🌻 VI 🌻
Namjoon giró la llave y se hizo a un lado para que el mayor pasara a su desordenado hogar, debido a la larga práctica con el chico no se había percatado de que su departamento era un completo asco.
Aunque lo único que lo podía dejar tranquilo era que la cocina se encontraba en orden, desde que comenzó a vivir por su cuenta nunca llegó a utilizarla ya que no se consideraba muy bueno para aquella actividad. Tenía bastante miedo de que ocurriera algún accidente.
Sólo llegaba a ser útil cuando sus padres iban de visita y su madre se encargaba de prepararle algo nutritivo y delicioso para su hijo. Nunca pudo estar de acuerdo de que Namjoon gastará su dinero en carritos de comida y que de por cierto, no llegaba a ser muy bueno para él.
—Discúlpame por el desorden, últimamente he estado ocupado con el proyecto de arte. —Mintió.
—No hace falta, parece muy agradable este lugar. —Examinó el sitio. —Aunque, debes de tener más cuidado en donde dejas tu ropa interior. —Apuntó el bóxer negro y soltó una carcajada.
—Ahm. —Rápidamente corrió hacia la tela y los oculto detrás del sofá. —¿Y si pasas a la cocina? —Sonrió nervioso.
El castaño volvió a reír y se dirigió al respectivo lugar, las mejillas del hombre se tornaron carmesí y golpeó su frente.
Lo más rápido posible intentó ordenar la pequeña sala e ingresó a la cocina en donde encontró a Seokjin cortando algunas verduras. Sus mangas se encontraban hasta sus codos y tenía puesto un pequeño delantal que él mismo se había encargado de comprar.
El menor tomó asiento frente a él y su mirada no se apartaba del rostro del bajo. Se veía tan hermoso.
—¿Te gustaría ayudarme? —Sonrió.
—¿Kim Namjoon en la cocina? —Dijo burlón. —Eso es imposible. —Rió.
—Vamos, no creo que provoques un accidente.
Él si lo creía.
—No es buena idea. —Negó.
El mayor dejó con cuidado el cuchillo y rodeó la pequeña mesa hasta llegar a su amigo, lo agarró de la mano y lo guió hasta su puesto. El alto lo miró sorprendido y tragó duro, no podía creerlo. Estaba tocando nuevamente su mano y no era por un accidente.
Seokjin volvió a agarrar el cuchillo y se lo entregó a su acompañante, este negó de nuevo e intentó regresar a su asiento, pero el menor lo detuvo.
Con un poco de vergüenza aceptó el objeto, el castaño se colocó detrás de él y con sus manos en las de Namjoon le ayudó a cortar el tomate.
Su frente había empezado a sudar y no pudo evitar tragar duro. Maldita sea estaba tan nervioso.
—Ahora sigue con las demás verduras, iré a checar la sopa.
Este asintió y cambió su vista hacia la tabla, tomó la cebolla y lo colocó enfrente de él. Con cuidado la corto y dejo escapar un suspiró. Por ahora todo marchaba bien.
O eso creía.
Volvió a cortarla, pero no pudo darse cuenta de que su dedo estaba puesto en un mal lugar, así que la punta del objeto cortó parte de él.
De inmediato soltó un quejido y se apartó de la barra, el cuchillo había caído, por lo que llamó la atención del bajo. Sin dudarlo se acercó al alto y miró su herida con sorpresa. El líquido rojo ya comenzaba a brotar de la cortada.
—No te preocupes, es sólo un rasguño.
—¿Por qué no tienes más cuidado? —Preguntó alterado.
—Lo siento, pero necesito un poco de agua.
Intentó acercarse al fregadero pero Seok Jin fue mucho más rápido, el dedo índice del moreno terminó en la boca del mayor, por lo que no pudo evitar soltar otro quejido.
Esto no puede estar pasando.
HyunJack.
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