
𝟎𝟎𝟓. 𝑴𝑨𝑹𝑨𝑼𝑫𝑬𝑹𝑺 𝑿 𝑻𝑾𝑰𝑳𝑰𝑮𝑯𝑻
LOS PERSONAJES MENCIONADOS NO SON DE MI AUTORÍA, PERTENECEN A J.K ROWLING Y STEPHENIE MEYER, AL IGUAL QUE LOS MUNDOS DE HARRY POTTER Y CREPÚSCULO.
La trama de este One Shot es propiamente de mi creación. Se prohibe cualquier tipo de plagio o copia.
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🥀𝙈𝙐𝙉𝘿𝙊: Harry Potter X Twilight
🥀𝙋𝘼𝙍𝙀𝙅𝘼: NINGUNA.
🥀𝘼𝘿𝙑𝙀𝙍𝙏𝙀𝙉𝘾𝙄𝘼: Es un crossover entre ambas historias.
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Escrito por Poppy.
Hogwarts estaba sumido en una inquietud silenciosa. Hacía semanas que los rumores sobre extrañas criaturas en el Bosque Prohibido se habían extendido por los pasillos. Los cadáveres de unicornios, drenados de sangre, habían sido descubiertos por Hagrid, pero ni siquiera el sabio Dumbledore tenía respuestas concretas.
En la Sala de los Menesteres, los Merodeadores discutían. Sirius caminaba de un lado a otro, con el ceño fruncido, mientras Remus permanecía sentado, la mirada fija en el suelo.
-No entiendo por qué Dumbledore no nos deja intervenir -dijo Sirius, frustrado.
-Tal vez porque somos estudiantes, Blck, no cazadores de monstruos -replicó Peter, nervioso.
-Pero somos más capaces que la mayoría de los adultos -interrumpió James, cruzándose de brazos. -Si hay algo peligroso en el bosque, es nuestro deber detenerlo.
Remus suspiró. -Lo que sea que está matando a los unicornios no es común. Ni siquiera Voldemort tiene criaturas que actúen de esta manera.
-¿Qué sugieres, entonces? -preguntó Sirius.
-Podemos investigar nosotros mismos -dijo James, con una chispa de entusiasmo. -Usaremos el Mapa del Merodeador para rastrear cualquier movimiento sospechoso.
En lo profundo del bosque, un rastro de sangre los llevó hasta un claro iluminado por una luz extraña. En el centro, un círculo mágico pulsaba con energía, como si alguien hubiera intentado crear un portal de traslado.
-¿Qué es esto? -preguntó Peter, retrocediendo.
-Un portal. Pero está incompleto -dijo Remus, examinando los símbolos. -Es magia avanzada, del tipo que no enseñan en Hogwarts.
-¿Crees que podría llevarnos al origen de estas criaturas? -preguntó James, tocando el borde del círculo con su varita.
-Si funciona, sí -respondió Remus. -Pero no sabemos dónde nos llevará.
Sirius sonrió, atrevido. -Eso suena como una aventura.
Antes de que Remus pudiera objetar, James activó el portal con un movimiento de varita. La luz los envolvió, y en un instante, el mundo cambió. Ya no estaban en el frío y oscuro Bosque Prohibido, sino en un bosque húmedo y sombrío, bajo un cielo gris que parecía perpetuamente al borde de la lluvia.
-Esto no es Escocia -murmuró Sirius, observando el paisaje desconocido.
Antes de que pudieran procesar dónde estaban, un sonido sutil rompió el silencio. Cuatro figuras aparecieron entre los árboles, moviéndose con una velocidad antinatural.
Carlisle Cullen, al frente del grupo, alzó las manos en un gesto de paz. -No queremos pelear.
-Eso dicen los que saben que perderán -replicó Sirius, levantando su varita.
-No somos tus enemigos -intervino Edward, con su tono firme. -Pero está claro que ustedes creen lo contrario.
James, apuntando con su varita, no se dejó intimidar. -Sabemos que algo está matando unicornios en nuestro mundo. Y vosotros sois las criaturas más sospechosas que hemos visto.
Alice Cullen dio un paso adelante, sus ojos vidriosos. -No somos los responsables, pero he visto lo que viene. Hay algo que cruzó a nuestro mundo desde el suyo, algo que no pertenece a ninguno de los dos lugares.
El grupo quedó en silencio, procesando lo que ella decía.
