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⤹ Sιx 𓂃 ִֶָ

◜◟ “I'vᥱ Borroᥕᥱd Yoᥙr Sιᥣvᥱr Boots” ◜◟

◞ 𔘓◝

Pasaron los días y como era de esperar, Auron visitaba siempre al mayor para ayudarlo en todo lo que fuera y hoy no era la excepción. Antes de ir el pelinegro se encontraba en su huerto recogiendo las frutas y verduras que sus cosechas habían dado, además, le dio de comer a sus animales y a su pequeño pollo, Frederick. Después de hacer todos los que haceres de su casa se preparó y se dirigió a casa de Luzu para ver como se encontraba.
Auron llegó y vió que el castaño estaba alistandose para salir.
— ¡Hey Luzu! — Le llamó el más bajo captando su atención de inmediato.
— ¡Auroncito! No te ví llegar... ¡Adivina qué! Voy hacer una misión con Vegetta y estoy preparando todo lo necesario. — Comentó el más alto un poco agitado ya que andaba de un lado para otro.
— ¿Una misión con Vegetta? Suena genial, te hacía falta salir a hacer misiones ¿no?, se ve que estás emocionado. — Dijo Auron con una sonrisa, le alegraba ver el entusiasmo que emanaba Luzu, hace ya bastante tiempo que lo veía así de feliz por salir con otra persona que no fuera él, eso hacía que el corazón de Auron se regocijara.
— Sí lo estoy... ¡No puede ser! Me faltan las botas de la armadura. — Mencionó el castaño un poco molesto. — Genial, no tengo hierro para unas miseras botas. — Dijo irritado.
— No te preocupes por eso, te regalo las mías. — Dijo el pelinegro para sacar de su mochila un par de botas de hierro y dárselas al ojialmendra.
— Pero... ¿No las necesitas? — Preguntó Luzu, le pareció lindo el detalle pero no quería aprovecharse de la bondad del menor.
— No, para nada, son tuyas ahora. — Comentó Auron con una mueca en el rostro.
Luzu simplemente lo abrazó y le agradeció por el detalle.
— Bueno... Me iré para que te alistes más rápido... — Dijo el pelinegro separándose del abrazo un poco sonrojado. — Solo te pido una cosa... Cuídate, no sé que haría si te pasara algo. — Concluyó el más bajo para luego irse por donde había venido.
Al cabo de una hora Luzu salió de su casa para reunirse con Vegetta que lo estaba esperando en la entrada del Casino.
Antes de partir idearon un plan, "nunca se sabe cuando necesitarás uno" dijo el de ojos violeta. Luego de estar unos minutos pensando que harían, se fueron a cumplir con su misión.

◞ 𔘓◝

Explosiones, huesos crujiendo, sonidos de arácnidos y gritos de zombies era lo único que se escuchaba en ese momento. Vegetta y Luzu se encontraban luchando contra una gran masa de mobs que había aparecido de camino a su misión, no iban a durar mucho si permanecían luchando y eso ambos lo sabían.
En un afán por escapar, se adentraron en un bosque que estaba infestado de animales salvajes y muy peligrosos, entre esos animales se encontraban serpientes, no cualquier tipo de serpientes, eran venenosas. No tenían muchas opciones, era seguir peleando o encontrar una salida por el bosque, la segunda parecía más segura.
— Nos separaremos y así entraremos una salida más rápido. — Dijo Vegetta mirando hacia atrás para ver si no los seguían los monstruos. — Yo iré a la izquierda, tú ve hacia la derecha. — El pelinegro señaló el camino que debía seguir Luzu, este solo asintió y ambos comenzaron a correr en sus direcciones.

◞ 𔘓◝

Mientras que Luzu corría para encontrar la salida, sin querer, pisó la cola de una serpiente que pasaba por ahí, ella en un instinto de defensa, mordió el tobillo izquierdo del castaño y huyó. El mayor al sentir la mordida cayó directamente al suelo tomando su tobillo para "calmar" el dolor, volvió a ver para atrás y vió a la serpiente deslizarse rápidamente por el suelo, al darse cuenta de quien fue su atacante automáticamente entró en pánico, sabía que las serpientes de ese bosque son venenosas y eran reconocidas por su veneno que actuaba muy rápido; y más miedo le empezó dar cuando de a poco comenzó a sentirse débil, el veneno empezó a hacer efecto sobre él. Sin mucha dilación, se arrecostó en un árbol y empezó a indagar en sus cosas para ver si tenía leche y así neutralizar, aunque sea un poco, la letalidad del veneno. Desgraciadamente, la suerte no estaba a su favor y no tenía nada para frenarlo, estaba más que claro, moriría allí si no buscaba una forma de detenerlo, pero su cuerpo se sentía demasiado débil para hacer cualquier movimiento, su última esperanza era que Vegetta o alguien viniera a su rescate, pero eso ya sería un milagro, aún así, la esperanza es lo último que se pierde.

— "Por favor, Vegetta, ven rápido." — Pensó Luzu mientras lentamente cerraba los ojos.

◞ 𔘓◝

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