ㅡ ¡Éso fue increíble! ㅡdijo, mientras le pasaba un pequeño ramo de margaritas que él mismo había recogido del suelo al venirㅡ No se parece al que te dieron, pero quise traerte algo...

ㅡ Es perfecto ㅡmurmuró, tomándolo entre sus manosㅡ ¿Me permites un segundo?

El pelirrojo asintió. Caminó hasta su morral, tomando un pequeño vaso de plástico que había encontrado; era de color amarillo patito, estaba sano y pudo limpiarle la tierra que tenía por dentro. Lo llenó de agua y puso las pequeñas margaritas dentro, luego volvió a su cama con las flores y las dejó sobre la mesa de luz.

ㅡ Son perfectas...

El pelirrojo aún miraba con recelo el gran ramo de claveles blancos y rosas rojas que los profesores le habían dado a él y a su equipo.

ㅡ Umh... Me alegra que te hayan gustado ㅡsusurró, sentándose a su ladoㅡ Yo... Quería hablar...

ㅡ Está bien ㅡpuso sus manos sobre sus piernas, mirándoleㅡ Hablemos de lo que quieras.

ㅡ ¿Puede ser... De lo que pasó hace unos días? ㅡpreguntó, mirándole con el rostro asustado y algo preocupado, el de gorro negro asintióㅡ Bien, yo... No sé si puedas... Aceptarme.

ㅡ ¿Por qué no? ㅡel miedo le estaba carcomiendo por dentro, ya ni siquiera oía nada más que no fuera la voz del pelirrojo, y la escuchaba con ecoㅡ ¿Hay algo de malo en mi?

ㅡ No, no... ㅡse volteó un poco, tomando una de sus manos con ambas propiasㅡ No es éso, tonto... Es... Eddy.

Estaba confundido; ㅡ ¿Eddy?

El de ojos verdes asintió; ㅡ Ya sabes soy... Cómo su peor enemigo ㅡmiró al sueloㅡ Y no me gustaría que te separaran de mi.

"No me gustaría que te separaran de mi"; pensó, nuevamente, la voz de Kevin resonándole en los oídos.

ㅡ Quiero intentarlo ㅡdijo, luego de un silencio fúnebre, mirando sus manos entrelazadas con las (aún) manos maltratadas del pelirrojoㅡ Quiero intentar salir contigo, quiero intentar que mis amigos te acepten, quiero intentar salir contigo ㅡmurmuró ésto último, mirándole a los ojosㅡ ¿Éso es muy raro? ㅡsusurró.

ㅡ Claro que no ㅡintentaba reprimir una sonrisa, pero finalmente la dejó salirㅡ Es simplemente... Perfecto.

Sin decir nada más, se inclinó a besar sus labios, acariciando la mano del de gorro con sus pulgares. Poco a poco fue inclinándose sobre él, levantando una de sus manos para posarla sobre su cuello.

Cayeron en la cama con suavidad, y por primera vez Doble D pudo sentir aquel sentimiento de estar abrazando a alguien que realmente te ama... Siempre abrazaba a sus amigos y éstos lo abrazaban a él; pero no era lo mismo que ocurría con Kevin.

El beso se cortó por el ruido de la puerta, fuera estaba Nathan, tocando para que Kevin saliera de la habitación. El de gorro negro siguió abrazándolo, con los ojos entrecerrados y la boca pegada a su hombro, acariciando su espalda.

ㅡ Debes ir a entrenar...

ㅡ No, debería quedarme aquí ㅡbufó, su rostro pegado en la almohada.

ㅡ No, debes ganar la copa ㅡsonrió, palmeando un poco la espalda del jugador estrellaㅡ Vamos, Kevin, tienes que irte.

Levantó un poco su cabeza, enganchando sus ojos verdes por los zafiros del contrario: ㅡ Prometiste que irías a mi juego...

ㅡ No recuerdo prometerlo, pero si iré ㅡdijo, levantándose un poco para besar su mejilla.

ㅡ Bien ㅡle sonrió, levantándose y arreglándo sus ropasㅡ Espero que uses lo que te dejé aquí ㅡpalmeó una pequeña cajaㅡ Dejé algo para Phillip, esperamos que también lo use.

ㅡ ¿"Esperamos"? ㅡpreguntó, con una ceja alzada, sentándose en la cama.

Se encogió de hombros; ㅡ Ya verán.

ㅡ ¡Oye, espera! ㅡgritó, pero Kevin ya había salido por la puerta.

ㅡ ¿Ya se fue? ㅡentró diciendo Phillip, cerrando la puerta tras él.

ㅡ Ahá... Dejó algo para ti ㅡdijo, después de asentir.

La mirada confundida de su colíder le obligó a llamarlo con la mano, para sentarse a su lado y abrir las pequeñas cajas.

ㅡ Éstos hijos de...

ㅡ ¡Oye, lenguaje!