༊ Once ༊
YoonGi estaba serio mientras hablaba, a lo lejos vi a HoSeok platicando con JungKook, ambos con una amplia sonrisa.
— ¿Entonces tu mamá siempre te dio clases? —pregunte de nuevo.
— No siempre —respondió tranquilamente—. El jardín de infantes y la escuela elemental fueron un instituto especial para personas con capacidades diferentes.
Algo normal, pensé.
—¿Así conociste a HoSeok?
El afirmó moviendo su cabeza.
—La escuela elemental tenía el sistema de parejas en clase y él era mi compañero asignado —rió—. Congeniamos al instante, algo muy difícil cuando se trata de Hobi.
—Ni que lo digas —respondí mirando de nuevo al par de pelinegros—. A excepción de ti y JungKook él no le habla a prácticamente nadie.
—Se esfuerza.
Le di la razón pues era algo que se podía notar fácilmente, HoSeok trataba a su modo. Espere un momento y continúe preguntando.
—¿Y qué sucedió después de la escuela elemental?
De nuevo una profunda inhalación.
—El colegio especial sólo llega hasta ese nivel de enseñanza así que intente ingresar a la primaria normal, pero no pase el examen —YoonGi inclinó el rostro, como apenado—. Yo siempre he sido algo lento para aprender, hay cosas que me cuesta mucho entender a la primera.
—A todos nos pasa. —dije con algo de condescendencia, cosa que no le pareció muy bien a YoonGi pues negó mi afirmación.
—No esa clase de dificultad, mi rezago escolar en ese entonces era de tres años, tenía doce años pero mi dominio en las materias era de nueve —una mueca—. Así que mi madre intentó inscribirme el próximo año y aunque seguía rezagado no pudieron rechazarme. Entonces yo era mayor que mis compañeros y ellos eran mucho más listos que yo, no podía seguirles el ritmo. Era muy difícil hacer amigos para mi, nadie quería hablarme ni acercarse, la profesora colocaba alguien para apoyarme durante las clases y cuidarme en cada receso, y aunque fueron amables conmigo los primeros días lo cierto es que con el paso del tiempo empezaron a verme como una carga y se quejaban cuando alguien tenía el turno de hacerme compañía.
Me sentí mal cuando escuché eso, intentando colocarme en la posición del pequeño YoonGi de ese entonces. Debió ser muy difícil para él. Yo nunca había pasado esa clase de dificultad pues siempre fui alguien sociable y sano en todos los sentidos.
—Al cabo de un par de meses me llevaban con ellos pero me dejaban sentado en algún lugar apartado mientras ellos jugaban y como yo me aburría empecé a intentar explorar el colegio por mi cuenta, cosa que no resultó muy bien pues no tenía un bastón en esa época y me lleve un par de golpes —sonrió con desgana y suspiro—. La profesora regañaba a mis compañeros por dejarme solo, cosa que empeora a todo y ellos encontraban la manera de desquitarse conmigo, trate de no decir nada pero…
—Tu mamá se dio cuenta.
—Yo no sabía que llevaba marcas y moretones, no tenía manera de ocultarlos.
Lo golpeaban, no necesité que me lo dijera expresamente para saberlo.
—Dios, no puedo creer que los niños puedan ser así de despreciables.
Otro suspiro mientras se alzaba de hombros, YoonGi continuó mientras obviaba ese asunto con sus excompañeros.
—Y bueno, como HoSeok ya era educado en casa por lo mismo de su autismo a mi madre se le ocurrió adoptar el mismo sistema y darme algunas clases, pasando el día conmigo mientras trabajaba desde casa —dió un último sorbo a su café y siguió—. En el bachillerato HoSeok y yo empezamos a tomar clases particulares, los dos juntos con instructores especializados, pues mamá ya no era apta para impartir todos los temas y además ya no podía trabajar en casa, su nuevo cargo le obligaba a estar en la oficina.
Entonces YoonGi había pasado seis años siendo educado en casa, con unos cuantos profesores y con HoSeok como único compañero. En sus tiempos libres nació su amor por la lectura, empezando con los libros más sencillos, pasando por clásicos de la literatura hasta llegar a novelas largas como La guerra de los mundos. Le era difícil conseguir libros en braille pero su madre siempre hacía el esfuerzo para regalarselos. YoonGi dijo que al principio eso le bastaba pero con los años su ambición fue más grande, intentando escribir y más adelante con el deseo creciente de estudiar en una Universidad tal como cualquier otro joven de su edad.
