Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6. El choque de planetas

(¿🍋?)

.

.

.

Capítulo Seis
"El choque de planetas"

.

.

.

[★]

Después del shock inicial a Silver le tomó mucho trabajo lograr abrir la boca otra vez.

Amy en cambio aunque sorprendida, no estaba tan afectada como él.

-De acuerdo...-alzó la mano y se la tendió-Tenemos un trato-.

Dubitativo imitó el gesto de la fémina e instantáneamente después agachó la mirada a causa de la pena que esto le generó.

Ella por su parte prefirió omitir esto último.

-De acuerdo, te llamaré en un día o dos para comenzar nuestro acuerdo-dándose la vuelta, le sonrió -Ten buena noche-Y de nuevo entró en el edificio.

A solas al fin, Silver se permitió respirar con normalidad.

El golpe de realidad le dio de llano en la cara y todo el shock inicial del que fue presa le dio cabida a la duda, a la incertidumbre y posteriormente al arrepentimiento.

¿Sería muy tarde para decirle a Amy que mejor dejaran las cosas como estaban? La idea de estar con otra chica que no le gustaba de algún modo le aterraba y pese a querer ver el lado positivo de esta situación, pensó que eso sería sucio y ruin de su parte.

El sexo sin amor era vacío, o eso es lo que su madre le había enseñado toda su vida.

Mientras crecía su madre le había enseñado a amar, a dar todo lo bonito que podía a ofrecer y que llegado el momento se encontraría con ese ser especial con quién compartiría "cosas especiales".

En aquel entonces no pensó mucho en eso y solo asentía como el niño pequeño que era.

Con el tiempo, la consciencia fue formándose y pese a que ya le resultaba un poco penoso verlo de ese modo, aún creía que enamorarse de una buena mujer era bonito.

Y siendo adolescente introvertido que era, le fue bastante difícil aumentar sus conocimientos amatorios conforme a su edad.

Sabía, -porque tanto sus primos, como su hermano no tenían reparo en ocultarlo- que era normal, casi como algo obligatorio al cumplir cierta edad y acercarse a la iniciación familiar.

Tenía 16 y aún era un virgen muy patético enamorado de una chica con la que no tenía ninguna posibilidad.

Por ello, durante las vacaciones de verano a la casa de playa de sus tíos decidió que debía hacer algo drástico -como ahora -.

Armándose de valor -de quien sabe donde- tomó en cuenta todos esos consejos que sus primos le dieron y salió aquella tarde de "caceria".

Demás estaba decir que no obtuvo buenos resultados el primer día, ni el segundo y mucho menos el tercero.

Era tímido, no podía luchar ante aquello que estaba adherido a su personalidad moldeable.

Después del cuarto día se dio por vencido y optó por disfrutar sus vacaciones con aparente tranquilidad.

Nada de conquistas, solo arena y mucho protector solar -porque la piel se le quemaba y eso no le gustaba a su mamá -

Ahora solo le restaba leer el centenar de libros que había comprado para el viaje y beberse todos los refrescos que tenía en la hielera.

Y cuando se bebió la sexta lata, fue cuando la conoció.

Parada con una expresión graciosa y coqueta, la chica rubia se acercó hasta el y se sentó a su izquierda.

Whisper, se llamaba.

Pensar en ella era agradable, aún con los años aún guardaba aprecio por la joven.

Era agradable, divertida y su compañía le renovó las energías que creía perdidas.

Después de todo un día de conversaciones agradables ella sabía todo sobre él.

Porque era así, transparente y muy abierto cuando entraba en verdadera confianza y con alguien como ella poco le costó sacar todo de sí.

Whisper era una chica guapa que venía de fuera del país; lo supo por el acento con el que arrastraba las palabras y eso le daba un toque cómico y encantador que no paso por desapercibido; ella le pilló en mas de una ocasión observándole idiotizado y al parecer lo tomó bastante bien.

Ella reía de sus chistes y también hablaban de cosas serias como la cultura de sus ciudades y lo muy interesados que estaban en las constelaciones y los astros.

