chapter twenty ;
Volvió a posarse frente a la lavadora. La apagó y abrió, mientras que daba dos pasos a la derecha para sacar la ropa de la secadora y dejarla en una bolsa con una etiqueta que decía "ropa seca" a un lado de otra que decía "ropa blanca".
Tomó el equipo de fútbol americano correspondiente con el número uno en su parte trasera y lo puso a escurrir, después a la secadora. Siguió con sus pantalones, sus medias y le echó una miradita a las zapatillas que usaba para jugar en la bolsa, aún sucias.
Suspiró.
ㅡ ¿La ropa está en la canasta?
ㅡ Sí ㅡdijo, luego de dar un saltito.
Se había asustado, estaba concentrado viendo el número veintidós, el de Nathan, entre sus manos.
ㅡ Bien, voy a plancharlo, doblarlo, y ponerlo en ésta bolsa, ¿está bien? ㅡseñaló una caja con bolsas blancas, algo transparentesㅡ Entonces te lo podrás llevar por separado.
ㅡ El número veintidós es de Nathan ㅡcomentó, mientras encendía la secadora y cerraba la puertecita de la lavadoraㅡ El número uno es el mío.
ㅡ Lo sé ㅡdijo, y se sonrojó por decir aquello.
ㅡ Iré al baño. Final del pasillo, ¿cierto? ㅡpreguntó.
ㅡ Exacto, subes las escaleras, y el baño está al final del pasillo ㅡrepitió, más para sí mismo que para su invitado.
ㅡ Bien, gracias.
Subió lentamente las escaleras, admirando cómo había clavos puestos en las paredes, pero no había ningún cuadro. Pensó que tal vez quedaban mejor en otros lados, y a cómo es Doble D, pensaba que no podía sacar los clavos por su cuenta sin el equipo necesario para hacerlo. Por su bienestar, claro.
Entró al baño y, mientras se lavaba las manos recibía mensajes de Nathan. Cómo no entendía ninguno de ellos y miraba el celular con una mueca, decidió llamarlo.
ㅡ ¡Ken, mi bro!~
ㅡ Me llamo Kevin, tarado ㅡrodó sus ojos, mirándose en el espejo.
ㅡ ¿Sambes?; he escontrado a una shica acuí en la party ㅡrió de sí mismo, y se escuchaba a la muchacha reír a un lado suyoㅡ Ésta chiquitita y Nathan estabos buscando mi auto.
ㅡ Lo tengo yo.
ㅡ Queguemos ir a casa, ¿tí?
ㅡ Te oí, voy en camino.
ㅡ Ay, qué bueno eres. Me saludas a tu novio, ¿sí?
ㅡ ¿Cuál novio? ㅡpreguntó, pero Nathan sólo reíaㅡ ¡Oye, idiota!, ¿de qué novio hablas?
Demasiado tarde, colgó. Dos toques en la puerta le hicieron volver a la realidad. Abrió la puerta.
ㅡ ¿Hablabas con Nathan?
ㅡ Sí, debo ir a buscarlo, ¿te importa si vuelvo después?
ㅡ No, claro... ㅡmurmuró, mirando al sueloㅡ Dejé una pijama en la habitación de huéspedes, si quieres usarla.
ㅡ Gracias, prometo volver rápido ㅡle sonrió, apretando suavemente su hombro, mientras salía corriendo a las escaleras.
ㅡ ¡Cuidado!, ¡no corras en las escaleras! ㅡgritó, mientras escuchaba risitas abajo.
ㅡ ¡Estoy bien, mamá, no te preocupes!
Oyó la puerta abrir y cerrarse, y poco tiempo después ya estaba caminando a su cuarto para oír el motor de un auto encenderse y alejarse.
Suspiró y se sentó sobre su cama, para luego recostarse poco a poco sobre ésta y aferrarse a su bata de baño ㅡla qué, por cierto, llevó puesta todo el tiempo, incluso después de ponerse su pijamaㅡ.
Poco a poco se iba quedando dormido, pero intentaba no hacerlo por miedo a no oír cuando Kevin llegase. Hasta que finalmente se rindió a los brazos de Morfeo y se quedó completamente dormido en su cama, con su bata y gorro puestos.
「 • • • 」
02:56 AM.
No había pasado más de media hora en la que Kevin entraba el auto al garage, corría para cerrar su habitación, y cerraba la puerta de la habitación de ㅡsus padresㅡ "huéspedes", mirando asqueado la cintura de la muchacha siendo aplastada por las manos de Nathan. Y ni hablar de los ruidos sonoros que ambos hacían.
Sin dudas agradecía a Doble D, muchísimo.
Corrió escaleras abajo, cerró la puerta principal con llave y cruzó la calle en el medio del silencio de la noche. Entró a la casa de Doble D y vió unas llaves colgadas al lado de la puerta cuando cerró cuidadosamente, entonces cerró con llave.
Caminó a la cocina, dónde estaba la luz prendida, vió ambas bolsas con dos etiquetas, una decía "número veintidós, Nathan Goldberg", y la otra, "número uno, Kevin Dorm"; pero había una diferencia. La de Kevin estaba escrita con letras cursivas, mientras que la de Nathan tenía letras comunes.
Subió las escaleras sin sus zapatillas, para no molestar con sus ruidosos pies. Llegó a la habitación de huéspedes y la abrió, viendo el pijama azul sobre la cama. Dejó los zapatos a un lado de la cama y volvió a salir de la habitación.
ㅡ Oye, Doble D, quería agradecerte por... ㅡsu voz se fue haciendo un murmullo inaudibleㅡ ¿Doble D?
Se acercó suavemente, cómo pudo sacó la bata de su cuerpo y la dejó tendida en la silla giratoria de su escritorio. Volvió a acercarse y lo cubrió con una sabana, acarició su frente, alejando un par de cabellos húmedos que se escapaban de su gorro, sonrió.
ㅡ Buenas noches, Doble D ㅡmurmuró, antes de alejarse y cerrar la puerta con cuidado.
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