༊ Nueve ༊
Era el primer sábado de noviembre, la mañana estaba particularmente fresca y aunque quería seguir durmiendo no era posible pues JiMin llegaría conmigo para sus asesorías. Mire el calendario y me di cuenta que ya era poco más de un mes desde que me había unido al taller de artes. Sonreí y me pregunté qué habría pasado si aquel día JiMin no me hubiese pedido ayuda o si simplemente le hubiesen dado los anuncios a cualquier otro alumno. ¿Me habría unido? ¿Lo habría visto siquiera? Quien sabe, lo único cierto era que me alegraba que hubiera sido de esa forma y no de otra. De lo contrario ¿Cómo habría conocido a YoonGi?
Baje a la cocina, dispuesto a prepararme el desayuno. Salude a mi madre que bebía café y cuando yo me servía una taza el móvil me notificó un nuevo mensaje. Provenía de un número desconocido.
JiMin dice que debería dejar de insistir, que ahora te gusta alguien más.
¿Es cierto?
¿Quién es?
Dios, NamJoon era lo que le seguía a la palabra intenso, miren que conseguir otro móvil sólo para acosarme. Y JiMin, él no me estaba ayudando en nada. Obviamente lo primero que sucedió apenas mi rubio amigo llegó fue una escena de mi preguntándole qué demonios le había dicho. Me dijo que absolutamente nada, que una conversación de lo más inocente, el solo pidió que NamJoon ya no intentara nada conmigo, y que cuando este le preguntó si yo estaba viendo alguien más solo respondió que tal vez había conocido una persona que ahora me gustaba.
—No creí que intentaría contactarte. —murmuró JiMin con la cabeza gacha.
—Tu sabes que NamJoon es un obsesivo, no puedes soltar cosas como esas así a la ligera, solo es avivar el fuego. —reclame sin alzar la voz.
—¿Le respondiste?
—Claro que no y no tengo intenciones, que crea lo que se le dé la gana, no le debo explicaciones a nadie y mucho menos a ese loco. Así que no vuelvas a contarle cosas de mi con un demonio.
—Lo prometo, no lo haré, no te molestes conmigo hyung —JiMin puchereo y me sacudió por los hombros—. Perdoname.
JiMin me abrazó y me pegó a él, moviéndome de un lado a otro consigo. Busqué zafarme y lo logré con poco esfuerzo mientras me reía. Le dije que estaba bien, que le perdonaba y que ya dejara de encimarse.
Estudiamos un poco justo como lo teníamos planeado más no hicimos mucho porque la verdad ya no era necesario. Por eso cuando terminamos nos decidimos por ir al centro comercial y comprar las cosas que JiMin aún tenía pendientes. Obviamente fuimos en mi auto al mall más cercano, de camino repase mentalmente la dirección de YoonGi y me di cuenta que también quedaba cerca del lugar. Se me cruzó la idea de que tal vez terminando las compras de JiMin podría pasar y visitarlo, para charlar de lo que fuese aunque fuera un momento.
Pasamos un largo rato entre tiendas y artículos. Una vez que JiMin me dijo que ya tenía todo, fuimos por un helado, ya casi listos para volver. Sin embargo hubo un giro inesperado en los planes pues de pronto JiMin señaló al piso de abajo. La señora HaNeul caminaba lentamente con YoonGi a su lado y tomándola del brazo, en dirección contraria a la nuestra. Ambos nos apresuramos, más que nada JiMin me siguió el ritmo a mi, y fui hasta donde ellos, el resto de mi helado casi sufrió un accidente por eso. Por fortuna el lugar no estaba tan lleno como es lo habitual un sábado por la tarde y fue fácil encontrar a YoonGi sentado en un banquillo junto a las jardineras de la plaza.
—Hola YoonGi. —dije mirando a todos lados en busca de su madre, la encontré dentro de una dulcería frente a nosotros.
—Seok Jin —YoonGi se enderezó sobre sí mismo y se giró suavemente hacia mi—¿Qué haces aquí?
—Acompañó a JiMin a comprar unas cosas. —mí amigo se acercó y los dos se saludaron entre sí.
La señora Min llegó a nosotros con una bolsa de papel en mano y nos miró sorprendida. Nos saludó cordialmente y nos preguntó por nuestro día. JiMin se quedó callado pues no la conocía pero yo le conté por los dos sobre nuestra visita al centro comercial, de por sí desde que YoonGi y yo íbamos juntos a la escuela no había mucho que contarle pues siempre nos entretenemos un poco cuando nos encontrábamos en su casa. Ella nos comentó que estaba por reunirse con un grupo de amigas y que sólo había pasado por bocadillos para la ocasión. Observé a YoonGi y claramente se veía que ir a casa de las amigas de su madre no era algo que le emocionara en lo más mínimo. Así que como buena costumbre mía hablé tan improvisadamente como fue posible.