Fue irremediable no caer ante los encantos de esa fémina que de un momento a otro lo condujo hasta ese páramo mas alejado de la playa y ahí, entre arena y las rocas oceánicas terminaron teniendo relaciones incómodamente placenteras y arriesgadas.

Siendo el virgen inexperto que era se sorprendió gratamente al ver que Whisper aceptaba gustosa llevar el control.

Con paciencia y a la vez ferocidad terminó guiándolo sobre que debía hacer y donde tocar y el resto vino con base al instinto.

Quizá no duró demasiado pero su entusiasmo seguramente compenso el esfuerzo y ella terminó de un modo u otro satisfecha con los resultados.

Recordar esa situación aún a día de hoy le abochornaba; ser tan atrevido le dio una carga de adrenalina que no podía omitir y le hacía sentirse vivo y poderoso.

Y aún a pesar de que al día siguiente Whisper regresó a su país, aún guardaba el recuerdo de ella y eso le valía bastante.

No se había enamorado, pero la sensación le gustó.

Y al regresar a su hogar no fue capaz de compartir aquella pequeña aventura con su mejor amiga, aún cuando ella insistió en que veía algo distinto en él.

No se animó a decirle que había tenido relaciones con una completa desconocida y aún a la fecha era algo que guardaba celosamente en su memoria.

Un secreto que le gustaba y avergonzaba un poco, sí.

Después de eso no se vio nuevamente tentado a caer en esas situaciones tan bochornosas y ahora, siendo un estudiante condecorado y con un futuro prometedor caía nuevamente presa de sus hormonas estafadoras.

No negaría que la idea de obtener un poco de la emoción que sintió en ese momento era sumamente tentador.

Pensar en el riesgo de ser descubierto al ojo público y que alguien le viera en los brazos de una chica bonita era tentador.

Quizá Amy no era Whisper y las circunstancias no eran ni por asomo similares, pero había algo en sus ojos esmeralda que le resultaba interesante.

Nunca había reparado en ella; es decir, recordaba haberla visto alguna vez en alguna clase conjunta, pero fuera de eso no había nada en su memoria que la hiciera especial o atrayente.

Ese lugar estaba reservado para Blaze, obviamente.

Sin embargo, ese giro de tuerca tan estúpidamente conveniente era algo que no podía dejar pasar.

Que una chica como ella le buscara precisamente a el -contra todo pronóstico- ayudó de un modo u otro a salvaguardar la poca autoestima que tenía dentro de él.

Daba igual que tan pusilánime se sintiera, al menos una chica linda y popular estaba interesada en el, aún con el hecho de que solo eran negocios.

Era un poco enfermo y fuera de sus valores como chico crecido en una familia religiosa y conservadora, pero lo haría de igual forma sin con eso lograba deshacerse de esa imagen tan pobre que los demás se habían hecho sobre el con el pasar de los años.

Ya no sería mas el alfeñique virginal que no rompía ni un plato.

No, claro que no...

Salirse con la suya luego de tanto ajetreo era algo que si bien le gustaba, en el fondo no dejaba de parecerle extraño.

Aquella aparición tan repentina de ese muchacho con mirada penosa le hizo darse cuenta de lo absurdamente idiotas que se estaban volviendo sus desiciones ultimamente.

¿Sexo casual a cambio de salvar el semestre? Era sucio y enfermo, aunque estaba secretamente resignada a que cualquier otro intento no le valdría de nada.

Esto estaba lejos de todo lo que hubiese creído de si misma hasta hace unas semanas atrás, pero estaba sucediendo de igual forma.

Todo era extraño y confuso...

Se sentía un poco sucia con ello, no iba a negarlo; aunque en su mente el consejo de Mighty seguía ahí y eso le mantenía con la suficiente entereza para luchar contra su moral y buen juicio.

Solo era un intercambio, se dijo. Un contrato en que ambas partes se iban a beneficiar y no debía sentirse mal, ¿Verdad? Era como cualquier otro servicio.

Aunque no cualquier servicio involucraba relaciones sexuales.

-PINKY-Rouge irrumpió en su habitación sin llamar, algo típico en ella-¿Quién carajos vino a visitarte a esta hora y por que no me has contado el chisme, maldita?-cerró la puerta tras de si y se lanzó en la cama de la chica como si fuese su propia habitación.

