Cassandra Rogers, "la encantadora niña" estaba apunto de perder su imagen, debido al ruido que de repente todo el pueblo hacia

Gruñó en su almohada, en eso, llegó su madre, le sorprendió verla tan arreglada, quiso preguntar, pero su madre hablo primero.

— Eh, ¿Cuál era tu nombre? ¿Natasha..? ¡En fin! Vístete y baja, hoy vendrá de visita alguien importante al pueblo, así que no lo arruines, como arruinaste mi vida– le dijo su madre, el olor a alcohol y la voz hizo que la niña se diera cuenta, que, su madre estaba borracha, otra vez-.

La niña espero a que su madre se fuera, se levantó y busco algún cambio de ropa "elegante" o algo así, encontró un vestido amarillo, pensó que se vería bien con su diadema negra, así que, con eso listo, se cambió, bajo y pudo ver a su madre organizando las pocas cosas que había en la casa, la vio y le dió miedo, le dió demasiado miedo la idea de volverse como ella, tan..infeliz, aburrida y sin propósito, no tuvo que avisar que se iría, a sus padres ciertamente no les importaría, salió de su casa y camino por allí, saludando alegre a las animadas personas que repetían lo mismo que su madre "una persona importante vendrá". Siguió caminando hasta llegar a una parte boscosa, se quedó allí, sentada en el pasto, le gustaba ese lugar, la hacía sentir segura, hasta que escucho una voz

— Hey mocosa, ¿Que haces aquí? ¿No tienes padres o algo así?— pregunto un hombre tal vez de la edad de su papá o menos, ella no sabía de edades, se quedó viendolo, ese día estaba enojada y no pensaba comportarse amable— ¿Que, acaso también eres muda?— volvió a hablar el señor, ella lo vio enojada—

— No, no soy muda, simplemente no encuentro necesario ni beneficioso para mí hablar con alguien tan asqueroso, repelente, horrible, grosero, raro, que ni sabe decir la r, viejo borracho cuarentón probablemente sin familia y divorciado que debe la pensión, como usted, por cierto, ¿Cómo se llama?— Termino de insultarlo para hacer la pregunta, ya no se veía enojada, si no curiosa–

— Eh, M-me llamo Micheal — Contesto el joven adulto, nervioso, aparte, la niña se le hacía conocida–

— ¡Jodete Micheal!

— Maldita perra — Murmuró entre dientes— ¿Tú cómo te llamas?

— Cassidy

— ¡Jodete Cassidy!

— No! Jodete tu

Y había pasaron una hora, entre discusiones ridículamente infantiles, el adulto no entendía porque no solo se iba y la dejaba hablando sola, a los 30 minutos la reconoció, era una amiga de su hermano, de hecho, si no mal recordaba, a Evan le gustaba esa niña, pensó en lo divertido que sería comprarla, se notaba que sus padres no la querían, pensó en lo triste que estará su hermano al ver a su crush de toda la vida, siento usada como un objeto por su hermano mayor, sonrió ante esto, mientras la chica seguía insultandolo, esto será divertido.