—¿Cree que YoonGi podría quedarse un rato con nosotros? —sonreí al ver esos bellos ojos grises parpadear, señalé en dirección a la planta alta al seguir hablando—Pensaba pasar a una librería y comprar algunos títulos por mero ocio, se que YoonGi puede ayudarme con eso, me encantaría tener sus recomendaciones.
—No lo sé —su madre, como normalmente hacía, dudó mientras veía a YoonGi—. ¿Estás bien con eso, hijo?
—Claro, por mí no hay problema. —su rostro se veía más iluminado.
—Pero tardaría en volver por ti. —dijo para YoonGi.
—No se preocupe. —dije antes que nadie. —Cuando acabemos aquí yo puedo llevarlo a casa o a donde usted me diga, solo tiene que enviarme la dirección y listo.
—¿Seguro?
—Completamente.
Aquella vez fue un alivio ya no tener que insistir mucho, supuse que igual HaNeul tenía prisa por llegar a su reunión. Entonces YoonGi se quedó con nosotros después de prometer a su madre que le llevaría a casa al final de nuestro paseo. Le agradecí tanto en silencio mientras ella se iba. En un principio le había dado mi brazo a YoonGi para que pudiese caminar pero este amablemente se negó con una media sonrisa. Aunque eso me decepcionó un poco también me alegré de verlo usar de nuevo su bastón, empezando a caminar junto a nosotros, justo por su cuenta y sin ningún impedimento.
Lo primero que hicimos fue dejar las compras de JiMin en mi auto, eso para no tener que cargarlas de vuelta mientras íbamos a la librería. JiMin se apartó un rato ya dentro de la tienda, y me quedé solo con YoonGi. Lo hice seguirme y escuchar los títulos que me llamaban la atención. Me dio muy buenas recomendaciones y por eso escogí un par para llevar a casa. Antes de hacer mi compra leí un último título y sus ojos grises brillaron en una sonrisa antes de tomar el libro directo de mis manos.
—Siempre he querido leerlo. —dijo mientras tocaba el relieve de la tapa.
Dios, como me gustaba verlo sonreír.
—¿Y por qué no lo has hecho? —pregunté curioso, esperando saber más pero YoonGi cambió su expresión, haciendo una mueca justo al devolverme el libro.
—No está disponible en braille, al menos no en coreano.
—¿Braille es la escritura para invidentes? —pregunté solo para cerciorarme, él me dijo que sí. —¿Qué hay de los audiolibros?
YoonGi torció los labios y negó.
—Sinceramente no me agradan —dijo riendo con su grave voz—. No me gusta cuando otra persona los lee, para mi ese tipo de cosas son algo así como "todo o nada".
Me reí con él y le dije que era un exigente y él cínicamente lo aceptó sin problemas, encantador. Pague lo que iba a llevar y esperamos a que JiMin saliera, que por cierto ni siquiera compro nada, solo se había puesto a ojear las revistas. Era muy pronto para irnos, al menos para mí. Necesitaba más tiempo con YoonGi. Una cosa era pasar el rato en el taller y otra muy distinta hacer cosas más variadas como buscar cualquier tontería por las tiendas. Me pregunté qué más podríamos hacer y como no se me ocurrió nada les pedí su opinión a mis dos acompañantes. Casi me muerdo la lengua con la respuesta de JiMin.
—Vamos al cine, seguro hay algo bueno que… —fue bajando la voz al darse cuenta de su insensibilidad al terminar la frase— Ver.
Lo iba a golpear, juro que me acerqué lo suficiente para hacerlo, pero me detuve.
—Es una gran idea.
JiMin y yo nos miramos mutuamente, luego a YoonGi. Quise creer que era una de esas bromas que él hacía sobre su propia persona. Pero no, su expresión alegre y relajada no decía eso.
—¿Lo dices enserio? —pregunté poco seguro.
YoonGi dijo que si riendo suavemente.
—Ya sé lo que piensan, pero a pesar de esto... —sonrió señalando a sus propios ojos—Me gusta mucho ir al cine.
Bien, eso había sido inesperado pero ver una película junto a YoonGi me resultó de lo más emocionante. Así que los tres pensamos algo que fuera del agrado de todos.
—TaeHyung me dijo que hay una muy buena justo ahora. —dijo YoonGi y JiMin de inmediato respondió.
