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1. Declive

Advertencia. Escenas subidas de tono, OCC. Clichés y capítulos cortos... Lo usual...

Aclaración. Ni Sonic ni las imágenes me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores. Lo que sí es mío es lo que vas a leer a continuación, oh sí...

Disfrutad de la lectura...

Capítulo Uno
"Declive"

[]

Era jueves por la mañana y había despertado particularmente animada y llena de energía.

Ese día cumplía dos años de relación con su adorado novio; y era el primero que compartían estando juntos en la universidad.

Recién había ingresado a la carrera de contaduría y finanzas; estaba demasiado emocionada y nerviosa, incluso despertó mucho más temprano de lo normal con la única intención de que los tiempos  no le ganasen y todo estuviese listo para pasar a dejarle su regalo personalmente a su adorado Sonic antes de que las clases empezaran.

Había horneado un pastel enorme en forma de chilidog con un bizcocho de chocolate. 

Olía delicioso, incluso sus hermanas de la fraternidad intentaron inútilmente probar un poco de aquella delicia. 

Con todo listo, sólo restaba llegar hasta el edificio donde Sonic se encontraba para entregárselo y quizá podrían compartir un rato juntos.

La sola idea de pensar en compartir un momento íntimo con su novio le alegró... 

−Estás muy animada−Rouge se aproximó a la cocina con una cara de pocos amigos debido a la hora de la mañana−¿Vas a tener algo de acción?−Se burló su amiga encendiendo la cafetera en el proceso. 

Amy tan solo rió por lo bajo y no negó tal afirmación; con suerte podría pasar media hora divertida con su adorado Sonic si se daba la oportunidad. Que a estas alturas, conociéndolo como lo conocía, dudaba que no fuese el caso. 

−Hoy es el cumpleaños de Sonic y nuestro aniversario−Comentó con un gesto soñador mientras le colocaba algunos cuantos detalles más a su obra maestra−¿Crees que le guste?−.

Evidentemente menos emocionada por la obvia implicación de cursilería y romanticismo en el comportamiento de la rosada, Rouge negó.

−Sería un idiota si no está dispuesto a obtener diabetes con esta cosa−Sirvió café en su taza favorita y bebió un pequeño sorbo−No entiendo como puedes crear estas cosas y no quemar la cocina en el intento−.

No era un secreto que Amelia Rose era una excelente −no solo lo decía ella− cocinera. Podía convertir en un manjar cualquier cosa que le pusiesen por enfrente y tampoco es que sus compañeras se esforzasen mucho por cocinar, al menos no al grado que lo hacía ella. 

Su sueño era estudiar gastronomía, abrir su propio restaurante gourmet y tener comensales y todas esas cosas geniales que hacen los chefs, pero dadas las circunstancias en que su padre se encontraba había tenido que optar por una universidad más barata y una licenciatura más acorde a las posibilidades. 

No se quejaba, las finanzas estaban bien, es decir; sabía que eventualmente era algo que le dejaría ganancias en un futuro no muy lejano y que pese a todo y con el debido esfuerzo podría tomarse el tiempo de cumplir su sueño después. 

Eso, aunado al hecho de que secretamente se alegraba de estar cerca de Sonic. Al menos podía verlo con mayor regularidad, aunque no compartiesen clases ni estudiasen lo mismo; se daba el lujo de verle por las noches y en las reuniones que las hermandades realizaban. 

−Hablando de Blue...−Rouge leía en su teléfono algo que la tenía entretenida−¿Por qué no estuviste en su magnífica fiesta sorpresa de anoche?−Cuestionó con ironía mientras veía algunas de las fotos que algunos chicos de la fraternidad masculina habían compartido durante la madrugada.

En efecto; sabía que los demás chicos no habían requerido su presencia porque era algo más "masculino" y lleno de cerveza y cosas que no encajaban del todo con ella; quizá su presencia solo los haría actuar de un modo en que no venía al caso y prefirieron evitar incomodarla. 

O bueno, eso es lo que ella quería pensar.

−Es cosa de chicos, Rouge...−envolvió el enorme pastel en una caja de cartón decorada y lo adornó con un hermoso moño azul−Déjalos disfrutar una noche−Finalizó restándole importancia al asunto. 

No quería hacerse falsas ideas; ni arruinar el día especial con sus incontrolables celos por lo que optó por ignorar a su mejor amiga casi por completo.

No dejaría que Rouge y sus intrigas le hicieran pensar cosas que no quería tener en la mente, al menos no por ahora.

−Lo que digas Pinky...−Le dijo alejándose de la cocina tal y como había llegado. 

Amy por su parte al ver la hora en su reloj tomó aquella caja con cuidado y se encaminó rumbo a donde su cumpleañero favorito se encontraba. 

De camino al edificio se encontró con algunas caras conocidas, unos la saludaban alegres, otros sencillamente le ignoraban como era habitual debido al mal humor matutino y las prisas entre clase y clase. 

