la viera.

— Es gracioso —me tranquilizo con su mirada y asentí con una pequeña sonrisa.

— ¿Se meterán al agua?

— Yo no.

— Pero Aidan, tú jamás te metes. Por favor que esta vez sea la excepción —suplicó y negué nervioso.

— Solo iré por una limonada y me sentaré a recibir la hermosa brisa que está corriendo —levanté los hombros.

— Que aburrido —se fue sin más.

— ¿En verdad no te meterás al agua? —preguntó caminando a mi lado.

— Lo dudo mucho. ¿Qué hay de ti?

— Tal vez.. pero más tarde. ¿A donde vamos? —la tomé de la mano.

— A comprar bebidas y luego nos sentamos a platicar, ¿te parece bien?

— Cualquier cosa que haga, mientras tú estés conmigo me parecerá genial.

Sentí las mejillas arder.

Amaya Jones era tan inconscientemente cursi.
Hacía comentarios tan lindos sin siquiera darse cuenta de lo que causaba en las personas.
Compramos un par de limonadas y nos sentamos debajo de la palmera. Pasar tiempo con Maya realmente me alegraba la vida.

Pero ahora al estar solo con ella mi mente me traicionaba y me recordaba en cada momento "ese" momento, ese bello y delicioso momento en el que nos besamos...

No volvimos a hablar de eso ni al día siguiente ni a la semana, lo dejamos pasar como si no hubiera pasado, como si realmente hubiera sido un error.

Yo no lo sentí así

A mi realmente me había gustado ese beso.
Y daría lo que fuera por volver a sentirlo..

[...]

— ¡Aburrido! —gritó Dani recostado sobre la arena.

— Bueno ya, ya saben cómo es Aidan. —se burló Evan.

Mis amigos sacaban temas tan estúpidos, y por más que les dije que no lo hicieran frente a ella parece que les hubiera dicho lo contrario.
Amaya reía sin parar junto con ellos, lo malo de eso fue que comenzaron a hablar sobre mi, y decir cosas que ella no sabía pero en sí han sido las idiotices más grandes que eh echo en mi vida.

Que vergüenza.

Ahora por eso los había callado. Siguieron riendo aún cuando notaron mi cara de seriedad, así que no les importaba si me molestaban sus comentarios o no.

Así eran ellos.
Estaba más que acostumbrado.

Pero claro ahora se lucían más porque había una nueva invitada, y saben que como vivo con ella seré un tema de burla.
Pero mi querida Maya no era ese tipo de persona. Y eso me alegraba.
Sentí sus cálidas manos sobre mis hombros, la mire y ella me sonrió tratando de alivianar mi semblante. Suspiré y asentí para luego guiñarle el ojo inconscientemente.
No, no fue coqueteo, fue una manera de decir "todo bien"

Deberíamos jugar una reta de voleibol —propuso Kate. Todos accedieron rápidamente.

Nos levantamos de la arena y acomodamos para jugar. Hicimos equipos; Kate, Evan y Dani en uno, Maya, Clarissa y yo en otro.
Mi amigo Zack estaba más que tieso en la habitación.

Hagámoslo más interesante. Quien falle el tiro, castigo demandado por parte de quien lo tire primero —dijo Evan mientras jugaba con la pelota.

No despegó la mirada de Amaya..
¿Me tengo que preocupar?

Todos aceptaron la regla propuesta, Amaya solo levantó los hombros sin entender el nuevo método de juego y por mi parte no pude oponerme, pues sería solamente yo contra todos ellos. Y, no están para saberlo pero en mi grupo de amigos es muy importante la opinión de todos, siempre lo manejamos así; por mayoría de votos. En todos los aspectos.

Todos tomamos posiciones y comenzamos la partida.
Fue ahí cuando descubrí lo buena que era Amaya para el voleibol. Se movía rápido y hacía todo lo posible por alcanzarla.

Clarissa no me sorprendía, ella y Kate entrenaban, y por mi parte, tenía la noción de cómo es jugarlo pero no estoy tan preparado para una partida importante.

