Capitulo 1 : El vacante
Las gafas de sol de Jung HoSeok bloquearon el día soleado que se abría ante sus ojos una vez que salió al frontis de su casa. Traía su botella de agua en mano, sus bandas contra el sudor en cada muñeca y una sosteniendo su cabello largo (en el frente y atrás semejante a un mullet corto). Su tenida deportiva de short negro hasta medio muslo y camiseta blanca, zapatillas deportivas de alta marca y mucho bloqueador solar en su piel para evitar las quemaduras, daban a conocer que tendría su mañana de ejercicio.
—¿HoSoku viste mis gafas?— YoonSuk sonrió al ver que su guapo esposo las tenia en sus manos junto a su botella de agua. Él siempre muy preparado y ella muchas veces despistada.
—¿Sabes lo mucho que amo que me llames HoSoku?— HoSeok se acercó a los labios de su mujer y la beso con presión para luego atraerla con una mano por su espalda baja. El cuerpo de YoonSuk se estremeció ante esa actitud tan dominante de su esposo —. Y es porque nadie más me llama así en el planeta. Te amo Sunshine— un beso en la mejilla fue suficiente como para cerrar el momento y el infaltable agarrón de nalga.
—Es que eres único en el planeta— ella, enamorada de él más que el día anterior. lo miró antes de acomodarse las gafas, sonrió con dulzura e hizo sus estiramientos antes de iniciar el día con su trote matutino de los fines de semana.
—Las damas primero— HoSeok apuntó el camino de salida y YoonSuk comenzó con trote suave hacia la avenida.
HoSeok y YoonSuk son una pareja recién casada con el amor a flor de piel, al igual que la intimidad. Este último punto nos lleva al matrimonio; ambos jovenes con carreras exitosas se encontraron en un bar gracias a unos amigos en común, se fueron juntos a un hotel a probar suerte y a si mismos, desde esa noche jamás se separaron.
Amantes del cine y la champaña, la pareja Jung era nueva en el vecindario privado y adinerado donde las casas tienen más de un piso y la distancia entre una y otra es suficiente como para llevar una vida intima sin ser acosados, eran felices en su vida de casados.
—Pilates te ha hecho de maravillas— HoSeok habló mirando el trasero de su esposa.
—No te ilusiones, estas calzas tienen esa tecnología de tela que te hacen ver un trasero genial. La compré esa vez que salí con EunJi— YoonSuk era muy guapa, estuvo por un tiempo probando en el mundo del modelaje pero no le gustó el ambiente y las dietas estrictas por lo que se debido a ser publicista en una revista de renombre.
—Y también vi una bolsa de lenceria en el closet ¿No pensabas mostrarme nada?— Él trotó más cerca de ella —¡Un porta ligas de encaje blanco! Uff ¿Quieres matarme?— se levantó las gafas para secarse el rostro con sus muñequeras.
—¡Era sorpresa!— ella algo molesta le lanzó agua a la cara y ambos rieron porque era una broma interna.
—¡Ah quieres que te la lance a la cara otra vez!— rió él limpiándose, le encantaba hacer bromas de doble sentido
—¡Eso si me alcanzas!— YoonSuk apresuró su marcha corriendo frente a él hasta la marca de siempre. Sus veinte minutos de cardio necesarios para iniciar el día.
Al volver a casa HoSeok comenzaba a alistar la comida mientras YoonSuk ponía la lavadora y así se turnaban los que haceres para quedar libres por las tardes. HoSeok mientras cocinaba miraba el calendario contando los días, dándose cuenta que hoy comenzaba el periodo de ovulación de su Sunshine, aquello lo hizo sonreír como un tonto.
Llámenlo controlador o loco pero HoSeok se sabía el periodo de YoonSuk como quien se conoce las tablas de multiplicar, se lo había aprendido por necesidad. Era un control de natalidad y evitaba que toda la responsabilidad cayera sobre ella, siempre fue así inclusive cuando eran novios. También entre sus pensamientos apareció la ultima cita que tuvieron en las practicas intimas a las cuales se habían abierto, los trios.