Acostumbrada a tal situación la rosada no se quejó.

-Hola otra vez, Rouge-Ignoró el comentario inicial y la miró de soslayo-Es tarde, tuve entrenamiento, me duele el trasero y quiero descansar-

Aún sabiendo que eso no surtiría ni el menor efecto, la albina no se movió de dónde estaba cómoda instalada.

-Ajá sí, ¿Quién era el bombón?-le instó, pícaramente-Por favor no me digas que era el pendejo de Scourge, ya bastante penoso es que te lo hayas cogido una vez-.

Su rostro cambió a varios colores en cuestión de segundos y sin poder formular un argumento coherente para negar tal afirmación -que de mentira no tenía nada- terminó dándose por vencida al sentirse descubierta.

Era algo que había sucedido y aunque no se enorgullecia del doto, no era algo que iba por ahí divulgando como si fuese un chiste.

-Vaya, no lo habría creído sino lo hubiese confirmado por ti-se burló-Debo confesar que me sorprende un poco que le lograras mantener el ritmo a esa bestia verde-.

La mirada zafiro de su mejor amiga la escaneó de pies a cabeza y ante esto ya no pudo hacer nada.

Sabía cómo leerla a la perfección y no podía mentir ni aunque su vida dependiera de ello.

-¿Al menos lo hace rico?-.

De nuevo el rubor le invadió sin que lo pretendiera.

-No digas esas vulgaridades tan a la ligera-le reprendió evadiendo su pregunta.

-Claro, claro-Aún así no iba a darse por vencida con lo que quería saber-¿Entonces? ¿Los rumores son ciertos? ¿La tiene más grande que Blue?-demando saber y ante esto Amy se tensó.

-¡Rouge! ¿Qué clase de pregunta es esa?-era incómodo hablar de sus asuntos sexuales y mas aún con la implicación que ella estaba poniendo sobre la mesa.

Sí, había sido una mala idea intimar con el mellizo de su ex-novio por despecho y ya era bastante malo que el idiota en cuestión la estuviera buscando con una regularidad insultantemente constante.

Lo último que necesitaba era que ella se lo recordara tan abruptamente y sin ningún tipo de pudor en sus palabras.

-Relajate cariño... No tiene nada de malo ser libre sexualmente en tanto seas responsable-le animó-Además el bastardo se lo merecía-le recordó a Sonic y aunque no respondió, tampoco hizo gran cosa por negarlo.

No quería pensar en los mellizos Speed, no en este momento al menos.

Tenía ya otras cosas en mente como aprenderse las nuevas rutinas, salvar el semestre y pensar en que haría con Silver.

Esto último la hizo enrojecer.

-¿Entonces? ¿quién era?-la pregunta inicial llegó de nuevo y a Amy no le quedó mas remedio que responder.

-Silver-Dijo al fin-Quería hablar de nuestro trato y... Al parecer aceptó al fin-.

Rouge no parecía sorprendida u alterada.

Tras unos ensordecedores segundos en donde ninguna de las dos decía nada, Amy se tensó.

Si Rouge guardaba silencio era señal de que planeaba una tormenta de preguntas o comentarios que le avergonzarían o en su defecto, podrían en evidencia su falta de experiencia y buen juicio.

No obstante y contra todo pronóstico inicial, la albina le dedicó una sonrisa y se levantó de la cama con intenciones de marcharse.

-Sabía que cambiaría de opinión, felicidades Pinky, aprendes rápido-Y sin esperar una respuesta salió de aquella habitación cerrando la puerta con tranquilidad dejando perpleja a la rosada.

¿Se había ido sin más? ¿Sin burlas y sermones? ¿Quién rayos era esa chica y donde estaba la Rouge fastidiosa?

La sola idea de que no estuviese actuando como era típico en ella le indicó que algo no marchaba del todo bien.

Pese a lo evidente, sabía que no era momento de preguntar lo evidente. Debía aguardar a un momento oportuno.

En este momento su prioridad debía ser salvar el semestre y con ello lidiar con Silver y lo que el significaba.