Su madre se negó por años, fue complicado convencerla, incluso los padres de HoSeok tuvieron que intervenir para obtener el permiso y la oportunidad de aplicar al examen. Paso la decepción de ser rechazado la primera vez, me contó que fue un duro golpe, pues la aplicación de un examen en braille no había sido nada fácil de conseguir más no se rindió y tiempo después, TaeHyung que había empezado la universidad, le contó sobre el programa de inclusión de nuestra universidad, lo solicitó al año siguiente y finalmente había sido aceptado. Ya en ese momento iba por su segundo semestre, sus compañeros no eran las mejores personas, tal como me había dado cuenta pero el hecho de estar cursando la carrera que tanto deseaba, rodeado de personas en un aula le hacía aguantar cualquier cosa. Porque muy posiblemente le hacía sentir normal. No podía correr el riesgo de quejarse una sola vez ni hablarlo con nadie, no hasta que yo llegué.
En ese momento entendí que la confianza que YoonGi tenía en mi era inmensa, un obsequio que me hizo querer esforzarme para ser merecedor de él. No podía defraudarlo bajo ninguna excusa o motivo. Entonces prometí que no diría o haría algo que le perjudicara. YoonGi recobró su enorme sonrisa con aquella promesa mía.
Cuando cayó la noche todos levantamos las cosas y emprendimos el regreso a casa aunque no en la misma disposición de antes pues TaeHyung de alguna manera convenció a JungKook de cambiar lugar con él, alegando que su casa quedaba en el camino y podrían dejarlo sin desviarse.
—Pero entonces tendré que llevarte yo. —le dije cuando me di cuenta, intentando entender cuáles eran las intenciones de TaeHyung.
—Sí… —sonrió con picardía—. Pero ahora tienes dos asientos libres en tu auto.
—¿Y eso cómo me beneficia?
—Ya verás —TaeHyung se giró y llamó hacia la Van—. ¡Señora Min! YoonGi Hyung y yo nos vamos con Seok Jin y JiMin, iremos detrás de ustedes.
La mujer se detuvo sorprendida, una expresión no muy diferente a la de su hijo que igual parecía no entender lo que estaba pasando. La señora Min lo pensó poco y después asintió con una sonrisa. TaeHyung se giró a mi y me guiño un ojo.
—Los dos sabemos que cualquier tiempo extra con YoonGi te cae de perlas. —me dijo, dispuesto a ir por nuestro amigo, lo detuve un momento.
—No lo negaré pero no entiendo porque tu vas con nosotros.
TaeHyung se quedó boquiabierto un segundo antes de sonreír y apartar su mirada nerviosamente.
—Bueno… —sus ojos recayeron en el auto, justo donde JiMin estaba tomando lugar—. Si no iba yo seguro que la señora Min dice que no, por eso.
Si, ya iba yo a creer eso. No le dije nada y sólo disfruté el hecho de tener a YoonGi un rato más para mi. TaeHyung fue por él y lo hizo tomar asiento al frente, obviamente él tenía que ir atrás, junto a JiMin. Apenas subí al auto pude notar la alegría de mi dongsaeng. Vaya que si eran tal para cual, me pregunte si ya se habrían dado cuenta de aquel hecho.
Nos pusimos en marcha apenas el autobús empezó el camino y seguimos detrás de la camioneta de los Kim. Fue tardada la salida pues al ser la hora de cierre muchos autos ya dejaban el lugar, alargando el tráfico en las puertas principales del parque.
—Fue un gran día —dijo JiMin al poco rato de tomar la autopista—. ¿No lo creen?
—Casi, el viento arruinó mi pintura. —hablo YoonGi con la cabeza recargada en el cristal de la ventana.
—Claro que no, está excelente. —respondí de inmediato mientras pedía la opinión de mis otros dos acompañantes.
—Por supuesto. —respondieron ellos con una sonrisa.
