ㅡ Entonces, ¿sólo se fueron por trabajo? ㅡpreguntó Kevin, mientras sacaba la ropa mojada de la lavadora, escurriéndola un poco en el lavabo de al lado para ponerla en la secadora después.

ㅡ Sí, volverían hace dos años, pero decidieron que se quedarían en Filipinas ㅡrespondió Doble D, poniendo la ropa de equipo dentro de la lavadora.

ㅡ Bueno, al menos ellos volverían... ㅡrió leve, secándose las manos con una toalla para beber un poco de café luegoㅡ Los míos no van a volver.

ㅡ ¿Sabes, Kevin? ㅡle miró.

ㅡ ¿Sí? ㅡse volteó con una sonrisa.

ㅡ No creo que puedas dormir bien hoy si Nathan llega un poco pasado de copas... Y c-cómo eres el capitán de tu equipo... Pensé que... Hum...

ㅡ ¿Qué?, ¿quieres que me quede o algo así?

ㅡ Sí... Bueno, no... Digo, ¡sí! ㅡsuspiró, mirando al suelo avergonzadoㅡ Lo que quiero decir, es que la habitación de huéspedes de mi casa está disponible.

La sangre le subió a las mejillas, y sentía las orejas arderle; se estaba sonrojando: ㅡ ¿Estás seguro?

ㅡ Bueno, mañana debo irme a las siete, si te quedas, puedo despertarte en la mañana...

ㅡ Si me incluyes el café, puedo pensármelo.

ㅡ Bueno, usualmente no tomo cafés en las mañanas antes de las ocho, per...

Kevin lo detuvo hablando un poco más fuerte que él: ㅡ Entonces te invito el café en la mañana, a las ocho.

Doble D levantó sus ojos color zafiro, brillaban sobre sus mejillas sonrosadas. ¿Le estaba invitando un café o le estaba llevando a una cita?; no, definitivamente solo era el café matutino.

ㅡ Supongo que vas a despertarte temprano mañana e ir por tus papeles de viaje, ¿verdad?; sé cómo eres... ㅡDoble D soltó una risitaㅡ ...Fuimos amigos.

Por primera vez los ojos de ambos se cruzaron, instantáneamente la sonrisa de Doble D fue desapareciendo, en una mueca de lástima y algo de tristeza. Los momentos que había pasado con el pelirrojo y su mejor amigo sin dudas le golpearon cómo un camión.

ㅡ Lo siento... En aquel tiempo... Nosotros...

ㅡ No hace falta explicación, está bien. Te llevas mejor con los tontos que con Nathan y conmigo.

ㅡ Kevin, te pido por favor que no llames de ésa forma a mis amigos.

ㅡ Está bien, esta bien ㅡse volteó, levantó sus manos, cómo si fuera arrestado, y la lavadora comenzó a hacer ruidoㅡ No llamaré tontos a los tontos.

ㅡ Pronto serán la una de la madrugada, Kevin ㅡcomentó, mientras miraba la hora en su pequeño reloj de manoㅡ Iré a hacer tu cama.

ㅡ Voy a lavar las tazas ㅡmurmuró, mientras tomaba ambas tazas y salía directo al lavabo de la cocina.

ㅡ Gracias por enseñarme a usar la cafetera, creo que ya no tendré necesidad de salir a gastar dinero cuando necesite uno.

ㅡ Gracias por enseñarme a usar la lavadora ㅡse volteó para sonreírle, él le sonreía de igual formaㅡ Así no debo esperar a que Nathan se levante sobrio y lo haga por los dos.

ㅡ La habitación de huéspedes... La segunda puerta a la izquierda.

ㅡ ¿Ése no es el baño? ㅡalzó una ceja.

ㅡ En las películas ㅡasintióㅡ Aquí el baño está al final del pasillo, y hay uno al lado de la escalera principal, es la primera puerta ㅡseñaló con sus dedos, mirándolosㅡ La última puerta va a un almacen pequeño, pero no es importante.

ㅡ Puedes darme un recorrido por la casa mañana temprano, si quieres ㅡinterrumpió, aguantando una risitaㅡ Ahora creo que debería ir a secar la ropa ㅡdijo, dejando las tazas a secarse.

ㅡ Ah, sí... Cierto... ㅡdijo, sonrojándose un pocoㅡ Cuando vuelva, plancharé la ropa.

ㅡ No hace falta que lo hagas.

ㅡ Pero quiero hacerlo ㅡdijo, rápidamente, chocandose con sus propias palabras.

El silencio que se hizo en la habitación y la leve sonrisita que Kevin le dió, le hicieron latir su corazoncito con tanta fuerza, que pensó que se le saldría del pecho.

ㅡ Cierto, la cama ㅡdijo, dándose la vuelta para marcharse escaleras arriba.

En un pasado, se hubiese regañado por correr en las escaleras; pero ahora estaba tan avergonzado, que podría esconderse debajo de su cama, sin haberla limpiado primero.