Se recostó en la cama y la imagen del albino le vino a la mente.

Algunas ideas de como sería estar con el chico llegaron a sus pensamientos y se reprendió a si misma por ser tan sucia.

Es decir, un chico como Silver seguramente sería bueno, delicado y extremo cuidadoso. No tenía razones para preocuparse, ¿No?

Dudaba que el fuese alguien como Scourge y le gustara las marranadas, o incluso, que fuese como Sonic y todo fuese apresurado y arriesgado.

Fuese como fuese lo averiguaría mas temprano que tarde y fue justo ese factor quien la puso ligeramente nerviosa.

-Soy un completo desastre-se reprendió a si misma poco antes de quedarse dormida.

Cuando terminó la quinta clase dio por finalizada su jornada escolar y se acomodó el bolso que le servía de mochila en su hombro dispuesta a salir y echarse una siesta reparadora antes del entrenamiento.

Con pasos torpes y pesados se abrió paso entre sus compañeros de aula y al llegar a la salida por estar distraída se sintió chocar con alguien que la hizo retroceder debido al impacto.

-Lo siento-no levantó la vista debido al cansancio y la prisa que tenía encima de ella, pero igualmente se disculpo porque sabía que seguramente era su culpa.

-Descuida, no hay cuidado-La voz del chico que había chocado contra ella la hizo levantar la mirada y Silver le dedicó una sonrisa al compartir miradas al fin.

Parecía nervioso, aunque igualmente sonreía y entre sus manos sostenía un maletín que llamó la atención de la chica rosada.

-¿Compartimos clases?-pregunto confundida.

Era lo suficientemente distraída para no haber notado al muchacho y el lo notó de inmediato.

-Técnicamente sí, aunque solo el tronco común, mis otros módulos están adelantados y estoy un semestre por encima por excelencia académica-el respondió.

-Así que si eres un cerebrito-Amy sonrió y el se apenó ante tal apodo-De acuerdo, supongo que por eso no tienes problema en apiadarte de mi...-al fin lo miró y Silver se notaba nervioso.

-Eh... Quería verte y hablar para afinar los horarios de tutoria y eso...-trató de sonar profesional, pero su timidez natural tomó el control de la situación.

Enternecida por esto mismo, sin previo aviso ella le tomó de la mano sin previo aviso y haló sin su permiso para conducirlo a rumbo desconocido.

El estupor duró muy poco al notar que ella les conducía a la cafetería escolar.

Un lugar concurrido pero que se las arreglaron para conseguir una mesa vacía y ambos se sentaron uno frente al otro.

-Muy bien, ¿Qué tienes en mente?-ella inició la conversación y lo observó atentamente.

Dándose el valor que solo el profesionalismo podía brindarle Silver inhaló y exhaló para iniciar su pequeño discurso.

-Pensaba en establecer un horario para las tutorías que no entorpezca las actividades del otro-tomó aire-Tengo entendido que eres una animadora y soy consciente del tiempo que eso puede consumir... Así que, por favor proporcióname las horas y días que encuentres mas pertinentes para reunirnos-.

Hablaba tan formal y con tanta moderación que le resultaba enternecedor el tono con el que pronunciaba todo su discurso.

Era como ver un señor chiquito frente a ella, o un niño que se estaba esforzando demasiado por ser maduro y actuar como tal.

Al ver su mirada intensa sobre el, Silver se sonrojó avergonzado.

-Supones bien, los entrenamientos son bastante rigurosos-admitió la chica sin dejar de sonreírle-De miércoles a viernes de 4 a 8 estaré ocupada con mi equipo-Le informó-Los otros días tengo clases por la mañana, pero a partir de las 2 estoy libre-de nuevo sonrió-Así que no tengo inconveniente... ¿Qué me dices tú?-.

Su horario era mucho mas flexible que el suyo, aunque podía hacerse un espacio si cambiaba algunas rutinas o dejaba de lado algunos pasatiempos que no le interesaban tanto.

Luego de pensarlo un momento y hacer una comparación el joven hablo de nuevo.

