-Narradora-

-¡Hargreeves! -escuchó el chico aturdido e ido en su propia mente, mientras ella se hincaba frente a él tomándolo de las mejillas-

Bueno... creo que empecé con el pie izquierdo

No tienes elección. Vuelve atrás chica. Supongo que es lo que quieres, bien, eso haré.

_2 años antes_

-Adaliah Mckenzie-

-Aún lado Estorbo -dijo un chico empujándome para salir rápido del salón. Las clases al fin habían terminado-

Me encontraba guardando mi libreta y lápices en la mochila en la cual literalmente solo traía 2 cuadernos. ¿Qué? No me juzgues, no entro a todas las clases, solo las importantes.

Cerré mi mochila y de inmediato miré hacia arriba encontrándome con la irritable mirada de mi mellizo. Spencer.

Lo adoro a pesar de todo

-¿Vendrás conmigo? ¿O te iras a vagar por las calles con tu amiguito? -preguntó algo burlón-

-No lo sé -respondí sin ganas, como siempre claro-

-Bueno, creo que yo ya se -le restaba importancia a su mirada pues la mía estaba puesta en el maldito cierre trabado  de la mochila- Llega a casa, ¿entendido? -levante la mirada. Él salió del salón y yo mire hacia la entrada-

Y ahí estaba, mi sexy mejor amigo. ¿Sonó mal? Oh, en verdad lo sien... la verdad no me importa.

Se encontraba recargado en el marco de la entrada mientras cargaba su mochila solo con uno de sus hombros y una de sus manos estaba dentro de su pantalón negro acampanado, solamente observando cada maldito movimiento que hacía, con una ligera sonrisa de lado.

Logre cerrar la mochila y la colgué en uno de mis hombros para acercarme a la salida y quedar frente a frente con él.

-¿Terminaste? -preguntó. Solo asentí- Andando -me extendió el codo y gustosa pase mi brazo por este para así empezar a caminar por los pasillos de la escuela-

-Luces bien. Me gusta como te queda esa camisa

-Lo se, siempre que la uso me lo dices -reí un poco. Él rio nasalmente- ¿Estas... tranquilo, cierto?

-Un poco, los maestros están muy estrictos, no me quiero arriesgar -dijo caminando a la par, su vista siempre iba enfrente con un semblante serio-

-Es estresante -dije haciendo una mueca- lo bueno es que las clases ya terminaron

-¿Vamos a mi casa? -preguntó volteando a verme con una sonrisa de lado-

(....)

-Que día tan pesado -dijo dejándose caer sobre el tapete a mi lado-

-Es verdad -respondí-

-Me mandaron a detención por golpear a un tipo -negué mientras rodaba los ojos- que quede claro que él comenzó, dijo algo que no me gustó para nada

-¿Que dijo? -No respondió, que amable- Bueno, pero esta es la mejor parte del día

-volteó a verme- ¿Aún no te arrepientes?

-me gire por completo quedando de lado para así verlo- Por supuesto que no, Hargreeves -coloque mi mano en su mejilla, él aún me miraba-

-Eres tan jodidamente linda, Mckenzie -dijo con una pequeña sonrisa-

Five Hargreeves, "el drogadicto de la clase de Arte". Así fue como lo conocí en la preparatoria, realmente la palabra "drogadicto" era bastante fuerte para alguien como él, es decir, lo sabemos controlar bien, tampoco es para exagerar la situación.

Lo conocí hace 1 año que llegue a la preparatoria, y vaya que me agradó al instante. Un chico ojeroso claramente sin futuro, Lindo ¿no?.

Y no, no somos pareja, aunque la escuela no piensen lo mismo. Solo somos buenos amigos. Mi amistad con él ha sido una completa locura, pero de la buena.

-Deja de verme así -dije riendo un poco Este solo se alejó ligeramente-

-se sentó con sus piernas en mariposa- ¿Qué quieres hacer? Tenemos toda la tarde

-¿Qué propones? -dije aún acostada. Él volteó a verme y sonrió de lado-

-Podemos drogarnos -reí- aunque es mejor....

-¿Drogarnos? -pregunté sonriendo, él asintió y volví a reír- Creí que dijiste que estabas calmado

-Y lo estoy, por eso me estoy volviendo loco -se recostó sobre mi sin dejar caer su peso y colocando sus codos en el suelo a los costados de mi cabeza-

-Y luego ¿que haremos? -pregunté acorralada en el suelo-

-Después de eso podemos hacer lo que sea -sonrió y depositó un beso pequeño en mi mejilla-

Lo mire dudosa mientras él sonreía. Reí y asentí un poco para así de inmediato levantarse y tomar mi mano para ayudarme

-Cinco Hargreeves-

-Y bien, ¿que haremos? -pregunté viendo a mi linda chica-

-Ya lo dijiste, ¿no?-dijo riendo-

Levante un poco mis hombros con una sonrisa discreta. Ella me miró emocionada y reí

Adaliah Mckenzie, "la chica imperfectamente perfecta" al menos para mi. Llevábamos 1 año hablando, realmente no recuerdo como sucedió. Claro que miento. Creo que soy buena influencia en ella. No digas lo contrario

Amaba pasar tiempo con ella, en especial porque los dos estábamos en la misma sintonía. Cuando la conocí no creí que quisiera intentarlo, pero vaya que lo hizo, y aunque es algo más reservada y lo controla mejor, sabe bien cómo divertirse.

-Le extendí un porro- adelante

Lo tomo entre sus dedos y procedí a encenderlo. La miraba ahí, con sus piernas en mariposa sentada frente a mi mientras soltaba un poco de humo de sus lindos y delicados labios, se veía tremendamente sexy, justo el tipo de chica que me gusta.

Me tenía completamente embobado la manera en la que abría ligeramente sus labios para expulsar ese humo, se veían tan... apetitosos

-Lo haces a propósito, ¿no? -de inmediato me hizo una sonrisa de lado. Negué con una pequeña sonrisa mientras empujaba mi lengua a la mejilla y comencé a preparar una pequeña línea para luego inhalarla-

-Eres egoísta, ¿lo sabías? -escuche mientras mantenía los ojos cerrados hacia el techo-

-¿Qué? -cuestione y sacudí mi cabeza-

-Darme un mísero porro -reí y la miré- idiota

-Deja de molestarte -volvió a dar una calada- demonios Adah te vez tan bien así

-Lo se -sonrió egocéntrica, carajo, me encanta. Volvió a dar una calada sin expulsar el humo-

-Ven aquí -dije y de inmediato la tome de la nuca para pegar nuestros labios algo brusco, sentí el pequeño vapor entre mi boca y sus delicados labios sobre los míos dando un movimiento brusco y apasionado que gustoso seguía-

¿Qué? ¿Acaso no lo veías venir?

Apuesto a que tienes muchas preguntas justo ahora

Duro muy poco mi gusto ya que quito mi mano de su mejilla y se alejo un poco. Remoje mis labios y solo la veía.

-Levántate -ordenó volteando a verme. Sin reprochar nada lo hice, no sin antes inhalar otra pequeña línea-

Me senté sobre mi pequeño sillón, miré como se fue hacia mi habitación y cerró la puerta

-¿Qué demonios tramas, Mckenzie? -grité y recosté mi cabeza en el respaldo-

Luego de unos pequeños minutos mire como salió con solo una playera mía, se le veían muy bien. La observaba con nada de discreción, a ella no le importaba

-Mckenzie, ven acá -dije guiándola con mi dedo, se acercó y sonreí- ¿Cómo te sientes? -dije algo acalorado-

-dio una calada y sonrió mientras sacaba el humo- De maravilla -se sentó a mi lado y sonreí- ¿Continuamos? -movió su porro, les dije que sabía manejarlo-

(....)

Habíamos pasado 1 hora entera consumiendo y platicando. Me encargaba de que ella no consumiera de más, no quería que se pusiera como loca. Estábamos platicando, sentados en mi sillón, la tenía a horcajadas sobre mi, nada mal de echo

-Ahora que recuerdo, hoy inaugurarán el bar cerca de la universidad, supongo que media escuela estará ahí. ¿Quieres ir? -pregunté acariciando delicadamente los lados de su cadera. Me vio algo nerviosa- oh vamos, no me digas que tienes que pedir permiso -rodee los ojos-

-Spencer me dijo que debía llegar a dormir -dijo de mala gana, continué acariciando su cadera-

-¿Desde cuando obedeces a tu mellizo? -rió- De acuerdo, yo puedo llevarte después -me vio dudosa- La pasaremos bien, -levanté medio cuerpo hacia ella y le di un beso en la comisura de los labios- lo prometo

-De acuerdo, pero no pediré permiso, y si no quiero pedir permiso tendrás que prestarme ropa -dijo levantándose-

-Esta bien, vayamos a buscar en el armario -sonreí y me levante-

-Pero antes -metió la mano en la bolsa de mi pantalón, trague duro pero ella solo sacó la pequeña bolsita que tenía ahí, para así hacer una línea sobre la mesa de centro, e inhalarla-

-¿Estas loca? Saldremos, tienes que estar tranquila -dije viéndola con el ceño fruncido. Se limpió un poco la nariz y empezó a reír- no vuelvas a hacer eso, te dije que ya no más -dije arrebatándole la bolsita y camine hacia mi habitación-

-¿Estas enojado, Hargreeves? ¿Te enojaste? -preguntó atrás de mi, me seguía era evidente. Mi ceño seguía fruncido y cuando entré a mi habitación volteé para verla, me tiro a la cama, carajo.-

-Mckenzie, sabes que no puedes solo tomarlo -repetí mientras recargaba mis codos en la cama- Necesitas estar tranquila

-¡Carajo! Fue una línea, no se te acabara, no seas llorón -dijo poniéndose sobre mi, oh no, esto no está bien-

-Ahora no Adaliah -la tire hacia al lado y rió- Y no, no estoy enojado

-Pues se te nota la felicidad en el rostro, Hargreeves -se levantó de la cama-

-Mckenzie -me interrumpió-

-Ya deja de decir mi apellido -me miro mientras tomaba una corbata de mi ropero, me acomode más arriba de la cama en la misma posición- Ese carácter..

-Deberías considerar regalarme tu ropa -camino hacia mí y ninguno despegaba la mirada del otro-

-No lo creo -dije, ella se subió nuevamente a horcajadas sobre mi y me golpeó con la corbata. Reí-

-"Ni lo crii" -repitió con voz graciosa- ¿Estas seguro de ir? Digo, es la inauguración, será un mundo de gente -hablaba y hablaba, no le prestaba tanta atención, estaba sumamente atraído por ella, o más bien, por sus labios-

-Te imaginas Spencer esté ahí -soltó una risa, estampé mis labios con los de ella nuevamente y abracé su espalda pegando nuestros cuerpos- ¿Quieres la verdad?, Ya me había tardado en hacerlo

Siempre se sentía bien hacer esto, me tomo de las mejillas y alejo mi rostro. Toco mi nariz y se levanto de mi para así volver a mi armario. La mire serio y coloque los pies en el suelo.

-Ahora si estás de buen humor -dijo tranquila-

-Te encanta hacer eso, ¿no? -dije sin despegar mi mirada de ella-

-Ya cállate y ven acá -dijo echándose algo de aire, me levante y camine hacia ella-

-¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal? -pregunté, tome un cuaderno que estaba ahí y comencé a echarle aire- ¡Mckenzie!

-empezó a reír- ¡Por dios! Que exagerado eres, no es la primera vez que consumo, Cinco -suspiré-

-No es la primera vez, pero de igual manera me preocupas. -levantó su rostro y me miró- ¿Segura que estas bien?

-asintió- ¿Que me vas a prestar? -vió hacia el ropero al igual que yo-

-Toma lo que quieras -sonreí y camine hacia la cama nuevamente para sentarme-

-¿Tu que harás? -preguntó extrañada-

-Te veré, tendrás toda mi atención, pruébate todo lo que quieras -remoje mis labios pero sentí de inmediato una sudadera en mi cara, reí al igual que ella-

-Pervertido -quite la sudadera de mi cara- Estaré en el baño

Mire mientras se iba al baño con una bola de ropa y solo me eché a reír. Camine hacia mi ropero, me tocaba a mi escoger un atuendo...