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༊ Trece ༊


Me detuve de inmediato en mi estúpido intento de besarlo en cuanto escuche a la madre de YoonGi subir por las escaleras. Ella no tardó ni dos segundos en aparecer en la puerta. 

—Estás increíble —exclamó la señora Min apenas darle un vistazo—. Luces como un idol. 

—¿Verdad? —respondí al sonreír, intentando no verme nervioso. 

YoonGi se rió de nosotros, afirmando que estábamos exagerando pues según él un tinte en el cabello no era suficiente para hacerlo lucir tan diferente. Yo no estaba de acuerdo, para mi se veía espectacular. 

—Claro que sí —repuso su madre acercándose a él y acomodando su cabello—. Solo te harían falta un par de perforaciones. 

YoonGi reaccionó de inmediato. 

—Eso sería increíble. —dijo él. 

—Por supuesto —su madre sonrió y ya estaba estudiando las orejas de YoonGi—. Yo podría hacerlos, yo me hice los míos en la universidad. 

La señora Min definitivamente era una persona extraña, es decir por un lado estaba eso de la censura y por el otro esa forma casi alocada de ser. 

—¿Tu tienes aretes SeokJin? —preguntó YoonGi, girando su rostro hacia mi. 

—Oh no, no me gustan, eso ni los tatuajes —la cara de YoonGi denoto un poco de desánimo, alertandome—. Es decir no me gustan en mi porque no me siento cómodo, creo que no me quedan pero como artista puedo apreciarlos e incluso admirarlos en otras personas, no es que los juzgue o algo así —aclare—. JiMin y JungKook tienen perforaciones, ellos lucen muy bien. 

Eso lo tranquilizó y volvió a sonreír ligeramente. 

—Entonces… ¿Lo hacemos? —su madre se veía aún más emocionada. 

Pero YoonGi sacudió su cabeza en una suave negativa. 

—Me lo pensaré un poco, mamá. 

—Bueno. 

Su madre ya no insistió, solo terminó de acomodar el pelo de su hijo y ambos observamos el resultado final. Estaba excelente. 

La madre de YoonGi me invitó a cenar y como la comida olía increíble acepté sin dudar un segundo. Platiqué mucho durante nuestro rato en la mesa, la señora Min era alguien que hacía muchas preguntas. No me molestaba en lo absoluto pero sí era gracioso si me centraba en YoonGi, que todo lo contrario a ella, estaba callado casi todo el tiempo. 

Entre las cosas que comente fue principalmente pequeñeces de mi familia, sobre el trabajo de mis padres, los estudios de mi hermana, un poco sobre mi graduación del próximo año. 

—El nombre de tu padre me es familiar —Había dicho la señora Min después de, evidentemente, habérselo estado pensando un rato—. ¿Sabes a qué secundaria fue? 

—No lo recuerdo —dije—. Pero estudio en la facultad de economía en la Universidad Nacional de KyungPook, en Daegu. 

Ella sonrió ante la respuesta. 

—Mi madre también estudió ahí. —YoonGi había dicho después de mucho tiempo de estar en silencio. 

—Qué curioso, no pensé que fueran de Daegu. 

—Lo somos, YoonGi nació allá pero nos mudamos cuando necesite inscribirlo en un colegio especial para él, los únicos estaban en Seúl. 

Ya veía yo. 

—¿Tu madre igual estuvo en la KNU? —siguió preguntando ella. 

—Oh no —respondí observando a YoonGi, serio otra vez—. Mi madre estudió en Hanyang. 

Y de nuevo la conversación giró en torno mío. Al parecer la madre de YoonGi iba en una clase menor cuando mi padre también estaba en la universidad. No habían sido amigos, ella sólo recordaba su nombre y no más, aunque no evitó señalar que yo no me parecía mucho a él. Tenía razón, mi hermana y yo éramos más parecidos a mamá. 

Después de terminar la comida me ofrecí a lavar los platos y la señora Min me hizo compañía mientras YoonGi esperaba en la sala. Yo lavaba, ella secaba y él leía. Conversando, las horas se fueron muy rápido y al darnos cuenta ya pasaban de las diez de la noche. 