Al llegar a su destino se abrió paso con la naturalidad que el ser novia del líder le brindaba y algunos de los chicos la observaron con asombro y curiosidad; a lo que ella supuso se debía a la caja enorme que tenía entre sus manos. 

−Buenos días−Les saludo alegre abriéndose paso por aquella sala de estar llena de cosas propias de universitarios, como una mesa de billar y un minibar−¿Cómo estuvo la fiesta de anoche?−Comentó casual al ver latas de cerveza y cigarrillos tirados aquí y allá. 

Se habían divertido mucho, podía notarlo. Algunos inclusive seguían dormidos en algunos puntos de la sala y sobre el sillón.

Le parecía muy cómico como podían beber hasta perderse en ese punto, pero ¿quién era ella para juzgar? Eran sujetos con ganas de divertirse al fin y al cabo.

Dejando de lado aquella escena, camino por uno de los pasillos con destino a los dormitorios, esquivando de cuando en cuando algún que otro incauto que yacía desmayado fuera de las habitaciones.

Justo al final de aquel pasillo se encontraba la habitación de Sonic, tan solo le restaban unos cuantos metros y podría lanzarse sobre él y darle mucho amor.

Incluso en su mente ya empezaba a tararear la cancioncilla con tonalidad de cumpleaños que le cantaría nada más abrir la puerta.

Estaba tan emocionada...

−¡AMY!−Una de las puertas a su izquierda se abrió de golpe y un jovencito ligeramente más bajo que ella se aproximó−¿Qu-qué haces aquí?−Pregunto nervioso, interponiéndose en su camino.

Lo observó un momento; la actitud nerviosa y su apariencia desaliñada le indicaba que había trasnochado, ni siquiera se había quitado los jeans del día anterior, además del aroma a alcohol que desprendía sin quererlo.

Por instinto retrocedió un paso y con tranquilidad respondió.

−Vine a darle su regalo a Sonic−.

La actitud del mejor amigo de su novio no pareció relajarse al contarle sus intenciones; algo le ocultaba, podía notarlo con solo mirar como se esforzaba por cerrarle el camino y evitar que siguiera caminando.

−Ah, verdad... que cabeza la mía−rió con nerviosos y se rascó la nuca después−Viniste temprano...−

No entendía como eso podía ser relevante así que con un poco de fuerza logró hacer a un lado al joven y le sonrió con educación.

−Sí, quería estar un rato con él antes de que empiecen las clases...−

Tails, que así se hacía llamar el joven la tomó con delicadeza del hombro intentando retenerla y hacerla cambiar de parecer.

−Pe-pero Amy...−el chico la soltó al ver la mirada de pocos amigos que su tacto provocó−Son-Sonic se acaba de ir a dormir... no queremos despertarlo en su día especial, ¿a qué no?−.

Que Sonic se hubiese ido a dormir recién no le sorprendía; aunque debía darle un poco de crédito al pobre Tails, de verdad se esforzaba por quedar bien con el cobalto.

Sin embargo, no por eso significaba que le haría caso. No era culpa suya que el irresponsable de Sonic no haya dormido nada por estar bebiendo y festejando.

Ella solo le quitaría media hora de sueño y lo dejaría dormir todo el día si le daba la gana.

−¿Verdad, Amy...?−Tails seguía nervioso al verla caminar sin intenciones de detenerse.

Aunque para su mala suerte ni bien dio dos pasos una segunda puerta, esta vez a su derecha se abrió dejando ver a un fortachón al que llamaban Knuckles mirarla directamente a los ojos con intenciones más que obvias.

−Blue no quiere ser molestado, no lo hagas más difícil...−No iba a andarse con tantas sutilezas como Tails.

Y justamente fue debido a esa falta de tacto y rudeza la que le valió un pisotón que lo dejó fuera de combate.

Abriéndose paso por lo que restaba del pasillo y ante la mirada de horror de los amigos de Sonic giró el pomo de la puerta ajena a todo lo que su mente había imaginado un momento antes.

Abrió la puerta de golpe entrando con aquella enorme caja entre las manos coreando el Feliz cumpleaños tan fuerte como sus potentes pulmones se lo permitieron.

Desafortunadamente para la rosada; la figura de su novio sobre la cama se encontraba acompañada de alguien más.

Bastaron tan solo dos segundos para que el cobalto despertase sobresaltado y muy molesto con aquel que se hubiese atrevido a despertarle de ese modo.

Entornó la mirada por un momento y la sangre se le heló. Incluso la borrachera y el sueño que traía a cuestas parecieron abandonarlo en ese instante.

Frente a él la mirada desconcertada y furiosa de su novia lo miraba exigiendo respuestas sin emitir algún sonido. Sus manos temblaban y la caja que traía se tambaleaba ligeramente.