Evan golpeó la pelota fuera de alcance nuestro, me sorprendí cuando vi como Amaya corrió y se aventó, literalmente, para poder golpearla. Calló a la arena y Clarissa logró rematar el pase. Gritaron enojados con él y yo corrí hacia ella.

¿Estas bien? —tome su brazo y la ayudé a levantarse.

¿Qué querías, Evan? ¿Matarla? —preguntó Clarissa. Maya se sacudió la playera holgada que tenía puesta y rió.

Estoy bien, no se preocupen —delicadamente sacudí su cabello.

No creí que la fuera a alcanzar —admitió él. Rodé los ojos.

¡Sigamos! —apuró Dani.

Luego de varias partidas y algunas derrotas por parte de ellos el ambiente ya estaba muy tranquilo. A Clarissa le había tocado el reto de tirarse boca abajo en la arena. Estaban muy pesados en estos momentos y temía porque Amaya pudiera llegar a perder.

A veces odio pensar de más.

¡Linda, Amaya! —dijo Evan de manera burlona mientras se acercaba lentamente a ella.

Los mire atento y mis manos se empuñaron.

No me pondrás a comer tierra, ¿cierto? —preguntó ella nerviosa. Negó riendo.

— Apresúrate, Evan, no te hagas el interesante.

— Ya voy, ya voy —empezó a pensar.

— ¿Desde cuando piensa? —preguntó Dani. Todos rieron.

— Lo tengo..

Estaba asustado.
Claro que lo estaba.

Tan solo imagínense, ¿y si le pide besarlo? Digo, no creo que ella lo bese, tiene novio.
Pero.., me beso a mi teniendo novio, y jamás hablamos de eso.

¿Y si le pide bailar con él? A mi me encantaría bailar con ella, y ser el primero, bueno, quizá no el primero pero si con el que baile de manera más pacífica.
¿Que más podría pedirle?
¿Para que me engaño tanto? Es obvio que lo que más me preocupaba era que le pidiera un beso.

Fuiste la única en no entrar al agua, además de Aidan, pero con él ya es costumbre.

Mierda

¿quieres que me meta al agua? —preguntó arqueando una ceja.

— Evan, empezó a correr aire, no creo que sea apropiado —dije acercándome.

Me ignoró.

Así es.., quítate esa playera holgada y refréscate un poco, bonita —le acarició la mejilla.

Me hirvió la sangre.

Ella suspiró y amablemente quitó su mano de la mejilla. Rió un poco y se acercó a la orilla del mar. Todos fuimos detrás.
Quede atónito cuando noté como quitó la playera y la dejo caer a su lado. No traía un short de mezclilla corto como supuse que traería, no, me había equivocado. Ella tan solo tenía puesto un sujetador y un bóxer diminuto color verde, que se adhería perfectamente a sus no tan exageradas pero notorias curvas. El bóxer le quedaba mucho más arriba de los muslos y eso la hacía lucir tan..

¡Aidan contrólate!

Amarró su cabello largo en una coleta alborotada y volteó a vernos. Noté como me observo primero que a todos y sonrió nerviosa. Parpadeé varias veces, no podía ni articular un gesto de lo embobado que me tenía, en verdad me había tomado por sorpresa.
Reaccioné cuando recordé que esto era parte del juego de Evan, así que voltee a verlo.
Pude notar su sonrisa coqueta mientras la analizaba sin disimular ni un poco. Lo golpee en el hombro.

¿Qué?

— Respeta.

— ¿Me vas a decir que tú no la estabas viendo?

— Es diferente.

— ¿Y diferente por qué? ¿Por qué viven juntos?

— ¿Ya la habías visto así? —preguntó Daniel y negué rápidamente.

Dios, si con el simple echo de besarla me había alborotado las hormonas, no quiero ni imaginarme lo que hubiera pasado si la hubiera visto así en el departamento...

Es decir, olvídenlo.

Amaya se adentró al agua y se hundió después de un rato. Preocupado observaba hacia todos lados esperando que saliera hasta que lo hizo y todo se veía y sentía muy bien.
Se acomodo los mechones que sobresalieron con el agua y no pude evitar sentirme nervioso al verla.