-¿Entonces te parece bien los lunes y martes de 5 a 8 de la noche?-pregunto dudoso de lo que ella pudiera responder.

A ella le seguía pareciendo un chico bastante tierno el chico que tenía frente a ella se estaba esforzando por ser amable y profesional aún considerando las circunstancias de aquella unión tan extraña que habían pactado.

Asintió con tranquilidad y sacó de su bolso un cuaderno donde apuntó lo dicho por Silver.

-De acuerdo, anotado-el no respondió de inmediato pues parecía distraído en algo que estaba a su alrededor.

Al prestar más atención notó algunas miradas curiosas e indiscretas posarse en su dirección.

Silver no parecía el tipo de chico que estuviese acostumbrada a la atención, al contrario de ella que era una animadora y si o sí recibía miradas de buena o mala forma.

-¿A tu novia no le molestará que pases tiempo conmigo?-pregunto de pronto sacando al chico de su letargo.

La cara de estupor que Silver tenía fue tan hilarante que aunque trato de no reírse, no le resultó.

-Lo siento, pero debía distraerte, estabas ansioso-.

Curioso, Silver le devolvió el gesto al sentirse descubierto.

Amy resultó ser mas observadora de lo que pensó.

-No tengo una novia-obvió-Y bueno... No estoy acostumbrado a que los demás me vean tanto, es todo-.

-Puedo notarlo...-.

A el fondo, el hecho de salir con esa chica así fuese por tutorías -porque nadie nunca debía siquiera sospechar que habría algo más entre ellos- le abrumó un poco.

Sabía que ella alguien era popular, aunque nunca estimo que lo fuese tanto.

-Pierde cuidado, solo son chismosos, no importa-Como si le leyera el pensamiento ella trató de animarlo-Ahora... Respecto a mi parte del trato quisiera...-.

-No creo que sea prudente hablarlo en un lugar tan concurrido-él le frenó.

Era tan tímido que pensaba que absolutamente todos en una cafetería con mas de 100 almas hablando a la vez le escucharían hablar.

-Sólo quería invitarte a una cita el sábado por la tarde-.

-¿Una cita?-confundido la miró-Pero nosotros no somos una pareja o algo por el estilo-.

Demasiado inocente para ser un tipo tan inteligente, fue el pensamiento fugaz que le llegó de golpe, pero prefirió omitirlo en ese momento.

-Lo sé...-se encogió de hombros-Pero creo que sería más cómodo para ti conocernos más y hablar un poco de otras cosas y otro ambiente antes de hacer otra cosa-.

Ella tenía un punto y no podía negarlo.

Al verla ponerse de pie, Silver se quedó estático en su asiento.

-Te veré el sábado a las seis, ponte algo lindo...-Y se despidió de el con un gesto de mano dejándole solo, confundido y profundamente avergonzado y ansioso por su propia timidez.

-Luces distraído-Blaze le miró de arriba abajo como si sospechase que algo diferente había dentro de él-¿Dormiste bien?-.

La preocupación que ella le brindaban hacía vibrar su corazón aunque en ese momento no podía darle las razones del porque estaba tan silencioso.

Decirle que acaba de concertar una cita con una chica que apenas conocía y que esta terminaría en situaciones sexuales no le pareció la mejor de las ideas.

No obstante, Blaze era perspicaz y se terminaría dando cuenta en algún punto.

-Estoy bien, solo pensaba en unos trabajos extra que tengo que realizar-mintió.

-¿Necesitas ayudas?-el negó-¿Seguro?-.

-Estoy bien, puedo con esto...-.

No muy convencida ella terminó dándole la razón.

-Pasando a otros temas... El sábado van a estrenar una nueva película que quiero ver... ¿Qué te parece si vamos?-le invitó.

Era una costumbre que el le acompañará a sus asuntos casi todos los fines de semana y está vez no parecía ser la excepción.

-Lo siento, pero no puedo-.

Alzó la vista para verlo y el estaba con la mirada en la pantalla de su celular.

-¿Qué has dicho?-.

-Que no puedo-respondió con simpleza-.

-¿Cosas qué hacer? ¿Cómo qué?-.