Estaba listo para irme cuando ella me pidió quedarme a dormir, alegando mi situación con el auto, que no tenía aquel día. No quería causar molestias pero ella insistió hasta que finalmente accedí. YoonGi estaba atento escuchando mientras yo le avisaba a mamá que no volvería a casa. Cuando colgué él sonrió. 

Me alegré de haber aceptado cuando la mujer le dijo a YoonGi que me acomodará en la habitación con él. Me dieron cobijas y un futón, acomodándolas al pie de la cama de YoonGi. Él no tardó en ir y volver de su armario, dándome una pijama limpia. 

—No se si te quede. —dijo y me reí al tomarla. 

—Somos casi de la misma talla. —señale. 

—¿Lo somos? 

—Quitando que te sacó unos centímetros de altura, sí, lo somos. 

Él no dijo nada, simplemente asintió convencido y tomó su ropa. Me quedé congelado cuando empezó a sacarse la ropa que llevaba puesta para vestirse el pijama. Jamás quedarse a dormir con alguien había sido tan buena elección. Yo también empecé a cambiarme la ropa pero ni de chiste despegue un ojo de YoonGi, es que no podía hacer eso. Era una oportunidad que tenía que aprovechar lo máximo posible. 

Por poco me muero cuando se sacó la playera y los pantalones. Un torso blanco y unas largas piernas, pezones y ombligo. Un camino delgado y escaso de vello oscuro desde su abdomen perdiéndose en la ajustada tela negra de sus boxers. Y un paquete… Dios. Oficialmente YoonGi me volvía loco. Me di prisa en vestirme y corriendo me fui al baño, para mojar con urgencia mi rostro en agua fría. 

Al terminar de refrescarme YoonGi ya estaba completamente vestido, con las sábanas descubriendo la cama y él leyendo otra vez. 

—Te gusta leer un montón. —dije sentándome frente a él. 

YoonGi detuvo sus dedos en una página y asintió. 

—Me encanta y no hay mucho que pueda hacer a esta hora. 

—Podemos ver una película —dije con naturalidad pues ya sabía que no había nada por lo cual preocuparme—. Solo que no sea de terror, por favor 

YoonGi se burló de mí atreviéndose a llamarme miedoso. En el fondo sabía que era cierto pero por ningún motivo podía dejar que él pensara eso. Tenía una reputación que proteger. Y sólo por eso terminamos eligiendo la película más sangrienta dentro del catálogo disponible de la plataforma. Necesitaba probar un punto. 

Como YoonGi no tenía computadora ni televisión en su habitación nos vimos en la necesidad de bajar a la sala y encender la pantalla. Su madre ya se había ido a dormir. Nos sentamos uno al lado del otro en el sofá, con las luces apagadas por orden de YoonGi. 

—Pero si tu ni lo notas. —reclame. 

—Corrección, distingo la claridad —respondió con una sonrisa retadora—. Pero no es por mi, es para que la experiencia sea más completa. 

YoonGi tenía un lado cruel que hasta ese día había tenido bien oculto. Al final acepté. Nadie me iba a ver derrotado, nadie. 

"Saw" fue la peor tortura de mi vida. Cuchillas, sangre, gritos, sangre, vísceras, sangre. Juro que se me bajó la presión durante los últimos minutos. Que maldito estrés. Y YoonGi, él solo escuchaba con suma emoción en su rostro. Hora y media me duró lo que tres. 

—¿Cómo estás? —preguntó YoonGi, burlón y alzando una ceja. 

Estaba mareado. Pero no se lo iba a decir. 

—Bien, no estuvo tan mal como esperaba. —mentira. 

—Ya veo. 

—¡Milagro! —exclame. 

Y YoonGi se echó a reír junto conmigo. Sus ojos brillando después de eso. Instantáneamente se me fue el malestar. Ya eran la una de la mañana y consideré que era momento de un bocadillo nocturno. 

—Puedes tomar lo que quieras. —me dijo él, parándose para ir a la cocina. 

Él se detuvo y señaló encima del refrigerador. 

—Tenemos cereal y galletas. 