Poco a poco fue saliendo del agua y mis ojos dejaron de obedecer a mi consciencia, actuaron por sí solos y se deslizaron por todo su cuerpo; analicé sus brazos y piernas descubiertas, su bóxer se había subido un poco más. Acomodo su sujetador y se tapo un poco mientras reía.

Me acerque con su playera al notar como su labio empezaba a temblar, si, mi vista ya se había enfocado en sus labios nuevamente.
Me resultó muy fácil el acercarme al verla así, pero cuando la tenía a centímetros me empezaba a costar hasta el respirar.

Si se enferma, va a ser culpa de Evan —dijo Kate riendo al verla temblar.

— Puedo vivir con eso. Al menos ya te pude ver bien, Amaya —le guiño el ojo ella rodó los ojos mientras sonreía irónica.

— Sigamos jugando.

— Lo mejor será que se vaya a cambiar primero —propuso Clarissa.

— Si, eso hará. Sigan jugando —sonreí y ellos se fueron alejando.

Le extendí la playera y ella deshizo el cruzado de brazos frente a su sujetador. Mi vista se desvió a este y sentí como se me erizó la piel.

Lo lamentó —dije cuando noté que podía sentirse incómoda al notar mis miradas.

— ¿Por qué? —preguntó mientras se quitaba la coleta. Al parecer no se percataba de cómo la miraba, y en parte me alegraba.

— Está helada, ¿cierto? —asintió y reímos un poco.

De ladee un poco mi rostro y miraba las pequeñas gotas deslizarse desde su nariz hasta terminar deshaciéndose en su boca. Y otras más deslizándose desde su barbilla, pasando por su cuello, en medio de su pecho y por su abdomen, para luego terminar en el inicio de su bóxer.

Lo que daría por ser una gota de agua..

¿Bonita la vista? —levanté la mirada y me percaté de que me veía con los ojos entrecerrados.

Tragué duro y desvié la mirada inmediatamente.
Vaya que soy idiota.

Deberías ir a la cabaña —propuse cambiando el tema— ¿Te acompaño? —negó amable y sin más tono su camino. Yo fui con mis amigos.

Necesitaba distraerme de la imagen que estaba seguro se había quedado grabada en mi cabeza.

Esa deleitante imagen..

¿No dijiste que tenía novio? —escuché a Kate.

— ¿Amaya? Claro, ¿por qué?

— Porque la miras como si tú fueras el novio —admitió Daniel. Abrí los ojos como platos. Esto no puede estar pasando.

¿Soy muy obvio?

¿Qué? No —reí tratando de ocultar mis nervios.

— Tienen razón, la miras con ojos de enamorado.

— ¿De casualidad no es ella la chica que...? —interrumpí.

— Clarissa, no. —dije seriamente. Esa conversación había sido entre ella y yo, nadie más debía enterarse. Entendió mi mirada seria y todos nos vieron confundidos.

— Es muy guapa —dijo Evan de la nada.

— Lo sé. —aprobé.

— Me alegra que la hayas traído —se relamió los labios.

Apreté la mandíbula.

Aidan, ¿a ti te gusta Amaya? —preguntó Kate acercándose a mi. Negué rápidamente.

— ¿Y a ti? —preguntó Daniel al lado de Evan.

— A mi si —levantó los hombros.

Respira Aidan.. respira.

¿y nos haremos los sorprendidos? Digo, Evan se enamora de cualquiera que le pase enfrente, esto no es novedad —se burló Clarissa y reí.

— No es verdad, tú estás frente a mi y no me eh enamorado —regreso la broma ella le paró el dedo corazón. Kate y Dani rieron.

— Bueno, dejen ya las estupideces. No me gusta Amaya, solo es una buena amiga —sonreí un poco.

— Me suena a amiga con derechos —comentó Kate. Fruncí el ceño.

— Es el maldito cliché de los Roommates —dijo Daniel entre risas.

— Mi mejor amigo no es repetidor de clichés, así que olviden sus ideologías tontas —defendió Clarissa. Y agradecí, escuché sus risas cuando me alejé.

Maldito ¿cliché?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro