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chapter three ;

Dos semanas desde el acontecimiento de la Cafetería, Nathan hablaba muchísimo más con Doble D que Kevin, quién sólo hablaba con él cuando estaban por entrar a clases, cambiar de ellas o salir de la escuela.

El partido era justamente hoy, y mientras Kevin se paseaba de un lado al otro en las duchas, intentando no caer de frustración por no poder correr rápido por su estúpido dolor de cabeza que incrementaba cada vez más, el show afuera estaba comenzando.

Una vez cambiado con las ropas del equipo, tomó su casco y lo rozó con sus pulgares, cómo solía hacer cuando pensaba en algo a fondo, aunque incluso pensar le hacía doler la cabeza aún más.

ㅡ ¿Estas bien, bro? ㅡpreguntó Nathan, mirando a Kevin, palmeándole la espalda.

ㅡ Déjame...

ㅡ El partido está por comenzar ㅡsuspiró, sentándose detrás de él, apoyando su espalda contra la contrariaㅡ ¿Qué te tiene tan pensativo?

ㅡ Estoy a punto de perder le--... ㅡmurmuró.

Quería decir "estoy a punto de perder la paciencia", pero la "A" se le confundió con la "E" y no pudo terminar su frase debido a un gran pinchazo en su sien derecha, qué le hizo cerrar los ojos con fuerza y gruñir.

ㅡ Ah, ahora entiendo... ¿Estás enojado porque Doble D ya consiguió amigos? ㅡpreguntó.

El pelirrojo le había dejado en claro a su mejor amigo que sólo eran amigos él mismo y el tonto de cabello azul. Doble D era nuevo, encontraría amigos cómo él muy pronto, y se olvidaría de ellos.

Bueno, tal vez no "olvidarse", pues compartía clases con Nathan y éste hablaba mucho de Kevin a veces, pero sí dejaría de pasar tanto tiempo con ellos dos.

Kevin estaba a punto de responderle, cuando Nathan se levantó y le miró de reojo: ㅡ ¿Sabes?; Doble D estará mejor con el dúo de Ed's, es cómo si los tres se complementaran, el uno con el otro, de alguna forma... Tú, yo y él, no nos complementábamos en absolutamente nada.

ㅡ Tal vez tengas razón ㅡbufó y se levantó.

"Pero, quisiera que él estuviera en el partido de hoy, y no con ésos tontos..."; pensó por lo bajo y volvió a bufar, poniéndose el casco en la cabeza.

No escuchar la melodiosa voz de Doble D en las mañanas sería un reto, ya que nadie le dedicaba palabra en todo el día cómo él y Nathan lo hacían.

Aunque, ¿quién era él para pensar en voz alta aquello?

Cuando Doble D le dijo que posiblemente había encontrado un nuevo par de amigos para entablar "nuevos vínculos amistosos" algo en su pecho le hizo encorbarse un poco.

Sabía que tenía que ser bueno, qué debía pensar que él estaría mejor con otras personas que con él; un abusivo egoísta. Pero no quería "deshacerse" de él tan rápido.

Salieron de los vestidores, entraron a la cancha y el pelirrojo tomó a dos por los cuellos y los acercó a su casco.

ㅡ ¡Escúchenme bien, derrotaremos a ésos insectos hoy y saldremos a festejar a la casa de Nathan más tarde! ㅡgritó, viendo al peliazulado fruncir el ceño, pero luego lo volvió una expresión completamente feliz y satisfechaㅡ ¡Uno, dos, tres...!

ㅡ ¡Peach Creek! ㅡgritaron los doce miembros del equipo al unísono.

Salieron corriendo hacia en centro de la cancha, donde Kevin tuvo el placer de golpear con cero suavidad el casco del líder contrario, poniéndose detrás de uno de sus compañeros de equipo después.

Miró a la derecha y gritó. Miró al frente y gritó. Miró a la izquierda y, antes de gritar, pudo verle sentándose en las gradas, con el dúo de Ed's a un lado. Le sonrió.

Volvió a mirar al frente sintiendo arder un poco sus mejillas y gritó. Tomó el balón entre sus manos y los miembros del equipo comenzaron a pasarse la especie de balón de unos a otros hasta acabar en Kevin nuevamente, quién corrió golpeando a un par de enemigos hasta llegar a su meta y golpear el balón contra el piso.

Volteó para hacer su típico baile, pero en su lugar, levantó las manos y las movió de lado a lado, saludando al de gorro negro que le devolvía el saludo.

"Tal vez nunca lo sepas... Pero, me alegro que hayas venido al primer partido del año"; se recordó mentalmente, sonriéndole, aunque el de gorro no pudiera verle.

Así fue la historia de cómo Kevin terminó ganando el primer partido de la temporada.

Oh, ¿debería decir que también fue la primera vez que le dedico veintiocho puntos, secretamente, a alguien?

Y, cómo olvidar qué, mientras tomaba un baño, se sonrojaba y pensaba que su dolor de cabeza había desaparecido después de ver al de gorro negro en las gradas.

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