Veinte años después...

Dentro de aquel barrio, casi en el fondo, convivían un grupo de amigos la mayoría del tiempo.

Sarah, la muchacha de cabellos pelirrojos. Jimmy, el que hace ballet. Jhonny, que aún habla con su tabla. Rolf, que cuida de los animales de la casa cuando los dueños no están. Nazz, la rubia bonita que se encarga de la limpieza.

Y, los típicos Ed's... Eddy, quién trabaja en una fábrica; Ed que trabaja en la escuela cómo conserje; y Doble D al cuál le faltan dos años de la universidad para ser profesor de matemáticas, ciencias y literaturas.

ㅡ Buenas tardes ㅡdijo, el muchacho de cabellos azules, sentado en el asiento de conductorㅡ ¿Mucha tarea hoy?

ㅡ No, las cosas están mejorando ㅡrió leve, cerrando la puerta cuando logró acomodarseㅡ ¿Y tú, Nathan?

ㅡ Todo bien, al menos aún no he muerto ㅡuna sonrisita escapó de sus labiosㅡ ¿Te molestaría llevarme sólo a casa hoy? 

ㅡ Creí que almorzaríamos juntos.

ㅡ Bueno, Kevin está esperándome para almorzar. Ni siquiera me ha dado un pequeño espacio para decidir.

ㅡ Está bien, sé que quiere verte; está orgulloso de ti.

ㅡ Gracias por recordármelo, ahora tengo miedo de hacer algo mal, otra vez ㅡrió leve.

ㅡ La única cosa que has hecho mal fue guardarle tus sentimientos a mi hermano por más de veinte años, mejillas dulces...

ㅡ Sé a lo que te refieres, y no discutiremos por ésto... ㅡsuspiró, mientras miraba por la ventana.

ㅡ Bien, bien; no hablemos de Kevin, terminaremos en un problema.

ㅡ ¿Sabes algo de los chicos?, ¿ellos estás haciéndolo bien? ㅡpreguntó, sus amigos le tenían algo preocupado.

ㅡ Bien, las cosas no han cambiado mucho desde que te fuiste a estudiar, ¿sabes? 

ㅡ ¿Sabes si Eddy lo está haciendo bien? 

ㅡ ¿Me estás preguntando por Eddy Skipper?, ¿el nuevo gerente de la fábrica de tabaco más famosa de Peach Creek? ㅡsonrió de lado, mostrándole una foto de él y Eddy con los pulgares levantados, viendo a la cámara con una sonrisa.

ㅡ ¡No me diga! ㅡrió leve, tomando la foto entre sus temblorosas manosㅡ ¿Por qué tú tienes la camiseta de la empresa?

ㅡ ¿Quieres adivinar? ㅡle tendió su identificación y una tarjeta de identificación de la empresa.

ㅡ ¡Felicidades, Nathan! ㅡrió leveㅡ Bueno, ésto de manejar camiones y autos grandes siempre ha sido uno de tus sueños. Estoy orgulloso de ti, no dependes de tus padres, ni de sus riquezas; eres completamente libre.

ㅡ Woah... Tú y Kevin realmente se complementan ㅡrió leveㅡ A su forma, pero realmente se complementan.

ㅡ Dímelo a mi... ㅡsuspiró suavemente, para ver el collar de girasol que colgaba de su cuello.

Al poco tiempo de aquella charla, ambos llegaron a un lugar que no le parecía muy conocido al de gorro a primera vista, por lo que frunció su ceño en extrañeza.

ㅡ ¿Dónde estamos? ㅡpreguntó, con media sonrisa nerviosa.

ㅡ No lo sé, Kevin me dijo que te trajera aquí.

ㅡ Bien, ahora resulta que mi novio es un psicópata y me matará para enterrarme en un bosque ㅡrodó sus ojos.

ㅡ Sí, definitivamente tengo que decirle a Kevin que te muestre sus series favoritas ㅡnegó con la cabeza, murmurando.

Eddward bajó del auto y camino por la pequeña acera hasta la puerta blanca, una sonrisa se formó en su rostro al abrirla. No sabía realmente lo que esperaba, pero si Kevin estaba detrás de éso, le hacía aparecer una sonrisa en el rostro.

ㅡ ¡Sorpresa! ㅡoyó gritar mientras admiraba el lustroso y brilloso piso de madera.

ㅡ ¿Qu-...? ㅡsonrió nerviosamenteㅡ ¿Qué ocurre?

ㅡ Debimos haber dicho "feliz cumpleaños", Eddy ㅡcomentó Ed, repentinamente, haciendo a todos sonreír sin razón.

ㅡ ¿Mi cumpleaños? ㅡrió leve, tomando su celular de su bolsillo para ver el día que éste marcaba bajo el reloj, entonces se dió cuenta que sí era su cumpleaños.

ㅡ ¿Olvidaste tu propio cumpleaños, cabeza de calcetín? ㅡrió Eddy, mientras le codeaba un poco.

ㅡ Debo haber estado muy ocupado con los exámenes finales, pero me alegra que alguien más lo haya recordado ㅡles sonrió a todos con aprecio, aún reprimiendo un par de lágrimas que querían salir.

Sí, puede que no haya sido su culpa el olvidarse, pero se sentía realmente abrumado, cómo si se hubiera olvidado el cumpleaños de alguien más y ésa persona hubiese estado todo el día junto a él, pensando para sus adentros lo feo que se sentiría que no recordara su cumpleaños.

No esperaba nada, por supuesto, pero el aprecio que aquellas personas habían puesto en él, era completamente inexplicable. Caminaba por todo el salón, mirando a la gente que se paseaba por todos lados, bebían y comían de las cosas que cada uno pudo aportar, y todos se reunieron en los sofás de aquella casa.

ㅡ Feliz cumpleaños, bobo ㅡmurmuró Kevin, mientras le abrazaba por la espalda.

ㅡ Pensé que habías olvidado mi cumpleaños.

ㅡ ¿Quién crees que hizo la fiesta sorpresa? ㅡpreguntó, posándose a su lado.

ㅡ ¿Eddy? 

ㅡ Bueno, ¿quién crees que mantuvo a todos guardando el secreto? ㅡpreguntó.

ㅡ Oh, ahora sí  te refieres a Eddy.

ㅡ Hay algo que he querido hacer desde hace unos años atrás, ¿crees poder escaparte conmigo sólo unos minutos? ㅡpreguntó, sobre su oído.

ㅡ ¿Qué hay de nuestros invitados?

ㅡ Tranquilo, Eddy sabe de ésto; sabrá que decir si preguntar por ti o por mi.

ㅡ Está bien, confío en ti.

Se alejaron de los presentes en la pequeña y humilde fiesta, un pasillo y una escalera que iba hacia arriba llevaban al destino que Eddward y Kevin estaban esperando aceptar. Ambos subieron con rapidez, y al abrirse la puerta, ambos muchachos se miraron entre sí.

Doble D se acercó a ver por el borde, las bellas flores de primavera estaban creciendo poco a poco en diversos colores, brillantes o secos; que pronto serían tentación en todos lados.

ㅡ Cariño ㅡmurmuró Kevin, haciendo al de gorro voltearse a mirarleㅡ Antes de finalmente hablar, me gustaría que escucharas otra cosa... Hemos pasado por tanto últimamente, que no he podido encontrar las palabras correctas para poder expresarme frente a ti. He dejado notas alrededor de toda tu casa, en el baño antes de que salieras de la ducha, en tus desayunos cuando yo iba temprano al trabajo; pero, aún así, no me alcanzan las palabras ㅡtomó ambas manos, sonriendo mientras acariciaba los dedos de éstas con sus pulgaresㅡ Al principio comenzamos a odiarnos sólo porque Eddy ya era lo suficientemente molesto cómo para que te arrastrara a ti sobre él, y supongo que peso también me molestó. Ahora que puedo decirte todo lo que siento... ㅡmiró a sus ojosㅡ ...Quiero que me mires y me digas lo que sientes también; porque yo estoy aquí diciendo cosas que jamás creí llegar a decirle a alguien, mucho menos a ti, y sintiendo algo que creí haber perdido desde que salí la primera vez a beber con Nathan y todo el mundo me buscaba. Ahora sólo tengo algo que decirte, y es importante, así que quiero que escuches con atención.

Una vez la mente del de gorro se puso en blanco, el pelirrojo se apoyó en el suelo sobre una rodilla y sacando una pequeña caja rojiza, preguntó.

ㅡ Eddward Marion, ahora que el matrimonio igualitario es legal en Peach Creek, ¿te casarías conmigo? ㅡpreguntó, al fin.

Los recuerdos de las primeras semanas en la escuela secundaria le aparecieron por la cabeza, mientras toda su vida junto a Kevin pasaba en pequeños flashes. Cuando hablaron la primera vez y él creyó que el pelirrojo era mudo, cuando lo vió ganar para entrar en las olimpiadas, el primer encuentro, la primera charla real, el primer mensaje, la vez que se quedó de invitado en su casa, el viaje a las olimpiadas, las canciones, los regalos, el beso... todo pasaba tan rápido que, al final, sus ojos se cerraron y volvieron a abrir para descubrir que Kevin realmente estaba ahí, arrodillado frente a él, con un sonrojo y lágrimas formándose en sus ojos, con aquella caja pequeña de un color rojizo apagado entre sus manos, esperando una respuesta.

ㅡ Yo... ㅡmurmuró, mientras las lágrimas caían y su sonrisa se ensanchabaㅡ ¡Claro que sí, capitán! ㅡchilló, arrodillándose para finalmente saltar sobre él y abrazarle hasta caer al suelo.

No le importaba si estaba todo lleno de tierra o si su uniforme ㅡcómo él solía llamarloㅡ de universidad se manchaba, tampoco si su gorro se caía revelando la marca extraña y la cicatriz cerca de su frente; no le importaba verse llorando en el suelo.

ㅡ Dame tu mano ㅡsusurró, aún en el suelo, para poner el anillo sobre su dedo anularㅡ Listo.

ㅡ Gracias ㅡmurmuró, entre las lágrimas que aún seguían cayendoㅡ Por todo, por lo que sea, por lo que no está y por lo que pronto tendremos juntos.

ㅡ ¿Me dices gracias tú a mi, cuando soy yo el que tiene que agradecer?

ㅡ ¿Qué esperas de mi? ㅡrió leve, abrazándose a uno de los brazos del pelirrojoㅡ Qué me perdonen los dioses pero... ¡diablos, nos casaremos!

ㅡ ¡Así es, bebé! ㅡgritó, estallando a carcajadas.

Después de todo, parecía no ser tan malo el hecho de que alguien haya descubierto el secreto que Kevin escondía en el fondo de su armario. Ni tampoco el bello sonido de aquella suave voz que pronto le daría el "sí" por segunda vez.