Abrió la boca para responder y la cerró de inmediato pensando en que podía responder sin comprometer sus verdaderas intenciones.

Sabía que tenía la filosa mirada de su mejor amiga analizando todos sus movimientos con sumo detalle en la espera de descubrir su mentira.

-Quiero salir con Espio-mintió de nuevo y ella no le quitó la mirada de encima.

-De acuerdo...-

Cuando terminaron las prácticas a lo lejos pudo ver al imbécil de Sonic que también le miraba insistentemente, como si buscará esa unión de miradas.

Rodó los ojos con fastidio y le dio la espalda dispuesta a alejarse de ese idiota; lo último que necesitaba luego de tanto ejercicio era hablar con un idiota como el.

Al avanzar unos pasos la molesta de su verdugo clamó su nombre y ella trató de ignorarlo.

-Amy-al darle alcance no le quedo mas remedio que detenerse.

-¿Qué quieres?-

Al reparar más de cerca en ese idiota notó como su nariz estaba hinchada y su pómulo estaba amoratado debido a la pelea con Scourge.

-Eh... Yo, yo quiero hablar contigo-eso la tensó-Necesitamos hablar-.

-¿Hablar?-ella rió sin gracia y negó con firmeza-No tengo nada de que hablar contigo, ya no mas-estaba dispuesta a alejarse de él, pero el muchacho lo impidió-No me toques-le dio un manotazo para que la soltara y el sonrió con suavidad.

-No seas terca, solo escucha lo que tengo que decirte-.

Sabiendo que no pararía hasta salirse con la suya, ella suspiró.

-Que sea rápido, tengo cosas que hacer-.

Sonic suspiró; hablar con esa mujer era difícil.

-¿Te acostaste con Scourge?-Preguntó directo y sin rodeos y sin previo aviso una bofetada que le dolió mas de lo que admitiría le dio directo en el pómulo que tenía previamente lastimado.

-Jódete, Sonic-lo miró de mala forma y se alejó de él dispuesta a irse, aunque nuevamente el se lo impidió-Déjame en paz, imbécil-.

El seguía ahí mirándole directamente a los ojos sin intensiones de soltarla.

-¿Es verdad?-la sostenía de la muñeca, lastimándola un poco con su agarre-Responde-.

El verde de ambas miradas se cruzo por escasos segundos antes de ser nuevamente manoteando por la joven en cuestión.

Ofendida ante tal atrevimiento bramó ofuscada algunas maldiciones contra el imbécil que tenía frente a ella.

-¿Qué carajos te importa?-

El cobalto por su parte le dedicó una mirada circunspecta.

-¿Eso significa que sí?-y de nuevo otra bofetada en su mejilla saludable emparejó su dolor.

Amy le miraba con ira y profunda tristeza.

¿Cómo rayos se atrevía a preguntarle algo así?

-Eres un imbécil, Sonic-le dijo y el no se inmutó.

-Te cogiste a mi hermano, maldita sea-contraatacó, también molesto y ofendido-Quería creer que no era verdad pero tú cara dice que es cierto-.

Claro...

Ahora incluso le adivinaba loa pensamientos y los gestos.

-Vete a la mierda, Sonic-que solo le hablara para insultarla le hacía odiarle más-No tengo porque rendirte explicaciones sobre quién está conmigo y quien no-Su voz se intensificó-¿Y si lo hubiese hecho, qué? No eres mi padre ni mi novio para impedirme que debo o no debo hacer, estúpido cerdo egoísta-.

Sonic no respondió, al menos no inmediatamente.

Segundos de miradas retadoras se instauraron entre ellos y antes de que cualquiera de los dos pudiese decir algo más una tercera presencia se presentó ante ellos.

-¿Qué carajos se supone que estás haciendo, pendejo azul?-salido de solo Dios sabe donde Scourge se manifesto frente a ellos y ambos ex-novios le miraron.

-No te metas-Sonic lo frenó-Es un asunto entre ella y yo-.

Estaba tan ofendida y frustrada por aquella actitud tan imbécil que su ex estaba tomando que sin pretenderlo las lágrimas de ira corrían libres por sus mejillas.