La primera vez que tuvieron un trio involucraron a una chica que conocieron en un bar, ella muy amable accedió pero YoonSuk no se sintió muy cómoda con la interacción sobretodo porque la otra chica acaparaba toda la atención y era muy dominante ante su dulce YoonSuk por lo que no lo volvieron a hacer. La última vez fue con un chico, este chico era un compañero de pilates de Sunshine y a HoSeok le pareció bien que ella eligiera la siguiente persona a su gusto y confianza, pero todo resultó algo incomodo porque este tipo no atendió a los limites de YoonSuk y HoSeok no disfrutó ver como a su mujer la taladraba un idiota que no fue capaz de darle siquiera un poco de placer mientras lo hacia.
La idea para él seguía en pie, admitía que ver a Sunshine con alguien más no era algo que esperaba disfrutar pero cuando se trata de verla alcanzar su orgasmo él haría lo que fuera. Ya comprendía que las parejas femeninas no funcionaban pero las masculinas sí , ahora su propósito era encontrar a alguien que cumpliera las expectativas.
—Está listo todo. Coloqué la última secadora y luego de almorzar puedo doblar y planchar todo— YoonSuk entró a la cocina y vió a HoSeok emplatando unos ricos fideos de camote con verduras y pollo, perfectos —. ¡Amo esto!— tomó los platos y los llevó a la mesa, luego trajo unas copas y bebieron vino blanco mientras almorzaban.
El sol de medio día atravesaba los ventanales grandes de casa de los Jung. Una casa moderna con techos altos y pinturas minimalistas, paredes de color crema, negras con espejos de marcos lujosos, candelabros elegantes y plantas, muchas plantas.
—¿En que piensas, HoSoku?—sonrió YoonSuk al verlo tan callado mientras comían —. Te conozco, algo pasa. Dime que es—.
—Estaba pensando en arrendar uno de los cuartos del segundo piso— bebió algo de vino para aclarar su garganta, esto era algo que no había hablado con su Sunshine y esperaba tener comprensión —. Los pacientes en la clinica están bajando y se vienen temporadas difíciles. Tener un ingreso pasivo nos haría bien después de todo— la idea era buena, solo había que escucharlo todo decidido.
HoSeok era cirujano dentista, era el mejor del área y en muchas ocasiones había atendido a gente famosa como idols de Kpop y personas de la televisión. Su consulta quedaba en un edificio de lujo donde solo acceden personas con un seguro de salud muy bueno.
—Si lo dices así no veo el problema. ¿Tienes un perfil de persona ya visto?— preguntó ella —.Piensa que vivimos en esta área y a veces la casa queda sola, es grande...— era normal en YoonSuk pensar tanto en momentos como estos, esta era su casa y al igual que HoSeok no solían invitar a mucha gente.
— Universitario, joven, silencioso y respetuoso...— HoSeok se reclinó en su asiento viendo el rostro de YoonSuk quien alzó la mirada hacia él dejando de comer un momento.
—¿Universitario? ¿Un chico?— YoonSuk en su periodo de ovulación se imaginó brevemente en casa con dos hombres paseándose ante sus ojos y cuando volvió en si, vió a su esposo sonriendo de costado con esa mirada que solo decia "estamos conectados" —. ¡No me mires así!
—¡Tu lo pensaste!— rió y bajó una de sus manos para acariciar la pierna de su mujer quien se sonrojó algo avergonzada por las imágenes en su cabeza. HoSeok tomó la base de la silla y la acercó más hacia él para besarla y acariciarla —. Solo piensa, tu, yo y un chico de unos veintitantos, risueño, agradable acariciándote así— las manos de HoSeok se colaron bajo el vestido que ella traía puesto rozando su entrepierna sobre las bragas —. Mientras yo te beso, él podría estar desnudándote por dentras o frotándose contra ti...— besó su cuello haciendo que ella se mordiera el labio inferior para evitar gemir.
—¿Y si no quiere? ¿Y si termina siendo como el idiota de YoonDye?— ella acarició el cabello de su esposo mientras profundizaba sus besos.
—No será así porque lo elegiremos tu y yo— se alejó se su piel para mirarla al rostro —. Y obviamente le preguntaremos a él si desea ser parte de esto— HoSeok tenia todo planeado en su mente, solo faltaba que YoonSuk estuviera más segura de la decisión.
—¿Y viviría aquí?— para YoonSuk era inconcebible hacer eso pero no era una mala idea después de todo.
