🌻 XIII 🌻
⚠Últimos capítulos⚠
—¿Qué estás haciendo? —Preguntó el mayor con emoción. Namjoon pegó un pequeño brinco por lo que su rodilla golpeó violentamente la mesa. Soltó un quejido y después le sonrió al castaño.
—Solamente estoy practicando. —Acarició su pierna.
—¿En dibujar labios? —Rió.
—Bueno... —Alargó la palabra. —Siempre se me dificulta realizarlos.
—Oh —dijo sorprendido. —¿Es tan difícil?
—No a todas las personas les ocurre esto, en ocasiones les puede fallar otras extremidades.
—¿Puedo ver? —Apuntó el cuadernillo. Namjoon tragó duro y asintió un par de veces. —Lo estás haciendo bastante bien —comentó sin apartar la vista de la hoja.
—¿En serio? —Los ojos del menor brillaron.
—Son muy lindos. —Sonrió. Si tan solo se diera cuenta que son sus propios labios, seguramente estallaría de la vergüenza.
El moreno volvió a sonreír y se encargó de meter sus pertenencias en el bolso. Después de la larga charla que tuvo con Seok Jin, volvió a casa con mucho entusiasmo y comenzó a darle vida al lienzo.
Esa misma noche durmió hasta las dos de la mañana mezclando colores y limpiando su pequeño estudio debido a toda el agua que quedaba regada por el suelo.
Pero al final de tanto esfuerzo logró terminar su trabajo, bueno, no del todo.
Una enorme mancha blanca habitaba en el cuadro. Y justo en la boca del mayor.
Era la razón por la que Namjoon estaba practicando en distintos cuadernos hasta lograr los labios perfectos. Por Dios, hasta era estúpido decirlo; él es toda una obra maestra.
—¿Qué tal si retomamos nuestra salida?
Jin apartó la vista de la libreta y lo miró confundido. —¿Salida?
—La primera vez que nos encontramos nos pusimos de acuerdo para salir a tomar algo, pero debido a nuestros problemas no tuvimos la oportunidad de hacerlo.
—Oh, es verdad. —Sonrió. —Me parece una magnífica idea; eso lo convertiría en nuestra segunda cita.
Las mejillas del menor se tornaron carmesí e intentó ocultar su rostro, pero le fue en vano.
—Adelante.
Seokjin lo tomó de la mano y salieron del departamento. El moreno aún no se lo podía creer, ni siquiera llevaban un día de ser pareja y eso provocó que su vida tuviera muchos más colores.
Le resultaba tan cómoda la presencia del mayor que hasta en su estómago sentía las típicas mariposas revolotear dentro de él.
La caminata resultó agradable, hablaron de su mañana y rieron al recordar sus momentos más divertidos.
Pero ahora, ambos estaban empezando una hermosa etapa, una la cual, sería muy difícil desaparecer de sus memorias.
—¿Te gusta aquí? —Preguntó al detenerse enfrente de una cafetería.
—Solamente espero encontrar un lugar más privado.
—¿Por qué? —Rió su pareja.
—Porque no me aguantaré las ganas de comerte a besos.
Ambos rieron y Namjoon se acercó al castaño para depositar un tierno beso en su frente.
—Debemos entrar.
—¡Espera! —El rubio se detuvo de golpe y lo miró confundido. —Después de esto, ¿Me acompañarías a la florería?
El alto sonrió y acarició su mejilla delicadamente.
—Claro que sí. —Rió. —Iremos por más girasoles.
Y Jin sonrió, una vez más.
HyunJack.
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