Nunca había sido buena controlando sus emociones y el que le increpara directamente con algo tan privado y personal sin ningún tipo de pudor o tacto le desestabilizó por completo.

-Ah, claro... Acosar señoritas es parte de tu nueva personalidad, eh jodido pendejo-el empujón que recibió de su hermano menor le hizo reparar en las lágrimas de la joven a la que había ofendido momentos antes.

-A-Amy... Lo siento yo...-trato de acercarse de nuevo, pero su mellizo lo impidió.

-Te lo dije, estúpido cabeza de cepillo-ambos se miraron retadores-Que la dejaras fuera de tus pendejadas, la cosa es entre tu y yo-ahora la batalla de miradas era entre ambos hermanos y eso estaba por fuera de su límite de tolerancia.

Scourge quién en teoría había llegado a su rescate le estaba dando la espalda para increpar a su estúpido hermano y Sonic solo le dedicó una mirada de arrepentimiento.

-No vuelvas a hablarme otra vez, ¿Oíste?-ambos se quedaron callados, observándole-Ninguno vuelva a acercarse a mí-dándoles la espalda se alejo de ambos hermanos quienes la vieron marcharse en silencio.

Luego del interrogatorio Blaze decidió que no quería seguir compartiendo el mismo espacio que él y se fue a su dormitorio alegando que tenía pendientes que resolver.

A solas nuevamente Silver se permitió suspirar con tranquilidad.

La biblioteca a esas horas ya se encontraba prácticamente desierta y una de las ventajas de ser un alumno era que la bibliotecaria rara vez patrullaba a la zona en donde se encontraba lo cual le permitía divagar con tranquilidad.

Ahora que estaba a solas podía repasar en lío en el que se había metido y lo estúpidamente ansioso que se sentía con respecto a eso.

Se sentía tan nervioso con este hecho que incluso tuvo que mentirle a Blaze para que no salir con ella el fin de semana.

Eso no era algo natural en su comportamiento y sabía perfectamente que ella no le había creído, al menos no del todo.

Debía disimular mucho mejor y aprender a lidiar con sus propia timidez.

-Control, Silver... No harás nada del otro mundo-se dijo para darse ánimos y los pasos apresurados de alguien acercándose le hicieron callar.

A esas horas pocas eran las almas que se animaban a visitar la biblioteca y a juzgar por el ruido que hacían los zapatos de quien los portaba, sonaban como un par de botas o algo similar.

Los pasos cesaron y frente a el la imagen de una Amy llorosa se manifestó.

Ambos estaban sorprendidos pues ninguno esperaba encontrarse precisamente ahí.

-¿E-estas bien?-le preguntó al verla tan alterada y ella solo tomó asiento en la misma frente a él.

No reparo en todos los libros que estaban sobre la mesa, solo los hizo a un lado y recargo su cabeza como si deseara dormir.

Estaba furiosa y necesitaba el silencio que sola la biblioteca le ofrecería. De ninguna forma podía volver a su dormitorio porque sería acosada por las miradas de sus hermanas y las preguntas incómodas de Rouge que la harían llorar sin duda alguna.

Sin saber que hacer o si es que era buena idea entablar una conversación Silver se removió incómodo en su asiento.

La idea de irse era tentadora, aunque su madre le había enseñado a que debía cerciorarse que las damas estuvieran bien si las veía llorando.

Dudoso abrió la boca para formular una pregunta, pero ella se le adelantó.

-¿Todos los hombres son idiotas?-ella le interrumpió con una pregunta que le dejó perplejo y muchas teorías llegaron a su mente sin darle posibilidad a responder-Los detesto...-refunfuñó.

-No sé como responder eso...-confesó apenado y ella al fin levantó el rostro para mirarle.

Era tan lindo a simple vista...

Nada parecido a su estúpido ex y al imbécil del gemelo que ahora jugaba a ser un tipo.

Amy le dio una suave sonrisa y el se avergonzó.

-Eres lindo, muy lindo Silver...-quizá se debía a que estaba furiosa y no estaba pensando correctamente, pero una idea extraña cruzo por su mente-Con gusto te besaría para endulzarme un poco-medio bromeó y a él la mirada se le descolocó debido a sus palabras tan directas.