-Necesitamos una alianza -dijo Carlisle, mirando a los Merodeadores. -Si lo que Alice ha visto es real, enfrentarlo solos sería un error.
A regañadientes, los Merodeadores aceptaron. Sirius no dejaba de mirar a los Cullen con desconfianza, mientras que Edward fruncía el ceño al leer los pensamientos de los magos.
En la casa de los Cullen, el ambiente era tenso. Los Merodeadores, acostumbrados a su independencia, chocaban constantemente con las personalidades calculadoras de los vampiros. Sirius, en particular, no soportaba la manera en que Edward analizaba cada pensamiento.
-¿Es necesario que sigas hurgando en mi cabeza? -espetó Sirius, cruzándose de brazos.
-Es difícil no hacerlo cuando tus pensamientos son tan ruidosos -respondió Edward con calma, pero con un toque de ironía.
Mientras tanto, Remus permanecía apartado, como solía hacer. Su maldición como hombre lobo lo mantenía al margen, una constante barrera que lo separaba incluso de sus amigos más cercanos. Jasper, que observaba desde una esquina, sintió la profunda tristeza y el dolor que emanaban de Remus como una ola.
En un momento de tranquilidad, Jasper se acercó. -Eres un hombre atormentado.
Remus lo miró, sorprendido por su percepción. -Es parte de lo que soy.
-Lo siento en cada fibra de mi ser -dijo Jasper, con una sinceridad que desarmó a Remus. -Es una carga pesada la que llevas.
Remus bajó la mirada. -Es mi naturaleza. No hay redención para lo que soy.
Jasper asintió lentamente, comprendiendo más de lo que dijo.
La paz momentánea terminó cuando Alice tuvo una nueva visión: el híbrido estaba cerca. La criatura, mitad vampiro y mitad mago, era una aberración de la naturaleza. Según Alice, era inmensamente poderoso, con la fuerza de un vampiro y la habilidad de manipular la magia oscura.
Esa noche, el grupo combinó fuerzas para rastrear al híbrido. Encontrarlo fue más fácil de lo esperado; él los estaba esperando.
La criatura era aterradora: alta, pálida, con ojos rojos ardientes y una sonrisa que parecía burlarse de la realidad misma.
-Así que sois vosotros los que habéis cruzado mi camino -dijo con una voz que resonaba como un eco.
La batalla fue feroz. James y Sirius lanzaban hechizos sin descanso, mientras los Cullen atacaban con una velocidad y fuerza que habrían acabado con cualquier enemigo normal. Pero el híbrido era casi invulnerable. Cada golpe y hechizo parecía apenas rozarlo.
En un momento de desesperación, Remus, en su forma de lobo, se lanzó directamente contra la criatura, manteniéndola ocupada mientras los demás trataban de encontrar una forma de derrotarla.
Fue Jasper quien, sintiendo la intención de sacrificio en Remus, alertó a los demás. -Está dispuesto a morir.
-¡No podemos dejar que lo haga! -gritó Sirius, pero James entendió lo que su amigo intentaba hacer.
Finalmente, Carlisle, Edward y James combinaron un hechizo con un ataque físico que destruyó al híbrido en un estallido de luz y oscuridad. Pero el cuerpo de Remus quedó inerte, destrozado por el enfrentamiento.
La quietud después de la batalla era abrumadora. Bella, que había insistido en acompañar a los Cullen, lloraba en silencio mientras Edward la consolaba. Sirius, arrodillado junto al cuerpo de Remus, no podía contener las lágrimas.
-Siempre quiso protegernos -dijo James, con la voz quebrada.
Carlisle se acercó, mirando a Remus con respeto. -Era más que un protector. Era un héroe.
Jasper, que aún sentía los ecos de las emociones de Remus, habló con voz baja. -No murió con miedo ni dolor. Murió en paz, sabiendo que salvaba a los suyos.
El grupo regresó al portal, decidido a volver a Hogwarts, pero no sin antes forjar una alianza silenciosa con los Cullen. Ambos grupos, marcados por el sacrificio de Remus, sabían que sus mundos estaban entrelazados más allá de lo que jamás habrían imaginado.
Mientras el portal los transportaba de regreso, Sirius susurró, con lágrimas en los ojos: -Nunca lo olvidaremos.
Y en el bosque de Forks, bajo un cielo perpetuamente nublado, la memoria de Remus Lupin permaneció como un faro de sacrificio y valor, un recordatorio de que incluso en las sombras más profundas, hay quienes eligen ser la luz.
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