Las mire pero yo no quería eso. 

—Prefiero un emparedado de nutella con queso crema. 

YoonGi hizo una mueca. 

—¿Qué? —dijo él. 

—¿No los has probado? 

—No. 

Pecado. 

—No, no, no, no —repetí sin creermelo—. Mira voy a hacer como que no dijiste nada. ¿Cómo es posible que jamás hayas comido un sándwich de nutella con queso? Es pecado. Está mal. 

YoonGi se rió de mí y aclaró que de cosas dulces solo conocía los emparedados de jalea de fresa con crema de maní, sumamente aburrido y además trillado. Ya estaba por preparar los bocadillos cuando me di cuenta que no tenía idea de donde estaba cada cosa en la cocina. YoonGi no dudo en auxiliarme, señalando cada gaveta y repisa sin ningún problema. 

Me sorprendí de que supiera con precisión el lugar de cada cosa allí, más cuando me dio a entender que él no tenía permitido preparar alimentos ni mucho menos utilizar la estufa, cosa que no entendía en lo absoluto pues para mi YoonGi era perfectamente capaz de hacer las cosas solo. 

Definitivamente había un problema grave entre YoonGi y su madre pero no me podía meter. 

Comimos y bromeamos un rato, el emparedado le fascinó a YoonGi, al grado que aseguró era su nueva comida favorita. También era la mía. Lave los platos y regresamos a su habitación. 

YoonGi subió a su cama. Mire otra vez el cabello verde de su cabeza, el increíble cabello menta del que me estaba enamorando también.  

—Te queda genial el verde —dije sentándome de piernas cruzadas frente a YoonGi—. Sigo sorprendido de que tu madre haya cedido tan fácilmente, TaeHyung es muy hábil. 

—Mi madre siempre ha tenido una extraña debilidad por TaeHyung, más de la que tiene contigo, desde pequeño —él sonrió desganado—. Creo que a ella le encantaba tener un niño normal en casa. 

No iba a negar esa posibilidad. 

—¿Nunca sentiste celos de él? 

—Jamás, yo lo veo como un hermano menor —Me sonó bastante sincero—. Mi madre jamás pensó en formar otra familia, ya tenía suficiente conmigo y él mostraba interés en jugar conmigo siempre que estaba con HoSeok. 

Me quedé en silencio pensando en eso. 

—¿Cómo es tu padre? —me pregunto YoonGi.

—¿Mi papá? —un cambio drástico en la conversación—. Pues… no se parece a mi. 

—Mhh… —inclinó su cabeza, como un gato curioso cuando te observa—. ¿Y como eres tú? 

Dios, YoonGi era precioso. 

—Muy guapo. —respondí bromeando aunque YoonGi lo supo. 

Los dos volvimos a reír. 

—No es una descripción que me sea útil. 

—Bueno… Tengo cejas rectas, ojos pequeños, labios gruesos y una nariz común, nada especial —rasque detrás de mi nuca—. No se como describirme si te soy sincero. 

Inclinó su cabeza al otro lado, mordiéndose el labio inferior. 

—¿Puedo tocar tu rostro? 

Dude, sorprendido y nervioso por el hecho de que él pusiera una sola de sus manos en mi. Ansiando y a su vez temiendo el contacto. Respire profundo, asintiendo aunque él no pudiera verne

—Claro. —dije al fin. 

Me incliné lentamente para acercarme a YoonGi. Él hizo exactamente lo mismo. Su rostro tan cerca del mío una vez más. Mi corazón latía con fuerza, tanto que me preocupe que YoonGi lo fuera a notar. Lentamente acerco las palmas de sus manos a mis mejillas. Su piel tibia sobre el calor de la mía. 

Ya sabía yo que sus dedos eran largos pero sentirlos sobre mi cara era completamente distinto. Fue pasando la yema de sus dedos por mis cejas y mi nariz, acariciando mis párpados, mis pestañas y mis pómulos. Acercándose a mis orejas y deslizándose por mi mentón. Jugando en mi barbilla y finalmente delineando mi boca. Trague saliva perdido en sus ojos grises, sintiendo que todo mi rostro se quemaba. Él sonrió después de bajar sus manos 

—¿Y bien? —pregunté unos segundos después. 