Por su parte la joven que había pasado la noche con Sonic despertó unos segundos después para compartir la misma expresión de sorpresa y temor al ver a Amy Rose parada frente a ellos.

−¡N-no es lo que parece Ames, lo juro!−Se justificó poniendo ambas manos en un gesto conciliador y de clemencia.

Sabía lo que le esperaba, sin embargo apelaba a la misericordia.

−Sonic, cariño−Las infortunadas palabras de la ingenua joven que descansaba en la cama alertaron a la entonces pareja en la habitación−¿Quién es está loquita y por qué entra como si nada a tu habitación?−Terminó de clavar el último clavo de su ataúd; la chica de cabellos morados fue arrastrada por una furiosa Amy fuera de la habitación.

Fúrica; tomó aquella chica teñida de los cabellos y la sacó a rastras fuera de la habitación dejándola únicamente en ropa interior ante la atenta mirada de los jóvenes que compartían espacio con su amado novio.

De regreso a dónde se encontraba la razón de su enojo, alcanzó a ver cómo éste se ponía rápidamente la ropa interior y se acercaba hasta ella con la intención de calmarla.

Le dio un manotazo y luego otro; de tal modo que esto evitara que él se acercase a tocarla.

Después de esto, las lágrimas comenzaron a correr libres por sus mejillas.

Dolía, dolía como el infierno y no lo podía evitar.

Lloró al caer fuertemente de rodillas contra el suelo y él tan solo la observó unos cuantos pasos lejos sin saber que decir o hacer.

La había cagado hasta el fondo, no había ninguna excusa que dar, ya todo estaba hecho.

−Ames...−El sentimiento de culpa al verla llorar de ese modo le carcomió−Yo no quería lastimarte, de verdad...−.

Alzó la vista para encararle unos segundos y reír sin gracia debido a las palabras poco atinadas que había elegido utilizar.

−¿Te atreves a hablar?−Chilló, colérica−Eres un hijo de puta, Sonic−Chilló con más fuerza y se paró de golpe−No te atrevas a decirme que no querías lastimarme, maldito insensible...−.

Abochornado, Sonic tan solo agacho la mirada.

Nada de lo que hiciese o dijese ayudaría a mejorar la situación, así que ella tenía razón.

−Perdón...−Fue lo único que se sintió con el valor de decir antes de que su cabeza terminase repleta de pastel.

El enorme chilidog de chocolate y crema de avellanas terminó tirado en el suelo y esparcido por todas partes.

Salió de ahí con lágrimas en los ojos, herida, molesta y profundamente lastimada por lo que acababa de presenciar.

Camino a la salida se encontró con la mirada de tristeza de Tails quien parecía pedirle disculpas silenciosas por lo que acababa de suceder.

Los otros la observaban con lástima mientras algunos más parecían burlarse de la situación.

Solo pudo salir del edificio y correr como si no hubiese un mañana hasta llegar a su habitación; algunas de sus hermanas le observaban preocupadas cuestionando que había sucedido.

Pero no dijo nada, tan solo se encerró.

A solas y en silencio dejó que las lágrimas corrieran libres por sus mejillas y todo lo que en algún momento hubiese sido tocado por Sonic terminaba en el suelo o estrellado contra la pared.

Desde afuera de su habitación oía la voz de Rouge llamarle desesperada demandando respuestas y que le dejase entrar.

Aunque no respondió; no quería ver a nadie...

No supo cuánto tiempo le tomó; pero su cuarto perfectamente ordenado y con aroma a manzana y canela yacía azotado por la furia y desencanto.

Dejó caer su cuerpo sobre la cama y con la respiración agitada miró el techo tratando de recuperarse un poco debido a su rabieta.

Le dolían las manos, los ojos, la nariz y sobretodo el corazón. Sentía como si se lo hubiesen arrancado y destrozado por completo.

−Maldito...−Maldijo por lo bajo sorbiéndose los mocos y se dio la vuelta hacia la izquierda.

No había nada en su cuarto que no hubiese tenido el infortunio de encontrarse con su rabia. Todo estaba hecho añicos y esparcido por el suelo como un recordatorio de que su dolor era real.

Que lo que estaba sucediendo no era un simple sueño y que su perfecta vida de estudiante ejemplar y segunda al mando en la hermandad no bastaba.

Se sintió cucaracha...

¿Por qué a ella? ¿Qué hizo mal?

No lo merecía, sabía que no lo merecía, sin embargo paso...

Lloró amargamente mientras los recuerdos se acumulaban en su mente, como torturando a su corazón...

Maldito Sonic The Hedgehog... le había roto el corazón...

Continuará...
Corto, muy corto... pero es un buen preámbulo para lo que viene, creo yo...
Dispensen las faltas, nunca doy pa' más...
Se cuidan y muchas gracias por leerme.
Atte.
Gri.

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