Tʀᴇs ᴀɴ̃ᴏs ᴀᴛʀᴀ́s...

ㅡ Hey, Kev... ㅡdijo Nathan, cuando su amigo ingresó en detenciónㅡ Pensé que no vendrías hoy.

ㅡ Viejo, he estado evadiendo los problemas para el partido, pero me agarraron justo hoy ㅡbufó, sentándose en el pupitre de al lado.

ㅡ Amigo, sabes que al coach literalmente no le importa que nosotros dos estemos o no en detención, sabe cómo convencer al director y él sabe cómo convencer a los profesores de que nos dejen en paz.

ㅡ Sí, pero... ㅡvolteó a ver a su amigo, que le miraba con cara de obviedadㅡ Tienes razón, olvídalo.

Nathan abrió la boca para decir algo más, pero el ruido de pasos rápidos y voces fuera de la sala lo detuvo, ambos miraron a la puerta y volvieron a mirarse. Las voces se hicieron más fuertes, se quedaron mirando la puerta esperando entrar a un grupo de personas o algo, pero sólo era una discusión.

ㅡ Con mi mayor respeto, señorita Bloom, pero le juro que no he hecho nada de lo que ha dicho que hice... ㅡdijo una dulce vocesita del lado de afuera de la puerta.

ㅡ ¿Es una niña nueva o qué? ㅡpreguntó Nathan, mirando el perfíl confundido y admirado de su amigo mirando la puerta con las letras volteadas de la palabra "Detención"ㅡ ¡Bro, te estoy hablando...!

ㅡ ¿Hm? ㅡdijo, mirándole, con las mejillas algo rojas por la intromisión de sus pensamientos.

ㅡ ¿Hay alguna chica nueva en tu clase? ㅡel pelirrojo negóㅡ En la mía tampoco...

ㅡ Lo siento, señor Marion, pero deberá quedarse hasta que encontremos al sospechoso ㅡdijo la señorita Bloom, la mujer de unos casi setenta años que se encontraba abriendo la puertaㅡ Por favor, ingrese en el aula y espere a que encontremos al culpable y sea usted quién dice la verdad.

La persona detras de la dulce voz era un chico, de unos trece o catorce años, parecía uno de ésos chicos de primer año, aunque por sus ropas parecía alguien que estaría por ingresar a la universidad y el que esté en detención arruinaría su insignía de buen estudiante y sus notas.

ㅡ Ah, es el chico de mi clase... ㅡconfesó Nathan, agachando la cabezaㅡ ¿Sabes?; las chicas le advirtieron que yo era mala influencia, pero él no les creyó.

ㅡ ¿Estás avergozado? ㅡle preguntó mirándole.

ㅡ Sí, viejo; es la primera persona que cree en mi y no en lo que dicen, ¿qué crees que hará cuando me vea en detención? ㅡpreguntó, poniendo los brazos sobre la mesa, y su cabeza entre ellosㅡ Él es tan dulce...

ㅡ ¿Señor Marion? ㅡdijo el profesor Cole, mirándoloㅡ ¿Qué está haciendo aquí?

ㅡ Han echo algo de lo que no tengo idea, y me han incriminado por ello... ㅡsuspiró, acomodando su gorroㅡ No tengo idea de quién fue...

ㅡ Bien, tome asiento, veré qué puedo hacer para ayudarle... ㅡsuspiró, levantándose de su asiento, saliendo por la puerta.

Hizo una vista rápida a todo el lugar y tomó asiento detrás de Nathan, éste levantó un poco la cabeza y volteó a verle.

ㅡ ¿Señor Cullen?

ㅡ Por favor, Nathan; te pido que no me llames así.

ㅡ ¿Algún apodo mejor? ㅡle sonrió, reponiéndose en la silla, volteando su cuerpo de lado para mirarle.

ㅡ Doble D.

ㅡ Bien... Doble D ㅡdijo, sonriéndoleㅡ ¿Qué te trae por aquí?

ㅡ Verás... ㅡtomó aire y empezó.

Kevin, quién tenía los auriculares puestos con música, cuándo ésta se detuvo de la nada, pudo escuchar cómo la voz de Doble D resonaba por el salón vacío, las risitas y comentarios de Nathan también se oían, pero la voz del de gorro negro era un poco más fuerte en su cabeza.

Dejó la música a un lado y cerró los ojos, la suave voz de la tercera persona en ése vacío salón le había hecho quedarse dormido debajo de su gorra roja.