—Tenías razón, una cara normal. 

Y no sé qué esperaba yo que respondiera si era cierto. Me limité a no responder eso. Miré el reloj que señalaba más de la una. Le dije a YoonGi que era mejor dormir. Yo me baje a la cama del suelo y deje a YoonGi en la suya. Ambos nos arropamos en el silencio de su habitación. 

—Buenas noches, YoonGi. 

—Buenas noches SeokJin. —respondió él. 





Me desperté a media madrugada con la necesidad de orinar. En silencio fui al baño y volví de inmediato a la habitación. Al entrar la luz del pasillo se coló, iluminando el cuerpo laxo de un YoonGi totalmente dormido. Mi cuerpo se tenso cuando lo miré detalladamente, centrándome en la erección de su entrepierna, apretada por la ropa interior pero lo suficientemente prominente para notarla aun con el pantalón del pijama puesto. 

Bien sabía yo que era un estado fisiológico normal durante el sueño así que lo ignoré y me tiré en la cama pero los pensamientos llegaron por sí solos. YoonGi quitandose la ropa. La imagen de nosotros dos desnudos, frotandonos el uno contra el otro, fue mi máxima fantasía en ese instante. No voy a negarlo, quería acercarme a él, despertarlo con un beso e incluso hacer el amor con él. De verdad que lo deseaba pero eso era algo que no iba a pasar, porque sabía que YoonGi no era esa clase de chico, no uno que estaría interesado en otro hombre. Así que cualquier deseo que tuviera yo por él debía quedarse así, como un mero deseo y nada más. 

Mi cuerpo respondió como era naturalmente de esperar. Entonces intenté dormir y sólo eso, resistiéndome por completo a la idea de tocarme en una casa que no era la mía. Fue una noche bastante larga. 





Los días después pasaron uno por uno, la cena de nochebuena y la navidad también. Durante esa semana había empezado a masturbarme mientras pensaba en YoonGi. Siempre deseandolo, su intimidad contra la mía, desesperado. Y cuando al fin me aliviaba entre mis dedos no podía dejar de preguntarme si tal vez y sólo tal vez YoonGi haría lo mismo pensando en mí. Y entre más lo hacía más me repetía que era una completa locura. YoonGi no me veía de la misma manera que yo a él, estaba seguro de eso. 

Por eso inconscientemente empecé a dibujar una delgada línea entre nosotros. Lo suficiente para que YoonGi no me sintiera diferente pero me hiciera consciente a mi mismo de que nada iba a pasar entre nosotros. 

Las clases en el taller entraron en receso dos días antes de acabar el año. Tuvimos una merienda y un brindis en el estudio durante la última sesión. Nada de alcohol, solo jugo espumoso de manzana. Bebida que noté le encantaba a YoonGi, igual que a JiMin y HoSeok. Me reí secretamente de ellos. Tuve que despedirme de todos los alumnos hasta verlos nuevamente pasado el año nuevo chino, justo a finales de enero. Ese sería un receso largo. 

TaeHyung se acercó a mi cuando me despedía de YoonGi. Me invitó a su casa después del año nuevo. 

—Es mi cumpleaños pero como también es fin de año lo celebramos unos días después —sonrió—. YoonGi irá también. 

Él ya sabía que con sólo eso me convencía. 

—Ire. —afirmé y TaeHyung sonrió. 

—Excelente… y podrías invitar a tu amigo JiMin —Ya sabía yo—. Si tu quieres, claro. 

YoonGi se rio conmigo al notar tan obvias intenciones. 

—Por supuesto, lo llevaré —me incline para susurrarle a TaeHyung—. Será mi regalo.

Y el chico castaño se puso rojo. JiMin se iba a morir por eso. 



Link de la obra original:
https://www.wattpad.com/story/199887251
Cr. a MinMin YoonJi.

FELIZ AÑO NUEVO 🎊🥳👏

Que todos tengan un maravilloso inicio de año y nuevas oportunidades para lograr todo lo que se propongan. 💜💜

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