No estaba acostumbrado a ese tipo de lenguaje, menos viniendo de una chica linda como ella.

Sus mejillas rojas le dieron cabida a un escozor en la garganta y sus pensamientos nublados le hicieron temblar por el nerviosismo.

Estaba comenzando a sudar y ella le miraba directamente con un gesto que no supo identificar.

-¿Besarme?-se ánimo al fin a preguntar y ella seguía sonriendo.

-Sólo si eso quieres-.

Besarla...

¿Quería besarla?

Sus labios rosados cubiertos por un leve brillo de pronto lucían tentadores y la idea de que sabían a fresa le pasó por la mente.

Quizá no estaría mal besarla, se dijo y ante la mirada curiosa de la fémina se acercó hasta ella y capturó sus labios en un beso tímido y casto.

Dos segundos, quizá tres fue lo que ese beso duró y cuando abrió los ojos ella le miraba atentamente como si aún no creyera en su atrevimiento.

El pánico le invadió y pensó en una forma rápida de disculparse por lo que acababa de hacer.

-¡Lo sien...!-ahora fue el turno de ella de capturar sus labios y ante el estupor inicial que esto le generó solo pudo cerrar los ojos dejándose llevar.

Ella le estaba besando con fiereza y de un movimiento que no pudo prever le instó a abrir sus labios para que ambas lenguas danzaran en un ritmo obsenamente desquiciante.

Era caluroso; hipnótico y de un modo acalorado le obligaba a participar.

A probar aquellos labios que estaban a su merced y que igualmente devoraban los suyos.

Cuando sus pulmones claramon por oxígeno un hilo de baba quedó como el recuerdo nítido de lo que acababa de suceder.

Eso le había gustado.

-Besas bien-ella le dio un halago y se limpio las comisuras que ahora tenían lápiz labial.

Uno.

Dos.

Tres.

Abrió la boca en un intento de volver a recobrar el aliento perdido pero no sucedió.

El calor en su cuerpo lo hizo retorcerse en un limbo de la excitación.

Porque lo estaba, ¿No? Es decir, su interior se revolvía y algo que no quería decir abiertamente también clamaba por su atención.

De nueva cuenta unió sus labios a la joven; sus manos temblaron, pero igualmente se atrevió a sostener amabas mejillas sonrosadas buscando profundizar el beso húmedo que llevaban a cuestas.

Estaba siendo atrevido e instintivo; al notar que ella no oponía resistencia sus manos bajaron suavemente hasta su clavícula, acariciando.

Su piel era tan suave; tan delicada que ni aún después del ejercicio había perdido esa textura cremosa que le caracterizaba.

Por otra parte, ella decidió que dejaría a Silver hacer algunas cuantas cosas con tal de saber hasta donde estaba dispuesto a llegar.

Con suerte y se arrepentía, o quizá no.

Sus dedos recorrieron hasta la parte baja de su espalda acariciando lentamente por debajo de aquella blusa de algodón que ella portaba.

Jadeante; ella sonrió pícaramente y Silver le atrajo hacía en quedando sentada sobre sus piernas.

Entre besos y mordisqueos supo que necesitaba tocar un poco más.

Con la diestra temblorosa rozó con la yema de sus dedos aquellos muslos tonificados por tanto ejercicio y ella jadeó.

-Por mucho que me gustaría seguir esto-dejó de observarlo y le sonrió-Estoy sudada y necesito urgentemente un baño-se puso de pie y le guiñó un ojo con coquetería dejándole aturdido y en plena calentura-Nos vemos el sábado Silv-y se fue tal y como había llegado.

¿Qué rayos?

¿Con tan poco se había encendido?

El razonamiento de nuevo llegó hasta su cerebro y se sintió avergonzado por su comportamiento atrevido.

Pero no podía evitar sentirse emocionado porque el sábado llegara al fin...



Continuará...
Al fin hubo una interacción entre nuestros protagonistas...
Dispensen las faltas no doy pa' más...
Se cuidan & gracias por leerme.
Cariños, Gri

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro