Capítulo dieciseis
-Cinco Hargreeves-
Me alejé un poco de la puerta al ver como los estudiantes salían del salón. Algunos me saludaban y otros solo me hacían cara de desprecio.
Pobres idiotas.
Me volví a asomar en la puerta aún estando recargado en el marco de esta. Noté como mi chica me miró desde su lugar y le sonreí mientras levantaba mi mano para saludarla.
Ella guardó sus cosas rápidamente, se puso la mochila en uno de sus hombros y corrió hacia mi.
Se abalanzó hacia mi y nos abrazamos con fuerza y sobre todo; cariño..
Sus manos rodeando mi cuello y las mías rodeando su pequeña cintura.
-¿Cómo te fue, linda? -pregunté mientras acomodaba su cabello-
-Cansado, estoy que muero de dolor de cabeza -dijo y la abrace de lado mientras avanzábamos-
-Lo bueno es que ya salimos. Vamos a mi casa y te preparo algo de comer, ¿te parece bien?
-Pero, Spencer.. -interrumpí-
-¿Cuándo nos ha importado? -reímos y dejé un beso en su cabeza-
(...)
-Esta delicioso -dijo mientras se tapaba la boca luego de masticar su comida- Muchas gracias
-Me alegra que te guste -sonreí bebiendo jugo de naranja- ¿te quedarás a ver películas?
-Me gustaría, pero debo terminar algunos proyectos. Le prometí a Spencer que no volvería a reprobar y honestamente yo tampoco quiero volver a hacerlo.
Era cierto, había estado muy enfocada en sus estudios.
-Pero también mereces descansar, además, acabas de decirme que te duele la cabeza. No quiero que te estreses más, quiero que te relajes.
-No hace falta -rió ligeramente- estoy bien.
-Qué te parece si mejor te quedas, tomas una ducha.. te relajas, vemos alguna película y luego continúas con tus proyectos -propuse viéndola mientras volvía a beber de mi jugo-
-Hasta parece que no quieres que me vaya
-¿No es obvio? -rió-
-Hargreeves, Hargreeves, no te entiendo -fruncí el ceño-
-¿Por?
Su teléfono empezó a sonar y ella se levantó de la mesa para tomar su mochila y contestar la llamada alejándose de ahí. Continué comiendo mientras pensaba. El baile de invierno se acercaba, quería llevarla a mi lado, quería que fuéramos combinados, que estuviéramos juntos. Quería que estuviera conmigo y solo conmigo.
Sonaba extraño, lo sé..
Ni siquiera yo me entendía..
-Debo irme -regresó y la vi confundido- Spencer me pidió ayuda con unas compras.
-Oh., pero no has terminado -ella de acercó a mi y me dió un abrazo rápido, mis manos se posaron en su cintura para que no se alejara tan rápido como pretendía hacerlo- Adah
-¿Si? -rió un poco y sus manos estaban en mis mejillas-
-Bésame -pedí viendo sus labios. Ella se acercó y dejó un beso corto- Oye.. -la tome del cuello y acerque abruptamente para besarla apasionadamente-
Me siguió el beso, pero no duró demasiado
-Tengo que irme -dijo entre pequeñas risas y sin más tomó su mochila para luego salir de mi casa-
Suspiré y alejé mi plato de comida. Luego de eso me levanté y quite mi camisa, debía tomar un baño, no tenía nada más que hacer.
Mi vida últimamente parecía estar más compuesta, parecía más feliz, me sentía bien de tener a Adaliah conmigo de nuevo. Pero, algo en mi interior me gritaba que no estaba bien. No comprendía que me sucedía, estaba ahí , conmigo y para mi. Sin embargo, no era mi chica..
Era una amiga..
¿Qué más quería?
Cuando me aleje de ella las cosas se vieron muy complicadas para mi, y ahora que la había recuperado se suponía que todo debía ser como antes, pero no era así; o al menos no se sentía así. Se sentía muy diferente.
Quizá era el famoso "no todo vuelve a ser como antes" pero no lo sabía, no lo entendía.
Mi manera de ser con ella había cambiado mucho, me sorprendía al darme cuenta. Antes la llamaba para pasar la noche con ella, o las mañanas, o quizá solo la llamaba a cualquier hora para tenerla a mi merced cuando quisiera. Pero ahora no. Ahora la llamaba para invitarla a cenar, a comer un helado, un postre, o ver películas.
¿Qué me ocurría?
Recuerdo que un día me mando mensaje a las dos de la mañana diciéndome que estaba enferma, con mucha fiebre y gripa. Y sin importarme nada le llevé medicamentos y un té.
Se lo entregué por su ventana, pues seguro que Spencer me mataría si llegaba a esa hora a cuidar a su hermana.
Esa madrugada dormí con ella.
"No te acerques, te puedes contagiar"
La abracé durante todo lo que restaba de la madrugada y acaricié su cabello. Durmió tan profundo, tan acurrucada como si de una niña pequeña se tratara.