—Muy buen trabajo —dije sin apartar la mirada del camino—. Y aparte de eso todos parecían bastante alegres, lo cual es más importante que nada, la convivencia y el tiempo que pasamos juntos.
Después de decir eso el rostro de YoonGi se iluminó, me fascinaba que sucediera ese espectacular evento. Sin importar que tan insignificante pudiese resultar para los demás, eso era especial para mi.
Seguimos avanzando por varios minutos, charlando y hablando sobre nuestro día. Entre pláticas no pudimos evitar hablar del extraño comportamiento que HoSeok adoptaba cuando JungKook estaba cerca suyo.
—No entiendo porque es tan amable con él cuando apenas y me dirige una palabra, yo llegué antes que él. —me quejé y TaeHyung se rió.
—Eso es por tu cabello rojo —dijo burlonamente—. De verdad lo detesta.
—¿En serio?
—Sí —respondió YoonGi—. No dejaba de quejarse de él al principio, bueno, en realidad aún piensa que es ridículo.
Negué divertido con la cabeza y me encogí de hombros. Y me fijé en YoonGi.
—¿A ti también te parece ridículo? —le pregunté, muy interesado en su respuesta.
—No puedo verlo —YoonGi rió suavemente al igual que los chicos de la parte de atrás—. Pero seguramente te va bien, no tengo problemas con tu cabello, HoSeok solo no puede acostumbrarse a algunas cosas y a veces tampoco entenderlas, no lo tomes personal.
Asentí satisfecho y dije que no lo haría. De repente se me ocurrió una gran idea.
—A ti también te quedaría bien un tinte. —dije sin más.
—Estoy de acuerdo, hyung —exclamó TaeHyung, safando el cinturón de seguridad y metiéndose entre nuestros asientos—. Verde menta, ese sería un gran color para tu piel.
—Yo secundo la moción. —intervino JiMin inmediatamente, nada que me sorprendiera.
YoonGi se acomodó en el auto, con la expresión divertida y nada convencido. No tardó en negarse a la idea pero se notaba bastante que de verdad tenía ganas de hacerlo.
—Le quedaría muy bien. —JiMin insistió más y por un segundo creí que empezaría a llamarlo Hyung, pero eso no pasó.
La principal excusa que dio Yoongi, y en realidad la única, fue que su madre no estaría contenta con eso. Le pregunté si alguna vez se lo había planteado, me respondió que no era necesario, que la conocía lo suficiente para saber que no aceptaría bajo ninguna circunstancia. Me pareció absurdo que dijera eso sin haberlo intentado siquiera aunque después de pensarlo detenidamente supuse que podría tener razón. Hicimos al lado un tema, al menos por un rato.
—Yo la voy a convencer, hyung —había dicho TaeHyung cuando nos detuvimos en el vecindario de JungKook—. Solo si tu quieres, claro.
Observe a TaeHyung y JiMin por el retrovisor y después a YoonGi, todos esperando por la respuesta. Apretó sus labios y sonrió con su rostro al frente
—No vas a poder.
—¿Estamos apostando? —TaeHyung mostró su dentadura cuadrada, seguro de sí mismo.
No se porqué pero esa actitud no parecía ser muy usual en él, tal vez estaba tratando de impresionar a JiMin.
—No vas a poder —dijo YoonGi de nuevo, siseando antes de mojarse los labios—. Ciento cincuenta mil wones.
Abrí un montón los ojos, eso era lo de una semana completa de mis gastos, debo admitir que me dieron ganas de apostar también pero para mi mala suerte ya era tarde. Jamás creí que YoonGi fuera de los que les gusta apostar, me equivoque.
—Despídete de ese dinero, hyung.
TaeHyung tenía un semblante decidido y yo estaba ansioso por ver al vencedor de aquella apuesta, poniendo todas mis esperanzas en el menor, aunque eso significaba ir en contra de YoonGi por sólo una vez.
Link de la obra original:
https://www.wattpad.com/story/199887251
Cr. a MinMin YoonJi.
Discúlpenme por el retraso 😅 ya casi entro en vacaciones así que actualízare más seguido, por favor voten y comenten.
¿Les gustó la canción de JK? Yo la ame y no esperaba menos de él. Dreamers es fabuloso !!!💜
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