—¿El guapo de cabello castaño?
Le di un codazo a JiMin, realmente se lo merecía, él lo sabía y por eso no se quejó ni me dijo nada.
—Aha —YoonGi se extrañó un poco por eso pero no le dio importancia a las cosas de JiMin y siguió hablando de la película con evidente emoción—. Es de terror, algo sobre un convento maldito.
Dios, como detestaba esa clase de historias, pensé en negarme pero JiMin le pregunto a YoonGi si realmente le gustaban las películas de terror y para mala fortuna mía él respondió que eran sus favoritas. Como iba yo a negarme después de eso, por supuesto que no podía. Quedar como un niño cobarde no era opción. Entonces con decisión fui hasta la taquilla y compré nuestras entradas. Le avise a la madre de YoonGi de nuestro plan y ella dijo que estaba bien, que bueno por qué ya había pagado por los tres boletos. Por falta de presupuesto no pudimos comprar ningún bocadillo solo unas bebidas pero a YoonGi no pareció molestarle y eso me dio tranquilidad.
Entramos a la sala y si estaba algo llena pero no repleta. Me senté entre YoonGi y JiMin, una buena idea para mantener la conversación fluida entre los tres. Pronto la iluminación disminuyó y la pantalla se encendió junto a todos los altavoces. El inicio fue tranquilo, mucha explicación con demasiados diálogos, nada de lo que me preocupase pero a menos de veinte minutos de iniciada la cinta comenzó mi tormento. Nunca antes en mi vida había odiado tanto el sonido envolvente de alta definición como en ese preciso y horroroso instante. Quise tomarle gusto pero la historia ni siquiera era tan buena como para eso, un argumento flojo con más efectos especiales que una mierda. Era una película de pobre producción cuyo único fin era asustar, sin suspenso ni nada destacable. Pensé que no había nada bueno en eso y pude creerlo cierto hasta que me volví a YoonGi.
Le miré de perfil, con su rostro bien iluminado por la luz de la pantalla. Sus ojos y labios abiertos, prestando total atención a todo lo que se podía oír. Se aferraba al asiento y pegaba un brinquito cada que algo espantoso sucedía. Se asustaba y después sonreía. No podía entenderlo pero sus ojos dilatados por la adrenalina me lo dijeron todo. Me quedé allí por él, porque tal vez odiaba la historia pero contemplarlo me valía todo el martirio que implicaba hacerlo. Aguante ciento nueve minutos de una pésima historia y sinceramente aunque quisiera decir lo contrario la verdad jamás podré arrepentirme. Más pronto de lo que creí llegó el final y con ello nosotros abandonamos la sala. Bromeamos un poco, al parecer YoonGi también estaba de acuerdo en que todo el argumento era una basura, no lo había dicho de esa forma pero entre líneas estaba el mensaje y los tres reímos por eso.
Estábamos bien, la tarde era buena y la charla sucedía por sí sola mientras bromeabamos entre risas. Me hubiera gustado que hiciéramos cualquier otra cosa en el centro comercial más no tuvimos la oportunidad. Todo porque NamJoon apareció justo frente a mí. Llevaba su habitual abrigo negro y sostenía un vaso de café con una sola mano. Me miró un segundo, después a JiMin y finalmente a YoonGi, quien iba justamente a mi lado, bastante cerca. Se aproximó, saludándo como si fuera lo más normal entre nosotros e ignoró por completo a YoonGi. No tengo que aclarar que fue sumamente incómodo.
—¿Qué haces aquí? —preguntó JiMin con evidente nerviosismo, paseando su mirada entre él y yo.
—Necesito comprar las cosas para la clase del señor Cha. —había respondido NamJoon sin quitarle los ojos de encima a YoonGi.
—Oh. —JiMin siguió hablando—Yo las he comprado hace un rato si quieres te acompaño.
NamJoon asintió pero no dejaba de vernos a YoonGi y a mi. Él lo supo, de algún modo se había dado cuenta. Me retó y le sostuve la mirada tanto como fue necesario, cuando vio que no cedería solo se rió con desdén y empezó a caminar no sin antes soltar su maldito veneno.
—¿Tu y el ciego nos acompañan?
Dios, me quedé atónito viendo como JiMin tomaba a NamJoon del brazo y se lo llevaba consigo, al mismo tiempo que este no dejaba de burlarse en silencio. Me giré a YoonGi pero no había nada ahí que me dijera algo. No encontré emociones y eso me provocó un escalofrío. Finalmente reaccioné y le ofrecí una disculpa.
—Es un imbécil. —dije empezando a caminar justo después de él.
