Entonces es así cómo hemos llegado hasta este punto de nuestras vidas. Han pasado seis años desde mi graduación y casi siete al lado de YoonGi. Él también se ha graduado hace tiempo y está en la lista de su facultad como uno de los alumnos más destacados de su generación. Y para orgullo de todos como personalidad distinguida de la universidad.

¿Cuál es la razón? Simple, tres de sus libros fueron superventas. YoonGi ahora es un cuentista y novelista reconocido en el mundo literario, cosa que no puede hacerme más feliz.

El trabaja ahora para una editorial y aunque sus tareas tienen más que ver con la promoción y dirección de proyectos encaminados a personas con capacidades diferentes que quieren formar parte de la industria de la literatura, YoonGi es muy feliz.

Yo en cambio trabajo en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Seúl, en el área de aprendizaje y didáctica, impartiendo cursos de arte así como haciendo divulgación. Sin embargo, aunque amo mi trabajo lo cierto es que también he empezado a incursionar con el diseño digital y en la ilustración profesional. En lo último he tenido trabajos sobresalientes que para satisfacción mía resultan ser un trabajo conjunto a YoonGi, pues ahora sus libros llevan portadas en cuyo diseño se usaron algunas de mis pinturas e igual muchos de sus cuentos (sobre todo los infantiles) son narrados a través de mis dibujos, los cuales también son a relieve como una forma incluyente para personas invidentes.

Ahora mismo voy saliendo de mi última clase en el museo y en el reloj ya marcan las seis de la tarde. Es martes así que YoonGi no debe tardar en llegar para ir juntos a casa, pues ahora vivimos juntos en el mismo apartamento. Mientras espero en el estacionamiento miro los mensajes que tengo sin revisar y hay por lo menos unos veinte de JiMin quien sigue haciendo escándalo por su servicio militar. Él y TaeHyung han decidido hacerlo a la par y así evitar separarse, aunque tampoco es que tengan más opción pues el tiempo ya lo tienen encima. Sonrío por ellos y pienso en el tiempo que tuve que estar lejos de YoonGi, los veintidós meses más horribles de mi vida pero que por fortuna no tendré que repetir jamás.

Alzó la mirada mientras río, esperando que YoonGi esté cerca sin embargo mi vista recae en un hombre que va bajando de un auto rojo. Lo observó unos segundos sintiendo que lo conozco de algún lugar pero no recuerdo de donde. Es cuando aparecen detrás de él dos niños pequeños de unos escasos diez años que me hago una idea aunque es una locura. Me vuelvo a reír, esta vez de mi mismo y de mis locuras. Un par de cejas no pueden decirte nada de nadie, eso incluye una posible paternidad.

Cuando el hombre entra al museo es que por fin aparece YoonGi al otro lado de la calle, llevando consigo una bolsa plástica y en la otra mano el arnés que lo une a Holly. Sí, YoonGi también tiene un perro guía ahora. Lo miro bien y esa cosquilla sigue en mi aunque la ignoró, mirando únicamente el hermoso resplandor de sus ojos. YoonGi está esperando que el semáforo para peatones cambie a verde y cuando el silbido de alerta comienza, Holly tira de él y lo guía en dirección mía.

Ellos vienen caminando hacia mi así que sonrió con travesura. A veces me gusta molestar a YoonGi, dejando que se pase de largo pero hoy no me apetece porque quiero darle un fuerte abrazo. Así que cuando se pasa de mi lo rodeo de la cintura y le asustó.

—¿A dónde crees que vas? —le digo a reproche mientras él se ríe.

—A ver a mi novio.

—¿Y quien es ese estúpido? —le pregunto con juego.

—Un tonto del que estoy enamorado, nada sorprendente.

Entonces le doy un golpe en el brazo, sintiéndome ligeramente ofendido. Pero a YoonGi no le importa, en cambio deja un beso en mi mejilla y extiende la bolsa de su mano hacia mi.

—Compre la cena, comida Thai, que te encanta.

Y con eso tengo, no puedo enojarme con YoonGi. le devuelvo el beso y tomó la comida, haciendo que YoonGi y Holly me sigan a nuestro auto. Acarició a la bonita perrita labrador y la subo. Entonces los tres nos ponemos en marcha. No está muy lejos nuestro apartamento aunque tampoco demasiado cerca. Nos ha costado mucho encontrar un lugar con terraza y que aceptara a Holly con un alquiler accesible a nuestros bolsillos, por eso es que, a pesar de la ubicación, aún lo conservamos.

Al llegar a casa pido bañarme y YoonGi accede en tanto en sirve la comida para ambos y pone algo de música. Como tardo un poco cuando salgo de la ducha YoonGi ya está con audífonos puestos frente a su computadora escribiendo algo. La línea braille junto a la narración por voz le ha dado más independencia a YoonGi, tanto que incluso ahora puede utilizar un teléfono táctil sin demasiados problemas.

Entonces camino a él y lo rodeo por el pecho, inclinándome sobre su cuello, mientras le quito los auriculares y puchereo contra su boca.

—Quiero un beso, dame uno. —reclamo mientras él se ríe sin disimulo.

—No. —niega levantándose hacia nuestra pequeña cocina.

Miró a Holly que está echada en el sillón totalmente ajena a nuestra mini discusión y decido seguir a YoonGi.

—¿Por qué? —le reclamó como un niño enojado.

—Porque deberías ser tú quién me bese a mi, soy el mayor.

—Precisamente —bufo—. Tu deberías consentirme y darme cuantos besos yo te pida.

—Todo el tiempo te consiento.

—Que mentiroso.

Le digo cruzándome de brazos. El sigue divertido y camina metiendo un plato de comida al horno de microondas. Entonces sonrió travieso y pícaro, acercándome sigilosamente. Lo rodeo por la cintura y beso húmedo su cuello, entonces le arrancó un suspiro a YoonGi.

—Primero hay que cenar. —dice el, gimiendo y apretando su sexo contra mi mano que lo acaricia.

—Eso hago. —susurro mordiendo su oreja y pellizcando uno de sus pezones.

Sigo con mi juego pero me detengo apenas escucho el gruñido del estómago de YoonGi, es entonces que río besando su cabeza en tanto él se sonroja muy acalorado. Tal vez si sea mejor comer después de todo.

Después de comer hacemos el amor y nos quedamos dormidos, al menos YoonGi lo hace. El se gira sobre sí mismo unas dos o tres veces mientras lo admiro. Tan hermoso que no puedo dejar de verlo. Lo contemplo segundos, minutos y no me detengo hasta que él se levanta y va al baño. Desnudo. Hay cosas que ya nos han dejado de dar vergüenza mutuamente, al menos entre nosotros.

Así que espero haciéndome el dormido pero YoonGi me estira los brazos al volver, invitándome a que me meta entre ellos pues sabe perfectamente que estoy despierto. Lo abrazo recargando mi cabeza en su pecho y él frotando su mejilla  contra mi  cabello, acariciándome la espalda.

Cuando él me abraza de esta forma, así desnudos, piel con piel, me siento la persona más amada en el mundo.

—Te amo YoonGi. —digo a voz baja con los ojos cerrados.

Entonces lo escucho sonreír.

—Yo también Jin.

Lamento haberlo publicado después de tanto tiempo, ni siquiera era un capitulo tan largo así que no tengo excusas. Solo diré que mi carrera se puso muy pesada y no quería descuidarla.

Solo quedan los extras ahora, no son muchos.

¿Díganme que creen? ¿Será que el padre de YoonGi apareció realmente...?👀

Créditos correspondientes.
Link de la obra original: https://www.wattpad.com/story/199887251