—Bueno, esa es la idea. Solo piensa que lo podemos tener limpiando la casa y lavando la ropa o cocinando...— rió él para aligerar el momento haciendo que ella le diera un golpe en el brazo por abusador —. Necesitamos ese ingreso y además un poco de chispa en la relación no nos viene mal—.
—Pero ¿No te gusta el sexo entre los dos?— Sunshine hizo un puchero —¿Quieres que le modele lenceria a ese chico universitario también?— se levantó de la silla y alzó su vestido dejando ver la braga de encaje que había visto él en las bolsas del closet.
—¡Hay cosas que son solo para mi YoonSuk! — la tomó del brazo y la jaló hacia él abrazándola con amor —Claro que amo tener sexo contigo preciosa. Esto sería un juego solo cuando tu lo quieras, como en esos días cuando quieres muchos apapachos y mi cuerpo no aguanta. Tu estarías feliz y yo estaria feliz porque tu estas satisfecha— sonrió él pensando en un trato mutuo.
—Está bien, consigue el chico pero yo tengo la última palabra— le tomó el rostro entre sus dos manos —. Ahora vamos al cuarto antes que siga mojando mas mis bragas nuevas— habló a su oído haciendo que HoSeok la cargara en sus brazos y subiera con ella a dormitorio.
A la hora después de que HoSeok había publicado el anunció de arriendo con las imágenes correspondientes en una pagina de confianza le llegaron muchos mensajes. Algunos de mujeres con niños, hombres mayores y solteros, chicas universitarias y solo un mensaje de un chico estudiante de la universidad que sorprendentemente quedaba cerca de casa.
𝖩𝖾𝗈𝗇 𝖩𝗎𝗇𝗀𝖪𝗈𝗈𝗄, 𝟤𝟢 𝖺𝗇̃𝗈𝗌
𝖤𝗌𝗍𝗈𝗒 𝗂𝗇𝗍𝖾𝗋𝖾𝗌𝖺𝖽𝗈 𝖾𝗇 𝗌𝗎 𝖺𝗇𝗎𝗇𝖼𝗂𝗈.
𝖲𝗈𝗒 𝖽𝖾 𝖡𝗎𝗌𝖺𝗇 𝗒 𝖾𝗌𝗍𝗈𝗒 𝗏𝗂𝖾𝗇𝖽𝗈 𝖼𝗈𝗇 𝗆𝗂 𝗍𝗂𝖺 𝖾𝗇 𝗅𝖺 𝗉𝖾𝗋𝗂𝖿𝖾𝗋𝗂𝖺 𝖽𝖾 𝖲𝖾𝗎́𝗅 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝗆𝖾 𝗊𝗎𝖾𝖽𝖺 𝗆𝗎𝗒 𝗅𝖾𝗃𝗈𝗌 𝗅𝖺 𝗎𝗇𝗂𝗏𝖾𝗋𝗌𝗂𝖽𝖺𝖽 𝗒 𝗉𝗈𝗋 𝗅𝖺 𝖽𝗂𝗋𝖾𝖼𝖼𝗂𝗈́𝗇 𝗌𝗎 𝖺𝗋𝗋𝗂𝖾𝗇𝖽𝗈 𝗆𝖾 𝗊𝗎𝖾𝖽𝖺 𝗆𝗎𝗒 𝖼𝖾𝗋𝖼𝖺. 𝖲𝗈𝗒 𝗅𝗂𝗆𝗉𝗂𝗈 𝗒 𝗈𝗋𝖽𝖾𝗇𝖺𝖽𝗈, 𝗉𝗎𝖾𝖽𝗈 𝖼𝗈𝖼𝗂𝗇𝖺𝗋𝗆𝖾 𝗌𝗈𝗅𝗈 𝗒 𝗇𝗈 𝗇𝖾𝖼𝖾𝗌𝗂𝗍𝗈 𝗆𝖺́𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝗎𝗇 𝖾𝗌𝗉𝖺𝖼𝗂𝗈 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝗋𝖾𝖿𝗂𝗀𝖾𝗋𝖺𝖽𝗈𝗋 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝗆𝗂 𝖼𝗈𝗆𝗂𝖽𝖺.
𝖯𝗈𝗋 𝖿𝖺𝗏𝗈𝗋 𝗍𝖾𝗇𝗀𝖺𝗆𝖾 𝖾𝗇 𝖼𝗈𝗇𝗌𝗂𝖽𝖾𝗋𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇. 𝖬𝖾 𝖺𝖽𝖺𝗉𝗍𝗈 𝖾𝗇 𝗅𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝖾 𝗇𝖾𝖼𝖾𝗌𝗂𝗍𝖾
Jeon JungKook era un jovencito que provenía de una localidad más pueblerina de Busan. Era el menor de su núcleo familiar y muy inteligente, por lo que un amigo de la familia se ofreció a pagarle la colegiatura para que fuera arquitecto como tanto lo deseaba de pequeño. Él muy feliz se fue a vivir con la familia de un tío de su padre pero ahí no tenia mucha privacidad. La familia Wong tenia tres hijos menores y uno de ellos dormía en el mismo cuarto de JungKook, este muchachito de 10 años era adicto a los videojuegos y no lo dejaba dormir la mayor parte del tiempo.
Cuando estaba en su receso de clase dió con un anuncio en la web que hablaba de un cuarto para él solo en una casa muy bonita y cercana a la universidad. Aquella era la oportunidad que tanto estaba esperando.
—¿Te contestó la chica de tercer año que estas tan feliz?— MinHye miró el teléfono de JungKook y se sentó junto a él en la banca fuera del salón de clases.
—No, es un anuncio de un cuarto en arriendo— JungKook pensó en lo que MinHye le había dicho sobre la chica de tercer año y le golpeó el brazo —¡No lo digas en voz alta! Vi que estaria en la clase hoy — miró en todas direcciones.
—¿Qué tiene de malo que te guste una chica mayor?— rió el chico de gorra azul —JungKook, tu eres el chico más inteligente de la clase y ella le va pésimo en todo. Ofrecerle tutorías seria tu pasaje directo a tocarle la entrepierna bajo la mesa— sacó un onigiri de su bolso y se lo pasó —. Por el trabajo del otro día
—Necesito más de un onigiri por ayudarte a pasar ese curso, MinHye— tomó el onigiri y se lo llevó a la boca —. Que quede claro que no soy tu elfo personal—.
—Me sentaré en otro lugar para que te sientes ahora con la chica de tercer año— le giñó el ojo, se levantó de su asiento entrando luego a la sala donde aún no había nadie. Tomó la mochila de JungKook y la dejó en los asientos de al frente y la de él la llevó hasta el fondo donde todo ya estaba completo.
JungKook entró a la sala junto con todos los demás y la vio. Haruna era una chica japonesa/coreana que venia de intercambio. Tenia el cabello negro con ondas, un lunar muy lindo bajo su ojo derecho y una sonrisa encantadora, pero lo que más le gusta a JungKook era como le quedaban las faldas a tablas y los leggins ajustados que solía usar cuando iba a gimnasio luego de clases.
La chica era un desastre en las clases por falta de adaptación al coreano pero JungKook no tenía la seguridad y el desplante para ofrecerle su ayuda. A pesar de su estatura sobresaliente, físico atractivo con ojos grandes y sonrisa gentil, JungKook no lograba llamar la atención de las chicas por mucho que lo intentara.
—¿Puedo sentarme aquí?— JungKook vió como Haruna tomaba asiento junto a él a pesar de que habían más disponibles. Este miró hacia atrás a MinHye quien le festejaba el momento moviendo los brazos en el aire.
—Claro— hizo una leve reverencia admirando el buen coreano que dominaba al hablar.
—Vi que eres bueno— Haruna pensaba que JungKook era demasiado inteligente como para tener una vida social. Había escuchado de otras chicas que él jamás se le había visto en fiestas y eso daba a conocer el por qué su gran desempeño en las notas —Tu proyecto del edificio incorporando grafito y termopanel me pareció muy creativo—.
JungKook no daba crédito a que una chica lo elogiara pero lo agradecía totalmente, sin embargo en ese momento recibió una llamada del arriendo que tanto había esperado. Rápidamente se levantó y salió de la sala para conversar.