—No te preocupes, estoy bien.
No, no estaba bien y yo perfectamente lo sabía. Era obvio pero aun así me fue más cómodo simplemente ignorar el hecho tal como él deseaba hacerlo. Ya no tenía ganas de seguir vagando por ahí, por eso al final decidimos ir de vuelta a la casa de YoonGi.
Ya era de noche y tuvimos que esperar un rato fuera de la casa, pues su madre aún no llegaba. Había puesto la radio para escuchar música y romper el silencio que había entre nosotros. Quería hablar pero no sabía cómo, de pronto fue como si todas las palabras se me hubiesen olvidado. Sentía tanta vergüenza por lo que había hecho NamJoon, sabía que no era mi culpa pero de algún modo me sentía responsable.
—¿Cómo se llama?
—¿Disculpa? —dije después de haber sido tomado por sorpresa.
—El chico de hace rato ¿Cómo se llama?
Dudé antes de responder pero creí justo que lo supiera.
—Kim NamJoon.
—¿Es tu amigo?
—Lo fuimos pero ya no más, lo poco que nos unía se fracturó y como te diste cuenta es una persona desagradable.
YoonGi alzó las cejas ladeando la cabeza.
—JiMin parece no pensar lo mismo.
—Es que JiMin es JiMin, la amistad que hay entre ellos dos es distinta, no se como funciona pero yo no me meto, los problemas que hay entre NamJoon y yo son solo cosa nuestra. La verdad me sorprendió bastante lo que hizo y me vuelvo a disculpar por eso YoonGi. No se que mierda le pasó por la cabeza en ese instante.
Hubo unos segundos de silencio nuevamente. Yo me quedé mirando hacia mis manos hasta que YoonGi volvió a hablar.
—Seok Jin, ¿Ése chico es la misma persona molesta de hace unas semanas?
Suspire sorprendido.
—Dios YoonGi ¿Acaso eres adivino? —le dije bromeando y él empezó a reír de nuevo, me sentí aliviado y agradecido—. En muchos relatos de ciencia ficción resulta ser que los invidentes son psíquicos o clarividentes que predican el apocalipsis mismo.
—Tal vez sea cierto. —dijo con una sonrisa de aire superior.
—No juegues. —exclamé tontamente emocionado.
—Es chiste —dijo con diversión, echó la cabeza atrás y dejó al descubierto sus dientes, después suavizó las líneas de su rostro y continuó—. Entonces si es él.
No tenía caso mentir, le dije que sí. No le conté mucho, de hecho casi nada y YoonGi ya no me preguntó más, solo me dijo que ya no me preocupara, que aquello no tenía importancia y que él estaba bien. Técnicamente me dio a entender que no era la primera vez que le pasaba algo similar y pues estaba acostumbrado. Quise preguntar sobre eso pero me distraje cuando YoonGi se encogió en su asiento temblando ligeramente.
—¿Tienes frío? —pregunté cuando me di cuenta que sus uñas estaban de un tono casi lila—¿Enciendo la calefacción?
—No hace falta, seguro que mi mamá ya no tarda. —YoonGi tembló otra vez y hundió su cara contra su pecho, ocultando su pequeña nariz entre su sudadera negra.
Era increíble creer que tan linda persona fuera mayor que yo, casi se me derrite el corazón. Encendí de inmediato el motor y con ello el aire caliente. En pocos minutos YoonGi parecía estar mucho mejor.
—Lo siento, me cuesta guardar calor y casi siempre tengo frío.
Una vez dicho eso recordé sus manos y tenía razón, las veces que había tenido la oportunidad de tocarlas siempre estaban frías. Se me hizo algo muy mono aunque seguramente para YoonGi no era así. Pronto llegó la señora Min. Me despedí de ambos y me fui con tranquilidad, eso hasta que recordé las cosas de JiMin que seguían en mi auto. Consideré llevarlas llegado el lunes por la mañana pero se me cruzó la idea de que tal vez pudiera necesitarlas antes. Le envié un mensaje pero no respondió así que fui hasta su casa esperando que ya estuviese allí, pero no. Me quedé unos minutos fuera del auto pateando piedritas por la calle. Después de un rato JiMin apareció caminando. No estaba solo. Vaya suerte la mía.
Link de la obra original:
https://www.wattpad.com/story/199887251
Cr. a MinMin YoonJi.
Ellos hablando de cine y yo pronto me voy al cine a ver el concierto de Coldplay y el debut de Jin. 🤩💜
Ir al concierto en Bs As. ya era avaricia por más que yo sea de Argentina. 😆
Besos y cuídense.
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