Me había encantado..
También adoraba que ella se dejara querer y consentir de esa forma. Todo se sentía tan sincero que incluso podía decir que ambos estábamos enamorados..
Demasiado bueno para ser verdad
La quería demasiado, y jamás me había percatado de eso.
Pero., ¿y si no era así?
¿Y si todo seguía siendo por el simple placer?
Estaba asustado..
Encendí un cigarrillo cuando salí del baño simplemente con la toalla envuelta en mi cintura. Me senté en la orilla de la cama y expulsé el humo de manera lenta.
Mire el suelo, las gotas de mi cabello y de mi cuerpo en general caían, sonreí ligeramente al seguir pensando en Adah, pero esa sonrisa se convirtió en una de confusión al sentir como mi cuerpo se tensaba.
Y fue ahí cuando tuve las imágenes más inapropiadas con ella.
Cerré los ojos con fuerza y apreté la sábana a mi lado para evitar dirigir mi mano a otro lado, volví a dar una calada a mi cigarro y suspiré pesadamente.
-Como mierda pase de estar sentimental a esto -dije rascando mi cuello- Adah Adah, ¿por qué te fuiste?
Negué repetidas veces y dejé caer mi espalda a la cama viendo el techo blanco y aburrido de mi habitación.
¿Y si la invito a cenar?
Quizá le pregunte si quiere ir al baile conmigo
¿Será buena idea preguntárselo así nada más?
¿O será que mejor le compro un obsequio para dárselo cuando se lo pregunte?
¿Se lo pregunto mientras nos desvestimos?
No suena mal..
-De acuerdo -tomé mi teléfono y le mande un par de mensajes. Luego de eso suspiré y me dispuse a vestirme lo más rápido posible para luego salir de casa y dirigirme al supermercado-
Cuando llegue entré a todas las tiendas posibles en busca de un pequeño detalle para ella.
Era más complicado de lo que pensé..
-¿Buscaba algo en específico?
-Hm, no realmente -hice una mueca- busco algo para regalar con una petición -la señorita me vio confusa-
-¿Una petición?
-Oh, una pregunta vaya, quiero invitar a una chica a un baile -reí apenado y ella sonrió mientras asentía y buscaba con la mirada-
-¿Y no tiene nada en mente? -negué- ¿qué le parece un brazalete compartido?
-¿No le parece muy básico? -reí nervioso-
-¿Es su pareja? -negué- ¿alguna vez le ha regalado uno? -volví a negar y la chica rió- Venga, le mostraré las opciones
La seguí y me mostró múltiples estilos de brazaletes, todos estaban muy lindos, sonreí al observar uno color negro con una "C"
-Esta no se ve nada mal -sonreí pensando en cómo se le vería esa pulsera con mi inicial en la muñeca-
-¿Inicial del de ella o del de usted? -sonreí y la miré-
-El mío
-¿Carlos?
Reí. Nada mal.
-Cinco, me llamo Cinco -me recargué ligeramente en el estante-
-¿Y ella?
-Adaliah -buscó entre los brazaletes-
-Mire, este tiene la "A" -me la entregó y sonreí-
-Entonces serán estas dos
La chica asintió y me cobró para luego meter los brazaletes en una pequeña caja y entregármela.
-Muchas gracias, Jenna -dije viendo su gafete, ella sonrió con un ligero sonrojo-
-Un placer, Cinco. Si necesitas algo más, puedes contactarme -me entrego una pequeña servilleta con un número de teléfono, arquee una ceja y la mire mientras tomaba la servilleta-
-¿Ah si? ¿Cualquier cosa? -sonreí ladino-
-Con joyería, por supuesto -me guiño el ojo y reí mientras negaba ligeramente-
-Nuevamente Gracias -salí del lugar y no pude evitar reír-
No estaba siendo coqueto
¿Oh si?
La chica era muy amable, y yo solo quise seguir el juego de amabilidad.
Caminé a casa de regreso mientras marcaba a un restaurante de sushi, pedí a domicilio y al llegar me dispuse a acomodar un poco la casa.
Limpié el comedor, la sala, acomodé mi habitación, limpié el baño, todo estaba perfectamente limpio.
Horas y horas enfocado en mi casa como nunca antes. Tocaron la puerta y al abrir recibí la comida que había pedido.
Preparé la mesa y coloque la comida en el centro junto a una botella de vino y dos copas.
Luego de eso corrí nuevamente al baño, tome la ducha lo más rápido posible para que Justo cuando volvieron a tocar la puerta yo ya estaba acomodando mi corbata.
Me acomodé los zapatos y coloqué perfume, solo lo suficiente.
Ella amaba mi aroma.
Y yo el de ella..
Bajé las escaleras pero antes de pisar el último escalón subí nuevamente y corrí al baño para lavarme los dientes.
Luego de eso corrí abajo y antes de abrir la puerta me acomodé de nuevo el cabello para luego abrir por fin.
Y ahí estaba, el ser más hermoso frente a mi..
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