Aquella llamada terminó en un trato que parecía seguro. Una junta en una cafetería del centro a las siete de la tarde al salir de clases era algo justo y no podía fallar. Entró a la sala antes de que el profesor comenzara la clase tomando asiento junto a Haruna que comenzó a hablarle nuevamente.
—Me preguntaba si me podías explicar mejor como innovar en mi proyecto ya que te fue tan bien en el tuyo— Haruna se acercó un poco más a él —. Mi roomie saldrá esta tarde por unas cuantas horas y pensé que podrías ir a mi apartamento a enseñarme lo que sabes— los dedos de la chica rozaron la tela de la sobre camisa que llevaba puesta. La propuesta era evidente pero las posibilidades, nulas.
—Esta tarde no puede ser, tengo un compromiso, pero mañana...— JungKook vió que Haruna se levantó de su asiento y no quiso seguir escuchándolo, esta se cambió de puesto y lo ignoró por completo.
Realmente la idea de ir a tener sexo en un apartamento ajeno con una chica que le gustaba mucho (pero que lo acababa de ignorar por no tener tiempo) versus, un cuarto para él solo no tenia comparación y por eso mismo seguramente seguía siendo virgen.
Al salir de clases tomó el metro hacia el centro y esperó en el café acordado. Miró el menú muchas veces sin poder creer que un simple café costara tanto en aquel lugar y decidió solo pedir agua para morir deshidratado por el calor que aún hacia.
Un auto lujoso se estacionó con elegancia frente a la cafetería, captando las miradas de los transeúntes y clientes por igual. De su interior descendió un hombre de imponente presencia, cuya figura parecía emerger con la misma sofisticación que su vehículo. JungKook, desde su mesa en la cafetería, observó al recién llegado con curiosidad mientras éste se dirigía hacia la entrada del local.
"Un hombre como ese debe poder pagar la cuenta de este local", pensó brevemente, dejando que la idea flotara en su mente antes de volver a su bebida y retomar su atención en sus propios asuntos.
Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado cuando JungKook notó que el hombre imponente se acercaba directamente hacia él. La sorpresa lo obligó a levantarse de su silla, mientras se preparaba para descubrir la razón detrás de ese inesperado encuentro
—Jung HoSeok— le estrechó la mano luego de la reverencia —. Tu debes ser JungKook— tomó asiento y el chico más joven lo imitó.
HoSeok observó detenidamente a JungKook desde la entrada de la cafetería. A simple vista, notó a un chico algo sumiso y visiblemente nervioso, detalles que le resultaron agradables, aunque dudaba si serían exactamente lo que su querida Sunshine estaba buscando. Recordó la conversación que habían tenido después de un momento íntimo, donde habían discutido las cualidades ideales del chico que buscaban para completar su trío.
Sunshine había sido específica: debía ser alto, atlético y de rostro pequeño. Hasta ese momento, JungKook parecía cumplir con todos esos requisitos. Hoseok se acercó con una sonrisa, decidido a averiguar más sobre él y evaluar si realmente encajaba en lo que estaban buscando.
—Puedes pedir lo que quieras, yo pago— HoSeok invitó al chico mientras él miraba el menú—¿Vienes de clases?—.
—Sí, me vine en metro hasta acá. No alcancé el bus— sonrió y bebió del agua que aún le quedaba en el vaso —. Yo no quiero nada más, solo tenia sed—.
—Bueno, vamos al punto—dijo seguro y firme llamando la atención de JungKook, este alzó la mirada atento a lo que diría el hombre que tenia en frente —. Yo estoy buscando a alguien joven que respete el espacio determinado que tengo en mi casa y además que pueda tener una buena dinámica de hogar— sonrió y mostró el anillo en su dedo —. Soy casado
—Felicidades— el chico muy amable tomó aquel gesto del anillo como una introducción a todo lo que el hombre tenia que decirle para poder aceptarlo en su casa. Estaba dispuesto a todo por su privacidad.
—Solo somos yo y mi esposa YoonSuk por el momento en casa. Ambos trabajamos fuera pero YoonSuk suele tener home office en ocasiones. ¿Qué estudias?— preguntó.
—Arquitectura— JungKook siempre estaria orgulloso de su carrera.
—Genial, entonces me deberías dar una opinión de mi casa— HoSeok lo miró y algo en el chico le dió confianza —¿Tienes tiempo para ir conmigo ahora?— miró su auto y la hora en su reloj —Te puedo llevar a tu casa de vuelta, es solo para que veas si el arriendo te gusta— debía haber confianza mutua, tampoco debía presionarlo pero es que no habían más ofertas como las de JungKook en la web.
—¡Claro, no tengo problema!— JungKook debía decir sí, debía mostrarse motivado y aunque fuera muy osado ir con una persona desconocida a una casa, era eso o perder la oportunidad que le estaban dando.
HoSeok se levantó de la mesa con elegancia. Mientras tanto, JungKook guardaba su mochila y lo seguía hacia el impresionante Mercedes negro estacionado afuera, con asientos de cuero y una pantalla LED de última generación.
A petición de HoSeok, JungKook tomó asiento en el copiloto, y pronto ambos estaban en camino hacia casa. El ambiente en el auto era de cierta expectativa silenciosa, con Hoseok concentrado en el camino y JungKook sintiendo una mezcla de intriga y nerviosismo por la situación inesperada en la que se encontraba.
El paisaje se tornaba gradualmente más verde y menos urbanizado a medida que el Mercedes se adentraba en los condominios donde HoSeok y YoonSuk residían. Era una localidad privada, un oasis de tranquilidad después del bullicio de la ciudad urbana. Desde allí, JungKook pudo divisar su facultad en la distancia, mientras las casas que comenzaban a aparecer le daban una sensación estadounidense al sector, como sacadas de una película.
Cuando finalmente vio la casa de los Jung, quedó impresionado por la elegancia de la estructura. El imponente edificio negro con amplios ventanales y plantas verdes creaba un contraste llamativo y una imagen de sofisticación que capturó su atención.
—Bienvenido a mi casa, JungKook— HoSeok se bajó del auto notando que el auto de YoonSuk estaba estacionado. Pronto sería hora de la cena, algo perfecto para conocernos todos —. Adelante, pasa—.
JungKook caminó hacia la entrada y abrió la puerta encontrándose pisos de porcelanato pulidos, un aroma a lavanda y una cascada mural que daba un ruidito delicioso y relajante. Era una bienvenida refrescante y lujosa.
—Te presentaré a YoonSuk y luego veremos el cuarto ¿te parece?— HoSeok le dió unas palmadas en la espalda sacándole la mochila del hombro y la colgó junto a la puerta para que se sintiera cómodo —Ven la cocina— lo invitó a pasar y JungKook lo siguió de cerca.
Al entrar a la cocina el olor a filete, romero y papas cocidas abundó en el ambiente. A JungKook le sonaron las tripas y miró el lugar examinando la distribución del ambiente, algo fascinante y muy nerd de su parte, en su defensa, jamás había estado en una casa así en su vida.
—¿Una cerveza?— HoSeok le ofreció a JungKook y este no sabía que contestar de lo nervioso que estaba —¡Anda, no te miraré extraño! Acá bebemos de vez en cuando. Además te iré a dejar a casa—le guiño y puso una cerveza en manos del chico.
—¿HoSoku, estás en casa?— la voz femenina alertó a JungKook haciendo que mirara hacia atrás donde estaba el foco de esta encontrándose con la mujer más guapa que había visto.
JungKook dejó atrás a Haruna y a todas las chicas a las cuales había mirado con deseo anteriormente. La mujer frente a él era, sin lugar a dudas, la más hermosa que había visto en sus veinte años de vida. Su cabello castaño caía con gracia sobre sus hombros, su rostro pequeño era casi como el de una muñeca, con unos ojos almendrados y marrones que parecían tener el poder de hipnotizarlo.
Ella vestía una bata de seda blanca, decorada con delicadas flores estampadas, la cual estaba ceñida a la cintura por un lazo del mismo tejido. La elegancia y la feminidad que emanaban de su presencia dejaron a JungKook momentáneamente sin aliento
—JungKook ella es YoonSuk, mi esposa— HoSeok le tendió la mano a Sunshine quien se acercó y le dió un beso.
Gracias por estar aquí de nuevo
¿Qué tal estas? ¿Todo bien? ¿Preparada para esta nueva historia? Mas te vale entonces tener un par de bragas secas a mano y tu rosario para rezar unos padres nuestros.
Besitos <3
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